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Once.
Doce.
Trece.
¿Quiénes serán?
Son unas figuras extrañas.
Dos seres salieron del bosque.
Parecen unos fantasmas.
Segunda parte.
UN COMBATE DE IMPORTANCIA LOCAL.
Son 16, compañero brigada.
Ya los veo.
Ve y dile a Osiánina que lleve a las combatientes a la posición de reserva.
Enviarás a Bríchkina para acá.
Arrástrese, compañera traductora. Ahora debemos andar arrastrándonos.
Compañero brigada.
Respira tranquila, Bríchkina.
- ¿Recuerdas el camino de retorno? - Sí.
- Lo principal es el pantano. - Sí lo sé bien.
Espera Isabel, no te apresures.
El paso es estrecho, no te desvíes ni a la izquierda, ni a la derecha.
- El pantano lo pasaré. - Descansa en la islita.
Informarás a Kiriánova, que la situación ha cambiado.
Nuestras fuerzas no nos alcanzan.
Déjalo todo, vete a la ligera.
No te olvides de coger un palo antes de meterte en el pantano.
- ¡Corre Isabel! - ¿Dejo los cartuchos?
Hicimos bien en pasar a este lado.
Está mala la cosa, chicas... muy mala.
O sea, son 16...
Y estarán aquí dentro de una hora o dentro de tres, así parece.
Yo envié a Bríchkina a nuestra posición.
Sólo por la tarde podremos recibir refuerzos.
Si trabamos combate no resistiremos.
Ninguna posición podremos sostener, porque tienen 16 ametralladoras.
¿Vamos a mirar cómo ellos pasan por nuestro lado?
No se debe dejar que pasen por aquí. Hay que hacer que se desvíen.
Que den la vuelta al lago Legóntovo. Pero, ¿cómo lograrlo?
...no, los alemanes no vinieron hasta aquí para combatir.
Andan con cautela por lo más intrincado, para que el enemigo no los vea.
Para filtrarse hasta su objetivo silenciosa e imperceptiblemente.
Quizás haga falta que ellos nos vean,
y que crean que no los vemos?
Entonces, es posible que se retiren y caminen alrededor del lago Legóntovo.
Si así hacen, deberán andar todo un día.
¿A quién dejaré que ellos vean? ¿A mí y a ustedes cuatro?
El grupo de exploración descubrirá entonces que somos cinco.
Nos rodearán y sin hacer un solo disparo, a puñaladas, nos matarán.
¡Dale, Rita!
¡Compañero brigada, y si ellos se topan con unos leñadores?
¿Con cuales leñadores? ¿Dónde? Los bosques están vacíos, estamos en guerra.
Pero si ahora las mujeres son quienes talan los árboles.
¡Es cierto chicas! Lo han pensado bien.
Les organizaremos un buen espectáculo, conozco un lugar conveniente.
Más rápido, queda poco tiempo.
¡Hay vienen nuestras chicas!
- Espera, te trasladaré. - ¡Qué hace! No hace falta.
Todavía no te has puesto bien de salud.
Ahí vienen, compañero brigada.
- El agüita está fría. - Levanta el dobladillo.
Esa orden no ha sido dada según el reglamento.
No digamos por ahora palabras militares. Ellos también tienen traductores.
Me lleva como a una niñita...
¿Quieres más mixtura?
No corras por lugar húmedo. ¡Chicas, rápido!
Todavía tenemos que hacer una actividad.
Ha sido un buen invento, usar el pañuelo de Liza.
- Lástima que tuvimos que desgarrarlo. - Le regalaremos uno nuevo.
La ropita interior ha servido para algo.
¡Ella sólo piensa en lucirse!
Ponte algo por ahora, estarás conmigo. Chicas, es hora de empezar.
Las fogatas han de echar mucho humo. Golpeen las ramas con palos, con ruido.
Pero no se asomen.
Muévanse de un lado a otro, mostrándose a veces, pero no mucho...
- ¡Praskovia! - ¿Qué?
- ¡Coge el hacha! - ¡Ya la cogí!
¡Ayúdanos!
¡Ya ayudo! ¡Le doy, otra vez! ¡Déjame ayudar!
No prenden, deben estar húmedas.
¡Pues mi fogata arde bien!
¡Otra vez! ¡Empujemos! ¡No se cae!
¡Otra vez! ¡De nuevo!
- ¡Cuidado! - ¡Ya se cae!
¡Hay que cortar las ramas!
¡Praskovia, sígueme!
¡Masha! ¿Pelaste las papas?
¡Sí, todas! Siento como si las manos se me fueran a desprender de cansancio.
¡Cuidado!
¡Chicas, ayúdenme!
¡Ahí va!
De la administración regional llamaron, dicen que pronto enviarán el transporte.
¿Almorzaremos pronto?
¡Almorzarás cuando la papa esté cocida!
Chicas.
Cuídense, se lo ruego.
Déjense ver de detrás de los árboles, no de los matorrales.
Ustedes mismas tumben este árbol.
Komelkova, vienes conmigo.
¡Coge, Galina!
¡Anita, dame el hacha!
Busca la tuya. Esta hacha es mía y todavía la necesito!
¡Chicas, traigan ramas!
¡Chicas, ayúdenme!
¿Quizás, se fueron?
Sólo lo sabe el genio de los bosques, quizás se han ido.
Ellos son como las aves rapaces, para una tarea así no envían a cualquiera.
- ¡Alejandra, ayúdame! - Espera...
¡Espera!
Los veo.
¡Empuja, empuja, dale! ¡Lo tumbamos!
Lo adivinamos bien.
Son los exploradores.
Se decidieron.
Ahora cruzarán a esta orilla, y todos nuestros esfuerzos habrán sido en balde.
Si se dan cuenta que los hemos descubierto,
nos contaran, usando los dedos y ese será nuestro fin.
Así que...
A estos dos los mataré.
Mientras los otros me disparen con sus ametralladoras,
ustedes podrán irse y esconderse.
Vete, Komelkova, ve al lado de las chicas. Cubriré su retirada.
¡Raisa!
¡Vera! ¡Vengan a bañ***!
¡Detente! ¡Regresa!
Manzanos y perales florecían,
sobre el río la niebla flotaba.
Katiusha a la orilla salió,
a la orilla alta y abrupta llegó.
Katiusha a la orilla salió,
a la orilla alta y abrupta llegó.
Se asomó y canciones cantó
sobre un águila gris de la estepa, sobre aquel...
¡lvanito! ¿Dónde estás?
¡Chicas! ¡Vengan a bañ***!
- ¡Ahora, Evguenia! - ¡Vamos!
¡Espéranos!
¿A dónde van? ¿Quién trabajará entonces? ¡No se atrevan a bañ***!
¡El trabajo no es un lobo, al bosque no huirá!
¡Nos esperará!
¿Cuidado!
¡Evguenia, cuidado! ¡Hay piedras afiladas!
¡Si haraganean las castigaré!
¡Se bañarán después del trabajo!
¡Vayan a mi posición! Si llega a ser necesario, cubrirán mi retirada.
¡Rápido, corten las ramas!
¡lvanito! ¿Dónde estás?
¡Evguenia! ¿Acaso el agua no está fría?
¿Dónde te recreas, ociosa?
¿No quieren bañ***? ¡Como quieran!
¡Voy a salir del agua!
¡Y bien, chicas! ¿Vamos a bañarnos?
¡Yo voy! ¡Voy!
Llamaron de la administración regional. Ahora llegarán los camiones, vístete.
¿Qué haces?
¡Fuera de aquí, Komelkova! ¡Vámonos!
¿Tienes miedo bañarte, lvanito?
¡lván!
No puedo contenerme más. Ahora mismo les dispararé.
No se puede, Sonia.
¿Qué haces? Te voy a...
Iván lvánovich, ¡llegó el transporte! ¡Lo esperan! ¡Venga rápido!
¡Basta! ¡No juegues más con el fuego!
Vístete.
Háganla entrar en calor.
Tranquilízate, tranquilízate.
Se van, Evguenia, se van.
¡Qué bien los engañamos!
Bueno, Evguenia, lo lograste, me has bañado.
- Ella no lo hizo a propósito. - ¿Qué dices?
No lo hizo a propósito.
¡Oh, quemé la falda! ¡Chicas, miren!
Eso no es nada, te daremos una nueva. Bueno, ya paso.
Gracias a ustedes, ellos darán la vuelta al lago, no podrán ir por otro lado.
Claro, si Bríchkina llega a tiempo.
Lo hará, ella corre rápido.
Y bien, chicas... ¿Bebemos un poco por eso?
Brindemos por sus pies rápidos.
Por las mentes lúcidas de ustedes.
Lo más terrible quedó atrás.
En cuanto regresemos, las nominaré para que las condecoren.
Y Eugenia recibirá una orden.
Correcto, no estoy en contra.
Por ahora les doy las gracias por su servicio.
¡Servimos a la Unión Soviética!
¿Lo notas?
Al alemán lo traicionó su cultura. Quisieron tomar café.
¿Por qué piensa usted así?
Por que se siente olor a humo, o sea, están desayunando.
Pero, ¿lo harán los dieciséis?
Habrá que contarlos, Margarita.
Si comienza un tiroteo,
reúne a las chicas y váyanse al este, hasta el canal.
Allí informarás sobre los alemanes, pero yo pienso
que Isabel ya habrá llegado a nuestra posición.
- ¿Está clara la orden? - No. ¿qué hará usted?
Deja eso, Osiánina. No estamos buscando hongos, ni bayas.
- ¿Qué debes responder? - "Está clara", debo responder.
Después cantaremos, Isabel.
Cantaremos en cuanto cumplamos la orden de combate.
¡Auxilio! ¡Socorro!
Evguenia, ¿tuviste miedo?
No, sólo después.
Lo malo fuera si yo estuviera sola, pero ustedes están a mi lado.
Por algo dicen que en tiempos de paz hasta la muerte es hermosa.
Ellos no se fueron, montaron un campamento. Cambiaremos de posición.
Gracias a Dios, que los alemanes no tienen un cazador de verdad.
- ¿Por qué lo dices? - Hace tiempo que las siento.
¿Trajiste mi petaca?
¡Oh, Fedot Evgrafóvich! ¡La olvidé!
Bueno, aquí tengo tabaco.
Menos mal que no olvidaron mi mochila. Gracias.
La petaca era un recuerdo, es una lástima.
- ¿A dónde vas? - ¡Sé dónde estás!
¡Detente! ¡Siéntate! ¡Regresa!
¡Siéntate!
Habrá que cambiar las botas de ella, pues hacen mucho ruido,
le quedan grandes, unos dos números.
Para nosotros lo importante ahora es no dejarnos ver.
Así que empaqueten bien las mochilas, para que no hagan bulla.
Lo más seguro es que Liza Bríchkina ya llegó a nuestra posición.
En cuando recibamos refuerzos y demos con las huellas de ellos,
las llevaré a todas ustedes al otro lado de las rocas.
¿Por qué?
Lejos de aquí, para que no oigan malas palabras.
Aquí no se podrá evitar un combate cuerpo a cuerpo.
- No importa, lo soportaremos. - ¡No te metas!
Ahora nos camuflaremos y vigilaremos en todas las direcciones.
¡No estornuden!
¡Y no tosan! Porque el estornudo se escucha bastante lejos.
Parece que Gúrvich gritó...
No, sólo nos pareció.
Komelkova, vienes conmigo. Las demás esperan aquí.
Sígueme.
¿Son los alemanes?
Cállate. No son cuidadosos... No son cuidadosos...
Por eso tuvo tiempo de gritar.
El se había entrenado para apuñalar a un hombre.
Por eso, no hirió su corazón con la primera puñalada.
Morirás por mi culpa.
Quédate aquí, acostada, Sonia.
¡No hay tiempo para temblar, Komelkova!
Respira profundo.
Ellos están aquí.
Cerca. Son dos.
Ahora subirán a la cordillera, pasarán por nuestro lado.
Ponte detrás de aquella roca.
En cuanto pasen por al lado de este pino, haz ruido con cualquier cosa.
No lo hagas ni antes, ni después.
No se puede disparar, pues los otros vendrán corriendo. Dale.
¡Bravo, Komelkova!
Te declaro mi agradecimiento oficial.
No me mire. ¡Oh Dios mío! ¿Qué me pasa?
Ellos han violado las leyes humanas.
Por eso, ninguna ley los puede proteger.
¿No quieres lavarte?
Te comprendo. Para matar, hay que acostumbrarse, endurecer el alma.
Hasta los hombres más fuertes, cuando...
Mientras uno no llegue a un acuerdo con su conciencia...
¿Podrás encontrar a nuestras chicas?
Bueno, ve a buscarlas. Llévalas al lado de Sonia, entonces...
Despídanse de ella.
¡Sin ataques de histeria!
Siempre tenía notas excelentes,
tanto en la escuela, como en la universidad.
Sí...
Recitaba versos.
Pero lo más importante son los hijos, podría tenerlos.
Y nietos y bisnietos.
Y no se hubiera roto el hilo de su vida.
Y ellos cortaron ese hilo con un puñal...
Póntelas.
¿Por qué lo hizo?
Porque una combatiente mía anda descalza, por eso. No jugamos.
Hay que pensar en los vivos. En la guerra sólo existe esta ley.
Ordeno que se ponga las botas.
No se debe hacer. ¿Cómo puede usted...? Yo...
Escribiré a mis padres.
¡Basta! ¡No mientas más! ¡No tienes padres y nunca has tenido!
Eres una expósita. ¡No inventes más!
¿Por qué la tratas así? Ahora no debemos tratarnos con rencor.
Porque si no, nos pondremos tan rabiosas, como los alemanes.
Coge.
No dispares ráfagas, porque se alza el cañón.
- Lo sé. - Y hacer disparos cortos, es una lástima.
Y bien, haremos así. Las cosas de más las esconderemos aquí.
Lleven todas las armas consigo.
¡Dispérsense!
¡A mí! Se van.
¿Lo hirieron?
No, me arañaron unas piedrecitas.
Gracias, sargenta, por el segundo de respiro que me diste.
Por ese segundo, habría que beber una copita.
- Nos salvamos de milagro. - Tengo suerte.
Mucha suerte... Menos mal que fuimos los primeros en verlos.
Quédense aquí.
Nosotras la tratamos como a un ser humano y ella...
¡Es una joven comunista! Aquí se cuenta cada combatiente.
¡Compañero brigada! ¿Es usted comunista?
Claro está.
Le pedimos ser el presidente de una asamblea de jóvenes comunistas.
¿Qué problema se va a tratar?
La conducta indigna de una miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Su cobardía.
O sea... ¿realizaremos una actividad política?
¿Juzgaremos a la compañera Chetvertak y escribiremos un protocolo?
Y los nazis pondrán su resolución en el protocolo, ¿Sirve así?
No sirve.
Por eso, como brigada y como comunista,
prohíbo por ahora todo tipo de reunión.
En cuanto a la cobardía... no hubo ninguna.
La cobardía se nota sólo en el segundo combate.
Lo que pasó fue, que ella se quedó perpleja, por inexperiencia.
¿Es cierto, combatiente Chetvertak?
Te ordeno limpiarte la cara de lágrimas y mocos.
Osiánina, adelántate y vigila el bosque.
Las demás combatientes han de comer y descansar a medida de las posibilidades.
Almuerza, Chetvertakita.
- Come. - Gracias.
¿Por qué habrán rehusado el combate? ¿Cuál es tu opinión?
¿No sabes? Yo tampoco.
Pero hay que comprender todo lo que hace el enemigo.
La guerra, de hecho, no significa quien mata a quien primero,
sino quien engaña a quien.
Usted debería descansar.
No puedo, Margarita, debemos seguir, aunque no haya fuerza.
¿Con quién irá usted?
Osianina, eres una buena combatiente, pero no conoces el reglamento.
¿Qué dice el reglamento?
El comandante no sólo es un jefe militar.
También debe ser un educador.
No siga. Mejor vaya con Evguenia.
Claro que es mejor.
No podemos permitir que ella pierda el respeto a sí misma.
Sígannos de lejos, a la ligera, sólo lleven las armas.
Si oyen disparos o dos veces parpar,
escóndanse y esperen a que pase todo.
Y si no nos acercamos, retírense,
por las posiciones anteriores, hacia el este, hasta que vean a otras personas.
- ¿Cuántos años tienes? - ¿De verdad? Tengo diecisiete.
¿Mentiste en la caja de reclutamiento?
Mentí que los alemanes mataron a mis padres.
¡Vaya!
Pero... ¿acaso yo no tuve padres?
El apellido "Un cuarto"...¿te lo dieron en el orfanato?
- El administrador lo inventó. - Es un buen apellido.
- ¿Le agrada? - La buena esencia en frasquitos se guarda.
¡Quédate quieta! ¡Como si no estuvieras aquí!
¡Mamá!
¡Primer pelotón! ¡Rodéenlos por la retaguardia!
¡Los demás...! ¡Síganme!
¡Por nuestra patria soviética! ¡Hurra!
¡Corramos, Rita, corramos! ¡Están solos los dos!
No se puede, Evguenia, las órdenes hay que cumplirlas.
¡Rodéenlos, muchachos! ¡Maten a las víboras fascistas!
¡Síganme! ¡Adelante!
¡Abran fuego contra las víboras fascistas!
¡Como quieras...! Entonces iré yo sola.
¡Combatiente Komelkova, no estamos jugando, estamos en guerra!
¡Por Stalin! ¡Adelante!
¿Lo oyes?
ÉI y Galina los aleja de nosotras.
ÉI ha prometido regresar mañana.
¿Bebemos otra taza de té?
Son sólo seis...
Lo lograrán.
¡Qué noches más claras...!
Serán claras, pero frías.
Así son las tierras del Norte.
¡Ojalá no se resfríen las chicas!
¿Cómo fue que te pasó eso, Isabel?
Me apresuré demasiado.
- ¡Fedot Evgrafóvich! - ¡Fedot Evgrafóvich!
¡Compañero brigada!
- ¡Fedot Yevgrafovich, somos nosotras! - ¡Estamos aquí!
¡Fedot Yevgrafovich! ¡Querido!
¡Estás vivo!
¡Querido, jefe! ¡Te esperábamos! ¡Te esperábamos!
¡Qué hacen chicas! ¡Qué hacen!
¿Comieron aunque sea una rodaja? ¿Han dormido aunque sea un minuto?
No quisimos, compañero brigada.
¿Qué clase de compañero brigada soy yo ahora, hermanitas? Soy su hermano.
Así que, llámenme Fedot o Fedito, como me decía mi mamita.
Mis apodos no serán hermositos, pero son los que tengo.
Hemos enterrado a Galia.
Nuestras compañeras han tenido muerte de héroes.
Galina Chetvertak cayó en un tiroteo.
Liza Bríchkina se ahogó en el pantano.
O sea que, contando a Sonia, ya hemos perdido a tres combatientes.
Así mismo.
Pero, hemos logrado que el enemigo dé vueltas aquí durante 24 horas.
Así que, bebamos en recordación de nuestras hermanitas.
Guardemos un buen recuerdo de ellas.
¿Por qué no cumplieron la orden?
¿Qué orden?
¿Acaso no les ordené retirarse al este?
Pero si nos retiramos.
- Nos retiramos... - Trajimos todas las cosas.
Gracias por traerlas. Escuchen ahora una nueva orden.
Coman, pongan en orden sus cosas y márchense.
Ahora no podemos esperar ayuda de ninguna parte.
Los alemanes vienen para acá. Así que no hay tiempo para descansar.
Y tú... ¿qué harás Fedot?
Ahora me toca a mí, hacerlos perder 24 horas.
Tres chicas, que nunca podré volver...
eso me es suficiente por toda la vida.
¿Qué perdiste, Fedito?
Me quedé desarmado. He perdido la espoleta.
Una granada sin espoleta es un simple pedazo de hierro.
Un adoquín es más valioso.
No importa, Fedot, los venceremos.
Los venceremos, compañero brigada.
A ver, ¡que no quede aquí ni el olor de ustedes! ¡Les doy tres minutos!
¡No nos iremos de aquí!
¡No van a cumplir mi orden...! ¡Las voy a llevar ante los tribunales!
¿Qué hacen ustedes conmigo, chicas?
A nosotras también nos preocupa mucho, compañero tercero.
Ya han pasado más de dos días
y no sabemos nada de ellos.
No ha enviado a nadie. ¡Digo que no ha enviado a nadie!
El camino lo conozco, aproximadamente.
¡A sus órdenes! ¡Hay que llegar de inmediato!
¡Compañeras combatientes!
El enemigo, armado hasta los dientes, se dirige en nuestra dirección.
No tenemos vecinos, ni a la derecha, ni a la izquierda
y nadie nos puede ayudar.
Por eso, ordeno a todas las combatientes
y a sí mismo, defender el frente.
Defenderlo, incluso cuando no tengamos fuerzas. De todos modos defenderlo.
¡Los alemanes no podrán pasar por aquí!
Porque, detrás de nuestras espaldas está Rusia.
O sea, nuestra patria.
Es un primor, hermanos, un primor,
es un primor, hermanos, vivir.
¡Nuestro brigada no nos hace sufrir!
Ustedes dispararán sólo cuando los alemanes se metan en el agua.
Pero antes, deberán respirar despacio, para que las aves no dejen de cantar.
Entendiste.
Coge, pero a la otra orilla dispara solo con la carabina, cuida la ametralladora.
Cuando empiecen a forzar el río, la ametralladora hará falta, ¿entendiste?
- Lo entendí. - Espera.
Mira para allá. No dejes que nos rodeen.
- Está claro. - Dale.
Compañero brigada.
¡Rápido! ¡Hirieron a Rita!
Por aquí.
- ¿Con qué? - Con una granada.
Tengo sed... agua...
- Ahora. - No se puede.
¡Dame trapos! ¡De la ropa interior!
¡Más rápido!
- ¡No me des seda, dame uno de lino! - No hay.
Gracias, Evguenia.
¿Y los alemanes? ¿Dónde están los alemanes?
Ve... ve para allá.
- ¿Nos protegerás? - Ajá.
No es nada... nada... Rita.
Los fragmentos pasaron por encima. Ya se curará.
Vete... ve para allá. Evguenia está allí.
¿A dónde van tan apurados?
Ella los aleja de nosotros. Hace que la persigan.
Déjame.
Déjame.
¡Rodéenlos! ¡Síganme!
ÉI me decía,
sé por siempre mía
y empezaré a vivir.
Una ardiente pasión he de sentir.
Con encantadora sonrisa
y mirada esplendorosa,
me prometía
del paraíso, la alegría.
ÉI se sonreía,
o se ponía a llorar.
ÉI se sonreía,
¡O se ponía a llorar!
Pero no me quería...
A mi pobre corazón, así él decía...
¡Oh, malditos! ¡Vengan acá, roñosos!
A mi pobre corazón, así él decía.
Pero no me quería, pero no me quería...
No, no me quería.
Se terminaron... ¡A mí!
¡Me prometía...!
¡Qué interesante!
¡Eh, ustedes!
¡Por Rita! ¡Por Galina! ¡Por Sonia! ¡Por Liza!
ÉI me decía:
Como una estrella brillante,
¡mi alma fría
has iluminado!
¡Y una esperanza...
en mi corazón... has sembrado!
¡Vengan acá!
¡Dale, vengan!
¡Ah! ¿Me tienen miedo?
¡Canallas!
¿Murió enseguida?
Enseguida.
Pudo haberse escondido, pero no quiso.
¿Dónde están los alemanes?
Se fueron, parece que en busca de explosivos.
¡No nos vencieron! ¿Comprendes? No vencieron.
¿Te duele?
Aquí me duele.
He sacrificado a ustedes, a las cinco.
¿Para qué? ¿Para matar a una decena de alemanes?
¿Por qué usted se trata así?
Todo está claro... estamos en guerra.
Mientras dure la guerra eso está claro.
¿Y después, cuando vuelva la paz?
¿Lo comprenderán?
¿Qué se podrá responder, cuando pregunten:
¿Qué han hecho ustedes hombres?
¿Por qué no protegieron a nuestras mamás de las balas?
No sigas, nosotras defendíamos a la patria.
No te atormentes.
Quédate aquí acostada, mientras echo un vistazo alrededor.
Cierto, que quedan dos cartuchos.
Bueno, uno se siente tranquilo con ellos.
Espera.
Acércate.
¿Te acuerdas cómo me topé con los alemanes en el bosque?
Entonces yo corría a la ciudad, a ver a mi mamá.
Con ella vive mi hijito, lgor, tiene tres años.
Mi mamá está muy enferma.
No te preocupes, Rita, te he comprendido bien.
Gracias.
Ahora iré de exploración y enseguida regresaré.
Por la noche llegaremos a nuestra posición.
Bésame.
No te has afeitado...
Vete. Tápame con ramas y vete.
Y, por favor, llega a nuestra posición.
Llegaremos los dos.
¿Qué has hecho, chiquilla? ¿Qué has hecho?
¡Hände hoch!
¡Liagait!
¡Liagait! ¡Liagait!
¡Liagait! ¡Liagait!
¡Alles! ¡Alles! ¡Vayan al rincón!
¡Alles! ¡Al rincón!
¡Al rincón! ¡Hände hoch!
¡Hände hoch!
Bueno, ¿recibieron su merecido?
¿Lo recibieron?
¡Cinco chicas!
Eran tan sólo cinco chicas. ¡Tan sólo cinco! ¡Y los detuvieron a ustedes!
¡No lograron pasar! ¡Morirán aquí!
¡Todos ustedes morirán! ¡Los mataré a cada uno, personalmente!
¡Que después me juzguen! ¡Que me juzguen!
Aquí Moscú. Escuchen el mensaje vespertino
del Buró de Información Soviético.
Durante todo el 3 de junio, en el frente no ha ocurrido nada de importancia.
En algunos sectores del frente
ocurrieron combates de importancia local.
De nuevo la noche se acerca a las montañas soñolientas.
En el humo de la fogata brillan los ojos de los chicos.
El viento se aplacó, cuando la última canción se calló.
Por lo visto se fue a buscarte en alguna parte.
Qué bueno sería que ellos llegaran inesperadamente
a estas tierras, donde los glaciares susurran.
En diferentes territorios con muchos amigos me topo,
¿Por qué entre ellos no estás?
Te buscaré y tendré la esperanza de encontrarte,
así tenga que andar cien años detrás de ti.
Te buscaré, pues creo, aunque sea un poco,
¡que te encontraré en tierras lejanas!
- ¿Te gusta? - Mucho.
Esos fantasmas están todavía aquí.
Ya terminé, papá.
Bueno, está bien, lgor.
Isabel Bríchkina
Sofía Gúrvich Evguenia Komelkova
Margarita Osiánina Galina Chetvertak
GLORIA ETERNA A LOS CAÍDOS POR LA PATRIA
FIN
Ripped by: SkyFury