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Se cuenta que en tiempos lejanos, el Cóndor, que es un ave extraordinaria, grande y poderosa, estaba promoviendo frente a los otros animales que él era el rey porque era el único que podía volar hasta el Sol.
Fue cuando el pequeño Colibrí apareció y dijo. "¡Yo también puedo volar hasta el Sol!"
Los animales rieron y los dos pájaros se desafiaron mutuamente a una carrera para la próxima mañana. Al amanecer, se reunieron todos los animales de la floresta: el Cóndor estuvo allí muy temprano, componiendo sus plumas, desplegando sus poderosas alas.
Pero el Colibrí no aparecía. El Cóndor dijo entonces: "Vean, mi opositor ni siquiera ha venido. ¡Pero yo les mostraré quién puede volar hasta el Sol!"
Y desplegó sus alas y voló muy, muy alto hasta que se acercó a la misma atmósfera del Sol.
En ese momento, en señal de reverencia – porque a Dios no se le mira a la cara – inclinó su cabeza hacia adelante y de entre las plumas de su cuello emergió el Colibrí, quien entro en el Sol y de allí salió llevando en su pico el más sagrado fuego.
Y cuando regresó a la floresta dijo orgulloso: "Yo le vi la cara a Uiracocha! Yo soy el rey…"
Desde entonces representa el aprovechar para si la fuerza a la que no puede oponerse, la astucia, la inteligencia, antes que la fuerza física.
Y la PASION de lanzarse a un gran desafío, aun cuando otros creen que no tiene alas o fuerza suficientes para enfrentarlo"
¿Y dónde viven hoy los Colibríes?
¿En la confusión insana de locas velocidades?
¿En la abundancia del despildarro?
¿En el desenfreno como bienvivir inalcanzable?
Parece que los colibríes no compraron ese cuento…
Parece que comprendieron algunas cosas importantes.
EL PODER ES UN JUEGO PERMANENTE, INEVITABLE, NECESARIO Y CREATIVO.
LOS RECURSOS DEL PLANETA SON ABUNDANTES Y SUFICIENTES PARA EL BIEN VIVIR DE TODOS SUS HABITANTES.
CADA UNO DE NOSOTROS ES REPONSABLE DE SU PARTE Y DEL TODO.
Hemos encontrado colibríes en lugares insólitos: clubes de trueque, asociaciones informales de economía de subsistencia, ferias artesanales, asambleas barriales, ¡piquetes instituyentes!
Viven en un saber que aun no está en los libros! Ni en los periódicos, ni fue descubierto por los medios masivos…
Porque no es capturado por ojos que desconocen ese malentendido fundamental que existe entre escasez y abundancia como PARADIGMA.
Y que está presente todo el tiempo en nuestras palabras y nuestras acciones…
Los colibríes animan a mujeres de toda forma y color que viven empujando la vida, con más o menos alegría…
Reinventando el vivir hacia dentro y afuera de sus casas, y las de sus vecinos.
Comprendiendo que aunque no las vemos…la riqueza está entre nosotros, en nuestras prácticas cotidianas. Y no en pantallas tramposas o discursos desesperanzados…
Se trata de un saber que reconoce que todas las economías de la Historia conviven hoy en nuestras casas.
Que la abundancia está entre nosotros y no en las ficciones bancarias
Ni en los diálogos de sordos de estadistas que desconocen qué es el bien común…
Un saber que reconoce que las leyes del Mercado son más CHICAS que las leyes de la economía natural…
Un saber que produce acciones permanentes de compromiso con el aquí y ahora, para poner el foco en el futuro.
¡Un saber sencillo que reconoce que la abundancia como estrategia contiene siempre la alegría!
Los colibríes están por todas partes…
¡Infiltrando monedas sociales en los cuatro cantos del planeta!
Repitiendo una y mil veces sus descubrimientos
¡Pero siempre abiertos a recrearse y a incluir lo diverso como práctica de la abundancia!
Leales al mandamiento: "¡COPIAD Y DEVOLVED MEJORADO!"
Aceptando al otro tal como es, para mostrar que el futuro sólo es nuestro si lo hacemos entre todos.
Que estamos todos en el mismo barco y que aun hay muchos viajes por hacer.
Que los roles que ocupamos hoy pueden ser desplegados, si aceptamos el desafío de ser responsables de nuestra parte ¡Y del todo!
Que el equilibrio es inestable y que tan sólo coordinados lograremos avanzar.
Que tenemos mucho trabajo. Aquí y más allá…
Que ya sabemos cómo hacer algunas cosas, pero otras vendrán a desafiar nuestra apertura…
Que elegimos avanzar en consensos mínimos, antes que la exclusión como práctica cotidiana…
Que los talentos sólo tienen sentido si son compartidos…
Que el foco está claro, aunque a veces no lo parezca.
Que el futuro nos pertenece, como derecho y como responsabilidad hacia los que vendrán.
¡Y ya no compramos el cuento de la riqueza que nos venden!
De qué sirve saber navegar
si no sabés qué rumbo seguir?
De qué sirve saber todas las rutas
si no sabés cómo recorrerlas?
De qué sirve ser el rey
si no sabés usar tu poder?
De qué sirve saber de métricas
si no sabés lograr la armonía?
De qué sirve saber todos los idiomas
si no sabés hacer que te escuchen?
De qué sirve saber el futuro
si no podés hacer que cambie?
De qué sirve conocer tus sueños
si no sabés hacerlos realidad?
De qué sirve saber,
si no sabés hacer?
¿Sabés qué es el paradigma de la abundancia?
¿Sabés por qué está escondido?
¿Le tenés miedo al juego del poder?
¿Creés que los recursos del planeta ALCANZAN para todos?
¿En serio, te parece que el futuro depende de VOS?
Proyecto COLIBRÍ
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