Tip:
Highlight text to annotate it
X
Metzorá retoma
de donde habíamos dejado la última vez, en Parashá Tazria,
hablando sobre cosas extrañas
que les suceden a nuestros cuerpos,
algunas de ellas en la piel
de nuestros brazos y piernas,
y otras, bueno, del cinturón para abajo.
Algunas de las leyes y rpácticas
descritas aquí eran confusas
y controversiales para las personas
de los tiempos bíblicos, y aún lo son
para muchos hoy en día.
De hecho, partes de esta parashá
son francamente prohibidas para menores.
Ya sea que veas la Torá
como un manual literal sobre cómo vivir,
o ya sea que la veas como
una fuente de inspiración espiritual para cada día,
Metzorá puede ser un punto interesante
para aprender sobre nuestros cuerpos y sobre nosotrs mismos.
¿Recuerdas esa extraña enfermedad llamada tzaraat?
Si un punto rojo o blanco aparecía
en el cuerpo de alguien,
se llamaba al sacerdote
para que viniera, revisara
y diagnosticara la enfermedad.
Si el sacerdote llegaba a la conclusión que era tzaraat,
entonces la persona era enviada
fuera de la comunidad.
El sacerdote visitaba luego a la persona
cada siete días
para ver si la enfermedad había comenzado a curar,
y, cuando se curaba,
la persona debía realizar un ritual de limpieza,
traer sacrificios especiales,
y luego era nuevamente bienvenida
en la comunidad.
Hoy los doctores aún no se deciden
sobre esta enfermedad.
Algunos estudiosos hoy la llaman "enfermedad de escamas",
pero por muchìsimo tiempo la gente pensaba
que la Torá se refería a la lepra.
Pero esto no es correcto.
El primer médico griego, Hipócrates,
agrupó un número
de diferente enfermedades de la piel
bajo el único nombre de "lepra",
probablemente porque todas
tenían una apariencia escamosa.
Luego, en el siglo nueve,
un médico hizo un error de traducción:
tradjujo "lepra" como leproso,
y desde entonces las personas alrededor del mundo
pensaron que la Biblia
se refería a lepra.
Por cientos de años,
los leprosos fueron puestos en colonias
y separados de otras personas
porque se pensaba que tenían
una enfermedad contagiosa, como en la Biblia.
Pero no, la lepra realmente no es contagiosa.
No está mal como ejemplo de cuánto daño
puede hacer un sólo error en una palabra.
Uno de los puntos que revela
que la Torá no está hablando de algo
con una simple definición científica
es que tzaraat no es sólo una enfermedad de la piel.
En la Torá, esta enfermedad puede aparecer
en la tela de las ropas
o en las paredes de las casas.
Se veía como una forma verde oscuro o rojo oscuro
que atravesaba la tela de la ropa
o la superficie del yeso
hasta llegar a las piedras de la casa.
Al principio, el sacerdote intentaba
remover la mancha de los hilos o las piedras,
pero si esto no lograba parar la infección,
entonces la ropa era quemada
y la casa era demolida.
Entonces, ¿qie causaba esta enfermedad de escamas,
con manchas en la ropa u hongos en las paredes?
¿De qué está hablando la Torá?
Una explicación es que alguien
que es chismoso
y habla de forma hiriente,
que habla "lashón hará", lengua malvada,
era advertito primero con paredes manchadas.
Si no entendía el mensaje,
el hongo se movía a sus ropas.
y, si aún no comprendía,
finalmente aparecía en su cuerpo.
Hablar mal de alguien, puede provocar echar a la personas
de sus casas, causarles pérdida
de sus posesiones y, también,
dañar sus salud física.
Y una vez que el daño está hecho,
es muy difícil de reparar.
Con razón estas personas
tenían que pasar un tiempo
fuera de su comunidad.
En aislamiento y soledad
fuera de los límites de la ciudad
sin personas a las que hablar
estas personas podían pensar con mayor claridad
acerca de cómo habían estado usando su habla.
El mundo fue creado a través de palabras
en el principio por Di-s.
Y dijo Di-s: "Hágase la luz".
Con las palabras, los humanos
construimos todo nuestro mundo social.
Las palabras son como los ladrillos
de nuestras relaciones.
Cuando hacemos mal uso de ellas, entonces todo--
nuestros hogares, propiedades e incluso nuestros cuerpos
--- se ponen en peligro.
El poder de la vida y de la muerte
dicen los sabios, está en la lengua.
Ya no somos avisados
con pareder manchadas o piel escamosa,
pero tal vez leer esta porción de la Torá
nos motive a hacer una pausa
y pensar con cuidado antes de hablar.
Productora: Sarah Lefton
Director de animación: Nick Fox-Gieg
Animación: Liesje Kraai
Director editorial: Matthue Roth
Tema musical: Tim Cosgrove
Narrado por Rabbi Steven Greenberg
Grabación: Shemspeed