Tip:
Highlight text to annotate it
X
¿Quería hablar conmigo, doctora?
¿Ya vio a la Sra. Vogler, Hermana Alma?
No, aún no.
Le explicaré su situación..
...y por qué la contrataron para cuidarla.
La Sra. Vogler es actriz, como ya sabe.
Durante su última función de Electra...
...se quedó muda, mirando a su alrededor, sorprendida.
No habló durante más de un minuto.
Luego se disculpó; dijo que había tenido ganas de reír.
Al día siguiente llamaron del teatro...
...pues la Sra. Vogler no había ido al ensayo.
La mucama la encontró en la cama.
Estaba despierta pero no hablaba ni se movía.
Ahora hace tres meses que está así.
Se le hicieron todo tipo de análisis.
Está saludable mental y físicamente.
Ni siquiera es una reacción histérica.
¿Alguna pregunta, Hermana Alma?
Entonces puede ir con la Sra. Vogler.
Hola, Sra. Vogler.
Soy la Hermana Alma.
Vengo a cuidarla.
Tal vez deba contarle algo sobre mí.
Tengo 25 años y estoy comprometida.
Me recibí de enfermera hace dos años.
Mis padres tienen una granja.
Mi mamá fue enfermera hasta que se casó.
Iré por la bandeja con su cena.
Hígado frito y ensalada de fruta.
Se veía deliciosa.
¿Otra almohada? ¿Así está bien?
Hermana Alma, ¿qué impresión le dio?
No sé qué decir, doctora.
Su rostro parece suave, casi aniñado...
...pero sus ojos...
Creo que tiene una mirada malvada.
- No sé. Yo no debería... - ¿Qué iba a decir?
Pensé en no aceptar este caso.
¿Por qué? ¿Algo la asustó?
No exactamente.
Tal vez la Sra. Vogler necesita a alguien mayor...
...con más experiencia de vida.
- Tal vez no pueda manejarla. - ¿En qué sentido?
- Mentalmente. - ¿Mentalmente?
Si su silencio e inmovilidad son su decisión--
¿Qué?
Eso demuestra gran fortaleza mental.
Tal vez yo no pueda arreglármelas.
Creí que le gustaría ver el atardecer.
¿Enciendo la radio?
Hay una obra de teatro.
Lo siento, cariño.
Debes perdonarme.
Sólo quiero tu perdón.
Perdóname y podré...
¿Por qué ríe? ¿Es tan graciosa la actriz?
¿Qué sabes tú de piedad? ¿Qué sabes?
¿Qué sabes de piedad?
Sra. Vogler, no entiendo esas cosas.
Me interesa el cine y el teatro, pero no voy a menudo.
Admiro muchísimo a los artistas.
El arte es muy importante en la vida de la gente...
...especialmente para aquellos que tienen problemas.
No debería hablar de esto con usted.
Estoy metiéndome en terreno peligroso.
A ver si hay música.
¿Está bien?
Buenas noches, Sra. Vogler. Que duerma bien.
Diablos...
Es raro.
Puedes hacer lo que quieras...
...casi cualquier cosa.
Me casaré con Karl-Henrik y tendré un par de hijos...
...a los que tendré que criar.
Es mi destino. Está dentro de mí.
No hay nada que pensar.
Te da seguridad.
Tengo un trabajo que me gusta.
Eso también es bueno...
...de otro modo...
...pero es bueno.
Es bueno.
Me pregunto qué es lo que le pasa a ella.
A Elisabet Vogler.
Elisabet.
Una batalla tiene lugar...
...entre los norteamericanos y los sudvietnamitas...
...y las desesperadas guerrillas del Viet Cong...
...que atacan la base en la costa.
Aviones de la Marina y la Fuerza Aérea de los EE.UU...
...arrojan bombas sobre posiciones del Viet Cong...
...en las colinas.
Estos aviones de Guam volaron en 48 misiones.
Varios batallones de los EE.UU...
...llegaron ayer a la región costera...
...cerca de *** Son, 500 km al norte de Saigón.
Más de 2.000 guerrilleros del Viet Cong...
...murieron en una operación hace tres meses.
La batalla tiene lugar donde la planicie...
...se convierte en montes.
Las tropas informaron que mataron a 141 guerrilleros...
Ahora cuatro batallones entrarán en acción...
Estas son fuerzas provenientes de Hawai.
Estos cuatro batallones de artillería...
...aumentan considerablemente las unidades terrestres...
Se utiliza la artillería para atacar posiciones...
...de las tropas del Viet Cong.
Después de intensos bombardeos...
...las fuerzas terrestres avanzan...
...con ametralladoras y lanzallamas...
...para hacer huir al Viet Cong.
Sra. Vogler, ¿quiere que abra la carta?
¿La leo?
¿Se la leo?
"Querida Elisabet:
Como no me permiten verte, decidí escribirte.
No tienes que leer mi carta. Puedes ignorarla.
No puedo evitar intentar contactarte de este modo.
Me atormenta una pregunta constante:
¿Te hice daño?
¿Te hice daño sin darme cuenta?
¿Hubo un malentendido terrible entre nosotros?"
¿Quiere que siga?
"Creí que éramos felices.
Somos íntimos como nunca antes.
¿Recuerdas haber dicho:
'Empiezo a entender lo que es estar casada'
'Me enseñaste...'"
No entiendo.
"'Me enseñaste...'"
Ya veo.
"'Me enseñaste que debemos vernos...
...como dos niños ansiosos...
...con buena voluntad y las mejores intenciones...
...pero...'"
Ya veo.
"'Pero dominados por poderes que no podemos controlar'
¿Recuerdas haber dicho eso?
Fuimos a pasear por el bosque...
...y tomaste el cinturón de mi abrigo."
La carta viene con una foto.
Una foto de su hijo. No sé si...
¿La quiere, Sra. Vogler?
Se ve muy guapo.
Elisabet, no creo que tenga sentido...
...que te quedes en el hospital.
Te hace daño estar aquí.
Como no quieres ir a casa, te sugiero que te quedes...
...con la Hermana Alma en mi casa junto al mar.
¿Crees que no entiendo?
El imposible sueño de ser. No parecer, sino ser.
Consciente, alerta cada vez que despiertas.
La lucha entre lo que eres con los demás y quién eres tú.
Una sensación de vértigo...
...y un deseo constante de ser expuesta.
De que te entiendan, que te quiten importancia...
...hasta desvanecerte.
Cada tono de voz, una mentira. Cada gesto, falso.
Cada sonrisa, una mueca.
¿Suicidarse?
Es impensable.
No haces cosas como ésa.
Pero puedes rehusarte a moverte y a hablar.
Al menos no mientes.
Puedes encerrarte en tu propio mundo.
No tienes que representar ningún papel...
...hacer gestos falsos ni cambiar el rostro.
Si uno lo piensa...
...la realidad es diabólica.
Tu escondite no es a prueba de agua.
La vida entra por todos lados.
Te ves obligada a reaccionar.
Nadie pregunta si es real o no...
...si eres honesta o mientes.
Eso sólo importa en el teatro...
...y tal vez ni siquiera allí.
Elisabet, entiendo por qué no te mueves ni hablas.
Tu falta de vida es tu papel más fantástico.
Lo entiendo y te admiro.
Deberías representar este papel hasta el final...
...hasta que ya no sea interesante.
Entonces podrás dejarlo...
...como dejas tus demás papeles.
La Sra. Vogler y la Hermana Alma...
...se mudan a la casa de verano de la doctora.
Esto le hace muy bien a la actriz.
Su apatía da lugar a largas caminatas, pesca...
...cocina, cartas y otras diversiones.
La Hermana Alma disfruta la soledad del campo...
...y cuida muy bien a su paciente.
Trae mala suerte comparar las manos.
Elisabet, ¿puedo leerte una parte de mi libro?
¿O te molesto? Escucha...
"La ansiedad que llevamos...
...nuestros sueños rotos, la crueldad inexplicable...
...el miedo a la muerte...
...la dolorosa admisión de nuestra condición terrenal...
...acabaron con la esperanza de la salvación divina.
Nuestra fe y nuestra duda...
...contra la oscuridad y el silencio...
...son una prueba terrible...
...de nuestra soledad y nuestro miedo."
¿Crees que sea así?
Yo no.
Cambiar... pero soy muy holgazana.
Y me hace sentir culpable.
Karl-Henrik siempre me reta por no tener ambiciones.
Dice que soy como un zombi.
No me parece justo.
Me gradué con las mejores notas.
Tal vez él se refiere a otra cosa.
¿Quieres?
Lo siento.
Ya sabes...
En el hospital, donde me gradué...
...hay un hogar para enfermeras ancianas...
...que fueron enfermeras toda su vida...
...siempre con uniforme...
...y viven allí.
Imagina dedicar toda tu vida a tu profesión...
Creer en algo, hacer algo.
Pensar que tu vida tiene sentido.
Eso me gusta.
Seguir con eso sin importar lo que pase.
Uno tiene que ser importante para los demás.
¿No crees?
Sé que suena ingenuo, pero yo lo creo.
¡Qué chaparrón!
Sí, él era casado.
Tuvimos una aventura durante cinco años.
Luego él se cansó, claro.
Yo estaba tan enamorada, y él fue mi primer amor.
Fue como un dolor prolongado...
...largos períodos de dolor y cortos momentos de...
Recordé eso porque me enseñaste a fumar.
Él fumaba mucho.
Ahora parece banal, claro. Ficción barata.
De un modo extraño, nunca fue real.
No sé cómo describirlo.
Nunca fui real para él.
Pero mi dolor era real.
Lo horrible fue que eso era parte de la aventura...
...como si debiera serlo.
Hasta lo que nos decíamos.
La gente dice que yo sé escuchar.
¿No es extraño?
Nadie se ***ó en escucharme como tú.
Tú escuchas.
Eres la primera persona que me escucha.
No puede ser interesante. Mejor deberías leer un libro.
Mírame, hablando. Espero que no te moleste.
Es tan bueno poder hablar. Es una sensación cálida.
Jamás me sentí tan bien.
Siempre quise una hermana. Sólo tengo hermanos.
Siete. Raro, ¿no? Y luego nací yo.
Siempre estuve rodeada de muchachos.
Pero me gustan los muchachos.
Tú lo sabes, con tu experiencia de actriz.
Me gusta mucho Karl-Henrik, pero...
Probablemente uno sólo ama una vez.
Le soy fiel.
Tengo oportunidades con mi profesión.
Karl-Henrik y yo rentamos una cabaña junto al mar.
Fue en junio, y estábamos solos.
Un día Karl-Henrik se fue a la ciudad.
Yo fui sola a la playa.
Era un día cálido, agradable.
Había otra chica allí.
Había venido de otra isla...
...porque nuestra playa era más tranquila.
Tomamos sol, totalmente desnudas...
...dormíamos a ratos, nos poníamos bronceador.
Teníamos puestos tontos sombreros de paja.
El mío tenía una cinta azul.
Me quedé allí...
...observando el paisaje, el mar y el sol.
Era extraño.
De pronto vi dos figuras en las rocas.
Se escondieron, y de vez en cuando espiaban.
Le dije a la chica: "Hay dos chicos mirándonos".
Se llamaba Katarina.
"Deja que miren", me dijo, y se acostó de espalda.
Tuve una sensación rara.
Quería ponerme mi traje de baño...
...pero me quedé boca abajo, desnuda...
...sin vergüenza, con total calma.
Y Katarina estaba junto a mí...
...con sus pechos y sus grandes muslos.
Sólo reía.
Los chicos se acercaron.
Se quedaron parados, mirándonos.
Eran muy jóvenes.
El más atrevido se acercó...
...y se agachó junto a Katarina.
Simulaba estar limpiándose los pies.
Yo me sentí muy rara.
De pronto, Katarina le dijo:
"¿Por qué no vienes aquí?"
Ella le ayudó a quitarse los jeans y la camisa.
De pronto él estaba encima de ella.
Ella sostenía su trasero mientras él la penetraba.
El otro chico se sentó a mirar.
Katarina murmuraba al oído del chico y reía.
El rostro de él estaba junto al mío.
Estaba rojo, hinchado.
De pronto me di vuelta y dije:
"¿No vendrás conmigo?"
Y Katarina dijo: "Ve con ella ahora".
Él la dejó...
...y cayó sobre mí, con una erección.
Me tomó el pecho.
¡Me dolió mucho!
Yo estaba muy excitada y tuve un orgasmo enseguida.
¿Puedes creerlo?
Quise decirle que tuviera cuidado de no embarazarme...
...pero él acabó.
Sentí algo que nunca había sentido...
...sentí cómo su esperma entraba en mí.
Él sostuvo mis hombros y se inclinó hacia atrás.
Yo tuve más orgasmos.
Katarina miraba y lo sostenía desde atrás.
Cuando él acabó, ella lo tomó en sus brazos...
...y usó su mano para tener un orgasmo.
Cuando lo tuvo, gritó y gimió.
Los tres comenzamos a reír.
Llamamos al otro chico, sentado en la cuesta.
Se llamaba Peter.
Parecía confundido y temblaba bajo el sol.
Katarina lo desvistió y comenzó a jugar con él.
Y cuando él acabó, lo hizo en su boca.
Él se inclinó y le besó la espalda.
Ella se dio vuelta, tomó su cabeza con ambas manos...
...y le dio su pecho.
El otro chico se excitó tanto que empezó conmigo otra vez.
Fue tan bueno como antes.
Luego fuimos a nadar y nos separamos.
Cuando regresé a casa, Karl-Henrik ya había vuelto.
Cenamos y bebimos vino tinto.
Luego hicimos el amor.
Nunca fue tan bueno, ni antes ni después.
¿Lo entiendes?
Y por supuesto, quedé embarazada.
Karl-Henrik, que estudiaba medicina...
...me llevó con un colega, que me hizo un aborto.
Los dos estábamos contentos. No queríamos tener hijos.
Al menos no en ese momento.
No tiene sentido.
No es lógico.
Te sientes culpable por cosas pequeñas.
¿Lo entiendes?
¿Qué pasa con todo lo que decides hacer?
¿Es necesario hacerlo todo?
¿Es posible ser una misma persona...
...al mismo tiempo? Es decir, ¿dos personas?
Dios mío, es una tontería.
No hay razón para ponerse a llorar.
Iré por un pañuelo.
Casi es de día.
Y sigue lloviendo.
Hablé sin parar.
Yo hablé y tú escuchaste. Debiste aburrirte.
¿Qué puede interesarte de mi vida?
Yo debería ser como tú.
¿Sabes qué pensé después de ver tu película esa noche?
Cuando volví a casa y me miré al espejo...
...pensé: "Nos parecemos".
No me malentiendas. Tú eres más bonita.
Pero... si quisiera, creo que...
...podría convertirme en ti.
Es decir, por dentro.
Tú podrías ser yo, así nomás.
Pero tu alma sería muy grande. ¡Saldría por todos lados!
Ve a acostarte, o te dormirás en la mesa.
Debo ir a acostarme o me dormiré en la mesa.
Y sería incómodo.
Buenas noches.
Elisabet.
¿Me hablaste anoche?
¿Estuviste en mi habitación?
¿Llevo tus cartas?
Podría vivir así para siempre.
En silencio, recluida, reduciendo mis necesidades...
...sintiendo que mi golpeada alma por fin empieza a fluir.
Alma me cuida y me mima, y eso me emociona.
Le gusta estar aquí y me tiene mucho cariño...
Tal vez hasta me quiere sin darse cuenta.
De todos modos, es interesante estudiarla.
A veces llora por pecados pasados...
...una orgía con un extraño seguida por un aborto.
Ella dice que sus percepciones...
...no corresponden con sus acciones.
Estás leyendo una obra de teatro.
Es una buena señal. Se lo diré a la doctora.
¿Crees que nos iremos pronto?
Empiezo a extrañar la ciudad. ¿Tú no?
¿Te gustaría hacerme realmente feliz?
Sé que es un sacrificio, pero necesito tu ayuda.
Nada peligroso.
Quiero que me hables.
Nada especial.
Podemos hablar de cualquier cosa: qué cenar...
...si el agua está fría después de la lluvia...
...si hace mucho frío para ir a nadar.
Habla unos minutos. Un minuto.
Podrías leer en voz alta, decir un par de palabras.
No debo enojarme. Tú sigues callada.
Es tu prerrogativa, pero necesito que me hables.
Querida, por favor, ¿no puedes decir algo?
Sabía que no lo harías.
No sabes cómo me siento.
Creí que los grandes artistas sentían compasión...
...que creaban por compasión...
...y porque necesitaban ayudar.
Fue una estupidez.
Me usaste. Para qué, no sé.
Como ya no me necesitas, me abandonas.
Sí, sé que suena falso...
"Me usaste y me abandonaste."
Pero es así, tal cual. ¡Y estas gafas!
Me lastimaste mucho.
Te reíste de mí a mis espaldas.
Leí la carta que le escribiste a la doctora.
No estaba cerrada, y la leí toda.
Me hiciste hablar.
Me hiciste decir cosas que nunca le dije a nadie.
Y las contaste. Qué estudio, ¿no?
Tú, tú...
¡Vas a hablar!
Maldición, si tienes algo que decir...
¡No, no lo hagas!
Te asusté, ¿no?
Por un segundo tuviste miedo.
Miedo de morir, ¿no?
"Alma enloqueció", pensaste.
¿Qué clase de persona eres?
O tal vez pensaste: "Recordaré ese rostro...
...ese tono de voz, esa expresión".
¡Te daré algo que no olvidarás!
Estás riendo, ¿no?
Para mí no es tan simple.
Ni tan gracioso.
Pero siempre tienes tu risa.
¿Tiene que ser así?
¿Es tan importante que digas la verdad...
...que hables con un tono de voz genuino?
¿Puedes vivir sin hablar libremente?
¿Mentir y poner excusas?
¿No es mejor que te des permiso para holgazanear?
Tal vez mejores cuando seas lo que quieres.
No, no entiendes.
No entiendes lo que digo.
Es imposible acercarse a ti.
La doctora dijo que estás sana, pero no sé si cuerda.
Actúas tan bien como sana que todos te creen.
Todos menos yo, porque sé lo podrida que eres.
Yo, comportándome así.
¡Elisabet!
Elisabet, perdóname.
Dios mío, me porté como una idiota.
No sé qué me pasó. Estoy aquí para ayudarte.
Fue esa horrible carta.
Estaba muy decepcionada.
Me pediste que te hablara de mí.
Me sentí bien. Parecías tan comprensiva.
Yo había bebido. Me hizo bien hablar de eso.
Fue un honor que me escuchara una gran actriz.
Me pareció que tal vez podría servirte de algo.
Pero es horrible. Puro exhibicionismo.
Elisabet, quiero que... que me perdones.
Te tengo mucho cariño. Significas mucho para mí.
Aprendí tanto de ti. No seamos enemigas.
¡No quieres perdonarme porque eres muy orgullosa!
No quieres ceder porque no te parece necesario.
Yo no voy a... Yo no voy a...
...no habla, no escucha, no entiende...
¡Elisabet!
¿Cómo... no puedo usar... para que escuche?
Prácticamente...
Cuando duermes, tu rostro está relajado...
...tu boca está hinchada y fea.
Hay una arruga malvada en tu frente.
Hueles a sueño y lágrimas.
Veo el pulso en tu cuello.
Tiene una cicatriz que sueles cubrir con maquillaje.
¡Elisabet!
Otra vez te llama.
Veré qué quiere de nosotras...
...aquí, lejos, en nuestra soledad.
Elisa--
No quise asustarte.
Yo no soy Elisabet.
No vine a exigirte nada.
No quería molestarte. ¿Crees que no entiendo?
La doctora me explicó las cosas.
Pero es difícil explicárselas a tu hijito.
Hago lo mejor que puedo.
Hay algo profundo, difícil de comprender.
Cuando amas a alguien, o dices que lo amas...
...es tangible, como las palabras.
Sr. Vogler, yo no soy su esposa.
También eres amada. Se forma un vínculo.
Te da seguridad, una oportunidad de tolerar.
¿Cómo puedo decirlo todo sin perderme?
¿Sin aburrirte?
Te amo como siempre.
No. No te preocupes, amor.
Nos tenemos el uno al otro. Confiamos en el otro.
Sabemos lo que pensamos. Nos amamos.
Es así, ¿no?
Lo que vale es el esfuerzo, no lo que logramos.
Vernos como niños...
...atormentados, indefensos, solitarios.
Dile a tu hijito que su madre volverá pronto...
...que mamá estuvo enferma, pero que lo extraña.
Recuerda comprarle un juguete.
Dile que es un regalo de su mamá. No lo olvides.
Siento tanta ternura por ti.
Es casi insoportable.
No sé qué hacer con mi ternura.
Vivo por tu ternura.
Elisabet, ¿estás bien conmigo? ¿Te gusta?
Sabes que eres un amante maravilloso.
¡Mi amor!
Dame un sedante, déjame sola.
No, ya no puedo seguir...
Cariño...
¡Déjame en paz! Todo esto es una vergüenza.
¡Déjame en paz!
Soy fría, podrida, indiferente.
Todo es mentira, imitación.
¿Qué tienes allí?
¿Qué escondes debajo de la mano?
Déjame ver.
Es la foto de tu hijito, la que rompiste.
Tenemos que hablar al respecto.
Cuéntame, Elisabet.
Entonces lo haré yo.
Fue una noche, en una fiesta, ¿no?
Era tarde y había mucho ruido.
A la madrugada, alguien te dijo:
"Elisabet, tienes todo como mujer y artista...
...pero no eres madre".
Reíste porque te pareció ridículo...
...pero no pudiste dejar de pensar en lo que él dijo.
Te preocupaste cada vez más...
...así que dejaste que tu esposo te embarazara.
Querías ser madre.
Cuando supiste que era definitivo, te dio miedo.
Temías a la responsabilidad, a sentirte atada...
...a tener que dejar el teatro...
...al dolor, a la muerte...
...a tu cuerpo que crecía.
Pero todo el tiempo seguiste actuando...
...interpretando a la embarazada feliz.
Y todos decían: "Jamás estuvo tan bonita".
Varias veces intentaste deshacerte del feto.
Pero fallaste.
Cuando ya era inevitable, empezaste a odiar al bebé...
...y deseaste que naciera muerto.
Deseabas que muriera.
Querías un hijo muerto.
Fue un parto largo y difícil.
Sufriste durante días.
El bebé nació con fórceps.
Miraste con asco a tu bebé lloroso...
...y murmuraste: "¿Por qué no mueres?"
Pero sobrevivió.
El niño gritaba día y noche...
...y tú lo odiabas.
Tenías miedo. Te sentías culpable.
Al final, tus parientes y una niñera cuidaron al niño...
...y tú saliste de la cama y volviste al teatro.
Pero el sufrimiento no acabó.
El niño sentía un amor insondable por su madre.
Te resististe con desesperación...
...porque sentías que no podías corresponderle.
Intentaste e intentaste...
...pero cuando lo ves eres cruel y torpe.
No puedes hacerlo.
Eres fría e indiferente.
Y él te mira.
Te quiere, y es suave...
...y tú quieres golpearlo por no dejarte en paz.
Te parece repulsivo con su feo cuerpo...
...y sus ojos húmedos, suplicantes.
Te parece repulsivo, y tienes miedo.
¿Qué escondes debajo de la mano?
Déjame ver.
Es la foto de tu hijito, la que rompiste.
Tenemos que hablar al respecto.
Cuéntame, Elisabet.
Entonces lo haré yo.
Fue una noche, en una fiesta, ¿no?
Era tarde y había mucho ruido.
A la madrugada, alguien te dijo:
"Elisabet, tienes todo como mujer y artista...
...pero no eres madre".
Reíste porque te pareció ridículo...
...pero no pudiste dejar de pensar en lo que él te dijo.
Te preocupaste cada vez más...
...así que dejaste que tu esposo te embarazara.
Querías ser madre.
Cuando supiste que era definitivo, te dio miedo.
Temías a la responsabilidad, a estar atada...
...a tener que dejar el teatro...
...al dolor, a la muerte...
...a tu cuerpo que crecía.
Pero todo el tiempo seguiste actuando...
...interpretando a la embarazada feliz.
Y todos decían: "Jamás estuvo tan bonita".
Varias veces intentaste deshacerte del feto.
Pero fallaste.
Cuando ya era inevitable...
...empezaste a odiar al bebé...
...y deseaste que naciera muerto.
Deseabas que el bebé muriera.
Querías un hijo muerto.
Fue un parto largo y difícil.
Sufriste durante días.
El bebé nació con fórceps.
Miraste con asco a tu hijo lloroso...
...y murmuraste: "¿Por qué no mueres?
"¿Por qué no mueres?"
El niño gritaba día y noche...
...y tú lo odiabas.
Tenías miedo. Te sentías culpable.
Al final, tus parientes y una niñera cuidaron al niño...
...y saliste de la cama y volviste al teatro.
Pero el sufrimiento no acabó.
El niño sentía un amor insondable por su madre.
Te resististe con desesperación...
...porque sentías que no podías corresponderle.
Intentaste e intentaste...
...pero cuando lo ves eres cruel y torpe.
No puedes hacerlo.
Eres fría e indiferente.
Y él te mira.
Te quiere, y es suave...
...y tú quieres golpearlo por no dejarte en paz.
Te parece repulsivo, con su feo cuerpo...
...y sus ojos húmedos, suplicantes.
Te parece repulsivo y tienes miedo.
No.
No soy como tú. No siento lo mismo que tú.
Soy la Hermana Alma. Sólo vine a ayudarte.
Yo no soy Elisabet Vogler.
Tú eres Elisabet Vogler.
Me gustaría tener...
Yo amo...
No tengo...
Aprendí mucho.
Veremos cuánto tiempo lo resisto.
Nunca seré como tú. Cambio todo el tiempo.
Haz lo que quieras. No me afectarás.
No digas nada... no vale la pena.
Ahora no. No, no.
Advertencia infinita. Imprevista...
Cuando tuvo que pasar, no pasó, así que... un fracaso.
Tú estás ahí, pero debería ser yo.
No hacia dentro, no cerrada...
Dándole consejos a los demás.
Desesperada, tal vez...
Yo acepto... sí, pero qué es lo más cercano...
¿Cómo se llama? No...
Nosotras, yo...
Muchas palabras y asco...
...dolor insoportable, náuseas.
Intenta escucharme.
Repite después de mí...
Nada.
Nada.
No, nada.
Nada.
Eso.
Así es.
Así debe ser.
Subtítulos por aRGENTeaM www.argenteam.net