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la tutoría en la escuela
tema 10
los conflictos en el aula
el conflicto es una realidad que nos acompaña en nuestra convivencia cotidiana
superarlo es bueno
y afrontarlo con seguridad y eficacia también
pues en cierto modo contribuye a enriquecer
el potencial de la persona
y a forjar su espíritu
y su capacidad
de mejora personal.
En el marco escolar,
los niños
entre sí y con los adultos
deben poner en juego cuantos a recursos tienen
a su alcance
para hacer
que las relaciones
resulten
óptimas y efectivas.
Desde la función tutorial
una de las tareas que tenemos encomendadas
es precisamente contribuir armonizar ese desarrollo social de los alumnos,
en el cual
nos vamos a encontrar de continuo con situaciones de conflicto,
situaciones
que no sólo
van a tener que abordar y solucionar con eficacia
sino que además
por nuestra parte
corresponderá
el educarlos
para que desarrollen todas las capacidades necesarias
para abordarlos con autonomía
en su convivencia diaria.
El conflicto
resulta un elemento favorecedor del desarrollo personal
y de la integración en el grupo
si se resuelve de forma adecuada.
Cuando así sucede
estimula el interés
y la curiosidad
y es el origen de todo cambio personal y social
por lo que genera
identidades tanto
con otras personas
como con grupos.
Contribuyendo a aprender
nuevos modelos de relación
nos ayuda
a conocernos mejor a nosotros mismos y también a los demás.
No obstante
cuando no se resuelve satisfactoriamente el conflicto se ve como una dificultad o
como un problema que afecta de forma negativa a la persona
incluso
al propio grupo
generando malestar
insatisfacción y dolor,
distorsionando las relaciones
y provocando enfrentamientos,
malos tratos,
y hasta violencia.
El origen del conflicto
siempre lo vamos a encontrar
en la negación personal
o en las dificultades
que tenga el sujeto para satisfacer las necesidades
o aspiraciones personales.
Es decir, cuando se contraponen
intereses
o se confrontan valores la interacción evidencia
una incompatibilidad
que desemboca en conflicto.
En el aula
podríamos identificar
dos tipos de conflictos:
los de carácter personal
y los del grupo.
Como tutores
hemos de tener presentes las circustancias en las que gira cada
conflicto,
analizarlas
y abordarlas de un modo muy particular
y en función del contexto y de los protagonistas
que en cada uno encontremos,
planificar la intervención.
En el desarrollo del sujeto
el conflicto presenta modalidades diferentes
en virtud
de su crecimiento.
En el período infantil
los conflictos están relacionados
como el desarrollo
y aparecen vinculados
al proceso precisamente de desvinculación
o pérdida de dependencia del niño
con relación
a su familia.
Este mismo efecto
de la separación
puede degenerar
en un excesivo egocentrismo.
Los miedos
y la inseguridad personal
serán los que evidencien
esa inadaptación.
Ya durante la escolarización primaria el niño debe superar todo tipo de
frustración,
complejo o egocentrismo.
Uno de los conflictos más frecuentes
será el de la fobia escolar
que ellos verbalizan en casos de relación anormal
con los profesores
o con los compañeros.
Además
tres serán los problemas que resulten sintomáticos en esta edad:
Los hurtos,
las mentiras,
y los celos.
En la adolescencia la transformación biológica y corporal
va a ser el verdadero conflicto del alumno
que será el que le genere una gran crisis
que afectará a todas las áreas de su vida personal y social.
En esta lucha por recuperar su identidad
unas veces
aparecerán
estados de angustia y de ansiedad
otras veces de culpabilidad
y con frecuencia de enfrentamiento a los padres
o a los profesores
la dependencia del grupo
será muy fuerte
por lo que el tutor tiene que apoyarse en él para canalizar los conflictos
que en ocasiones
pueden llegar al resultar
muy significativos.
Detrás de todos estos conflictos
encontramos
un recurso básico
para el tratamiento
que es el diálogo,
la única puerta
que nos facilite
cualquier intervención.
Vamos ahora con el conflicto escolar,
cuando
hablamos de conflictos en la escuela
frecuentemente reducimos éstos
a los que aportan los alumnos
que son sus protagonistas
no ostante
hay otros
que preocupan tanto a los alumnos
como a nosotros
y son los que la escuela hereeda de la sociedad
de vido aquí esta
no los asume oportunamente
como son la indisciplina,
las relaciones distorsionadas,
las luchas de poder,
las humillaciones, las agresiones,
la violencia,
y el acoso
llegando incluso en algunos casos
a toparnos con casos de auténtica delincuencia.
Con todo sabemos que cuando el conflico resulta grave,
es necesario recurrir
a la intervención de los profesionales especialistas,
capaces de canalizarlo y hasta resolverlo
en cuyo proceso
como tutores
aún tendremos un papel muy activo.
Ellos determinarán.
Veamos algunos conflictos y significativos en el contexto escolar,
concreto vamos a ver tres:
la indisciplina,
que supone desobediencia, desorden, ausencia de autoridad y faltas de
respeto a todos los miembros de la actividad que escolar
llegando incluso al hurto
o al insulto
en general
los alumnos indisciplinados
provocan conductas molestas que dificultan la convivencia
y la normal relación en el aula
a veces
escudados en la pandilla
además las ausencias a clase se multiplican y resulta cada vez
más notorias
y frecuentes.
El segundo conflictos significativo
es el aprendizaje conflicto.
El tutor
debe estimular en el contexto de aprendizaje
todos los factores
que contribuyan al logro de su superación.
Y el tercero
y quizás más grave,
es el bullying
o violencia en la escuela.
Se trata de un maltrato físico,
otras veces psicológico que unos escolares infringen a otros
para dominarlos
e intimidarlos.
Dos elementos
le caracterizan al bullying,
el desequilibrio
entre ambos
protagonistas,
el agresor
resulta mucho más fuerte que la víctima
y la continuidad del problema
que se prolonga a lo largo del tiempo amparado en la indiferencia
que ante estos hechos
suele presentar el entorno.
Se inicia con edades tempranas,
primero aparecen burlas
luego más adelante se transforman en intimidaciones directas
y hasta en violencia.
Llegan incluso a la agresión física
o psicológica.
Lo que siempre encontramos
es esa discrepancia entre la fuerza del agresor y del
agredido.
Además el agresor
siempre busca
el amparo del grupo.
A quien llega a condicionar para que
colaboren con él
y no lo delaten.
Para abordar el tema
en la tutoría
comenzaremos desarrollando actitudes de prevención
o limitadas a facilitar la convivencia pacífica
y el conocimiento de los alumnos,
y luego
ya en una segunda
trabajar para conseguir
la necesaria integración de
todos los alumnos
en el grupo.
Técnicas de intervención,
el objetivo último de la escuela es conseguir generar un clima de confianza
y una adecuada mediación de los responsables tutoriales
que minimice su efecto.
Las herramientas
para conseguirlo
son la mediación
y la negociación,
las cuales
han de contribuir al aprendizaje de conductas positivas
con las que favorecer el comportamiento de las relaciones
y armonizar la convivencia
y la eliminación de
conductas negativas.
lo cual es un objetivo claro
en la tutoría,
erradicar
todo signo de molestia
o rechazo social.
En ocasiones
encontramos también una cierta influencia familiar en estas conductas,
incluso cuadros de ansiedad
en los propios sujetos
o en el grupo
al que este pertenece.
No obstante
se puede conseguir su erradicación si se atiende oportuna
y puntualmente
cada caso