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Toma, te los puedes quedar, los pantalones también. - Gracias hombre. - De nada.
¿Estás mejor? - Sí, la ducha me hizo bien.
¿Has tenido cuidado de que no entre agua en la herida?
Sí, Max. Por lo menos tengo las manos secas.
Beni está en camino. - ¿Qué has dicho? - Que sí, él está viniendo. Patxo lo está entreteniendo.
Vámonos.
Aquel señor pregunta por ti K.
Hola, Beni. - Demonios, demonios, qué buen aspecto tiene el negocio. Ya me da ganas de vivir aquí...
Sí, hemos estado trabajando duro para que se vea mejor cada día. - Sí, estoy buscando a Max. Peris me dijo que estaba contigo. ¿Está aquí?
No. Sí, vino un momento pero luego se fue. - Oh. ¿Y no sabes a dónde se fue? - No, no tengo ni idea.
Es que esta mañana, yo no lo vi y no he podido hablar con él. Y ahora estoy buscándole para darle una buena noticia. ¿No te dijo nada de mí?
¿De ti? No.
Si. Es sólo que hoy discutimos, de mala manera. He peleado mucho con él. Discutimos por ese maldito de Iago.
Es sólo que todo se le ha ido a la mierda , ¿sabes? Y a medida que lo está buscando la policía no quiero que mi hijo se meta en problemas. ¿Me entiendes, ¿verdad? - No, claro, sí, sí, te entiendo.
Y ahora, él no contesta mis llamadas, ¿sabes? Pero entiendo su comportamiento, porque yo cuando era joven, me metía en unos líos que ni te explico. Pero la diferencia es que soy su padre, es al revés, ¿sabes lo que quiero decir?
¿Tú te peleas con tu padre? - Escucha Beni, yo estoy segura de que Max se ha ido a casa. ¿Por qué no vas a ver?
Ah, sí, tal vez sí. Rayos, tienen un jardín aquí. ¿Eso es marihuana?
Escucha Beni, Lo siento mucho, pero es que tengo un montón de cosas que hacer hoy. No tengo tiempo ...
...Sí, perdóname me voy. Si lo ves, dile que lo busco eh! Y que me llame. Y que lo siento. - Sí, hombre sí. - Y que no podemos estar así toda la vida, ¿sabes lo que quiero decir? Adiós.
Así que han oído, ¿no?
Yo creo que es mejor que me vaya. - Estoy de acuerdo en que sí.
Gracias, eh! - Cuídate, hombre.
Espera. ¿Pueden dejarnos solos un momento?
Max, hombre. - Solo será un momento.
¿Y ahora qué piensas hacer?
Buscar a Jota. Recuperar las joyas y dárselas a Radovan.
¿Estás loco, Iago? ¿No ves lo mal que esto podría terminar? Estas personas son muy peligrosas.
Lo sé, Max, y es por eso que no puedo salir. Ellos fácilmente me encontrarían. Radovan tiene gente en todas partes. Lo que sí sé es que no me dejarán ir a menos que yo les doy lo que les debo.
¿Cómo se supone que vas a hacer eso? ¿Sabes dónde encontrarlo?
No, pero sé dónde buscarlo.
Esto es una locura. - Max, si no se los doy a él en diez días, soy hombre muerto.
Hay otra opción. - No veo cómo.
Entrégate a la policía. - Demonios, Max, no quiero ir a la cárcel. - ¿Qué prefieres, qué te maten?
Ahí por lo menos estarás protegido. - Max, la cárcel no es un lugar seguro.
Radovan tiene contactos allí y si entro, sé que no voy a salir con vida.
¿Te duele? - Sí, un poco.
Te aflojare las vendas.
Gracias por ayudarme. Sabía que no me dejarías solo.
Lástima que no pueda decir lo mismo. - Max, yo no quería que terminemos así. - Sí, claro.
Lo digo en serio. Nunca he conocido a nadie como tú. Estabas a mi lado cuando todos se volvieron contra mí.
Y si quieres, yo estaré contigo para siempre. Incluso si tuviéramos que ir al otro extremo del mundo.
Pero sé que no puede ser. Porque no puede ser, ¿verdad?
Ahora tienes que encontrar a Jota. - ¿Y después?
Y en unos días, es necesario que vayas al médico.
No, no te preocupes por eso. Yo se curarme solo. Lo has hecho muy bien, Max.
Yo te cuidare.
Pero si... - Te ayudaré.
¿Qué quieres decir? - Que no te dejaré, Iago. Voy a cuidar de tu herida y te ayudaré a encontrar las joyas si es necesario.
Ya que con esa mano, poco podrás hacer.
¿De verdad? - Yo no quiero que te lastimen, Iago.
Y después, podrás irte donde quieras.