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Construyes una base más sólida y estable para tu cuerpo, lo que te facilita hacer lo
que antes no creías posible, aún así hagas deporte con regularidad.
Sientes como aumenta considerablemente tu flexibilidad, y consigues todos los beneficios
colaterales que esto conlleva.
Autorregulas tu nivel de estrés y de ansiedad. Es como si tomases distancia de los pequeños
problemas cotidianos, lo cual te dota de un Gran PODER de Enfoque y Acción. ¿Te has
puesto a reflexionar, sobre todo lo bueno que dejas pasar en tu vida, por estar estresado
y agobiado?
Incrementas tu capacidad pulmonar y tu nivel de oxigenación, y esto equivale a ENERGÍA
EXTRA en estado puro. ¡Es genial!
Además de tener más energía, también ganas más resistencia, lo cual mejora tu rendimiento
en todos los sentidos, desde tu trabajo y el deporte, hasta tu vida ***.
Fortaleces y tonificas todos los músculos de tu cuerpo de forma holística, al mismo
tiempo que regulas tu peso. ¿Cuál es tu peso ideal? Esto, por muy espiritual que seas,
siempre influye en tu autoestima, cuando te miras al espejo.
Incrementas considerablemente tu concentración mental, y por ende, tu Nivel de Conciencia.
Aprendes a ver, entender y aprovechar, lo que antes TENÍAS que dejar escapar.
Optimizas todas las funciones fisiológicas de tu cuerpo: digieres más rápido, duermes
como un niño, respiras mejor, tu sistema endocrino trabaja a pleno rendimiento, tu
sistema linfático limpia mejor tu cuerpo, etc. Es decir, tu cuerpo FÍSICO se vuelve
MÁS EFICIENTE, en todos los aspectos.
Todo tu sistema cardiovascular se reactiva, desde los dedos de los pies, hasta la última
arteria de tu cerebro. Imagina tener un cuerpo que funcione a pleno rendimiento.
En resumen... Consigues un "Equilibrio Optimo y Eficiente" entre tu Mente, Cuerpo y Alma.