Tip:
Highlight text to annotate it
X
Gracias, Sra. P.
Jack, ¿por qué me llamas a estas horas?
Sabes que voy de noche.
Un momento.
Sí, claro. En el "Chequers" entonces.
Sí, te oí. El paquete plano
en el fondo de tu armario.
Lo encontraré.
No pierdas tiempo hablando.
Adiós.
- ¿Señora Pascco?
- ¿Sí?
Somos agentes de policía.
Queríamos preguntarle sobre
su inquilino, Jack Barrett.
- ¿Quieren pasar?
- Gracias.
¿El despacho del Sr. Melville Farr?
¿Puedo hablar con el Sr. Farr, por favor?
¿Cómo?
Ah, Barrett. Jack Barrett.
Gracias.
Es todo un luchador, este Mayor Humphries.
¿Cuánto tiempo hace que se está
dando cabezazos con ese muro?
Tres años, Sr. Farr.
Desde que el Departamento expropió sus
tierras para construir viviendas sociales.
Y tiene toda la razón.
No tienen derecho a expropiarle.
Le están agobiando con burocracia.
¿Cree que debemos coger el caso?
El Mayor debe estar un poco mal de fondos.
- ¿Quiénes son sus abogados?
- Hambury y Whilcox.
Ya se preocuparan de eso. Lo importante es
que él tiene razón, el Ministerio no,
y me gustaría apretarles un poco.
- ¿Diga?
- El Sr. Jack Barrett pregunta por usted.
Dice que es muy urgente.
Muy bien William, telefonee
a los abogados del Mayor Humphries
y concierte una reunión
para la semana próxima.
Muy bien, señor.
Pásemelo.
¿Barrett?
Si vuelvo a saber de ti
avisaré a la policía, ¿lo entiendes?
Es mi última palabra.
- Boy está un poco raro, ¿verdad?
- No parece muy contento.
- ¿El que acaba de pasar es Barrett?
- Sí.
Eres capaz de oír hasta una pluma al caer.
Es la recompensa por
mis ojos muertos, querido.
- 2.000 libras.
- ¡2.300!
¿Qué piensas hacer?
- ¿Ha ido la policía?
- Sí, y he tenido que escabullirme.
- ¿Has cogido el paquete?
- Esta en tu bolsa, aquí debajo.
- La cuestión es qué vas a hacer.
- No lo sé.
Mira, ve al cine y
quédate hasta que anochezca.
- ¡No, No!
- ¿Entonces qué?
- Mejor que no lo sepas, así no podrás
hablar. - Yo no te delataría.
- Ellos te lo sacarían.
- No, no lo conseguirían.
Estaré bien, Eddy.
Gracias por traerme el paquete.
Quédate y acaba tu cerveza.
- Ten mucho cuidado.
- Sí.
- ¿Qué le pasa a Boy?
- Nada, está bien.
- ¿Habéis cogido a Barrett?
- No, señor.
Nos dio esquinazo.
Lo siento, señor.
Las disculpas nunca
han arrestado a nadie, sargento.
No, señor.
- ¿Qué había en su habitación?
- Nada de valor, señor.
Limpia, ordenada. Muy sencilla.
He hablado con la casera.
El chico nunca salía.
Apenas tiene nada a su nombre.
Se alimentaba de latas en su habitación.
Me es bastante familiar, Bridie.
Sí, señor.
Cuando le arresten encontraremos
las respuestas. Envíe una alerta.
Sí, señor.
- Póngase a ello, Bridie.
- Sí, señor.
Hola Farr, esperaba encontrarme contigo.
Es sobre este donativo benéfico...
Has hecho una fortuna por tus accionistas.
Pregúntales a ellos.
Lo he intentado, pero no cooperan.
Hola Mandrake.
- Charles. Hola, Farr.
- He visto tu exposición. Enhorabuena.
- Las fotografías eran espléndidas.
- Gracias.
- ¿Las has visto?
- No.
- Deberías, son excelentes.
- Disculpe, señor.
- Tiene una llamada de teléfono.
- ¿Quién es?
- El Sr. Barrett.
- No estoy, Thompson.
- ¿Una copa?
- Yo pago.
Necesitarás todo tu dinero
para el donativo de Charles.
Así que has vuelto, Boy.
Hola Sra. Benham.
Quiero ver al Sr. Doe.
- ¿Está aquí?
- Voy a ver.
El hijo pródigo ha vuelto, Sra. Benham.
¿Vuelves, eh?
¿Puedo hablar con usted?
¿Debo decir que sí, o que no?
- Por favor, Harold.
- De acuerdo, no te guardo rencor.
Vamos a ver qué tienes
que decirme. Pasa.
- ¿Por qué no estás trabajando?
- Tengo la tarde libre.
Qué bien. Justo iba a preparar té.
Harold, quiero que me prometas
una cosa. Es importante.
¿Una promesa? Bueno,
has esperado seis meses.
Seguro que puedes esperar un poco más.
¡No, no puedo! ¡Tiene que ser ahora!
¿Ahora? ¿Me estás ordenando?
Harold, por favor, escúchame.
Yo pedí por favor una vez, Boy.
- No tuvo mucho efecto, ¿verdad?
- Pero esto es diferente.
Comprendo.
Tienes que prometerme que nunca
se lo dirás a nadie.
¿Decir? ¿Tengo algo que decir?
Bueno, sí.
Ya sabes, la primavera pasada.
Cuando... cuando me marché.
Ah, eso.
No tiene ninguna gracia cotillear
si no se dicen nombres.
Y tú nunca me lo diste, ¿no es así?
Y los secretos tarde o temprano
llegan a saberse.
¿Has averiguado su nombre, Harold?
¿Lo sabes? ¡Debo saberlo!
¿Qué quieres decir con "debo"?
Creo que no te lo voy a decir.
Sufre un poco.
Sé lo horrible que es imaginar cosas.
Ahora te toca a ti.
Me miras como si me odiases.
¡Eres muy perspicaz!
¡Por el amor de Dios, lárgate!
¡Vuelve cuando esté de mejor humor!
No, lo siento Sr. Barrett.
El Sr. Farr se ha marchado.
No lo he visto desde la comida.
Sí, estoy de acuerdo.
Todo hombre quiere tener
su propio negocio.
Pero la presión del comercio moderno
está forzando la desaparición
de los independientes.
Mi plan es dejar que continúen
con esa autonomía.
Pero que tengan todas las ventajas
de las empresas adquiridas.
No has escuchado ni una palabra
de lo que he dicho.
Sí, claro. Es un buen plan.
Ayudará a mucha gente.
Lo has oído porque estas acostumbrado a
escuchar con un oído y a mirar con el otro.
- Realmente te preocupa la gente, ¿verdad?
- Sí, claro que sí.
COCHES CAVENDISH
Lo siento Phip, sé que no te gusta
que vengan a verte al trabajo.
- Es a los jefes a quienes no les gusta.
- ¿Puedes llevarme fuera de Londres?
Lo siento, pero no podías
haber escogido peor momento.
Tengo que llevar un coche a Richmond
cuando acabe de trabajar.
- ¿Dónde quieres ir?
- Kelworth, New Town.
Bueno, algún camión te cogerá.
Te irá bien.
Sí, me irá bien.
Buenas noches, Sr. Farr.
- ¿Está mi esposa en casa?
- Todavía no ha vuelto de la clínica.
- Su hermano está aquí.
- Bien.
Aquí estás Mel.
- Hola Scott, ¿qué tal estás? - Un poco
solo. Ronnie ha vuelto al colegio.
Tranquilo, solo quedan
10 semanas para Pascua.
- Claro.
- Tomate una copa.
¿Qué es eso de la clínica?
¿Le pasa algo a Laura?
No, no, es una de sus ideas.
Esta trabajando con niños
que tienen problemas.
Y parece que lo hace muy bien.
Si vas a juicio con esa basura
a tu cliente no le servirá de nada.
La mujer de Brent conseguirá la custodia,
la pensión y que le paguen los gastos,
que es lo que ella quiere.
¡Bruja egoísta!
Yo abogaría por la discreción y
expondría toda su vida ante el juez.
- Harry Brent no lo querrá hacer.
- Dile que se busque a otro para perder.
- Tú también perderías el caso.
- Tienes toda la razón.
Aquí, cariño.
- Hola cariño. Hola Scott.
- Hola preciosa.
- ¿Cómo están esos pequeños locos hoy?
- No es un manicomio.
- Yo creía que sí.
- Muy gracioso.
- ¿Ya se ha ido Ronnie?
- Sí, es deprimente.
- ¿Te quedas a cenar con nosotros?
- Gracias, pero no puedo.
Esta noche tengo mucho trabajo. Tengo
el sumario Campbell desde hace días.
Dios sabe porque le llaman así.
- ¿Qué vas a cenar?
- Tengo algo en la nevera.
- ¿Seguro?
- Claro que sí.
- Bien, buenas noches.
- Buenas noches.
- Cuidaos mucho.
- Buenas noches.
Me preocupa que Scott viva solo
y tenga que criar a Ronnie.
Parece perdido desde que Helen murió.
Debería volver a casarse,
Ronnie necesita una madre.
- ¿Por qué no se lo dices? Eres su hermana.
- Lo he hecho, pero no quiere.
- Quizás es que no está enamorado.
- Pues debería estarlo.
La típica lógica femenina.
¿Me quieres?
Sí.
Claro que sí.
Decirlo siempre ayuda.
Vamos.
Muchas gracias.
¡Frank!
¡Frank! ¡Frank!
¡Espera!
- Hola, Frank.
- Hola, Jack.
- Hola, Sylvie.
- Venid.
- ¿Qué?
- Venid aquí.
- ¿De dónde sales?
- Quiero ir a la costa.
¿Y qué te detiene?
Sylvie, si Jack quiere quedarse
una noche es bienvenido.
No, te lo dije la última vez.
No quiero que vuelva a quedarse.
Tú no me vas a impedir que
tenga a quien quiera en mi casa.
- No os peleéis por mí, por favor.
- Se queda.
No con nosotros.
Que se vaya con los de su clase.
Frank Jeffries, puedes volver a casa
cuando te hayas deshecho de él.
No sabía que Sylvie pensará eso de mí.
- ¿Qué pasa Jack?
- Estoy metido en un lío.
- ¿Puedo ayudarte?
- Tengo que salir del país.
Puedo conseguir un trabajo en un barco
si llego hasta Southampton.
Pero necesito... 20 libras.
No las tengo ahora mismo, pero las
conseguiré a primera hora de la mañana.
- ¿Lo harás?
- Claro que sí.
Muchísimas gracias, Frank.
- Siento lo de...
- No, no, no.
- Me despido aquí.
- No, te acompañaré hasta la carretera.
Cuéntame qué te ha pasado.
Te irá bien desahogarte.
Si es como dices,
estás metido en un buen lío.
- ¿Me lo has dicho todo?
- Todo.
- ¿Entiendes ahora porqué cogí el dinero?
- Por supuesto.
Me gustaría que te quedaras y lo contaras
todo. Te acompañaría a la policía.
Me harían hablar.
Me harían decir porqué lo cogí.
- Pero al final se sabrá.
- Sé lo que estoy haciendo.
Me marcho Frank.
En seguida me cogerá algún coche.
Adiós y gracias.
- ¿Por 20 asquerosas libras?
- Por conocerte todos estos años.
Y todavía ser mi amigo.
Antes eran las brujas.
Al menos no te tiran a una hoguera.
Buena suerte, Jack.
- Nunca me perdonarás, ¿verdad?
- No tienes capacidad para entenderlo.
- Y tu sí la tienes.
- Me da pena, eso es todo.
- ¿Pena por eso?
- Sí.
Jack solía hablar conmigo.
En el fondo es muy solitario.
No tiene lo que tú y yo tenemos, Sylvie.
¿Diga? No, soy la Sra. Farr.
¿Qué nombre? ¿Barrett?
¿Desde dónde llama?
Muy bien, acepto la llamada.
- Ya puede hablar.
- ¿Sr. Farr?
Barrett. Jack Barrett.
Es muy urgente. Volveré a llamar
a las ocho de la mañana.
De acuerdo, le daré el mensaje.
Hola.
- Creí que estarías en la cama.
- Estaba, pero ha sonado el teléfono.
- ¿Era para mí?
- Un joven. Barrett.
Llamaba desde Kenworth.
A cobro revertido, pensé que
debía aceptar la llamada.
- ¿Qué quería?
- Llamará de nuevo mañana. Sobre las ocho.
Parecía bastante desesperado.
Ese Barrett, ¿es uno de tus casos?
Ahora lo es.
No importa. Vamos arriba.
Durante los últimos siete meses,
y como encargado de la nóminas,
ha estado cobrando el sueldo
de cinco trabajadores inexistentes.
En total se ha apropiado de 2300 libras.
¿Dónde están?
Has abierto una cuenta corriente,
¿no es así?
- ¿Con qué nombre? - ¿No es
suficiente confesar que me lo llevé?
- Tus jefes quieren que lo devuelvas.
- ¿Dónde está?
Lo he gastado.
¿En qué, hijo?
No hay nada nuevo en tu armario.
Vives humildemente.
Comes barato.
- ¿Quién te ha chantajeado?
- Suéltalo.
- El chantaje nos desagrada tanto como
a ti. - Mire, me llevé el dinero.
Lo robé y me lo gasté. Eso es todo.
Te has metido en un buen lío, hijo.
Es mejor que nos lo cuentes todo,
así podremos ayudarte.
¡Estamos perdiendo el tiempo, señor!
Muy bien. Veamos qué puede hacer
un poco de meditación solitaria.
Cuando hayas recapacitado
volveremos a hablar.
Puedes irte.
Llévalo abajo.
Ese chico no es un ladrón. Si no estoy
equivocado, es más víctima que criminal.
Señor, yo siempre me preocupo
cuando el motivo mitiga el delito.
Nuestro trabajo sería mucho más fácil si
sólo tuviésemos que tratar con monstruos.
Adelante.
Lo que sacaron del desagüe.
Es un cuaderno de recortes, señor.
Ya lo hemos recompuesto.
No has tocado tu cena.
Tienes que comer algo.
¿Qué me van ha hacer?
Cuando hayas descansado
volverán a hablar contigo.
¿Por qué no duermes un poco?
Ponte cómodo.
Eso está bien.
Descansa.
Cierra los ojos.
Piensa en las respuestas.
Al final vas a tener que decir la verdad,
así que es mejor que te decidas.
Han llamado de la comisaría de Fulham.
El inspector Harris.
Quieren que se pase por allí, señor.
Me va de camino a casa.
¿De qué va?
El inspector no lo ha dicho. Me ha dado la
impresión de que era un asunto importante.
Llame a mi esposa, ¿quiere?
Dígale que llegaré un poco tarde.
Sí, señor.
Y hay otra cosa.
- Una carta de la Cámara de los Lores.
- No me diga que nos han rechazado.
Al contrario. Nuestros amigos creen
que deberían darle la toga de seda.
Ser abogado de la Reina
puede ser un riesgo, William.
Muchos buenos abogados han fracasado
por estar en primera fila.
Eso no me preocupa, señor.
Estoy seguro de que nos sentiremos
como en casa.
Me alegra que piense así.
- Están empapadas.
- El muchacho intentó deshacerse de ellas.
Hemos tenido que abrir el desagüe.
Recortes de periódicos,
fotos cuidadosamente conservadas.
Todo referente a usted
y su carrera, señor.
¿Conoce a Barrett?
Sí, le conocí hace algún tiempo.
Una noche estaba haciendo autostop. Dijo
que había perdido el último bus a Fulham.
Me pillaba de camino, así que le llevé.
- ¿Le volvió a ver?
- Sí.
Trabajaba en una obra
bastante cerca de mi oficina.
Muchas veces le veía en un semáforo,
en el cruce de Strand y Waterloo.
Me pareció justo llevarle de vez
en cuando, y eso es lo que hice.
Después deje de hacerlo.
¿Y por qué lo hizo, señor?
Llegué a la conclusión
de que me esperaba.
Aunque lloviese, siempre estaba allí.
Entiendo.
Entonces ahí acabó todo.
No, empezó a escribirme.
A llamarme.
Destruí sus cartas y
le advertí que no me llamase.
Creemos que Barrett
estaba siendo chantajeado, señor.
Hace meses que robaba a su empresa.
Más de 2.000 libras.
Pero no ha comprado nada.
Apenas llevaba dinero cuando le detuvimos.
¿Le dio a usted la impresión
de que le estaban haciendo chantaje?
No.
¿Entonces empezó después
de que usted dejase de verle?
Supongo que sí.
¿Tiene idea de cuál podía ser la razón
para que Barrett pagase?
En absoluto.
Desde luego usted sabía
que era homosexual.
Me dio esa impresión.
También sabrá que mas del 90% de los casos
de chantaje son de origen homosexual.
Entiendo su razonamiento, inspector.
Aunque no sé si es válido en este caso.
- ¿No puede aventurar una suposición?
- No.
Una ley que envía a
los homosexuales a la cárcel
ofrece muchas oportunidades
para el chantaje.
- Gracias, señor. Ha sido de gran ayuda.
- Gracias.
¿Tiene... alguna pista
sobre el chantajista?
No, señor. No lo hemos podido sacar
ni una palabra a Barrett. Y es una pena.
El chantaje es un delito simple si colabora
la víctima. Pero sin ello, es imposible.
¿Puedo... ver a Barrett?
Me gustaría hablar con él.
No es posible. Barrett se ha
ahorcado en su celda esta tarde.
Está muerto.
Siento haberle hecho esperar, Sr. Stone.
El inspector ya puede verle.
- Le acompañaré enseguida.
- Gracias.
Por aquí, Sr. Farr.
Ese era Eddy Stone.
Le hemos traído para
identificar el cuerpo.
¿Stone?
Trabaja en la taquilla de
la estación de metro de Twofosters.
Es un amigo de Barrett.
- Buenas noches, señor.
- Buenas noches.
¿Sabía que estaban chantajeando
a su amigo?
No, creí que simplemente estaba harto.
¿Cómo de bien conocía Barrett
al Sr. Melville Farr?
¿A quién?
El caballero que estaba conmigo
cuando le vi en la entrada.
No lo sé, nunca le había visto antes.
Boy nunca mencionó a nadie llamado Farr.
Entiendo.
Su amigo era muy reservado.
¿No le hacía confidencias?
No.
¿Por qué iba a hacerlas?
¿Puedo irme ya?
No veo por qué no.
Si decide recordar lo que
Barrett le dijo, díganoslo.
El chantaje es un asunto muy serio.
El asesinato también.
Tiene razón. Es como si ese chantajista
hubiera asesinado a Barrett.
Quiero cogerle antes de que haga mas daño.
¿Farr le ha reconocido?
No, señor.
Sea lo que fuere que el chantajista
conocía de Barrett le concierne a Farr.
Pero el Sr. Farr está casado, señor.
Y eso qué tiene que ver, Bridie.
Llevó a Barrett en su coche.
No hay nada de malo en eso.
Quizás no. Lo que me preocupa
son las otras veces.
Investiga a Barrett.
Averigua si tenía alguna relación.
- Dile a Hoey que saque el traje bueno.
- Muy bien, señor.
Si esos desgraciados viniesen a nosotros.
Y si llevasen una vida normal
no haría falta que viniesen.
Si la ley castigara todas las anormalidades
estaríamos muy ocupados, sargento.
A pesar de todo, esta ley
se aprobó por muy buenas razones.
Si se cambiase,
aparecerían otras debilidades.
Ya veo que es usted
un auténtico puritano, Bridie.
No hay nada de malo en ello, señor.
Claro que no. Pero hubo un tiempo
en que eso iba contra la ley.
Ya... muy bien, señor.
- Hola, cariño.
- Hola, amor.
Perdona por el retraso.
¿Te ha llamado William?
Me dijo que tenías
una noticia maravillosa.
- Casi no podía contenerse.
- Una noticia maravillosa.
Oh, sí. El presidente de la Cámara de
los Lores ha aceptado mi solicitud.
¡Eso es fantástico!
Tenemos que celebrarlo.
No tengo ganas de celebrar nada
esta noche, si no te importa.
Mel, ¿te encuentras bien?
William me ha dicho que estabas contento,
¿qué te ha pasado en el camino?
Dijo que tenías que ir a la comisaría.
¿Has tenido algún accidente o algo?
No, no, estoy bien.
Lo siento.
Voy a prepararte un baño.
- ¿Eres tú, cariño?
- ¿Quién va a ser?
- Aquí tienes la leche.
- Gracias.
Al lado del teléfono
te he dejado unas cartas.
- ¿Cuándo han llegado?
- El lunes o el martes.
La cogí con las mías y me olvidé.
- A Farr le ponen la toga de seda.
- Es verdad. Y sólo tiene 40 años.
- No hay quien le pare.
- Ya le veremos en la cámara.
Tiene mucha práctica,
no creo que tenga problemas.
¿Sr. Farr?
¿Qué quiere?
- Quiero hablar con usted.
- Tendrá que concertar una visita.
Creo que debe ver esta fotografía.
Esto es por lo que Boy estaba pagando.
Usted y él. Lo acabo de descubrir.
Será mejor que suba.
- Buenos días, Sr. Farr.
- Buenos días, William.
- Si hay alguna llamada, atiéndala usted.
- Sí, señor.
- Esta mañana tenemos un juicio.
- Sí, lo sé.
Ahora ya lo entiendo. Boy robó todo
ese dinero para pagar por el negativo.
Pero esos cerdos nunca se lo enviaron.
Sólo otra foto para que no lo olvidase.
¿Cómo...?
¿Cómo la han podido hacer?
Está claro que estaban siguiendo a Boy.
Un teleobjetivo. Es un viejo truco.
Usted estaba en el coche.
Es imposible que lo viera.
¿Se la ha enseñado a la policía?
Por supuesto que no.
Precisamente eso es
lo que él quería evitar, ¿no lo ve?
Sí, lo veo.
Lo veo.
Pero por qué ha tenido que...
¿Ahorcarse?
La policía acabaría haciéndole hablar.
No quería involucrarle a usted.
Usted estará bien.
- Sí.
- Debió acudir a usted.
No era capaz de llevar una cosa así
él solo. Debió hablar con usted.
Lo hizo.
Creí que quería chantajearme,
y no quise hablar con él.
¡Dios mío!
Pobre Boy.
No lo quedaban muchas salidas entre
usted y el chantajista, ¿verdad?
No.
Bueno, tengo que irme.
- Sólo pensé que querría saberlo.
- No, Stone, espere un minuto.
- ¿Sabe quién le estaba chantajeando?
- No.
Pues lo voy a averiguar.
Y usted me ayudará.
¿Para qué?
Se acabó, está muerto.
Tienen miedo de tratar con usted, si no
lo habrían hecho desde un principio.
¿Para qué meterse en líos?
Si no le hubiera evitado con tanta
insistencia, esto no habría pasado.
Pero ha pasado y no voy a permitir
que queden impunes.
Si se mete en esto, puede acabar
en un gran escándalo.
- Y usted no será el único afectado.
- Lo sé.
No puedo ayudarle.
No sé nada.
No tiene que saber nada.
Todo lo que tiene que hacer es observar.
Observar el miedo.
El miedo es el oxígeno del chantaje.
Si Barrett pagaba, otros lo harán.
¡Encuéntreme a uno!
Está loco Sr. Farr.
No piensa con claridad.
¿Va a ayudarme, sí o no?
De acuerdo. Estaré al tanto.
A mi también me gustaría pillarlos.
Pero recuerde, si consigue terminar
con ellos también terminarán con usted.
Llámeme.
Lo haré.
Adiós.
- Deberían llegar mañana a la mañana.
- Bien.
Ahí van, PH.
Palomas mensajeras.
Espero que regresen con una buena carga.
Bebamos un jerez en "Chequers".
Me gustaría escuchar las charlas.
Todos estarán hablando
sobre Boy Barrett.
¿Quién hubiera pensado
que terminaría así?
¿Quién no?
Me inquieta, PH, ojalá
pudiéramos volver a Cheltenham.
Sólo un poco más, Mickey.
Terminaremos pronto.
- Ahora vamos a cruzar, ¿no?
- Sí.
Estoy lista para ir al Correo, Sr. Doe.
Sr. Doe...
Estoy lista para ir al Correo.
Boy ha muerto.
Se ha ahorcado.
Está en el periódico.
Tengo que ir al Correo.
¿Puede quedarse en la tienda?
No.
Cierre la tienda.
Corra las cortinas.
Srta. Benham,
si viene alguien haciendo
preguntas sobre Boy...
No me interesan sus asuntos Sr. Doe.
Yo vengo sólo a trabajar.
Yo sólo quería darle una lección.
Pensé que volvería.
Pensé que volvería.
No saben nada excepto lo que
sale en los periódicos.
Bien, eso ya es suficiente,
¿no te parece?
- Henry "El Peines" parece un muerto.
- La Troll está hablando.
Ha dicho, "Barrett nunca ha tenido dinero,
¿qué ha hecho con todo ese dinero?"
Podría contestar a eso rápidamente.
Phip se está acercando.
Madge le va a invitar.
Ya sabe lo que se hace.
Los he perdido.
Llena los vasos, Mickey.
Que sea Tío Pepe, no esta porquería.
Por supuesto, PH.
Vamos, otra ronda para todos
y os sentiréis mejor.
Gracias Madge.
Una cerveza para mí.
Esta semana tengo dinero.
Hago de modelo para Mandrake.
Neveras de lujo.
Mandrake se porta bien contigo.
Somos buenos amigos.
Nos conocimos hace 20 años
en Bournemouth.
Gracias, pero yo no quiero.
Hoy no tengo ganas de beber.
- Me voy. Adiós a todos.
- Adiós.
Para ser un hombre sentado en una mina
de oro está bastante triste.
Henry ha vendido su mina de oro.
¿Cómo? ¿Qué has dicho?
Ese tipo de allí.
Es de la inmobiliaria
que la ha adquirido.
Creo que me voy a ir. Hasta luego Madge.
Nos tomamos una la próxima vez.
No llegará ese día.
- Fred.
- ¿Sí?
¿Quién es el tipo del bombín?
No para de mirarme.
No lo sé.
Iba mucho al Wheatsheaf cuando yo.
Un auténtico lobo solitario.
Será mejor que me vaya.
Nos vemos.
- Hasta pronto, Eddy.
- Sí. Salud.
No entiendo como los aguantas.
¿A quienes?
Eddy, Phip y el resto.
Todos son iguales, todo el lote.
Pensaba que te divertían.
Para reírte un rato no están mal.
A veces son ingeniosos. O generosos.
Pero odio lo que son.
No me mires así.
No son del todo normales, querido.
¿Pero eso qué te importa?
Si fueran cojos te darían pena.
¿Darme pena? A mí no.
Siempre tienen alguna excusa. En todos
los periódicos que mires, excusas.
El entorno. Demasiado cariño en la
infancia. Falta de cariño en la infancia.
No lo pueden evitar.
Es parte de su naturaleza.
Para mí, la parte débil
y podrida de su naturaleza.
Y si lo legalizan, tendrán que hacer
lo mismo con todas las perversiones.
Vamos Mickey, este sitio
empieza a aburrirme.
Vamos a ver lo que
nos ha traído el cartero.
Debería haber una buena bolsa hoy.
Nuestros esfuerzos serán
bien recompensados
Que pasen un buen día, caballeros.
- Hasta mañana, espero.
- ¡Cabrón hipócrita!
¿Qué más puedo hacer en este negocio?
- Eddy, acabo de verte pasar.
- ¿Has vendido tu tienda?
¿Quién te lo ha dicho?
Fred, en el "Chequers".
Escuchó al de la inmobiliaria.
¿Por qué, es un secreto?
No, claro que no.
Pero me gustaría que la gente
se preocupase de sus asuntos.
De todos modos, me marcho el jueves.
Eddy, siento mucho lo de Boy.
- Lo echarás de menos.
- Sí.
Si vas a enviarle flores,
pon algunas de mi parte.
Sí, lo haré.
Bien, entonces adiós.
Sí, adiós. Buena suerte.
- Un día frío, señor.
- Sí.
Tome asiento, señor.
Le atenderé en seguida.
No sé si esto nos llevará
a alguna parte.
Ese tipo que conozco tiene
una barbería que va bastante bien,
y últimamente está muy nervioso.
Ahora, de pronto, ha decidido venderla.
Puede ser que
también le estén chantajeando.
¿Cuál es su dirección?
¿Y su nombre?
Estaré allí antes de que cierre.
Tengo que colgar porque tengo clientes.
Henry de la calle Harbourne.
Eso es. Adiós.
- Gracias.
- Gracias.
¿El Sr. Henry?
Lo siento señor, estamos cerrando.
No voy a tardar mucho.
Es un asunto privado.
- Entonces me marcho, Sr. Henry.
- Bien George. Yo cerraré. Buenas noches.
- Tengo entendido que vende el negocio.
- ¿Quién se lo ha dicho?
- Está siendo chantajeado.
- ¿Qué dice?
- ¿De qué está hablando?
- Va a vender su negocio.
Yo no le he dicho a nadie
lo que voy a hacer. ¿Quién es usted?
¿Quién le está chantajeando?
No lo sé.
¿Quién es usted?
¿Es de la policía?
No.
Soy amigo de una persona
que usted conocía.
Boy Barrett.
Quiero saber quién le ha asesinado.
Usted puede ayudarme.
¿Cómo les paga?
No lo recuerdo.
No le voy a decir nada.
No puedo evitar ser como soy,
pero la ley me llama criminal.
He estado en la cárcel cuatro veces.
No podría soportarlo otra vez.
No a mi edad.
Me voy a Canadá. He decidido ser razonable
como decía el médico de la prisión.
No me importa lo solo que esté,
pero seré razonable.
Ya no puedo soportar más problemas.
Siento lo de Boy Barrett, pero está muerto.
Acabado. Ya nada puede ayudarle.
La muerte de Barrett fue un asesinato.
¿Quiere que quede sin castigo?
¿Quién...?
¿Quién es usted?
Melville Farr. Soy abogado.
No puede hacerle nada en Canadá. Dígame
cómo le paga y yo me encargaré de él.
No serviría de nada.
- ¿Conoce a alguien mas que también pague?
- No.
- Creo que sí.
- No voy a decir una sola palabra más.
Mi número está en la guía.
Si cambia de opinión, hágamelo saber.
Imposible. Tengo que pensar en mí.
La naturaleza me hizo una jugarreta.
A cambio voy a disfrutar de unos pocos
años de paz y tranquilidad.
Tiene un cargo muy importante.
A usted le escucharán.
Usted debería exponer nuestro caso.
Dígales que no hay ninguna
cura mágica para nosotros.
Desde luego no en una celda.
He llegado a sentirme como
un criminal. Un delincuente.
¿Sabe lo que creo, Sr. Farr?
Creo que Boy Barrett
está mejor donde está.
Nunca nos hemos visto Henry,
pero nos conocemos.
Podría decirse que somos
amigos de correspondencia.
Dicen que te vas a ir
sin pagar tus deudas.
Muy mal, Henry.
No puedes desaparecer así, sin más.
- Yo...
- No me interrumpas.
Has estado hablando con
el Sr. Melville Farr. ¿Qué le has dicho?
- No le he dicho nada.
- Vamos Henry, piensa.
¿Qué le has dicho al famoso abogado?
No le he dicho nada.
¡Viejo ridículo y baboso!
Si pudieras verte,
esta noche aparentas tu edad.
Y qué color más raro tienes.
Creo que necesitaremos un poco
de privacidad.
Ya sabes, podría hacer
mucho daño aquí.
Cinco, diez minutos.
Y no quedara mucho de tu negocio.
Deja de lloriquear.
No hay nada que no se pueda arreglar
con una pequeña charla.
Quiero una respuesta a
una simple pregunta.
¿Qué le has dicho al Sr. Farr?
Hola doctor.
Buenas noches, Sra. Farr.
Debería irse a casa.
Sólo quería ver cómo lo acababa.
- Parece que está mucho mejor.
- Ha estado dibujando toda la tarde.
Quizá esto le ayude a resolverlo por
si solo. Infórmeme de su evolución.
Estaré otros cinco minutos más.
Parecía estar bien cuando me fui del lugar.
Hacía ruiditos con la garganta.
Bueno, parece que hemos perdido
a un buen subscriptor.
No, no creo que le dijese nada a Farr.
Sí.
Sí, tienes razón.
Farr está demostrando mucho interés.
Creo que debemos averiguar
lo que pretende.
Un policía de ronda
vio la puerta trasera abierta.
Henry estaba tirado en el suelo,
con el teléfono en la mano.
Y la tienda destrozada.
Estaba delicado del corazón.
¿Has dicho que tenía
el teléfono en la mano?
Sí, eso es.
¿Conoces a alguien llamado Troy Carraway?
Nunca he oído ese nombre.
¿Tiene algo que ver con Henry?
No sé si tiene algo que ver.
Han dejado un curioso mensaje
en mi casa esta noche.
La criada dice que quien llamaba
parecía borracho o enfermo.
Pero al parecer dijo algo
como "Troy" o "Try Carraway."
- ¿Podría haber sido Henry?
- ¿Carraway?
¿Te suena de algo?
Espera un momento.
Conozco a un tipo que se cortaba
el pelo donde Henry. Eso es.
- Pero no era Carraway...
- ¿Cómo?
Es algo así. Es un tío famoso.
Seguro que lo conoces.
Actúa en "El encanto de una chica".
¿Si?
El Sr. Melville Farr quiere verle, señor.
Hágale pasar.
El Sr. Farr.
Encantado. No sabía que estaba en el patio.
No lo estaba. He llegado tarde a la obra.
- No importa. Siéntese.
- Gracias.
He disfrutado viendo
sus actuaciones varias veces.
Cuando usted y Leigh Hunter defendieron al
Dr. Porchester. Debería haberse colgado.
Por un momento, pensamos que lo haría.
- Estábamos muy confiados.
- ¿Qué puedo hacer por usted?
He venido para ver si puede ayudarme.
Otro matinal para caridad no.
Ya he hecho dos este mes.
No. Esto es algo bastante más serio.
Es una impertinencia y puede que
esté equivocado, pero...
¿Ha recibido un sobre como este
pidiéndole dinero?
¿Es alguna clase de broma?
- Dígame cómo lo paga.
- No sé de qué me está hablando.
Yo creo que sí.
Tengo...
un cliente en la misma situación.
Pensé que podría ayudarme
a acabar con todo esto.
Albert, el Sr. Farr se marcha.
Gracias. Encontraré la salida.
- ¿Puedes conseguirme un periódico?
- Por supuesto, señor.
Ahora mismo.
Hola, ¿Teddy? Soy Tiny.
Gracias a Dios que estás en casa.
Estaré allí en 20 minutos, ¿de acuerdo?
Señor, han encontrado a un barbero muerto
en la calle Harbourne.
Acaba de aparecer en el teletipo. La tienda
está destrozada. Parece un asesinato.
La calle Harbourne, eso está en el centro.
¿No hay suficientes delitos en esta zona?
Era un homosexual convicto, señor.
Entiendo.
Puede que haya alguna conexión
con el caso Barrett.
- Si también le estaban chantajeando...
- Ya sé hacer conjeturas. Quiero hechos.
Sí, señor.
Si al menos uno lo denunciase.
Sólo uno.
- Están preocupados por esa violencia.
- Claro, sólo son minusválidos.
Creí que tendríamos noticias del Sr. Farr.
Mel...
El chico del periódico. Barrett.
El que se ahorcó
en la comisaría de Fulham.
¿Es el mismo chico que llamó aquí?
Sí, lo es.
¿Te llamó la policía?
Sí.
¿Por qué?
Parece ser que encontraron una libreta.
Había recortes.
Artículos sobre mí.
Fotos.
¿Por qué?
Admiración.
¿Quién era ese Boy Barrett?
Le había llevado en el coche alguna vez.
Nunca me lo dijiste.
No.
Los periódicos dicen que era contable.
Que había robado dinero a la empresa.
¿Cómo conociste a un chico así?
La primavera pasada.
Tras una sesión larga.
El último bus se había marchado.
Eso es sólo una vez.
Y tú has dicho a veces.
Lo sé. ¿No podemos hablar sin convertir
esto en un campo de batalla?
Dejaste de verle y se suicidó.
Igual que Phil Stainer.
No.
No es igual que Stainer.
Barrett era...
¿Qué era Barrett?
Cuando nos casamos,
no teníamos secretos entre nosotros.
Te he hice una promesa y no la he roto,
si es eso lo que quieres decir.
¿Por qué dejaste de verle?
Empezaba a apreciarme demasiado.
¿Estás seguro que
tú no le apreciabas demasiado?
¡Contéstame!
Quiero saber la verdad.
Quiero saber por qué se ha ahorcado.
Le estaban chantajeando.
- ¿Por eso robaba?
- Sí.
¿Alguien descubrió que
era homosexual y le chantajeaba?
Eso es.
Hacen falta dos personas
para un chantaje.
¿Eras tú el otro hombre?
¿Eras tú?
Dímelo todo, quiero saberlo.
Yo no quiero que lo sepas.
Prefiero saber que adivinar.
Hacía meses que pagaba...
para evitar que las copias circulasen
por el colegio de abogados.
¿Por qué está llorando?
- Acababa de decirle que no le vería más.
- Sabía que era el final.
Y tú también.
Mira la foto.
Hay tanto dolor en tu cara
como en la suya.
No has cambiado.
A pesar de nuestro matrimonio,
en tu interior sigues siendo el mismo.
Por eso dejaste de verle.
- Sentías por él lo mismo que por Stainer.
- ¡Eso no es verdad!
Ese chico te atraía de la manera
en que a un hombre le atrae una mujer.
¡Laura! ¡Laura! ¡No continúes!
¡Por el amor de Dios, para!
No puedo parar.
Te quiero demasiado para parar.
Pensaba que me querías.
Si es así, ¿entonces qué sientes por él?
¡Tengo que derecho a saberlo!
Muy bien. ¿Quieres saberlo?
Te lo diré. No estarás satisfecha
hasta que lo sepas, ¿verdad?
¡Hasta que me lo hayas sacado!
Dejé de verle porque le deseaba.
¿Lo entiendes? ¡Porque le deseaba!
Bien, ¿de qué te sirve?
¿Cuándo empezó?
Desde el momento en que le vi.
¿Y a eso no le llamas amor?
No.
Si fuera amor,
¿por qué iba a querer acabar?
¿Por qué lo iba a hacer si fuese amor?
Sus sentimientos hacia ti,
¿cuáles eran?
No lo sé.
Bueno, quizás para él...
Quizás para él fuera amor.
La única clase de amor
que él podía sentir.
Y murió por ello, por protegerme.
Ese pensamiento estará en ti
durante el resto de tu vida.
No creo que haya sitio
para mí también.
Sí, señor.
Un momento, por favor.
Lord Fullbrook, señor.
Gracias, Sra. Brooks.
Dime Charles.
¿No puede esperar hasta el lunes?
Debo decir que suena muy dramático.
Muy bien.
Si dices que son motivos personales.
¿Qué dirección?
El 18 de Nightingale Mews.
Adelante.
Fullbrook le espera dentro.
Hola Farr.
Me alegro que hayas venido.
- Era una cuestión de vida o muerte.
- Para mí lo es.
- ¿Ya os conocéis?
- Ve al grano, Teddy. Al grano.
Me temo que ayer noche en el teatro
hiciste enfadar a Tiny.
- Pregúntale para quien trabaja, Teddy.
- Te has propuesto armar un buen lío.
Quiero que lo dejes.
¿Exactamente, qué tiene esto
que ver contigo Charles?
Bueno, el dinero que le piden a Calloway,
es por nosotros tres.
Entiendo.
Francamente, estoy sorprendido.
Sabes que el invertido es parte
de la naturaleza. ¿Jerez?
Hace años que te conozco, Charles.
Uno es discreto con estas cosas.
- ¿Qué quieres? - Convence a tu
cliente para que se nos una.
Pagaremos al chantajista
una sola cantidad.
- ¿Alguna idea de quién es?
- No.
La extorsión es algo asqueroso.
- ¿Dónde dejáis el dinero?
- En el...
Ahí lo tienes Teddy,
¡no has conseguido absolutamente nada!
Esta aparentemente tranquila aceptación
del chantaje debe parecerte rarísima.
¿Te has cuestionado la ley que
nos hace víctimas de cualquier maleante
que descubra nuestros
instintos naturales?
Pagar el chantaje no va ha cambiar
la ley, sólo va a fomentarlo.
Tenemos que pagar. Díselo Teddy.
Explícaselo.
Si no pagamos acabaremos en la cárcel.
Nuestro llamado delito se considera
casi igual que el robo a mano armada.
Las leyes hechas por el hombre
nunca son perfectas.
Yo nací así, Farr.
Pero nunca he pervertido
a la gente normal.
¿Por qué me fuerzan a vivir fuera de la ley
si busco amor de la única forma que puedo?
Eres una estrella, Calloway.
La gente como tú establece las modas.
Si la gente joven supieses cómo vives,
¿podrían considerarte un ejemplo?
A la juventud hay que protegerla,
en eso estamos todos de acuerdo.
Eso no significa que el tener relaciones
con hombres en privado deba ser condenado.
Ni ser víctimas de chantaje.
Si se tiene edad para votar, se tiene
edad para elegir tu estilo de vida.
La mayoría llegamos a la tumba
sin alcanzar esa fase de responsabilidad.
¿Apoyas esa ley?
Soy abogado.
¿Tienes noticias de los Stainers, Farr?
Yo era el secretario del padre.
Por eso sé que el joven Stainer
se suicidó, mientras que tú sigues vivo.
Te envolviste en moralidad y te casaste
con la hija del Juez Hankin.
Como cuando un alcohólico hace una cura.
Ya me parecía que todo esto
te irritaba muchísimo.
Ahora veo que era como la ira de Caliban
al ver su imagen en el espejo.
Puede que comparta vuestros instintos
pero siempre me he contenido.
Eso es lo que le costó la vida
al joven Stainer.
¡Era un neurótico y un histérico!
"¡Recházame y me mataré!",
siempre amenazando.
¿Qué le pasó a Stainer?
Estudiamos juntos en Cambridge y
fuimos buenos amigos durante un tiempo.
Era inteligente. Divertido.
Pero bastante inestable
y totalmente posesivo.
Una noche me telefoneó para decirme
que se iba a suicidar.
No le creí.
Ya lo había dicho antes.
Pero al parecer, esa vez iba en serio.
Y eso es todo lo que pasó.
Esta historia no nos lleva a ninguna parte.
¿Lo hiciste o no? ¡A quién le importa!
Lo que tienes que hacer es olvidar esa
tontería de descubrir a los chantajistas.
Si lo haces, nosotros caeremos con ellos.
- Tienes que pagar.
- Paga tú, Calloway.
Yo tomaré mi propia decisión.
Cariño.
Cariño, entra en casa.
Hace frío.
¿Has estado despierta toda la noche?
Sí, he estado despierta.
Pensando.
Cuando me contaste lo de Phil Stainer,
ya estaba acabado. Era el pasado.
Supongo que yo era joven y vanidosa.
Creí que el matrimonio te haría feliz.
Me equivoqué.
Ese impulso sigue ahí.
No hay un solo día
que no dé gracias a Dios por tenerte.
Mel, yo no soy un salvavidas.
Soy una mujer, y quiero
que me quieran por lo que soy.
Yo te quiero.
Si él estuviese vivo, junto a mí,
¿a quién elegirías?
Tú ya tienes una respuesta.
Pero todavía está en tu corazón.
Me siento completamente destrozada.
¿Tomamos un café esta noche?
Se respira un ambiente sepulcral
esta noche, Mickey.
Horrible. Estaré contento cuando
volvamos a Cheltenham.
Nos iremos a casa cuando hagamos
la última colecta.
Eddy va ha hacer otro discurso.
Henry pagaba la contribución y
los impuestos como cualquier otro.
Pero sabían que no llamaría a la poli,
así que sólo pudo mirar como
esos cabrones le destrozaban el negocio.
- Tú no sabes si pasó así.
- No pudo pasar de otra manera.
- ¿Eh, Phip?
- No quiero pensar en eso, amigo.
No es agradable.
- Una llamada para usted, Sr. Mortimer.
- ¿Quién es?
Un tío. Ha dicho que le diga Sandy.
- ¿Madge?
- ¿Qué?
- ¿Qué estas bebiendo?
- No más para mí, querido.
Hoy trabajo. Modelo de fajas
para Hobday & Rouse's.
Espero que el estudio esté caliente.
Siempre es lo mismo.
Abrigos en agosto y bikinis en Navidad.
- Bien, así es la vida. Hasta luego.
- Adiós.
No sé cómo voy a hacerlo.
¿Pero cómo?
Eso es imposible.
Lo sé.
¡He dicho que ya lo sé!
Lo conseguiré.
Lo conseguiré.
Sí, de alguna forma.
Pica algo, venga.
No, gracias Eddy.
Pues parece que te hace falta.
¿Cuánto has adelgazado en este mes?
No estaría mal, ¿verdad?
Si uno de nosotros le echase narices
y se convirtiese en un soplón.
¿Te están chantajeando, Phip?
- Yo no he dicho eso.
- Lo querías decir.
Imaginaciones amigo, imaginaciones.
De acuerdo, de acuerdo.
No te enfades.
Yo no te estoy sugiriendo que vayas
a la comisaría y lo sueltes todo.
Sólo quería asegurarme.
No me metas en nada, amigo.
Sé cuidarme solo. Hasta luego.
Cualquiera puede necesitar un coche...
amigo.
Puede poner una moneda en la válvula,
le aseguro que no se moverá.
- ¿Puede dar una vuelta por el parque?
- Por supuesto, señor.
- ¿Cómo se ha enterado?
- Eddy Stone.
Eddy no tiene derecho a meterse en
mi vida. Cuando le pille me va a oír.
¿Por qué no les pide que le dejen en paz?
No me atrevo.
No puedo permitírmelo.
El mínimo escándalo, y el viejo no me
dejará nada. Y la herencia no está mal.
- ¿Y usted qué? No ha venido por el paseo.
- Conocía a Boy Barrett.
Que final más trágico.
Vino a verme pero no pude
hacer nada por él. No tenía dinero.
Sí, ya se le ve.
Es usted muy realista.
Es una situación muy real.
¿Qué es lo que tienen contra usted?
Unas cartas... escritas a mano.
Todas firmadas.
Usted no puede comprar esas cartas.
Yo sí.
¿A qué viene esa generosidad?
Porque quiero ponerme
en contacto con ellos.
Usted me dice la próxima cita y yo iré
en su lugar. Negociaré por los dos.
Ojalá pudiese confiar en usted.
Confíe en mi cuenta corriente.
Ya sé la próxima cita. Esta noche.
A las 8 en el Smith Place.
¿Cuántas cartas?
Cinco.
Bien.
Aquí, Sr. Farr.
¿Ha traído a la policía?
No es que me importe.
Mi lema es diferente al suyo.
"Men sana in corpore sano".
¡Dios mío, tú!
No le costaría mucho al juez decidir quién
tiene una mente sana en un cuerpo sano.
Ya sabía que la esperanza blanca
de Automóviles Cavendish cantaría...
cuando les he visto dando un paseo.
¿Y bien?
Quiero comprar sus cartas y
lo que tiene de mí. Los negativos.
No quiero lo uno sin lo otro.
Debo recordarle, Sr. Farr, que no está
en posición de decidir lo que va a hacer.
Es una cuestión de costumbre.
Nosotros no acostumbramos
a vender el material original.
Y le costará caro.
No entregaré ningún dinero hasta que
no vea las cartas y los negativos.
La cuestión es cuánto.
No me presione, Sr. Farr.
No me presione.
Nosotros diremos cuándo.
Hemos hablado muchas veces,
de si lo haría o no lo haría.
Ahora ya le he conocido. Estoy de acuerdo,
no es un tipo para presionar continuamente.
Pero listo para... digamos un pago.
Bueno, no demasiado abusivo.
Se juega mucho.
Una esposa, su carrera.
Sí, cuanto más tienen
más luchan para conservarlo.
Vaya, es una idea fantástica.
Vigilaré.
Me aseguraré de que haya salido.
Un bonito saludo de aviso. Que vea
lo que pasa cuando hablas demasiado.
De acuerdo, adiós.
No hace falta que la cierres.
Tengo que volver a la clínica.
Es mejor.
FARR ES MARICA
Sólo es cal. La quitaré.
¿Qué significa, Laura?
No lo sé.
- Gamberros.
- Tonterías.
Es demasiado explícito.
Esto suena a chantaje.
¿Qué hay detrás de esto?
No lo sé.
Vamos.
Empieza a parecer un patrón.
¿Cuánto hace que lo sabes?
No sé de lo qué me estás hablando.
¿Mel es marica, como dicen?
Eso tendrás que decidirlo tú.
Ya lo he hecho, querida.
Ya es hora de que tengas
alguien con quien hablar.
¿No sabías nada de ese Boy Barrett?
- ¿No sospechabas nada?
- No.
Supongo que en el fondo
siempre he temido esto.
Pero Mel parecía tan feliz y satisfecho
con nuestro matrimonio.
Tenía éxito.
Ha tenido éxito, pero ¿qué ha significado
este matrimonio para ti?
¿Te ha compensado?
Sí.
Sí, es muy dulce y comprensivo.
No me refiero a eso.
¿Has encontrado amor verdadero, Laura?
Sí, eso creo.
Es el único que conozco.
¡Cómo se atrevió a casarse contigo!
No hay nada que no me dijera.
Me casé con él sabiéndolo todo.
¿Cómo podías entender lo que significaba?
¡Sólo tenías 19 años!
Le quería.
A pesar de todo,
No puedo dejar de quererle.
No lo puedes entender, ¿verdad?
No.
No creo que pueda.
Querida, he acusado y defendido
este delito.
De las dos maneras trae la desgracia.
- Mel no ha cometido ningún delito.
- Puede que no.
Pero lo podrido está ahí.
Mira cómo se está comportando.
¿Qué ha pasado con su integridad?
Le van a ascender, Laura.
Tal vez acabe siendo juez.
¿Cómo va a sentarse en un tribunal sabiendo
que ha encubierto un delito tan grave?
No ha hecho nada, ya te lo he dicho.
El delito del que estoy hablando
es el chantaje.
Si no va a la policía
estará encubriendo un chantaje.
Pero...
si va a la policía, será...
será el fin de su carrera.
Todo por lo que ha trabajado.
Si no lo hace, será el fin de sí mismo.
O puede ir a la policía,
cosa que no parece que quiera hacer,
o solucionarlo él solo.
Mel es listo como para acabar con ellos.
Volver su arma en su contra.
"Haced lo que digo u os entregaré."
¿Y eso en qué le convertiría?
¡En un chantajista!
Igual que ellos.
¿Quieres decir que haga lo que haga
le destruirán?
Sí, Laura.
Y no quiero que hundas con él.
Eres joven, puedes empezar de nuevo.
Deja que Mel luche solo.
¿No pensarás que voy a hacer eso?
No estoy pensando sólo en ti.
Yo tengo un hijo.
No voy a dejar que Mel sea el héroe
de Ronnie sabiendo lo que sé.
Será mejor que te marches.
Tal vez debería.
Bien, si me necesitas,
estoy al final de la calle.
Un telegrama, señor. La Srta. Hobson
pensó que podía ser importante.
PRIVADO
SÓLO ABOGADOS Y CLÉRIGOS
Voy a salir.
Cancela mi cita para comer y
pídele disculpas al Sr. Cannon.
Bien, señor.
¿Qué significa "contacté con su esposa"?
¿Ha ido alguien a casa?
No.
¿Qué significa?
Había algo en la puerta del garaje.
Letras grandes. Pintadas.
¿Qué decía?
No quiero decírtelo.
¿Qué decía?
Farr es... marica.
¿Qué significa el resto?
Todas estas instrucciones.
Dónde hay que llevar el dinero
y cómo pagar.
Lo de la puerta del garaje
es una prueba final de fuerza.
Es un cordial aviso de que tú también
podrías estar incluida.
¿Vas a ir a esa cita?
Un hombre que paga un chantaje
no es el más adecuado para entrar
en la Cámara de los Lores.
Estoy seguro de que tu hermano
ya te lo ha dicho.
No importa lo que Scott diga.
Él es el perfecto barómetro
de la moralidad.
De todas formas tiene razón.
Pero si entrego al chantajista
a la policía,
no sólo será el fin de mi carrera.
Será el fin de todo.
Y nuestra pequeña y fea historia
aparecerá en todos los tabloides.
Por otro lado, si pago,
compro seguridad.
Más o menos.
¿Qué vas a hacer?
Por el momento me voy a la ciudad.
Ya te he robado demasiado tiempo.
Cuando vuelva a casa,
espero que no estés allí.
Déjale tu dirección a la Sra. Brooks
para que yo...
para que ella pueda llevarte tus cosas.
William, venga aquí un momento.
Sí, señor.
Cierre la puerta.
Me temo que...
va a tener que prepararse
para un pequeño shock.
Siento tener que preocuparle, pero
no estoy seguro de cómo
va a terminar todo esto.
No quiero que le explote en la cara.
Entiendo las implicaciones, señor.
Pero esto no puede ser
la base de una acusación.
Lo sé.
Eso es lo trágico.
El chico creyó que sí.
No significaría nada
si no estuviese llorando.
Tal y como está,
supongo que significa todo.
Sí.
Se le reconoce perfectamente.
Tenemos que conseguir
los negativos, señor.
Gracias William.
Esperaba al menos una pregunta.
¿No tiene ninguna?
He creído en su integridad
durante 10 años, señor.
No veo por qué tengo
que cuestionarla ahora.
Con la comisaría de Fulham.
Está todo ahí. Que Marylebone los arreste
cuando vayan a recoger el dinero.
De acuerdo, señor.
Sí. ¿Quién?
Bridie.
Escucha esta llamada.
Pásame al Sr. Farr.
No, señor. No estoy sorprendido.
Pensaba que antes o después
iba a llamar.
Sí, Sr. Farr, le escucho.
Seis palomas mensajeras,
no está mal para ser la última colecta.
Muy bien, querido.
Y esta parece que trae
un bulto en el pico.
Un cheque de 50 libras
de esta mujer de Exeter.
Sí que sabes amontonar con las desgracias.
- No las abras en la calle, Mickey.
- Creí que te gustaría saberlo.
A nosotros también nos gustaría.
- Es justo, hijo.
- ¿De qué está hablando? ¿Quiénes son?
- Agentes de policía. Haciendo un arresto.
- ¿Con qué cargos?
- Sí, ¿de qué se nos acusa?
- De estafa.
Un sistema de cartas para pedir.
Se hacen pasar por viudas y huérfanos
con la intención de cobrar dinero.
"Me impresionó mucho su carta explicándome
la trágica muerte de su marido.
Nada puede aliviar su pena,
espero que el cheque le ayude a Ud y a su
pequeña Wendy a superar su situación."
Vamos, el coche está esperando.
Va tarde al correo, Srta. Benham.
Tendrá que volver rápido.
Me iré antes y las llevaré a la oficina
de correos que hay delante de mi casa.
¿Puedo ayudarle, señor?
- ¿Dónde tienen los clásicos?
- En el fondo.
- ¿Puedo mirar?
- Por supuesto.
Déjelo señor, yo lo arreglaré.
Usted es Melville Farr, ¿verdad?
Sí.
¿Quiere pasar por aquí, por favor?
¿Cómo se atreve a venir a mi tienda?
Déjeme llevar mi pena en paz.
Lo siento mucho, pero
¿qué tengo que ver con usted?
¡Ha arruinado mi vida!
Boy Barrett era feliz aquí, conmigo.
Le hubiese hecho socio.
Aquí hubiese tenido un hogar.
Usted lo ha destruido todo.
¿Se da cuenta de lo que ha hecho?
Me doy cuenta de todo.
¿Y bien Hoey?
El dinero fue recogido
inmediatamente, señor.
Vamos.
Ahí está, señor.
El dinero está en el bolso.
Vuelve a comisaría. Quítate el traje de
los domingos, no les arrestes de paisano.
¿Está seguro que reconocerá al joven
de la Lambretta sin las gafas?
- Le reconocería en cualquier parte.
- Bien.
- ¡Sandy! ¡Sandy!
- Espera un minuto, Bee.
- ¿Lo has recogido?
- Sí, todo está aquí.
Pasa, Bee.
Mira esto. Una toma fantástica.
Un detalle increíble para un teleobjetivo.
Una gran definición.
- Los ha tomado bien juntos.
- ¿Cómo pueden ser tan estúpidos?
¡Levantar muchachos en un parque!
Es una pena que se haya tomado
una vacaciones tan largas.
Pero no importa, tendremos
todo listo para cuando regrese.
Lamento que se termine lo de Farr.
Me gusta tener a los
saltos a un abogado famoso.
Diez días más y me voy.
Sincronizado como siempre. Una semana
de aviso al Sr. Doe y nadie se enterará.
Por cierto, ¿dejaremos
que se vaya tu amigo?
Se lo haremos creer.
Le he dicho que venga.
Llegará en seguida.
Claro que cuando empecemos de nuevo con
el negocio le enseñaremos las fotocopias,
para recordarle que todavía
le tenemos en nuestras manos.
Eres un poco extraña, ¿no?
- ¿Qué quieres decir?
- No sé.
Una especie de cruza entre
un ángel vengador y un mirón.
Me dan asco.
Cuando me enteré de lo de el Sr. Doe
y ese chico, me puse enferma.
Están en todas partes. En cualquier sitio.
Y la policía no hace nada. ¡Nada!
Alguien tiene que hacerles pagar
por su asquerosa blasfemia.
¡Entre ahí dentro!
¿Qué creen que están haciendo?
Esto es una casa particular. ¡Fuera!
¿Qué pasa?
¿Qué es esto?
¿Qué significa todo esto?
Estos billetes están marcados.
Están arrestados.
- En la comisaría les leerán los cargos.
- Esta es la persona.
No dirá lo mismo en el juicio.
Sí que lo haré.
Será un final perfecto para
una gran carrera profesional.
"La increíble vida privada
del eminente abogado."
Un bombón para la prensa.
Ya basta.
Son muy duros, ¿verdad? Cuando
se trata de proteger a pervertidos.
- La policía está llena de gente así.
- ¡Cállese!
Andando. Usted también.
Él no ha hecho nada.
Es una de sus víctimas.
¿Has oído eso, Phip? Tú una víctima.
Me temo que se equivoca, jefe.
Es la cuestión del perro que
se muerde la cola, ¿verdad Phip?
No ha sido culpa mía.
Yo ya no podía pagarles más.
Entonces me dijeron que
si les daba el nombre de mis amigos,
me devolverían una carta cada vez.
¿Qué les parece nuestro pequeño Judas?
Un espectáculo asqueroso, ¿no?
- Venga.
- Un momento, por favor. Zapatos.
Abrigo.
Lista.
Son los perversos los que tienen el poder.
Y crecen como la mala hierba.
Pero todo tendremos nuestra versión
en el juicio.
Andando, moveos.
No me detengan con mi verdadero nombre.
Voy a conseguir mucho dinero.
No me importará compartirlo,
no soy avaricioso. Firmaré un papel.
Lo llevaré abajo, señor.
Van a ser muy duros en el juicio.
No se preocupe, Harris.
No le decepcionaré.
No, señor.
¿Cuánto cree que les caerá?
Con su testimonio, el máximo.
La muerte de Barrett y la de ese
barbero Henry pesarán en su contra.
Es una pena que su carrera
tenga que acabar por habernos ayudado.
Alguien llamó a esta ley
contra los homosexuales...
la "oportunidad de los chantajistas."
¿Eso lo que usted siente al respecto?
Soy un policía, señor.
No tengo sentimientos.
Si quiere venir conmigo, nos sería
de gran ayuda tomar su declaración.
Sí.
Buenas tardes, señor.
El Sr. Patterson acaba de irse.
¿El Sr. Patterson?
Mel.
Mel, yo...
No esperaba encontrarte aquí.
¿Qué quería William?
Vino a decirme que habías ido a la policía.
Entiendo.
¿Cuánto tardará en hacerse público?
Habrá una audiencia previa mañana.
Tengo unas... tres semanas.
Querrás decir tres días.
No puedes evitar enfrentar a la prensa.
No puedes presentarte
al juicio como el Sr. X.
Eres muy conocido.
Y no lo haré.
Creo que si testifico con mi nombre,
puedo llamar la atención sobre
un error en la actual legislación.
¿Sabiendo que te van a destruir?
Sí.
Vamos a necesitarnos mucho, ¿no crees?
No, no, voy a pasar por esto yo solo.
No quiero que estés aquí cuando suceda.
Yo empecé todo.
Te he hecho mucho daño, lo sé.
Podré llegar al final si no estás aquí
enfrentándote a todas las humillaciones.
Me van a llamar de todo.
Mis amigos girarán la cara, y mis enemigos
dirán que ya se lo imaginaban.
No quiero que tomes parte de todo esto.
Te quiero demasiado para eso.
¿Podré volver?
Tienes...
Tienes que darte tiempo
para decidir por ti misma.
Si puedes...
Si lo puedes soportar.
Después, cuando todo haya acabado.
Cuando paren los rumores.
Porque es entonces cuando te necesitaré.
Te necesitaré desesperadamente.
Necesidad.
Es una palabra más grande que amor.
De pronto me siento muy fuerte.
¿Suficientemente fuerte?
Eso creo.