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Cómo cambió la Familia Real tras la muerte de Diana
El mensaje de Isabel II
Isabel II vivió sus momentos más bajos de popularidad.
La frialdad con la que la Familia Real reaccionó ante la muerte Diana, no interrumpiendo sus vacaciones veraniegas en el castillo de Balmoral, provocó un clamor popular.
Ante ello, Isabel II, vestida de luto, volvió a Londres donde recorrió la verja del palacio de Buckingham rebosante de flores, y apareció en televisión y pronunció un mensaje elogioso sobre su ex nuera: “Fue una mujer excepcional y nadie que la hubiera conocido podrá olvidarla”.
Bandera a media asta por primera vez
Por primera vez en la historia, la bandera nacional, ondeando a media asta, apareció en el mástil del palacio de Buckingham estando la Reina ausente.
Nunca hasta entonces, ni siquiera en la muerte de reyes como la del propio padre de Isabel II se había producido este hecho.
La Reina, ante la presión popular y del Gobierno, cambio el protcolo en lo que al tema del uso de la bandera se refiere.
Carlos, padre afectuoso
Tras la muerte de la madre de sus hijos, Carlos dio un giro en lo que al trato con sus hijos se refiere.
El príncipe de Gales no dudó en ofrecer a Guillermo y a Harry todo su afecto, apoyo y tamnién disciplina cuando inevitablemente aparecieron comportamientos rebeldes, sobre todo en el caso de Harry cuandollegó a coquetear con las drogas.
Hoy la relación paterno-filial es inmejorable y Carlos se siente justamente orgulloso de sus hijos como también lo habría estado Diana.
Elton John despidió a “la rosa de Inglaterra”
Isabel II también cedió en el asunto del funeral de Diana.
La reina habría querido un entierro discreto y en la intimidad familiar… Finalmente, las puertas de la histórica Abadía de Wstminster se abrieron no solo para la realeza y los políticos, pues en los bancos también se situaron enfermos a los que Diana había ayudado y socorrido y figuras del espectáculo como Luciano Pavoritti, Tom Cruise y Nicole Kidman, diseñadores como Karl Lagerfeld o Donatella Versace.
Elton John, amigo personal de Diana, cantó una versión de su tema Candle in the wind, originalmente dedicada a Marilyn Monroe, con la letra actualizada por él y por su letrista Bernie Taupin.
La letra de la original, que empezaba como “Adiós, Norma Jean, pese a que nunca llegué a conocerte” se cambió a “Adiós, rosa de Inglaterra, tal vez crezcas en nuestros corazones”.
Kate, tras la estela de Diana
Bajo la protección de su abuela, Guillermo y Harry crecieron felices y fue en la Universidad escocesa de Saint Andrews donde Guillermo, tranquilo y poco enamoradizo, encontró a la mujer de su vida: Kate Middleton.
Gracias a la intervención de la Reina, Kate pudo escapar a la presión mediática y pasaron diez años hasta que la joven y Guillermo se sintieron listos para el paso del matrimonio.
Ellos dispusieron de tiempo sobrado para conocerse, romper, reconciliarse, lo que con Diana no pudo ser.
Tras su boda, Kate sigue amparada por la estela de Diana, a cuyo recuerdo hace continuos guiños y también ha heredado algunas de sus joyas más valiosas.
Carlos y Camilla, por fin felices
Tras el impacto que supuso la desaparición de Diana, Carlos y Camilla fueron imponiendo la normalidad hasta que los británicos aceptaron que se habían ganado la posibilidad de ser felices.
Se casaron en abril de 2005, pero no hubo boda religiosa, Aunque desde 2002 la iglesia anglicana admitió el enlace entre divorciados, había dos condiciones: que uno de los cónyuges fuera viudo, como Carlos, o que el divorcio no lo hubiera provocado una infidelidad y Camilla se divorció de Andrew Parker-Bowles cuando su adulterio con el Principe era público y notorio.
El apoyo de Isabel II
Por cómo fue educada y las altas responsabilidades que asumió tras su llegada al Trono, Isabel II no yuvo ocasión de ser una madre cercana y afectuosa.
Sin embargo, se convirtió en una abuela y luego bisabuela adorable y protectora.
Ella ha sido el mejor apoyo y ejemplo con que ha contado Kate Middleton en el aprendizaje de su papel como futura reina.
La fuente de Diana
En los emblemático jardines de Hyde Park, en Londres, el Memorial Diana, una monumental fuente que fue inaugurada el 6 de julio de 2004 por la Reina Isabel II, en recuerdo de la fallecida princesa.
Fue diseñada por Kathryn Gustafson, una paisajista norteamericana que deseaba expresar el espíritu y el amor de los hijos de Lady Di.
La fuente tiene forma ovalada y un tamaño de 50 por 80 metros y el agua fluya por toda la estructura de forma natural.
Además, la caída del agua tiene variantes al estar construida por una serie de pasos, riachuelos, curvas y otras formas que juegan con el ritmo del líquido hasta que cae a una piscina.
La intención de ello es mostrar las diversas facetas en la vida de Diana: sus momentos felices y aquellos difíciles.
Una imagen de concordia y unidad
La muerte de Diana provocó que Isabel II y la Corona vivieron los momentos de menor prestigio y popularidad y la Reina se propuso la tarea de reconquistar a los británicos y que la Corona fuera un símbolo de unidad.
Dejó que el tiempo suavizara las heridas y potenció la función de su nuera Camilla y, sobre todo, de Kate, convertida en uno de los mejores valores de la Familia Real.
Pasado, presente y futuro de la Corona
Una preciosa imagen tomada con motivo del 90 cumpleaños de la Reina en la que Isabel II aparece con su hijo y heredero, Carlos, y los siguientes en la línea sucesoria: su nieto Guillermo y su bisnieto, George.
Hoy más que nunca, la monarquía británica muestra la solidez de una roca y en su historis no no se podrá borrar el nombre de Diana Spencer, madre y abuela de futuros reyes.
Tras la desaparición de su nuera, Isabel II puso en marcha los poderosos resortes de la Corona para proteger a sus nietos y que se desarrollaran sin excesivos problemas.
No los aisló, pero los preservó de la curiosidad pública, amparo que extendió a Kate Middleton cuando inició su relación con Guillermo.
Bajo ningún concepto quería una nueva Diana.
Carlos ejerció, por fin, de padre atento y cariñoso, vigilando muy de cerca a sus hijos ofreciéndoles su apoyo y también disciplina, como cuando logró encauzar al díscolo y juerguista Harry.
Los instaló con él en Clarence House, donde los jóvenes príncipes pudieron conocer mejor a Camilla, la otrora rival de su madre.
Entre ellos no hay un afecto extraordinario, pero se sienten satisfechos con ver feliz a su padre.
Camilla asumió sus errores y entendió que no podría ser la eterna amante del heredero de la Corona, al que rechazó en su juventud por no querer comprometerse con el papel de princesa.
La situación debía encauzarse y Diana habría vivido una jornada de sentimientos encontrados cuando el 5 de abril de 2005, Camilla se convirtió en la esposa de Carlos y emprendió la ***ánica tarea de ganarse a los británicos, que siguen examinándola con cierta reticencia.
Con su vida y trágica desaparición, Diana removió los cimientos de la milenaria monarquía británica, aunque obligó a la institución a modernizarse y a ofrecer una imagen más cercana y acorde con los tiempos que vivimos.