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El solsticio de invierno, el primer día de invierno
en el Hemisferio Norte, ha sido celebrado en todo el mundo
por miles de años, porque para muchas culturas,
tal vez más célebremente los Mayas,
marca el fin de una unidad de tiempo y el comienzo de una nueva.
Ustedes saben, el año. A mí solo me gusta porque
significa que los días finalmente se vuelven más largos.
Oscurece cerca de las 4:30
de la tarde ahora en Montana!
[INTRO]
Ahora, no voy a insultarlos hablando de lo que
el solsticio de invierno no significa, con respecto al fin del mundo.
Pero no se me ocurre mejor momento para abrir
una gran lata de antropología y desmentir algunos de esos
perniciosos mitos sobre la Civilización Maya.
Número uno: Esto no es un calendario Maya.
Gente, por favor, Por el amor de Pedro,
si van a recordar algo de esto,
que sea que este símbolo que han estado viendo en todos lados
en camisetas baratas y sitios web más baratos aún
no tiene nada que ver con los Mayas o cómo contaban el tiempo.
Se llama la piedra solar, y fue tallada originalmente por los Aztecas
una cultura de Mesoamérica posterior a los Mayas
sobre el final de los 1400s, cerca de 500 años después
de que las ciudades-estado Mayas comenzaran a decaer.
El rostro en el medio pertenece al dios sol de los Aztecas,
y los anillos a su alrededor representan los 20 días del mes Azteca.
Pero, incluso ésto no es un calendario.
Fue tallado para conmemorar la asunción del líder Itzcoatl
es algo así como... es como una gran placa conmemorativa.
Los Mayas sí usaban sistemas increíblemente elaborados y precisos
para medir el tiempo, de los cuales pueden aprender más aquí.
Pero no existe una talla en roca o nada del estilo que pueda describirse
como un calendario Maya que sea análogo al objeto
que puedes colgar en tu cocina e indica qué día es
y tiene imágenes de gatitos o bomberos.
Mito Número Dos: El idioma Maya es indescifrable.
Por un tiempo así lo fue, en realidad hasta muy recientemente.
Por siglos los antropólogos intentaron sin éxito traducir
la antigua escritura Maya, lo que llevó al memé de "El Código Maya".
Pero no se trata de un código secreto, es una lengua como cualquier otra.
Consiste de cerca de 700 glifos, escritos de izquierda a derecha
y de arriba hacia abajo, en líneas de dos glifos de largo.
Poco a poco, una pista a la vez,
los científicos descubrieron cómo funcionaba el sistema.
Uno de los mayores avances tuvo lugar al final del siglo XX,
cuando los antropólogos descubrieron que los glifos representaban
tanto sonidos o sílabas, como ideas individuales,
y que cada antigua ciudad-estado tenía su propio dialecto,
sólo para hacerlo un poquito más confuso.
Así que, para escribir la palabra para jaguar, b'alam, un grupo podía usar
un glifo que literalmente representara un jaguar,
mientras que otro podía escribirlo de forma fonética: ba - la - ma.
Hoy en día podemos interpretar cerca del 90% de todas las tallas
y libros escritos a mano en la lengua Maya original,
y se está escribiendo en Maya moderno a lo largo de
América Central por primera vez en siglos.
Mito Número Tres: Los antiguos Mayas eran genios pacíficos
Hace cien años, todo lo que sabíamos sobre los Mayas era
cuán inteligentes eran.
Cómo podían predecir el movimiento del Sol y la Luna
y los planetas hasta el último minuto,
y como construyeron grandes templos de piedra sin herramientas de metal,
y cultivaron en las montañas haciendo terrazas de tierra.
Así que, por mucho tiempo la mayoría de científicos creían que los mayas eran
personas tranquilas cuyo principal interés era mirar al cielo.
Pero, una vez que nos volvimos capaces de leer lo que sus monumentos y libros
tenían para decir, nos dimos cuenta que, al igual que nosotros,
eran inteligentes acerca de la ciencia y tontos acerca de la gente.
Realmente pasaron mucho tiempo en guerra unos con otros,
y, en ocasiones raras, incluso sacrificaban personas con propósitos rituales.
Pero no a vírgenes. Generalmente eran personas capturadas en batalla.
Pero los mayas no hicieron nada cercano al tamaño de lo que hicieron los aztecas.
Créanme, no querrían ser atrapados en la ciudad de Tenochtitlán
después de una mala cosecha, o cuando
el rey (Tlatoani) estaba cortando el lazo en un nuevo templo o algo.
Básicamente, los Mayas eran como todos los demás:
listos, defectuosos y asombrosos.
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