Tip:
Highlight text to annotate it
X
Voy a hablar sobre el orden de sucesión y los aspectos importantes, que el principiante necesita saber para empezar la meditación zen, lo que se llama zazen.
Primero os voy a explicar cómo colocar las piernas.
El zafu, el cojín para sentarse, debe ser cómodo y grueso.
La altura del zafu, colocado debajo del trasero, se cambia dependiendo del estado del zazen del practicante.
Entonces primero os explico cómo colocar las piernas.
Esa postura de las piernas se llama "posición de loto" y ambas deben estar cruzadas;
la manera para cruzarlas es la de
poner primero el pie derecho en el muslo izquierdo.
Después colocamos el pie izquierdo en el muslo derecho.
Eso se llama la posición de loto.
Si alguien no es capaz de hacerlo, puede sentarse en medio loto: colocando el pie derecho en el muslo izquierdo,
o el pie izquierdo en el muslo derecho; hay que subir uno de los dos.
Lo importante es que nos conviene tanto el pie derecho como el izquierdo, y ambas posturas son correctas,
pero la cintura no puede inclinarse hacia atrás, y no deben encorvarse ni la cintura ni la espalda.
Mantengamos firmemente nuestra cintura en el medio y es importante que en nuestra postura tengamos la columna vertebral recta.
Cuando tenemos las piernas cruzadas, colocamos la mano derecha en el pie, con la palma hacia el cielo.
Luego apoyamos en ella la mano izquierda, también con la palma hacia arriba.
Los pulgares se tocan ligeramente.
Ese es el círculo conocido del zazen.
Aquí se ve dibujado un círculo por los dos pulgares.
Esto no les causa tanta dificultad a los principiantes,
sin embargo tienen dificultades en conservar la postura y en guardar la forma,
por eso pueden colocar las manos también así.
Pero la base del zazen es esto;
dibujar el círculo – esto es la base.
Si uno lleva practicando mucho tiempo y se acostumbra,
con el tiempo se dará cuenta de la importancia de esta postura.
Cuando hemos conseguido cruzar las piernas de esa manera y la posición de las manos está fija,
para que la cintura no se incline hacia atrás, la empujamos hacia adelante, por encima del cóxis.
Por tanto nuestra columna vertebral se acomodarás en el medio.
Es como si empujáramos nuestro trasero hacia atrás.
En esta postura erguimos la cintura, erguimos la columna vertebral
y recogemos ligeramente la barbilla.
Es como si la nuca tocara suavemente el cielo.
No está muy bien inclinarse hacia el hombro derecho o el izquierdo.
Para que el derecho y el izquierdo estén paralelos,
están en un plano las orejas y los hombros.
Luego la nariz y el ombligo forman una línea,
y por esa zona, entre el ombligo y la nariz, si no dejamos salir el vientre más o menos hacia adelante,
nuestra postura no será como quisiéramos.
Así que recogemos la barbilla y sostenemos el cielo suavemente con la nuca,
y en esta posición se queda casi recta la columna vertebral.
Luego dirigimos la mirada, cruzando el plano de la nariz,
a un metro hacia adelante, con naturalidad.
Y así, aunque no se trate de llevar energía en los ojos,
procuramos no cerrarlos.
El motivo para eso es que practicamos el zazen con el fin de tranquilizar la mente, o también se dice: para ponerla en orden,
pero nosotros no estamos meramente sentados.
En la vida cotidiana tenemos los ojos abiertos, por eso el zazen tiene que ayudarnos también en esos momentos.
Así que abrimos los ojos cuanto podamos, dejando que lo visto
llegue de manera natural a nuestro campo visual.
La conciencia yace en la palma izquierda; las palmas las unimos de esa forma,
por lo cual depositamos la conciencia en la palma.
O depositamos la conciencia en el vientre por debajo del ombligo, a unos cinco centímetros del ombligo.
Uno de esos dos lugares es en donde situamos la conciencia.
Que se diferencien el lugar de la mente y la posición de los ojos, se explica con que
el punto central es el sitio donde está la mente, aunque los ojos estén en su estado natural.
Se puede decir que el lugar de la mente llega a ser el punto central del zazen.
Así recibimos el chi, o la energía, del cielo, a través de la cabeza,
y subimos la energía, el chi, de la tierra desde abajo,
y esos dos se unen en el abdomen:
esa tesis es la base del zazen.
Hasta ahora entonces tenemos la forma en orden.
Sin embargo, a pesar de tener la forma bien, si la conciencia no está en orden,
si vuestra conciencia no está quieta, no importa cuanto tiempo llevemos sentados en la forma,
no vamos a aquietarnos.
Ser capaz de poner en orden la mente: eso es lo difícil.
Como se trata de poner en orden la mente sin forma,
el que esté acostumbrado, lo entiende, el que no, lo entenderá con dificultad.
El recurso fundamental para poner en orden la mente, la mente sin forma,
es que, paso a paso, vamos dirigiendo la mente hacia el orden a través de poner en orden la respiración.