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Quizá les parezca otro día perfecto
en el soleado San Francisco...
pero no lo es.
Porque en la universidad de San Francisco,
una joven tiene su entrevista de ingreso.
Hoy es el primer día del resto de su vida.
Y si bien parece cualquier otra
aspirante universitaria despreocupada...
Teatro Hebb
Asociación de Alumnos
no lo es.
Disculpa.
¿Sabes dónde está la oficina de ingresos?
Gira a la izquierda en la boca de incendios.
Sigue por el caminito. Primer piso.
Gracias. Me salvaste la vida.
De acuerdo. Qué raro fue eso.
Es Maya Dolittle.
Y puede hablar con los animales.
Vaya, ¿no es genial?
CENTRO DOLITTLE
DE MEDICI NA VETERI NARIA
Hola. Tengo cita a las 9:00 con Ingresos.
Soy Maya Dolittle.
Dolittle. Maya Dolittle.
¿Igual que el Dr. Dolittle?
- ¿Igual que el gran Dr. Dolittle?
- Es mi padre.
¡Oye, Frank! Ven aquí, viejo.
Fíjate. Es la hija de Dolittle.
¿El tipo que salvó él solito
a esa manada de rinocerontes de Sumatra?
Sí, él. Es mi padre.
Dios mío, Dios mío, Dios mío.
Me encanta el Dr. D.
Mi gato, Don Blandito, y yo tenemos ahora
una relación mucho más profunda...
y fue todo gracias a su artículo
"Sentirse Felino".
Supongo que ése me lo perdí.
Amigos, llego tarde. ¿Ingresos?
Bajando por el pasillo a la derecha.
- De acuerdo, gracias.
- De nada.
- ¡Adiós!
- Adiós.
Adiós.
- La hija de Dolittle.
- Caray.
- Hola.
- Buenos días.
Bien, Maya. ¡Vamos! Puedes hacerlo.
Eres segura de ti misma y capaz.
Serás tan buena veterinaria
como tu padre... algún día.
De acuerdo, terapia de sonrisa.
De acuerdo.
- Hola, Maya.
- Hola.
Me llamo Doris Park Weaver.
Soy la directora de ingresos
del centro de medicina veterinaria.
- Encantada de conocerla.
- Cómo me alegra conocerte.
Tu padre le ha prestado
un servicio invalorable a esta institución.
Gracias.
Le vi dar una conferencia una vez.
Es un hombre realmente extraordinario.
Sí, me ha sermoneado un montón de veces.
Es un conferenciante de primera.
Éste es nuestro comité de ingresos.
Querían conocerte en persona.
La tesis de tu padre
sobre los trastornos de ansiedad...
en los babuinos fue excelente.
Excelente. ¿Continuarás sus estudios
sobre el apareamiento de los wombat?
- Ha hecho muchísimo por el tucán.
- Muchísimo.
Tendrás muchas ganas
de seguir sus mismos pasos.
- ¿Cuál es el título de su próximo libro?
- ¿Me firmará un ejemplar?
Sí. No estoy segura.
De acuerdo, ¿por qué no?
De acuerdo, echemos un vistazo
a tu expediente académico, ¿de acuerdo?
Bien...
al parecer tus calificaciones son...
aceptables.
Sí, bueno, en este último año
me concentré más bien...
en los aspectos sociales de la maduración
en lugar de mis estudios académicos...
todo ello con vistas a ampliar...
mi currículum vitae.
¿Y las actividades extraacadémicas?
Tal vez te uniste a tu padre
en una de sus expediciones.
Leí sobre su viaje recorriendo el Amazonas
en Invertebrados Ilustrados.
Es realmente inspirador.
Bueno, el año pasado formé parte
del comité de alumnos.
Y es algo mucho más difícil
de lo que parece.
Sí.
Veamos tus calificaciones
del examen de ingreso a la universidad.
Nunca he rendido bien en un aula.
Rindo mucho mejor
en el entorno del mundo real.
- Perfecto. Nos encantaría verte en acción.
- ¿En acción?
Ésta es la guardería de la clínica.
El comité y yo te observaremos para ver
cómo interactúas con los animales.
¡Genial! Pan comido.
Siéntense y relájense,
y dejen a estos pequeñines en mis manos.
Sí, de acuerdo.
Terapia de sonrisa.
Escuchen. Escuchen, amigos.
Vengan aquí.
Miren, esto es muy, muy importante.
La entrevista no salió muy bien,
así que ahora necesito impresionarlos.
Así que si cooperan conmigo,
se lo agradeceré mucho, ¿de acuerdo?
De acuerdo, genial.
Así que, niños y niñas,
¿a qué les gustaría jugar hoy?
¿Y si cantamos una canción?
¡Ah! hola, cabrita.
Sí, ya sé que ése es el sonido
que hace una cabra.
Pero no tienes que hacerlo,
porque yo puedo hablar con los animales.
- Quiere el biberón.
- Ah, de acuerdo, sí.
"Bi-bi". Lo sabía.
¿Quieres tu biberón?
Vamos. Aquí tienes.
¡Oigan! ¡Acá, todos!
¡Harvey salió del cascarón!
- Bienvenido al mundo, pequeño polluelo.
- ¿Mamá?
- Ah, no, no. No soy tu mamá.
- ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá!
No llores, gatita.
- Eres mi "miau-miau".
- ¿Tu "miau-miau"? ¿Qué es eso?
- Cree que tú eres su madre.
- Oye, mamá.
- ¿Sabes qué? ¿Sabes qué? ¿Sabes qué?
- ¿Qué?
- Todos creen que tú eres su madre.
- Ya voy, mamá. ¡A volar!
Perdón. Lo siento.
Ya lo tengo. ¡Lo salvé!
- Mamá, ¿tienes bocaditos aquí?
- ¡Oye, espera! Es mi bolso.
¿Sabes qué? ¿Sabes qué?
El bolso, hombre.
¿Dónde está todo lo rico?
- Dame el... ¡Mira!
- ¡Sálvese quien pueda!
- ¡Esto es divertido!
- Ya dije que nos escaparíamos.
¡Como no dejen de portarse mal,
los castigaré a todos!
- ¿Sabes qué? ¿Sabes qué? ¿Sabes qué?
- ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
Eso.
- ¡Mamá!
- Estoy en la cocina.
- ¿Cómo te fue? ¿Cómo te fue?
- No preguntes.
Supongo que ya puedo olvidarme
de que me lances algo.
- Bien, ¿cómo te fue?
- Metí la pata.
Me pusieron en la lista de espera,
y sólo porque soy una Dolittle.
Maya, cuánto lo siento.
Si no encuentro la forma
de causarle buena impresión al comité...
sugieren que encuentre
otra universidad.
No sé en qué estaba pensando.
No sirvo para ser veterinaria.
No te exijas tanto a ti misma, Maya.
Tienes tanto talento natural.
Tardarás un poco de tiempo
en desarrollarlo.
Pero ¿y si no puedo?
Sólo tienes 18 años. Ten fe, pequeña.
Encontrarás tu propia forma
de hacer las cosas, te lo prometo.
- ¿Verdad? ¿Sí?
- Sí.
¡Sí! Eso es.
Muchachos, mi vida ha acabado.
Les femmes, siempre tan dramáticas.
Ven a decírmelo después de que un gran danés
te olfatee el culo en un parque.
- De ésa no se van a olvidar nunca.
- Amigos, lo digo en serio.
Tengo 4 semanas para dar buena impresión
al comité de ingresos y no sé cómo.
¿Mencionaste mi nombre? Todos me adoran.
ESTOY CON ESTE ESTÚPI DO
Soy... ¿cómo se dice?
El personaje favorito.
¿Y si me caigo en un pozo,
como en esos programas de la tele?
Será una gran noticia
y nos haremos famosos.
Me pregunto si contratarán a Lassie
para interpretarme en la película.
Sacre bleu
¡Son los de la perrera municipal!
¡Rápido, escóndanse!
El mono ha abandonado el edificio.
No mires ahora,
pero se dirige hacia aquí.
¡Ya voy yo!
Es joven, apuesto,
con una sonrisa encantadora.
Más vale que bajes
y hagas el ridículo inmediatamente.
- Hola.
- Buenas.
- ¿Sra. Dolittle?
- ¿Sí?
Soy Cole Fletcher.
Soy un asesor de la Casa Blanca.
Este caballero
trabaja para el Servicio Secreto.
Venimos en nombre
del Presidente de los EE. UU.
Ah. Bueno, pasen.
¿En qué puedo ayudarlos, caballeros?
El Presidente desea ver al Dr. Dolittle
en la Casa Blanca de inmediato.
- ¿El Presidente?
- ¿La Casa Blanca?
- ¿Está aquí?
- Lo siento.
Está en la Antártida salvando
a una manada de ballenas de Groenlandia.
¿Pueden esperar un par de semanas?
Me temo que no. Es un asunto urgente.
Sólo él puede encargarse de esta situación.
Necesita a alguien que sepa
Hablar con los animales.
Ojalá pudiera hacer algo
por ayudar, pero...
- Puedo ir yo.
- ¿Qué?
- ¿Qué?
- Soy Maya Dolittle.
Y puedo hablar con los animales,
igual que mi padre.
- ¿De veras?
- De veras.
- La jota de picas.
- Jota de picas.
- Ay, por favor. El cuatro de corazones.
- Cuatro de corazones.
De tal palo tal astilla.
Espere. Necesito hacer una llamada.
De acuerdo. Tómese su tiempo.
- Esto no me parece buena idea.
- Mamá.
Tengo que causarle buena impresión
al comité de ingresos, ¿no?
Si consigo una carta de recomendación
del Presidente de los EE. UU...
- ¿cómo voy a causarles mejor impresión?
- No sé, cariño.
Sí, señor. Lo entiendo.
Bueno, Srta. Dolittle,
parece que va a ir a la Casa Blanca.
¡Vamos a la Casa Blanca!
¡Vamos a la Casa Blanca!
Esto no es justo. ¡Esto es indignante!
Lo siento, Mono, pero no puedes venir.
La última vez, acabamos en la cárcel
por alterar el orden público.
Si en un restaurante no quieren
que lances comida, que pongan un cartel.
Mira, lo siento,
pero esto es demasiado importante.
Mi futuro entero depende de esto.
Te traeré un poco de jabón.
¡Hasta luego, Kong!
Una vez más, subestiman al pequeño genio
con esta camisa estúpida.
¡Caray!
Yo pensé lo mismo la primera vez
que entré por esas puertas.
Vamos.
Mozo, mi maleta está en el maletero.
Cuidado con el hueso de goma.
Es una reliquia de familia.
Ah, Srta. Dolittle.
Éste es el jefe de gabinete del Presidente,
el Sr. Harold Dorion.
- Encantada, Sr. Dorion.
- Bienvenida a la Casa Blanca.
Ésta es Selma Dixon.
Ella y Cole son aprendices en mi oficina.
- Es un placer.
- Gracias, caballeros. Ya me encargo yo.
Cole, Selma, quiero esos informes sobre
Kalampore sobre mi escritorio en una hora.
- Los tendrá en media hora, señor.
- Excelente. Por aquí, Srta. Dolittle.
¿Sabes? El Presidente tiene
muchas ganas de conocerte, Maya.
Y ésta es el ala oeste.
La Casa Blanca fue terminada en 1800,
el ala oeste no se añadió hasta 1902.
Y el despacho oval no se construyó
Hasta los años 30.
Desde hace más de 200 años, las decisiones
más importantes de esta nación...
se han tomado aquí mismo,
en este despacho.
No puedo creer que me obligues a ir.
Son las vacaciones de primavera.
Van todas mis amigas.
Tus amigas no son la hija del presidente.
- Courtney, ésta es Maya Dolittle.
- Hola, encantada de conocerte.
Esperamos que madure.
Claro, y yo espero que abran un Burger King
para perros, pero no soy optimista.
- Sr. Presidente.
- Maya.
Gracias por venir.
Soy un gran admirador de tu padre.
Es un honor, Sr. Presidente.
¿Y quién es este tipo tan apuesto?
Este tipo cuenta con mi voto.
Éste es Lucky. Y también lo
tiene a su servicio, Sr. Presidente.
Evidentemente, comprendes a los perros.
Espero que puedas ayudarme con los míos.
Siéntate, por favor. ¿Harold?
Sí, señor.
Sí, todo el mundo conoce y adora a Daisy.
¡Guau!
Daisy lleva en la familia
desde que yo era gobernador.
Lleva a mi lado
desde que comencé mi carrera.
Jugó un papel decisivo
en la campaña electoral del Presidente.
Mira. Ahí está cantando el himno nacional
en un partido de béisbol.
- No desafinó nada.
- ¡Qué adorable!
Algunos creen que es un símbolo
de esta administración, de su humanidad.
Pero últimamente, nuestro Primer Perro
se ha convertido, bueno...
en una pesadilla.
Se comporta como una enajenada
y no sabemos qué hacer.
- La mujer de mis sueños.
- Cierra el pico.
- ¿Perdón?
- Ah, Ud. No. Él.
Lo siento.
Lleva un poco de tiempo acostumbrarse.
Así que, básicamente, por lo que oigo
sólo hay que hablar con Daisy.
- Puedo encargarme de eso.
- No es sólo eso, Maya.
Tenemos una crisis diplomática
con el país de Kalampore.
Verás, Maya, Kalampore tiene la segunda
selva tropical más grande del mundo.
El Grupo de Inversiones Boyd y Dunsmore
quiere explotar esas tierras...
y le hizo una oferta muy lucrativa
a la familia real de Kalampore.
Si aprueban el acuerdo de explotación, la
selva tropical desaparecerá por completo,
y con ella, las miles de especies
que viven en ella.
- Qué horror.
- Pero el Presidente...
convenció al jefe de la familia real,
el príncipe Tharoor...
para que rechace la oferta de Dunsmore
y le propuso en cambio un tratado...
que protegerá permanentemente las tierras
como una reserva de animales.
El Príncipe estaba dispuesto a firmar
este acuerdo histórico el mes pasado...
pero todo salió horriblemente mal.
Desgraciadamente, el Presidente sufrió
una horrible intoxicación alimentaria.
- Ay, no hizo eso.
- No lo diga.
Ah, sí. Encima del Príncipe.
- ¿Caramelos?
- No, gracias.
El acuerdo no se firmó,
dejamos pasar la oportunidad...
y el trato se truncó.
Ay, no.
Invitamos al Príncipe a los EE. UU.
Vamos a dar una cena de Estado en su honor.
Es un último esfuerzo desesperado
por enmendar las relaciones...
y convencerlo para que firme el acuerdo.
Y ahí es donde intervienes tú, Maya.
Verás, la hija del Príncipe adora a Daisy.
Está loca por Daisy prácticamente.
Y por supuesto,
quiere conocerla... en persona.
- Caramba.
- Exacto.
El Príncipe llegará en... ocho días.
¿Cómo? ¿Ocho días?
Necesitamos que cures a Daisy
a tiempo para la cena.
Contamos contigo.
Dejen entrar a Daisy, por favor.
- Hola, Daisy. Soy...
- Escucha.
Si crees que puedes venir aquí haciéndote
la loquera que habla con los animales...
para convertirme en un Primer Perro perfecto
que lame la mano...
entonces estás
muy equivocada, hermanita.
Te mascaré como un calcetín blanco...
y luego te cagaré en la Rosaleda.
¿Qué dijo, Maya?
Dijo "hola". Sí.
Hola, Daisy.
¡Daisy! Maya, dile que no haga eso,
por favor.
Daisy, no estornudes en los pantalones
del jefe de gabinete.
Ah, de acuerdo.
Entonces, ¿qué te parece esto?
Sí, señor. Ven aquí, Daisy...
Buen intento, Harold.
- ¡Daisy, siéntate!
- Daisy, no.
¡Ay!
¡Ay!
¡Nos vemos!
¡No me gustaría estar en tu lugar!
Qué paseo.
- ¿Señor?
- Que todo el mundo haga las maletas.
El personal, los aprendices,
el perro, Courtney.
¡Nos vamos al rancho hoy mismo!
¿Al rancho?
El rancho Sterling.
El refugio del Presidente.
¡Me pido ir delante!
Maya, ven conmigo.
¡Todos los que quieran
una visita guiada, súbanse!
Adelante. No te necesito.
De acuerdo, allá vamos.
¿Alguien ahí tiene un poco de loción?
Tengo la piel tan reseca.
Quizá encuentre un poco de áloe aquí.
- ¿De dónde vienen todos los animales?
- De lugares distintos.
Algunos fueron rescatados, otros
fueron regalos de dignatarios extranjeros.
Creamos la reserva para proteger
a varias especies en vías de extinción.
Y ahora tenemos más de 30 especies.
Criamos a decenas de ellas
y luego las dejamos en libertad.
¿Qué tiempo hace ahí abajo?
¡Caray! Es increíble.
Muchachos, miren. ¡Personas!
Estas tierras llevan en mi familia
desde hace más de un siglo.
Hace 15 años,
hice realidad mi sueño de toda la vida:
Creé esta reserva de animales
y este refugio familiar.
No me gustan mucho los animales.
Tengo alergia.
Muchos de los grandes líderes mundiales
han venido aquí.
Y en este lugar
se ha hecho mucha historia.
Mi esperanza es que la próxima semana...
volvamos a hacer historia.
¡Libre al fin!
¿Dónde puede asearse un mono por aquí?
Y esto nos lleva de regreso al complejo.
¡Atención, todos!
¡Tenemos visita!
¿Qué es eso?
Era el jardín de juego de Courtney.
Ahora lo usamos para unos animales que
viven en un hábitat diseñado para ellos.
- Ve a echar un vistazo.
- De acuerdo.
Un momento, amigos.
Miren a esa hembra.
Caramba. hola, muchachos.
Hola, preciosa. ¿Cómo estás?
Hola, persona hermosa.
Ay, no. Esto está mal.
Esto me huele muy mal.
No le hagas caso.
Creo que se comió una hormiga de más.
- ¡Cuidado abajo!
- Lucky, esto es un ualabí.
Un ualabí de las rocas para ser precisos.
¡Soy un roquero! ¡Viva la juerga!
Oye, amigos. A divertirse.
¿Dónde están los bomboncitos?
¡Anda, vamos!
De acuerdo, ese ualabí necesita calmarse.
Dímelo a mí. Me recuerda a un tipo
con el que salía. Javier.
Siempre preocupado por el aspecto
de su pelaje. Soy Rosie, por cierto.
Si necesitas información sobre algo
o cualquiera...
mis oídos pueden oír
caer un alfiler a mil metros.
Ella lo llama información.
Yo lo llamo chismorreo.
Y el chismorreo está mal.
Muy, muy mal.
Cómete una hormiga, aliento de insecto.
¡A divertirse!
- Fue genial.
- ¿Te gustó?
- Sí.
- Sensacional.
Caray, me encanta
cómo decoraste la casa.
- ¿Qué ocurrió?
- Daisy.
- Pero sólo llevamos aquí unos minutos.
- Ella trabaja aprisa.
Bienvenida al rancho Sterling.
¡Que tengas una estancia agradable!
Vamos, Daisy.
Sé buena. Ven aquí.
¿Sr. Presidente?
Maya, tengo que ir a una reunión.
Los mozos te acompañarán a tu habitación.
Me temo que esto no te va a resultar fácil.
- ¿Terapia de sonrisa?
- ¡Olvídalo! No funciona de todas formas.
¡En la biblioteca no!
Bueno, ya desempaqué.
¿Qué voy a hacer?
Daisy no es un perro.
¡Es Hannibal Lecter con pelaje!
Quizá pueda hablar con los animales,
pero no puedo hacer milagros.
Maya, una cosa que sé sobre ti
es que te subestimas...
y a veces, no pones todo tu empeño.
- ¿Leíste mi boletín de calificaciones otra vez?
- ¿Si lo leí? Falsifiqué la firma de tu padre.
Si quiero una recomendación
del Presidente...
tendré que meter en vereda a esa loca
de Daisy en menos de una semana.
No sé lo que voy a hacer.
Creo que me confié demasiado.
Sé lo que dices. Nunca olvidaré esa vez
que perseguí al Volkswagen.
Ojalá pudiera hablar con papá.
Él sabría lo que hacer.
¿Por qué no piensas en lo que haría él
en la misma situación y lo intentas?
Oye, eso no es mala idea.
Somos el mejor amigo del hombre
por una razón.
Oye. ¿Puedes arreglarme el cabello?
No tengo pulgares.
Para empezar, Daisy, quiero darte las
gracias por aceptar reunirte conmigo.
Has demostrado ser
muy civilizada y madura.
Bueno, estuve pensando
en mi comportamiento últimamente...
y decidí que era hora
de buscar ayuda.
Ah, de acuerdo. Bien, dime.
¿Cuándo notaste por primera vez
estos sentimientos de hostilidad que tienes?
Cielos, creo que quizá todo empezó...
cuando el Presidente empezó a traer
a todos los demás animales.
Ya veo, ya veo.
Creo que podría estar... bueno, ¿celosa?
Sí, celosa. Ya veo, ya veo.
De hecho,
tengo que confesar tantas cosas...
que quizá sería bueno que nos reuniéramos
todos, ya sabes, como en una...
- ¿Terapia de grupo?
- ¡Sí! Terapia de grupo.
¡Te veré en el hábitat en 10 minutos!
Esto quizá no sea tan difícil como creía.
- Daisy regresó. ¿Qué tal, preciosa?
- ¿Qué cuentas, hermanita?
Hola, amigos. Tengo un problema
que tienen que ayudarme a resolver.
- Cualquier cosa que necesites, muchacha.
- Tus deseos son órdenes para mí.
- ¿Hola?
- ¡Madre mía! Qué susto me diste.
- Lo siento.
- Cierra la puerta. ¡Cierra la puerta!
¿Quieres cerrar la puerta, por favor?
¡Ciérrala, por favor!
¿Quieres unirte a nosotros
en la terapia de grupo?
Me encantaría,
pero ¿y si veo mi sombra?
¿Y si no? Podría afectar el clima
de todo el planeta si la...
- ¡La presión me está matando!
- ¿Una marmota agorafóbica?
Qué retorcido, lo sé.
De acuerdo. Entonces... hasta luego.
Quizá.
Ve a tu lugar seguro, ve a tu lugar seguro,
ve a tu lugar seguro.
Todo el mundo, ésta es Maya.
Y puede hablar con los animales.
Hola, Maya.
¡Hola!
Un segundo. ¿No nos conocemos?
No, no, de nada. Soy Aldo.
Aldo, el mono italiano.
Y soy de... ¡Nápoles!
De acuerdo, Aldo.
Como ya saben muchos de Uds.,
ésta es Daisy...
y tiene algunos problemas
que le gustaría discutir con Uds.
De acuerdo.
Bueno, Daisy no tiene ganas de hablar.
¿Alguien más desea decir algo?
¿Conflictos? ¿Problemas? Lo que sea.
Vamos, amigos. Tiene que haber algo
de lo que quieran hablar.
Está bien. Recuerdo una vez en Nueva Delhi,
en el zoológico. Ay, fue horrible.
Si tengo que oír esta anécdota una vez más,
me voy a lanzar sobre una trampa.
- Qué grosera. Eres muy, muy grosera.
- ¿Yo soy grosera?
Gente... Amigos, quiero decir.
¡Animales, quiero decir!
¡Cálmense todos!
De acuerdo, eso es asqueroso.
Ahora escuchen todos
y respeten lo que dice cada uno.
En realidad, sí hay algo que quiero decir.
¡Lancen bombas!
¡Escotillas de bombas abiertas!
- ¡Di en el blanco!
- Buen disparo.
¡Todos a sus puestos de combate!
¡A las barricadas!
Pasa la munición.
¡Un oso hormiguero!
¡Sálvese quien pueda!
¡Abran fuego!
- ¡Te di!
- Mon dieu! Quiero decir, mamma mia!
Más vale que paren...
¡Toma!
¡Alto!
¡Les ordeno que paren ahora mismo!
¡Impacto directo!
¡Un huevo revuelto!
¡Adiós, muchachita! ¡Gracias por venir!
De acuerdo, regresemos al trabajo.
Supongo que es la distracción cómica.
Hola. ¿Me da un poco de rosbif?
¿Qué tal si tiras sin querer
un chuletón al suelo para tu viejo amigo?
Olvídalo. Sabes que te da gases.
Ah, a Ud. No. Al perro.
No me juzgues.
Discúlpenme. La naturaleza me llama.
Oye, ¿qué tal? ¿Probaste el bistec?
Así que, Maya,
¿cómo te fue hoy con Daisy?
Fue... colorido.
¿En el buen sentido o en el malo?
Yo diría que fue medio colorido.
Me temo que con eso no basta.
Necesitamos colores primarios,
fuertes, brillantes y vivos.
Necesitamos un arco iris de cinco estrellas,
y lo necesitamos urgentemente.
Sí, señor.
Y, Maya, la escena de hoy
frente al establo...
Asegúrate de que eso no ocurra
delante del Presidente.
Sí, señor. Quiero decir,
no ocurrirá... señor.
Bien.
De acuerdo, presta atención.
Hola, Shaggy. ¡Ruby-ruby-du!
- Es mi imitación de ***-Doo.
- Con un número así...
me sorprende que no tengas
tu propio programa en la tele.
¡Espera!
Hola, George. ¡Ruh-oh!
¿Astro? ¿De los Jetsons?
Necesitas un número nuevo.
Qué público más exigente.
Gracias.
- Maya, ¿quieres sentarte con nosotros?
- Claro.
Cuánto lo siento, Mayo.
¿Querías sentarte aquí?
Mi nombre es Maya.
Así que, Maya,
Háblanos un poco de ti misma.
Bueno, soy alumna de último año
en la secundaria Hamilton en San Francisco.
¿De veras? ¿Y a qué universidad irás
el año que viene?
Sigo evaluando mis opciones.
Pero estoy considerando
la escuela veterinaria.
- Pero ¿por qué no puedo ir?
- Ya hablamos de esto.
No puedes ir porque me parece
poco apropiado...
que la hija del presidente
vaya a una fiesta sola.
¡Es totalmente injusto!
Mamá me dejaría ir.
Tu madre está realizando una gira
por cuatro países y yo estoy al frente aquí.
- ¿Y Uds? ¿A qué universidad van?
- Los dos vamos a Yale.
Yo estudio ciencias políticas
y Selma relaciones internacionales.
Con un título secundario en lenguas
extranjeras: Francés, alemán, ruso y cantonés.
Voy a cambiar la política global
antes de cumplir los 30 años.
¿Y tú qué?
¿Qué objetivos tienes a largo plazo?
¿A largo plazo?
Supongo que cuidar animales.
Ah. ¿Como una guardería de perros?
Qué enternecedor.
No, como una veterinaria.
Una doctora.
Si no puedes curar al perro del Presidente,
¿cómo curarás los animales de los demás?
¿Me pasas la mayonesa, Maya?
Lo siento. ¿Puedes repetir eso?
No hablo el idioma esnob.
¿Qué?
No te comprendo.
La cena de Estado sería divertida si...
Claro, es divertidísimo desperdiciar
los mejores años de mi vida...
con ruedas de prensa estúpidas,
discursos sosos y cenas de Estado aburridas.
¡Gracias, papá!
Sí, señor.
El jefe me dice que estás
Haciendo progresos con Daisy.
Quiero un informe completo mañana, ¿sí?
- Sí, señor.
- Cuento contigo.
¿Cómo puedo informarle de mis progresos
si no he progresado nada?
No sé por qué no le gusto.
¿Crees que debería dejarme barba?
Debo encontrar otra forma distinta
de tratar con estos animales.
Porque la forma de papá
no está dando resultado.
- ¿Qué suele dar resultado contigo?
- Una galletita siempre parece funcionar.
Sí, claro, como si eso va a dar resultado.
HORMIGAS TOSTADAS
HORMIGAS CUBIERTAS DE CHOCOLATE
¿Vas a salir hoy?
- Saldría, pero voy a lavarme la cola.
- Como quieras.
Hola, todo el mundo.
Miren lo que tengo. ¡Bocaditos!
- Tilín, tilín. ¡Segundo asalto!
- Miren lo que les traje.
¡Cuidado, mono!
- ¡Saluda a mi amiguito!
- ¡Mira hacia dónde lanzas!
- ¡Toma!
- ¡Mi plato especial de hormigas picantes!
¡Te costará sacártelo del pelo!
¡Ay, olvídenlo!
Regresa pronto, ¿sí?
Maya. ¿Qué ocurrió?
Yo...
Verá...
Lo siento, señor. No sirvo para esto.
Déjame en paz, por favor.
Seguro que no fue tan horrible.
Nunca conseguiré esa recomendación.
¿Por qué seguir haciendo el ridículo?
Pero ¿y Daisy y yo qué?
Con ella me siento realizado.
Mira, ya le fallé a mi familia
y al Presidente de los EE. UU.
Olvídalo, voy a cortar por lo sano.
Tomaremos el próximo helicóptero a casa.
Cole, dije que quiero
que me dejen... en paz.
¿Estoy... interrumpiendo?
No, señor. Sólo estaba empacando.
Lamento decepcionarlo,
pero no debí venir aquí para empezar.
Demos un paseo.
Me recuerdas mucho
a mí mismo cuando tenía tu edad.
- ¿De veras?
- Me exigía mucho a mí mismo.
Esperaba demasiadas cosas
demasiado pronto.
Te presento a mis amigos.
¿Sabías que a Michael Jordan...
no lo eligieron para su equipo de baloncesto
de la secundaria?
¿Michael Jordan? ¿El mejor jugador
de baloncesto de la historia?
- Qué va.
- Ya lo creo.
¿Sabías que Einstein reprobó su primer
examen de ingreso a la universidad?
Espere.
- ¿El Einstein de E=MC al cuadrado?
- Sí.
¿Sabías que en la secundaria me presenté
para ser el presidente de la clase?
Y perdí. Terminé el cuarto.
Eso no está mal.
- ¿De cuatro candidatos?
- De acuerdo, eso es desastroso.
Lo único que me salvó
en aquel momento...
era un lema de Hank Aaron
que tenía en mi escritorio...
un famoso jugador de béisbol
de antes de que tú nacieras.
Dos palabras: "Sigue bateando".
Él decía que por muy horrible
que fuera su mala racha...
por muy deprimido que se sintiera...
él sólo tenía que seguir bateando.
- Pero, señor, tengo miedo de...
- Maya.
"Lo único que debemos temer
es al miedo mismo".
Eso lo dijo Franklin Roosevelt.
Ven conmigo.
Quiero presentarte a alguien.
Vamos, Maya.
Ésta es Lenore.
Es un lémur rojo.
Dale unas grosellas espinosas.
Le gustan.
Fue capturada por unos cazadores furtivos
y entregada a un circo malasio.
Llegó de alguna forma a un zoológico
indonesio y luego hasta aquí.
Es una especie en vías de extinción
y queríamos devolverla a su tierra natal...
pero si no consigo que el Príncipe firme
el acuerdo, la selva tropical desaparecerá.
- ¿Y los demás lémures como Lenore también?
- Por supuesto.
¿Sabías que se extinguen una media
de 74 especies todos los días?
- No tenía ni idea.
- La mayoría de la gente tampoco.
Todos tenemos tanto que aprender.
Maya, el fracaso forma parte de la vida,
incluso para la gente exitosa.
El truco es... ¿qué vas a hacer
cuando fracasas?
¿Vas a rendirte, o vas a seguir bateando?
Lucky, suelta ese hueso y desempaca.
El Presidente de los EE. UU.
Me acaba de levantar el ánimo.
Y nos quedamos.
Qué mareo, qué mareo.
¿Por qué hacen esto los perros
cuando están contentos?
CACHORROS
¿Qué haces?
¿Sabías que los spaniel Cavalier King Charles
fueron criados para la realeza británica?
Aquí tienes, Daisy.
De acuerdo. ¿Qué te parece?
¿Qué te parece?
Primer strike.
Tenme informado de cuándo
y dónde exactamente...
el Príncipe y sus...
cuando el Príncipe venga...
Espera un segundo.
¿Qué haces?
Los spaniel King Charles son más felices
sentados sobre el regazo de alguien.
¡Creo que está funcionando!
Tendré que llamarte de vuelta.
Segundo strike.
¿Sabías que tu raza es muy sociable
y le encanta jugar y buscar cosas?
- Dos palabras: "Renuncia ya".
- Dos palabras: "Ni hablar".
Una palabra: "¡Adiós!".
Sólo sigue bateando.
¡Strike tres! Estás eliminada.
¿Recuerdas en el noveno grado,
cuando tuve esa pelea con Wendy Boudreau?
¿Quién podría olvidarla?
Su cara parecía el culo de un bulldog.
¿Y cómo resolví esa situación?
Me hice amiga de sus amigas.
Qué interesante.
Yo habría cagado en sus zapatos.
Lucky, creo que es hora de tener otra sesión
de terapia de grupo.
Vamos.
Oye, ¿vas a unirte a nosotros hoy?
Sí, yo...
Recuerda lo que dijo Roosevelt:
"Lo único que tenemos que temer es al miedo".
Tienes razón. Tienes muchísima razón.
Ya salgo. Allá voy.
- ¡Soy incapaz de hacerlo!
- De acuerdo, cuando tú estés listo.
De acuerdo, Maya.
Vayamos a hacer amigos.
Hola, todo el mundo.
- ¿Cómo están todos hoy?
- ¡Rayos!
La última vez empezamos con mal pie.
Hagamos borrón y cuenta nueva.
Frustraste mi bomba de excremento.
Estoy impresionado.
Horacio, sé que extrañas a tus novias
allá en Venezuela.
Sí, es cierto.
Te sientes solo porque eres el único loro
en un radio de 150 kilómetros.
¡Sí! Eso también es cierto.
Sientes la presión de tener que ser exótico
y pintoresco las 24 horas del día.
Has leído mi alma.
Un segundo. ¿Qué está pasando aquí?
Bruce, estás insensibilizado,
yendo de parranda todo el tiempo...
porque de lo contrario,
crees que te considerarán un aburrido.
- ¿No es cierto?
- ¡Caramba!
No sabes lo que es
ser un animal juerguista.
Y, Rosie, a ti te gusta
chismorrear todo el tiempo...
porque así te sientes
el centro de atención.
Pero cuando todo acaba,
te sientes avergonzada, ¿verdad?
- ¡Sólo quiero caer bien!
- Me caes bien, amiga.
Sí, nos pareces a todos
una chinchilla increíble, ¿verdad?
- ¿Verdad?
- Tú me caes bien, Rosie.
- A mí también.
- Y por triplicado.
Oye, no te tragues esto.
Intenta engañarte.
Y, Aldo, mi amigo mono.
Sé que extrañas tus días despreocupados
en los mercados al aire libre de Italia.
Estás triste porque extrañas
a tu familia en Nápoles.
Extrañas el vino tinto de papá
y los cannoli de tu cariñosa abuelita.
La cariñosa abuelita.
No soy Aldo ni italiano.
Ni siquiera tengo una abuelita.
Soy yo, Maya. ¡Tu mono!
Lo sé. Y lo siento mucho.
No volveré a dejarte nunca más.
- Vamos, largo.
- Qué hermoso.
¿Oso hormiguero? Vamos, suénate.
Vamos, amigos. ¡Serénense!
Repite después de mí:
"Esto está muy, muy bien".
Esto está muy, muy bien.
- ¿Ves? ¿Qué sientes ahora?
- Me siento muy, muy... bien.
Pareces buena gente, muchachita. ¿Por
qué quieres enviar a Daisy a la perrera?
¿Qué? ¿A la perrera?
¿De dónde sacaste esa idea tan loca?
Te daré una oportunidad para adivinarlo.
- Me largo de aquí.
- Daisy, por favor.
- ¡No te vayas!
- ¡Daisy, regresa!
Justo cuando empezaba a sentirme bien.
¿Qué voy a hacer?
El Príncipe llegará dentro de dos días.
No entiendo por qué Daisy
se está comportando de esta forma.
Seguro que pasé algo por alto,
pero ¿qué?
¿Hola?
- ¿Oíste eso?
- ¿Qué, Lucky?
Sí. Sí, puedo ir.
En el campamento Clearwater.
Ahí estaré.
No veo. ¿Qué hace? ¿Qué hace?
Algo que no debería hacer.
Un segundo.
- Hola, Maya.
- ¿Puedes hacerme un favor inmenso?
¿Puedes llevarme a un sitio?
Sin hacer preguntas.
Lo haría, pero no tengo un auto.
Tiene que haber uno por alguna parte.
- Ya encontraremos algo.
- De acuerdo.
¿No puedes ir más aprisa?
Ya le estoy pisando a fondo.
Este campamento Clearwater
tiene que estar por aquí en alguna parte.
Quédate aquí. Enseguida regreso.
- Es genial.
- ¿Dónde lo conseguiste?
Genial. ¿Ahora me sigues tú?
Ya tengo bastante con el Servicio Secreto.
¿Y ahora la que habla con los perros?
A tu padre le dará un ataque si se entera
de que estás aquí sin el Servicio Secreto.
- Sé arreglármelas sola.
- Sí, claro.
Espera un momento.
Ya sé de dónde te conozco.
- Eres la hija del Presidente.
- ¿Qué? No, no. Soy...
¡Viejo! Es la hija del Presidente.
- ¿Quién tiene una cámara?
- ¡No!
- Vamos, vamos. Una foto.
- No. Nada de fotos.
- ¡Dijo que nada de fotos!
- ¿Y tú qué vas a hacer al respecto?
¿Llamar al Servicio Secreto?
No, pero yo sí.
- Creo que es hora de marcharse.
- Le dieron su merecido.
- Qué gracioso.
- ¿Cómo hiciste eso?
Quince años de clases de tae kwon do
rindieron sus frutos.
Enseguida regreso.
Quédense aquí mismo, ¿sí?
Así que...
supongo que te pareceré una malcriada
irresponsable y desagradecida.
La idea sí me pasó por la mente.
No te imaginas lo que es...
ser la hija de un héroe nacional...
todo lo que la gente espera de ti.
Y crees que nunca lograrás estar
a la altura de la grandeza de tu padre.
Debes ser perfecta en todo momento,
así que, ¿qué más da?
Sí, exactamente. ¿Cómo lo...?
- Tu padre.
- Exacto.
- El Dr. Dolittle, el adorado veterinario.
- El héroe nacional.
Este año pasado perdí de vista
mis prioridades.
Descuidé mis calificaciones,
ignoré mis responsabilidades...
y arruiné mi solicitud de ingreso
en la universidad.
Pero creo que lo cierto es
que tenía miedo...
miedo de no poder estar a la altura
de la reputación de mi padre.
Y venir aquí me ayudó a recordar
qué es importante para mí en mi vida...
y son los animales... aunque tuve que meter
la pata por completo para darme cuenta.
Es sólo que...
siempre espera que sea perfecta.
¿De veras crees eso?
¿O eso es lo que te dices a ti misma
para seguir enojada con él?
Tu padre no es perfecto.
Comete errores como todo el mundo.
¿Sabías que se presentó
para ser el presidente de su clase y perdió?
- Qué va.
- Ya lo creo.
Así que dale una oportunidad...
y verás que él sólo desea
lo mejor para ti.
Ni una sola palabra ninguna de las dos.
No, el rosa te va a la perfección.
Vamos. Sube aquí.
¿Quién tiene hambre?
Esto necesita chocolate caliente.
Qué rico se ve.
Unos dulces.
- ¡Ya basta!
- Comamos.
Esto necesita crema batida.
Eso les parece gracioso, ¿eh?
¿Tiene gracia?
De acuerdo. Toma.
Courtney, ¿dónde estabas?
Te estuvimos buscando por todas partes.
Bueno, yo...
Señor, fue... todo culpa mía.
Yo salí a escondidas y Courtney me siguió,
y Cole la siguió a ella.
Maya, no vinimos aquí a divertirnos.
La visita del Príncipe
es dentro de dos días...
y que yo vea, Daisy está igual
que estaba hace una semana.
- Lo siento. No volverá a ocurrir.
- Pues asegúrate de ello.
- Cole, hablaremos de esto por la mañana.
- Sí, señor.
Y tu padre quiere verte de inmediato.
Lo que hiciste antes estuvo muy bien,
asumir la culpa por Courtney.
Lo que hiciste en la fiesta estuvo muy bien.
No sé lo que habríamos hecho sin ti.
Sí, bueno, me alegró poder ayudar.
Nunca había visto a Courtney reírse tanto.
Sí, tengo la sensación de que todo
va a cambiar para mejor.
Sólo es la presión
de ser la hija del Presidente.
No me extraña.
Si tan sólo Daisy
fuese tan fácil de comprender.
Espera un momento.
Quizá Daisy sí sea igual de fácil.
No puedo creerlo. Tenía la solución
delante de mí desde el principio.
¡Eres un genio!
No... dije nada.
¡Daisy!
¿Adónde pudo ir?
Vamos, pequeña. Daisy...
Rosie, busqué a Daisy por todas partes.
¿Oíste algo?
Quizá oí un par de cosas,
pero no puedo decirte nada.
¿Qué? ¿Por qué no?
Renuncié a chismorrear.
Soy una chinchilla cambiada.
Rosie, esto no es chismorrear.
Es ayudar a una amiga.
Creo que deberíamos terminar
con este párrafo.
Daisy desapareció. Se escapó.
¿Qué? Vayamos a encontrarla.
Cole, tenemos que hacerle la presentación
al jefe de gabinete en dos horas.
Sólo es un perro.
¿Sólo es un perro? ¿Sabes qué?
Si eso es lo que piensas realmente,
entonces me das lástima.
Y no me gusta tener que decírtelo,
algunas cosas importan más que tu carrera.
Vamos, Maya.
¡Ahí está Courtney! ¡Courtney!
Busqué a Daisy por todas partes
y los demás animales tampoco la vieron.
Creo que se escapó.
- ¿Qué?
- No la encuentro por ninguna parte.
- Tranquila. Te ayudaremos a buscarla.
- Vayamos por aquí.
De acuerdo.
Bruce, tú ve hacia el norte.
Horacio, Mono,
Uds. Vayan hacia el sur.
Chinchilla, mantén el oído pegado al suelo.
Lucky, tú ven con nosotros.
No dejen piedra sin mover.
Tenemos que encontrar a este perro.
Sí, iremos hacia el sur.
No sé en qué dirección queda el sur.
Síganme.
Algo que tiene esta ave es GPS.
- Muy bien.
- ¡Adelante!
De acuerdo. En marcha.
Hola. ¿Les importa si me uno a Uds?
Pensé que necesitarían
toda la ayuda posible.
Gracias.
Vamos.
- ¡Perrita!
- ¡Daisy, vamos!
Llevamos horas buscándola.
Es inútil.
Hay mil acres aquí.
Podría estar en cualquier parte.
¿Encontraste algo, Lucky?
Informando sobre las unidades 2 y 3.
No hay señales del chucho.
Courtney, ¿habría ido a algún lado?
¿Un lugar especial o algo así?
Piénsalo bien.
No lo sé, no lo sé.
Espera. Tengo una idea.
¿Qué?
Jugábamos aquí siempre
cuando era pequeña.
- ¡Ahí está!
- Espera.
¿Me dejas un minuto a solas con ella?
Vamos, confía en mí.
De acuerdo.
Nos veremos en el rancho.
- Hola, muchachita.
- Vete.
Daisy, sé que te sientes muy presionada
siendo el Primer Perro.
Rebélate todo lo que quieras, pero no puedes
huir de quién eres. Nadie puede.
Sólo quiero que las cosas sean como antes.
Cuando él era gobernador,
éramos una familia.
Pasábamos tiempo juntos, jugábamos,
salíamos a correr, pero ahora todo cambió.
Siempre hay cámaras, reuniones, eventos,
y sólo soy un objeto político.
Eres mucho más que eso, Daisy.
Sirves de inspiración
a toda la gente de este país.
Y hay muy pocos animales
o personas que puedan decir eso.
No quiero servir de inspiración.
Sólo quiero ser... un perro.
Daisy, ven aquí. Ven aquí.
Ven aquí, pequeña.
Sí eres un perro. Un perro increíble.
Y tienes una familia
que te quiere muchísimo.
Pero todas las familias tienen sus
problemas, sus frustraciones...
y siempre deseamos
que las cosas fuesen diferentes.
Pero ¿y si en lugar de huir
de quienes somos...
empezamos a aceptarlo?
Tienes razón, Maya. Tienes razón.
¿Seguro que van a estar bien allá solas?
Creo que debemos confiar en ella.
¡Miren!
¡Vamos! Vamos, pequeñina.
- ¡Daisy! ¡Vamos!
- Buena chica.
Sí.
No vuelvas a escaparte de esa forma.
Casi nos matas del susto.
Creo que Daisy por fin está dispuesta a
hablar, si están dispuestos a escucharla.
Vamos, pequeña.
Tengo tus bocaditos favoritos adentro.
Courtney y yo también hablamos
esta mañana.
Me lo contó todo: Acerca de la fiesta,
cómo diste la cara por ella.
Es la primera oportunidad que tenemos
de hablar sinceramente en mucho tiempo...
gracias a ti.
Me alegró poder ayudar.
Un trabajo excelente, Maya.
De acuerdo, todo el mundo.
Preparémonos para la cena de Estado.
Alteza, gracias por venir.
Es un gran placer darle la bienvenida
al rancho Sterling.
Sr. Presidente,
el placer es mío sin duda.
Espero que ésta sea
una visita fructífera y productiva.
Debe de estar cansado por el viaje.
Mi personal lo acompañará a sus habitaciones
y lo veré en la cena de esta noche.
Gracias, Sr. Presidente.
Esto no va a ser nada fácil.
Damas y caballeros,
levántense, por favor.
Damas y caballeros, su Alteza Real...
el príncipe Tharoor de Kalampore.
- Alteza.
- Sr. Presidente.
Bienvenido.
Le presento a mi hija, Courtney.
Mi hija, Amina.
- Estoy tan nerviosa.
- Tranquila. Ya hiciste todo lo que podías.
Todo va a salir muy bien.
- ¡Hola, Maya! Somos nosotros.
- Qué fiesta más bonita.
Quiero ir. Quiero ir. ¡Quiero ir!
Ciérrala, monito.
Es una fiesta para personas.
La historia de mi vida, lamentablemente.
Y ahora, el Primer Perro, Daisy.
¿Dónde está? ¿Dónde está?
- Mírala.
- Ahí está.
Encantados de conocerte, Daisy.
El himno nacional de Kalampore.
Qué adorable.
Espere.
¿Sí?
Tenemos todo controlado.
Tengo algo que hará
que las ostras en mal estado...
que le di en Kalampore
parezcan una merienda con té.
Después de esta noche, es imposible
que el Príncipe firme el acuerdo.
El único documento que me relaciona
con Ud. Está en mi caja fuerte.
Le aseguro, Sr. Dunsmore,
que la selva tropical ya es historia...
y Ud. Y yo vamos a ser muy ricos.
Ay, no. ¡El jefe es un canalla!
Debo hacer algo.
Debo decírselo a alguien.
Si tan sólo pudiera salir de esta casa,
¡pero no puedo!
Bien, si salgo de esta casa,
¿qué es lo peor que me puede pasar?
La gente pensará
que la primavera llegó temprano.
Pero no soy la única marmota.
Yo no cargo con toda la responsabilidad.
Y la selva tropical.
Está en juego la selva tropical...
Pero hay otras selvas tropicales.
¡No puedo quedarme! ¡Debo ir!
¡Me voy! ¡Atrás!
¡Lo logré! ¡Allá voy! ¡Allá voy!
Lo único que tenemos que temer es al miedo.
Qué velada más maravillosa,
Sr. Presidente.
Su familia es encantadora. Este lugar,
los animales... es tan inspirador.
Espero que hayamos podido expresarle
cuánto lamentamos...
En mi país decimos:
"Por muy larga que sea la noche, amanecerá".
Eso es agua pasada.
Debemos trabajar de cara al futuro.
Debajo de la mesa.
Oye, saliste de tu casa. Felicitaciones.
¿Qué haces aquí?
Tenemos un problema grave.
Esto es horrible. ¿Estás seguro?
¿Crees que habría salido de mi casa
si no estuviera seguro?
De acuerdo, reúne a todos los animales.
Creo que tengo un plan.
Por cierto, ¿sabes silbar?
- No.
- Las marmotas se comunican silbando.
Eres un perro de las praderas.
¿Perro de las...? Ay, no.
Estoy teniendo una crisis de identidad.
Explíqueme de nuevo
sus ideas para mi selva tropical.
- ¿Cómo podemos ponernos de acuerdo?
- Me alegra que me lo pregunte.
- ¿Todo el mundo comprende el plan?
- ¿Estás segura de esto?
Si sale mal,
podríamos meternos en un buen lío.
Es un riesgo que tendré que correr.
De acuerdo, saquen las pruebas
de la caja fuerte.
Yo me encargaré
de que el Presidente no coma.
Buena suerte.
¿No deberíamos sincronizar nuestros relojes?
- ¿Dónde estabas?
- Luego te lo digo.
¡Ya está!
¡Vamos!
No hay nada aquí.
- No. Aquí no hay nada.
- Ni aquí.
- Nada de nada aquí.
- ¡Muchachos, la encontré!
¡Viene alguien!
¡Alguien me está pisando la cola!
Cuidado, amigo.
No soy esa clase de chinchilla.
¡Silencio todo el mundo!
Mono, ¿y tu cola?
- A trabajar todo el mundo.
- ¡Vamos, Mono! ¡Vamos!
¿Por dónde iba?
Damas y caballeros.
En primer lugar, quisiera decir...
que le agradezco todo lo que ha hecho,
Sr. Presidente...
por el medio ambiente global
y por organizar esta velada tan maravillosa.
Gracias.
Y quisiera anunciar en este momento...
que firmaré el acuerdo.
Alteza, gracias.
Me gustaría proponer un brindis.
Por Su Alteza, el príncipe Tharoor...
y por una larga y fructífera colaboración
entre nuestras dos naciones.
Y por el presidente Sterling...
por haberse tomado la molestia
de organizar esta maravillosa velada.
- Es un anfitrión de lo más generoso.
- Le doy las gracias.
- Por el Presidente.
- Salud.
Y ahora, la cena está servida.
Un poco más a la izquierda.
Un poquito más.
Sigue, sigue... ¡Alto!
Me adoras por mis oídos
ahora mismo, ¿verdad?
¡Alto!
Hola, Alteza.
Lo siento, Alteza.
Ésta es Maya Dolittle.
Ah, sí, sí, sí.
La reputación de su padre
es conocida en todo el mundo.
Gracias.
Yo...
¿Querías decirnos algo, Maya?
No. Quiero decir, sí.
Quisiera contarles un chiste.
Es una tradición estadounidense:
Un chiste antes de cenar.
¿Por qué llevan las vacas cencerros?
¡Porque no tienen pitones!
¿Lo entiende? Las bocinas pitan...
¡Alto! Regresa hacia la derecha.
¡La otra derecha!
De acuerdo.
Hay dos peces en un tanque.
Y un pez le dice al otro:
"¿Sabes cómo conducir esto?".
Porque están en un tanque.
¿Lo entiende?
Sí, ése me encanta.
- Gracias.
- Pero yo...
Maya, gracias.
Sí, señor.
Bien, amigos, comamos.
- ¿Estás bien?
- Supongo que sí.
Discúlpeme un momento, Sr. Presidente.
Debo consultar con mi consejero
sobre nuestro acuerdo.
Por supuesto.
A la izquierda y... ¡alto! Ya está.
¡Vamos, loro!
Ya te tengo.
¡Misión cumplida!
- Ya lo tengo.
- ¡Vamos, perro, vamos!
No me siento bien.
Espera un segundo.
No era la comida del Presidente.
¡Era la de Daisy!
- ¡Quítenme este perro de encima ya mismo!
- ¡Alteza!
Insultó al príncipe Tharoor por última vez.
¡No hay trato!
- Alteza, por favor...
- ¡Digo que no hay trato! Nos vamos.
Alteza...
¡Espere! ¡Alto!
El jefe Dorion es el
responsable de todo esto.
Le echó algo a la comida de Daisy...
y fue él quien le dio ostras en mal estado
al Presidente en Kalampore.
¿Qué? Eso es absurdo.
Éste es otro pésimo intento de encubrir
su incompetencia, Srta. Dolittle.
- Servicio Secreto, llévensela de aquí.
- Harold, oigámosla.
- Señor, de veras, yo...
- Harold.
No quiere que Ud. Y el Príncipe
firmen el acuerdo.
Ha estado intentando sabotearlo todo.
- Eso es ridículo.
- ¡Es la verdad!
La marmota le oyó
Hablando por teléfono esta noche.
¿La marmota?
Es un perro de las praderas
que se cree una marmota.
Así que su supuesta prueba
de esta historia tan descabellada...
¿es la palabra de un perro de las praderas
que se cree una marmota?
Servicio Secreto, por favor.
Lamento haberlo decepcionado,
Sr. Presidente.
¡Guau! ¡Guau! Perdón.
El perro viene a sacarlos de apuros.
Con permiso. Dejen pasar.
- Qué bonito vestido, señorita. Con permiso.
- ¡Ven!
Perdón por la saliva.
En realidad, es la palabra
de un perro de las praderas y... esto.
Estos documentos demuestran que
el jefe Dorion es un socio capitalista...
del Grupo de Inversiones Boyd y Dunsmore.
Y ganará millones
si explotan la selva tropical.
¿Dónde conseguiste esos documentos?
Harold, yo que tú contrataría
a un abogado muy caro.
Nunca me cayó bien.
Lo único que detesto más que los animales
son los adolescentes.
Srta. Dolittle,
no sé cómo darle las gracias.
Ha juntado al pueblo de Kalampore
con el de los EE. UU.
Es una verdadera heroína.
Gracias.
Yo quería cambiar el mundo
antes de cumplir 30 años.
Ella lo cambió antes de cumplir 20.
Fuiste tan valiente.
Salí de ahí vivo por los pelos,
pero valió la pena.
¿Quién tiene una pluma?
Tenemos que firmar un acuerdo.
¡Bravo, Maya!
¡Lo lograste!
- Hay que animar esta fiesta.
- Eso déjalo en manos del Mono.
¡Aquí está el mono en la onda!
¡Todos a bailar!
¡Griten!
¡Ay, sí! ¡Soy terrorífico!
¡Griten!
¡Griten!
¡Hagan el mono! ¡Menéense!
¡Griten!
¡Más salvaje!
¡Suéltense la melena!
- Abre la puerta.
- ¡De acuerdo!
Que me parta un rayo.
El Presidente de los EE. UU.
Quizá les parezca otro día perfecto
en el soleado San Francisco...
pero no lo es.
Es algo más que eso.
Después de recibir una elogiosa
carta de recomendación...
- Veamos.
- del Presidente de los EE. UU...
¡Mamá! ¡Mamá, me aceptaron!
Maya Dolittle fue aceptada
en la universidad de San Francisco.
Y la selva tropical se salvó.
¿No es genial?
Vaya, ¿no es genial...?
Oye, espera un segundo. ¿Fue aceptada?
¿Se va a la universidad?
¿Y qué será de mí?
¡Mayal ¿Maya? ¡Espera!
Tenemos que hablar de esto.