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Un evento próximo a ocurrir: ¡El Rapto de la Iglesia!
Estamos en días postreros. Días peligrosos y finales. Es el tiempo
del Fin. Los días de la última generación (Mateo 24:34). Todas las
señales para la SEGUNDA VENIDA DE CRISTO se han cumplido.
Muchos dudan y blasfeman, pero la gloriosa realidad es, que está
más cerca de lo que muchos creen. El evento próximo a ocurrir,
dentro de la Segunda Venida de Cristo, es el RAPTO DE LA
IGLESIA. La Iglesia es el cuerpo de Cristo (Efesios 5:23,
Colosenses 1:24). Conocemos como Iglesia de Jesucristo, a todos
los creyentes, que se han apartado del mundo, que se han
apartado del pecado, se han lavado con la Sangre del Cordero, están
llenos del Espíritu Santo y CAMINAN CON DIOS. Todos éstos que
están apartados del mundo y santificados por el Espíritu
Santo serán pronto arrebatados y transportados al cielo para
ser LIBRADOS de los juicios terribles que vienen sobre esta tierra.
Todas las señales para este evento glorioso están cumplidas y los
creyentes preparados y apercibidos, volarán pronto con Cristo fuera
de este mundo depravado y pecaminoso.
TRIGO DE DIOS O PAJA PARA EL FUEGO. Hay quienes el enemigo ha cegado para que
no crean esta gloriosa revelación de Dios, probada en forma
maravillosa por Su Palabra. En Mateo 3:12, la Biblia dice: "El
aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá
su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará".
Fíjese que Dios va a limpiar esta tierra, y la primera fase
de la limpieza es "recoger Su trigo". Aquí no se refiere al grano de
la mata de trigo, se refiere ¡a sus creyentes! El los recogerá y los pondrá
en los graneros que tiene preparado para ellos (Juan 14:2).
Todas las señales están cumplidas para que ese evento ocurra y
el TRIGO DE DIOS sea recogido y sacado de esta tierra y refugiado
en las MANSIONES CELESTIALES. El profeta Isaías 26:20, nos
habla de esto en forma gloriosa. Dice Isaías: "Anda, pueblo mío,
entrate en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas, escóndete un
poquito, por un momento, en tanto que pasa la ira". Fíjese que el
granero son los aposentos en el Reino de los cielos, donde nos
refugiaremos en tanto pasa la ira. Eso será por un poquito de tiempo.
La Palabra de Dios añade que, después de recoger Su trigo, El
quemará la paja en fuego que nunca se apagará (Mateo 3:10).
Vienen horrendos juicios de Dios sobre este mundo impío, el
cual como Sodoma y Gomorra se ha pervertido y se ha corrompido
en todo tipo de vicio y de maldad. Pero, dentro hay un Pueblo santo,
lavado con la Sangre del Cordero y maduro para Dios. Hay un
pueblo que es trigo de Dios. UNOS SERAN TOMADOS Y OTROS SERAN DEJADOS.
Es claro que la limpieza de la tierra incluye dos movimientos
decisivos. Primero, Dios se llevará Su TRIGO. Lo tomará y lo
transportará a los GRANEROS DEL CIELO, donde será librado de
los juicios venideros. Luego de esto, FUEGO DE JUICIO caerá
sobre la paja restante. Dice la Palabra que, unos serán tomados y
otros serán dejados (Lucas 17:34). Unos se irán con Cristo y otros
recibirán el impacto de los juicios de Dios. Cada lector piense ahora
seriamente. ¿Es usted TRIGO DE DIOS, O ES UN PECADOR,
CON LA ESPADA DE LOS JUICIOS QUE VIENEN, MOVIENDOSE SOBRE SU CABEZA? Si usted está
viviendo separado de Dios, de espaldas a Dios, contaminado con el mundo;
está en pecado y es paja de la tierra, la cual pronto será quemada,
pero si viene a Cristo, El no fallará en convertirlo en TRIGO DE
DIOS. Sólo Cristo puede convertir la paja en trigo. El dijo: "Yo soy
el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí"
(Juan 14:6). Si el camino en que se encuentra no se llama Cristo, avance,
salga de ahí y entre al Verdadero CAMINO, el UNICO que puede transformar
la paja en TRIGO DE DIOS.
El tiempo es corto. Conviértase a Cristo y viva por la Palabra y
será trigo que pronto será trasladado a los GRANEROS DE DIOS.
Se cumplirá lo que El prometió. Vele y ore en todo tiempo y
escapará (Lucas 21:36). Antes de que la Gran Tribulación
comience, seremos arrebatados en nubes hacia el aire, al encuentro
con el Señor, y así estaremos siempre con El. (1 Tesalonicenses
4:16).