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Sé que hace calor, pero, están aquí
para honrar a sus queridos. Y Michelle y yo
nos sentimos muy honrados
de estar aquí con ustedes.
Como ustedes saben, es tan evidente la complejidad
del tiempo de los Estados Unidos en Vietnam
que aún ahora, los historiadores no pueden acordar cuándo precisamente empezó la guerra.
Asesores militares estadounidenses sirvieron y murieron allí
desde mediados de los años cincuentas.
Operaciónes de combate a gran escala no empezarían sino hasta
mediados de los años sesenta.
Pero si hubo un año durante este tiempo que mostró el cambio de carácter
de nuestra participación, ese año fue 1962.
Fue en enero en Saigón.
Nuestros pilotos del ejército se fijaron las correas de sus cascos
y abordaron sus helicópteros
Despegaron, volaron apresuradamente sobre las copas de los árboles transportando tropas survietnamitas.
Fue sólo un asalto contra la fortaleza del enemigo
a pocas millas dentro de la selva, pero fue una de
las primeras operaciones grandes estadounidenses en ese país lejano.
Cincuenta años después
venimos a esta Pared,
a este lugar sagrado, para recordar.
Podemos acercarnos a esta Pared de granito
extender la mano y tocar un nombre.
Hoy es el Dia de los Caídos
cuando recordamos a todos aquellos quienes lo dieron todo
en la oscuridad de la guerra para que nosotros ahora podamos estar aquí,
en la primavera en todo su esplendor.
Hoy empieza la quincuagésima conmemoración de nuestra guerra en Vietnam.
Honramos a cada uno
de esos nombres grabados en la Piedra.
58,282 patriotas estadounidenses.
Rendimos homenaje a todos aquellos que sirvieron con ellos.
Apoyamos a las familias quienes aún les aman.
Durante años vienen ustedes aquí para estar con ellos una vez más,
y en las cosas sencillas que dejan atrás:
sus ofrendas, sus recuerdos, sus regalos - podemos vislumbrar
las vidas que vivieron:
la cobija que lo cubrió cuando era bebé;
el bate de béisbol con que bateó cuando niño;
un anillo de matrimonio; una foto del nieto que núnca conoció;
sus botas aún apelmazadas de lodo;
las medallas que ella ganó, aún brillantes.
Y, claro, algunas de estas cosas aquí tienen un significado especial que sólo
los veteranos reconocen:
una lata de cerveza; una bolsa de M&Ms;
una lata de Spam;
unos víveres viejos -
aún comestibles, aún malísimos.
Es aquí donde sentimos la profundidad de sus sacrificio
y es aquí que vemos un fragmento de nuestra gran historia estadounidense.
Nuestros fundadores, en su genio, nos dieron una tarea.
Se propusieron a hacer una unión más perfect.
Así pues, cada generación tiene la responabilidad de seguir con ese trabajo;
de seguir hacia adelante para superar
el pasado que aveces es doloroso;
de seguir luchando por nuestros ideals.
Y uno de los capítulos más dolorosos de nuestra historia
fue Vietnam.
En especial, la manera en que tratamos a nuestras tropas
que sirvieron allá.
Se les culpó por una guerra que no iniciaron,
cuando se les debería de haber sido enzalsados por haber servido
a su país con valentía.
Ustedes a veces fueron culpados por las delitos de unos cuantos.
[aplausos]
cuando el servicio honroso de tantos
debería de haber sido alabado.
Volvieron y a veces se les denigró
cuando se les debería de haber celebrado.
Fue una verguenza nacional,
una infamia que nunca debería de haber sucedido.
Y es por eso que aquí, hoy resolvemos
que no volverá a sucederá,
[Aplausos]
Así pues, la parte integral de este quincuagésimo aniversario
será contar su historia como se debería de haber contado
desde el principio.
Es otra oportunidad para poner las cosas en claro.
y es una forma más en que continuamos perfeccionando
nuestra unión.
Poniendo las cosas en claro y empieza hoy.
Porque la historia honrará sus servicios.
Sus nombres formarán parte de una historia de servicio militar
que se extiende dos siglos atrás.
Contamos la historia de una generación de miembros del servicio.
Cada color, cada raza,
rico, pobre, oficial y alistado, quienes sirvieron
con tanto patriotismo y honor
como sus antepasados.
No olvidemos que la mayoría de aquellos que sirvieron
en Vietnam, lo hicieron voluntariamente.
Muchos de ustedes ofrecieron alistarse.
El país estaba en guerra, y ustedes dijeron:
"¡Mandenme!"
Eso incluye nuestras mujeres en Vietnam.
Cada una de ustedes una voluntaria.
[aplausos]
Aquellos reclutados también fueron
llevando consigo el agobio. Usterdes sirvieron.
Hicieron su deber.
Perseveraron en unas de las condiciones de guerra más
brutales que estadounidenses han sufrido.
El calor sofocante; las lluvias torrenciales monzónicas;
un enemigo que aparecía de la nada
y que desaparecía fugazmente.
Unos de los combates urbanos más intensos de la historia.
Combates que duraban semanas,ganado sólo una colina.
Que se diga que en esos lugares de infierno
como Briarpatch, y el Zoo, y en Hanoi Hilton
nuestros prisioneros de guerra en Vietnam no solamente perduraron
sino que también escribieron algunas de las historias más extraordinarias
de valentía e integridad en los anales de la historia militar.
[aplausos]
Como una nación, hemos celebrado por mucho tiempo el valor
de nuestras fuerzas militares en Normandía y en Iwo Jima,
en el Perímetro Pusa, y en Heartbreak Ridge.
Así que, hablemos también sus actos de valentía
en Hue y Khe Sanh, Tan Son Nhut y Saigón.
Desde Hamburger Hill a Rolling Thunder,
Con frequencia, se nos olvida que ustedes, nuestros tropas
en Vietnam, ganaron cada batalla grande en la cual combatieron.
[aplausos]
Cuando regresaron, sé que muchos de ustedes
guardaron sus medallas; las pusieron en sus cajones;
o en una caja en su armario. Sigueron con sus vidas.
Formaron familias y ejercieron sus carreras.
Muchos de ustedes no hablaron mucho de su servicio.
Y como consequencia, esta nación no siempre ha
entendido el capítulo
de sus vidas que vino después.
Por lo tanto, contemos la historia de una generación
que retornó, y aún cuando algunos estadounidenses
volvieron la espalda, ustedes núnca
dieron la espalda a América.
[aplausos]
Al igual que generaciones previas,
se quitaron el uniforme, pero
nunca dejaron de servir.
Llegaron a ser profesores, policía y enfermeros,
gente con quienes contamos a diario.
Llegaron a ser empresarios, administrando compañías,
emprendieron industrias que cambiaron el mundo.
Llegaron a ser líderes y funcionarios públicos,
desde los ayuntamientos, hasta la Colina del Capitolio.
elevando nuestras comunidades, nuestros estados,
nuestra nación.
Nos recordaron lo que era servir,
lo que significaba servir.
Y aquellos de ustedes que continúan en uniforme,
ascendieron de rango y llegaron a ser
líderes en todos los puestos, aprendieron
de sus experiencias en Vietnam, y
reconstruyeron nuestro ejército, para volverlo la fuerza
más fina que le mundo jamás ha conocido.
[aplausos]
Y recordemos todos aquellos veteranos de Vietnam
que regresaron y servieron de nuevo
en las guerras en Iraq y en Afganistán.
¡No dejaron de servir!
[aplausos]
Aún cuando triunfaron en todas estas cosas,
hicieron algo más.
Quizás la cosa más importante que hicieron:
se cuidaron el uno al otro.
Cuando su gobierno no cumplió
con sus responsabilidades, ustedes protestaron.
Luchando por el cuidado y los beneficios que se merecían,
y con el tiempo transformaron el Departamento de Asuntos de Veteranos.
Y, claro, uno de esos veteranos de Vietnam,
es ahora nuestro destacado Secretario del Departamento de Asuntos,
de Veteranos, Ric Shinseki.
Se cuidaron el uno al otro.
Se preocuparon el uno del otro.
La gente no siempre hablaba de TEPT en esos tiempos
pero ustedes lo entendieron
y estaban alli para cuidarse.
Y con igual importancia, no tan sólo
cuidaron de los suyos,
sino que tambien cuidaron de los que vinieron después.
Se aferraron a la misión de
asegurar que los tropas de hoy tuvieran el respeto
y el apoyo que con frequencia ustedes no recibieron.
[aplausos]
Gracias a ustedes; porque nuestros veteranos de Vietnam
encabezaron el movimiento, el "GI Bill" pos S-11
está ahora ayundando a cientos de miles veteranos
ir a la universidad y alcanzar sus sueños.
[aplausos]
Gracias a ustedes, porque no nos dejaron olvidar.
En nuestros aeropuertos a las tropas que regresan
y bajan del avión y ustedes están allí
dándoles la mano.
[aplausos]
Gracias a ustedes, por todo América
las comunidades reciben con una bienvenida a las fuerzas militares
de Iraq.
Y cuando nuestras tropas vuelvan a Afganistán
América dará a toda esta generación del 11-S
la bienvenida que se merece
que ocurre, en parte, gracias a ustedes.
[aplausos]
Esta es la historia de nuestros miembros del servicio de Vietnam.
La historia que se tiene que contar.
Esto es de lo que se trata el quincuagésimo aniversario.
Es otra oportunidad de decirles a nuestros
veteranos de Vietnam lo que debimos de haber dicho
desde un principio.
Cumplieron con su trabajo.
Servieron con honor.
Nos hicieron sentir orgullosos.
Regresaron y ayudaron a construir el América
que amamos, y que apreciamos.
Por lo tanto, hoy, aquí, se debe decir:
han ganado su lugar entre las mejores generaciones.
Ahora les pido a todos nuestros veteranos de Vietnam,
aquellos que pueden ponerse de pie, por favor háganlo,
y aquellos que ya están de pie, todos levanten las manos,
mientras decimos esas palabras sencillas que siempre
reciben a nuestros tropas cuando vuelven, de hoy en adelante.
¡Bienvenidos a casa!
[aplausos]
¡Bienvenidos a casa!
[aplausos]
¡Bienvenidos a casa!
[aplausos]
¡Gracias!
¡Los apreciamos!
¡Bienvenidos a casa!
Hoy, les pedimos a todos los estadounidenses
y a cada segmento de nuestra sociedad, que se unan a este esfuerzo.
¡Todos pueden hacer algo!
cinco décadas que nos separa de los tiempos de la división
entre los estadounidenses, este aniversario puede
recordarnos de lo que compartimos como estadounidenses.
Eso incluye honrando a nuestos veteranos de Vietnam,
olvidando nunca las lecciones de esa guerra.
Así pues, acordemos que cuando América envíe
a nuestros hijos e hijas por la senda del peligro,
siempre les demos una misión clara,
Siempre les daremos una estrategia clara,
Siempre les daremos el armamento militar necesario
para que cumplan con su trabajo,
y los apoyaremos.
[aplausos]
Resolveremos que los líderes serán honestos
sobre los riesgos y el progreso y
que tendrán un plan para traer de nuevo a nuestros tropas
con honor.
Resolvamos olvidar nunca el costo en vidas de la guerra
incluso la pérdida terrible de la inocente población civil
no sólo en Vietnam sino en todas las guerras.
Sabemos que mientras que su servicio militar
es la definición pura de la gloria,
la guerra en sí no es gloriosa.
Odiamos la guerra.
Cuando luchamos lo hacemos para protegernos
porque sea necesario.
Resolvamos que en nuestra democracia
podemos debatir y estar en desacuerdo, aún en tiempos de guerra
pero permitamos usar el patriotismo
como una espada política.
Patriotas pueden apoyar la guerra.
Patriotas pueden oponerse a la guerra.
Y sea lo que sean nuestras opiniones,
estemos unidos, apoyando a nuestros tropas
a quienes hemos puesto en la senda del peligro.
[aplausos]
Esa es nuestra obligación solemne.
Resolvamos cuidar de nuestros veteranos
tanto como ellos nos han cuidado a nosotros.
Que no sean sólo palablas, sino acciones.
No sólo en los primeros cinco años después de la guerra,
sino en las primeras cinco décadas.
Para nuestros veteranos de Vietnam esto significa
los beneficios de incapacidad para enfermedades
relacionadas con el Agente Naranja.
Significa oportunidades de empleo y seguro médico para la salud mental
para así ayudarles a erguirse de nuevo.
Significa acabar con la tragedia de los veteranos sin techo
que cada veterano que ha luchado por América
tenga un hogar en América.
No deberían de luchar por un techo seguro
después de haber luchado por el país
que aman.
[aplausos y chiflidos]
Y cuando un estadonunidense no vuelve
incluso los 1666 estadounidenses aún desaparecidos
de la guerra de Vietnam, resolvamos hacer
todo lo que está en nuestro poder para que vuelvan a casa.
Esta es nuestra promesa solemne
a las madres, como Sarah Shay quien nos acompaña hoy
de 93 años de edad, quien ha honrado a su hijo
el Comandante Donald Shay Jr., desaparecido en combate
por 42 años. Ahí está ella.
Sarah, gracias por su valor.
¡Que Dios la bendiga!
[aplausos]
Esa es la promesa que estamos cumpliendo hoy
a la familia Moroni
de Fayetville, Arkansas.
43 años después de que desapareció, podemos declarar
que el capitán del ejército Vergil Moroni III
vuelve a casa
y por fin descansará en paz.
[aplausos]
¿Saben?, algunos declaran esta época de guerra
es como una cicatriz en nuestro país
pero esto es lo que yo digo:
cuando una llaga se sana, el tejido a su alrededor
se vuelve más duro, más fuerte que antes.
Y en este sentido, por fin, puede que empezemos a ver
el verdadero legado de Vietnam.
Gracias a Vietnam y a nuestros veteranos
ahora usamos el poder estadounidense de manera más inteligente,
honramos a nuestro ejercito más,
cuidamos mejor de nuestros veteranos.
Gracias a las lecciones difíciles de Vietnam,
gracias a ustedes,
América está más fuerte que antes.
[aplausos]
Y, por fin, en este aniversario
y en todos los años por venir,
recordamos lo que nos vincula formando un solo ser
Es importante para todos nosotros,
ya sea que hayan participado en la guerra de Vietnam
o hayan luchado en contra de ella,
o hayan sido muy jóvenes para que los haya influenciado,
es importante que nuestros hijos entiendan
los sacrificios que hicieron nuestras tropas
al participar en Vietnam.
Que esto sea para ellos, más que tan sólo
un nombre en los libros de la historia.
Es importante que conozcamos la lección
de un regalo presentado en este monumento.
En un atardecer
y casi todo los turistas y visitantes se habían ido
y allí estaban:
un casco de futbol americano, *** con rayas blancas,
y una pulsera.
Y junto a éstos había una nota escrita a mano.
Era de un jóven aún en la secundaria -
y les recuerdo que esto fue más de 2 décadas
después de Vietnam - que ese estudiante de secundaria
nació muchos años después de que se había terminado la guerra.
Pero en esa pequeña nota, escrita con su puño y letra,
captó la reverencia,
que enlaza las generaciones
que nos traen aquí hoy .
El principio de la nota decía:
Queridos veteranos de Vietnam
Aqui tienen dos cosas mías para ustedes,
que creo deben de tener."
Y explicó que su casco
era de su fútbol infantíl, y su pulsera
de su último año de la secundaria.
Así pues hoy quisiera concluir con las palabras que escribió:
Con estas dos piezas
pude cometer errores,
corregir los errores, crecer, y madurar como persona.
Sin embargo, eso era en MI campo de batalla.
Ustedes no tuvieron la oportunidad de hacer eso.
en SU campo de batalla.
Algunos de ustedes tuvieron que crecer demasiado rápido,
y todos murieron demasiado pronto.
Aunque sí tenemos muchas cosas en común:
tanto ustedes como yo, tenemos orgullo, corazón, y determinación,
Sólo lamento que ustedes tuvieron que aprender esas cualidades
demasiado rápido.
Y es por eso que les doy
lo que tuve al crecer.
Ustedes son héroes de verdad,
y nunca se les olvidará.
Eso es de un joven de la secundaria,
nacido décadas después del fin de la guerra.
Y eso capta el espíritu
que el país entero debe de tener.
Veteranos, familias de la guerra de Vietnam,
yo sé que la llagas de la guerra se sanan lentamente
y ustedes saben eso más que nadie,
pero hoy damos un paso más.
La tarea de contar su historia continúa,
La lucha de perfecionar nuestra unión sigue en marcha,
y décadas en el futuro,
yo espero que otro joven estadounidense visitará este lugar
y alcanzará la mano y tocará un nombre
y ella aprenderá la historia de los miembros de la fuerza militar
gente que nunca conoció,
que lucharon una guerra que ella nunca conoció.
en ese momento de entendimiento,
de gratitud,
y de gracia,
el legado de ustedes perdurará.
Porque todos ustedes son verdaderos héroes,
Y se les recordará a todos.
íQue Dios les bendiga!
¡Que Dios bendiga a sus familias!
¡Que Dioes bendiga a nuestros hombres y a nuestras mujeres en uniforme!
¡Y que Dios bendiga los Estados Unidos de América!
[aplausos]