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Llámame Padre
- Si tú eres mi Padre, me puedo quedar tranquilo y vivir en paz,
porque estoy seguro de vida y la muerte,
por el tiempo y la eternidad;
- Si tú eres mi Padre, también algo digno de
y se halló en ti mi verdadera dignidad;
- Si tú eres mi Padre, ya no siguen a preguntar,
para molestar Te: '¿Por qué ... por qué ...? porque ?...,
pero voy a decir, con realismo y confianza "
Ya sabes! Ya sabes! Ya sabes!
- Si no Tú eres mi Padre, sólo atribuyen a la tierra
y la calidad de la abundancia de semillas de frutas,
pero acostumbrarme a repetir lo que usted mismo me han enseñado:
"El pan de cada día nos da hoy en día"
enfrenta con valor y serenidad
las adversidades de las estaciones y desarrollar la historia;
- Si tú eres mi Padre, no atribuir a la casualidad los acontecimientos del día,
pero toma como manifestaciones de tu amor;
- Si tú eres mi Padre, me convierto de pronto incrédulos
antes de que un cataclismo de la naturaleza,
por no saber la relación entre el amor y la adversidad
entre la existencia de Dios y el dolor que me golpea
- Si tú eres mi Padre, y yo no tendré miedo
aun cuando la tierra tembló y la inundación los ríos;
a pesar de que el frío congeló mis manos
un accidente o me obligará a viajar en una silla de ruedas de por vida.
- Si tú eres mi Padre, estoy seguro de que sabrá
convertirse en lo que lo malo dicen bueno,
y conocimientos de conducción, con la sabiduría misteriosa,
todos los eventos de mi vida y el mundo.
TODO ES DE MÍ!
"Yo soy tu Padre, no metafórico, poético,
sino en el sentido verdadero, real profunda y vital.
En mis padres tienen la fuente de todos los regalos:
- El don de la vida,
- El don de la verdad,
- El don del amor,
- El don de la "casa".
Sí, el don de la casa como refugio, la intimidad, la estabilidad,
casa ... porque has hecho para compartir conmigo esa morada eterna ....
donde no habrá lágrimas, ni luto, ni muerte.
Y si yo soy tu Padre, Te amo, te sigo, te miro y quiero que conmigo!
Siempre se puede comunicar. Usted puede escuchar, dime, me pregunta lo que quieras.
¿Puede usted decirme, dulce, cada momento, mi Padre y Dios mío!