Tip:
Highlight text to annotate it
X
¿Corrupción? ¡No!
La pregunta 808 de “El Libro de los Espíritus” propone:
-¿La desigualdad de riquezas no tiene su origen
en la desigualdad de facultades, que da
a unos más medios de adquirir que a otros?
[♪ Música Suave ♪]
Espiritualidad en Gotas
La espiritualidad esclareció de manera
elegante esta pregunta diciendo:
- Sí y no.
¿Qué me dices de la astucia y del robo?
O sea, configurando que
en la gestión, en la conquista de las riquezas,
podemos valernos de nuestra aptitud,
de nuestro talento, pero también podemos valernos
del fraude, de la traición, del robo…
Mostrando, por lo tanto,
que la sociedad… ella puede funcionar de una forma
adecuada en la conquista
de sus valores y bienes materiales, o ella puede
presentar aquellos que buscan una
medida irregular para alcanzar bienes, posiciones, status…
conquistadas astutamente y
negativamente,
en función de tramas infelices que se hacen.
Todos estamos incluidos en esta pregunta.
Corrupción…
no son apenas aquellos que son agarrados
por la justicia, por el mecanismo de la leí,
por la gestión policial… ¡no!
Corrupción es algo que se establece en la intimidad
del hogar, cuando corrompemos un hijo,
asegurando, mediante
una golosina, un bombón, un dulce,
para que él pueda hacer su “deber de casa”;
u ofrecer galletas
para que él pueda obedecer
a este o a aquel adulto que vive en la casa.
Eso es una forma de corrupción.
Más tarde nuestro hijo podrá ser un gestor público
y llevara consigo
ese modo de lidiar con la vida, porque desde niño
aprendió con sus padres,
como es que el debería observar los derechos,
manifestar sus actitudes observando sus deberes,
como es que él podría conquistar las cosas,
que estrategias él podría utilizar…
son corrupciones que pasan
desapercibidos dentro de casa.
En la vía pública, cuando ocupamos un lugar,
por ejemplo, en el estacionamiento
que es reservado apenas para personas
en régimen especial,
en régimen de estacionamiento preferencial
y no tenemos ninguna de estas características
para ocupar aquel lugar;
o en una fila de banco, de supermercado,
cuando simulamos una edad que no tenemos…
Cuantos de nosotros
utilizamos de la astucia, del fraude
para que podamos engañar el otro llevando
ventaja e después salimos “cantando”
como se fuésemos
victoriosos delante de aquella situación.
En verdad, no nos damos cuenta
de que nuestra corrupción,
en plano menor,
es igual aquella otra que esta institucionalizada.
Cuando compramos un guardia
para que él no nos multe y hacemos eso,
estamos allí, en aquella circunstancia, pregonando
la corrupción, que a veces está siendo presenciada,
también por nuestros hijos,
que van a aprender como ellos deben hacer
para tentar “burlar” la ley,
para subvertir derechos y deberes,
usando los aspectos económicos, usando la ***,
usando la presión del poder con una carta,
con una identidad, en el cual usted se revele una
persona importante y haga presión sobre el otro.
Todos esos mecanismos
que hablan de un proceso de corrupción.
Esos son días desafiadores,
donde somos llamados a probar
la entereza, la integridad, la honestidad, la honradez,
la probidad como estrategia de ensayo
para que esculpamos, dentro de nosotros mismos,
aquellos hombres que Jesús decía,
deberían ser fiel en lo pequeño
para ser fiel en lo grande.
Todos somos llamados, por lo tanto al desafío
delante de la propia conciencia, en cuanto al tribunal,
la observamos derechos y deberes, a fin
de darnos cuenta
de que efectivamente estamos caminando
de conformidad con las leyes de amor
que deben emerger dentro de nosotros mismos,
como principios básicos
de nuestro comportamiento individual y colectivo…
Y así moldamos una sociedad diferente
de aquella que repudiamos en nuestros días.
¿Honestidad? ¡Si!
[♪ Música Suave ♪]