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Esto es Democracy Now, DemocracyNow.org el informativo de guerra y paz,soy Amy Goodman con
Nermeen Shaikh. Terminamos el programa de hoy recordando la vida del
activista afroestadounidense por los derechos civiles, Medgar Evers. A principios de 1960, Evers fue
el primer secretario de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP) por el estado de Mississippi, donde trabajó para poner fin a la segregación y luchó
por el derecho al voto. El 12 de junio 1963, hace 50 años, el activista, de 37 años,
fue asesinado en la entrada de su casa. Hace poco me encontré con su viuda,
Myrlie Evers, en una cena de NAACP en Nueva York y le pregunte de qué manera debe la gente recordar a su
marido, por quien ella reclamo justicia durante tantos años.
Myrlie Evers: Lo que me gustaría hacer seria animar a los jóvenes a averiguar todo lo
que puedan sobre él y sus contribuciones, ir a sus bibliotecas
e investigar, y decirles que él era un hombre eterno, que
buscaba la libertad para todos, y estaba dispuesto a pagar un precio por ello. Y él sabía cuál iba
a ser ese precio, pero estaba dispuesto a pagarlo. Como dijo en uno de sus últimos discursos:
"Yo amo a mi esposa, y yo amo a mis hijos, y quiero crear una vida mejor para ellos y
todas las mujeres y todos los niños, independientemente de su raza, credo o color".
Él sabía lo que iba a suceder. No quería morir, pero estaba dispuesto
a asumir el riesgo. Amy Goodman: Háblenos acerca de dónde venía esa noche
que fue asesinado en la entrada de su casa. Myrlie Evers: Medgar venía de una manifestación masiva que
teníamos dos o tres veces a la semana. Había habido una reunión después,
él estaba camino a casa. Sé lo cansado que estaba, porque él salió de su coche del
lado del conductor, que estaba del lado de la carretera donde el asesino estaba esperando, y teníamos
determinado hace mucho tiempo que deberíamos siempre salir por el otro lado del coche.
Y esa noche, él salió por el lado del conductor con un montón de camisetas que decían
"Fuera Jim Crow." La bala golpeó en su espalda y rebotó a través de su
pecho. Duró 30 minutos vivo después de eso. Los médicos dijeron que no sabían cómo
lo hizo. Él estaba decidido a vivir. Lo bueno, es que su cuerpo no está aquí, pero él aún
vive. Y estoy muy contenta, orgullosa y satisfecha por haber desempeñado un papel en hacer todo eso realidad.