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La inclusión laboral de las personas con discapacidad,
es uno de los pilares fundamentales
en la lucha por garantizar la autonomía personal,
el desarrollo profesional
y la integración social de este colectivo,
que tiene menos oportunidades que el resto de la ciudadanía,
a la hora de participar activamente en el mundo laboral.
La normalización de esta integración parte de una idea básica,
que consiste en redefinir el propio concepto de discapacidad,
atendiendo de manera prioritaria a las capacidades de cada persona,
y no a sus limitaciones.
Partiendo de esta idea, las desventajas no necesariamente
deben concluir en la marginación e inhabilitación laboral,
sino todo lo contrario,
más bien han de reflejar la toma de conciencia,
así como políticas de acción, que faciliten la formación,
los recursos y las adaptaciones necesarias,
hoy más asequibles que nunca
gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías,
para que este colectivo pueda acceder de manera igualitaria
al mundo del trabajo.
Hay reticencia en el empresario al contratar a una persona ciega
en puestos administrativos,
entonces cuando un empresario ve a una persona ciega,
administrativo que tiene que manejar mucha documentación en papel,
mucha factura, mucho balance, entonces le da miedo,
pero luego cuando le explicas que hay adaptaciones,
de forma gratuita que no tienen coste ninguno,
que yo puedo trabajar en equipo,
que lo que puedes es realizar tareas necesarias, pues ven que es posible,
pero al principio, lo que es a primera vista,
cuando dicen "¿un empleado ciego de administrativo?"
Pues de que estás hablando, pero cuando dan el paso
y se dan cuenta de lo que somos capaces,
una persona ciega es capaz de ser lo que se proponga,
tanto administrativo, empresario,
economista, incluso analista bursátil.
Según los resultados publicados por el Inst.Nacional de Estadística,
de la Encuesta de Población Activa
y de la Base Estatal de las Personas con discapacidad,
realizada durante los años 2009 y 2010,
el 3,8% de la población en edad de trabajar,
es decir, las personas entre 16 y 64 años,
tienen alguna discapacidad legalmente reconocida.
El Certificado de Discapacidad, se otorga a una persona
que tiene un grado de discapacidad igual o superior al 33%,
según el procedimiento de valoración establecido
por el Real Decreto 1971/1999,
modificado por RD 1856/2009.
El aspecto más significativo de esta encuesta,
desde el punto de vista laboral,
es la baja participación de las personas con discapacidad
en el mundo del trabajo.
Su tasa de actividad en el año 2010 fue del 36,2%
frente al 75,9 % de la población sin discapacidad.
El mercado por sí solo no absorbe
la diferencia que hay entre el empleo de las personas
con discapacidad que está trabajando y la gente que no tiene discapacidad,
hay 40 puntos de diferencia, en la tasa de población activa,
por consiguiente es necesario,
que en la administración general del estado
y en las administraciones autonómicas
hagan políticas de discriminación positiva,
a favor del empleo, para de alguna manera equilibrar,
ese desequilibrio que existe de forma natural.
Además, los datos obtenidos de esta encuesta,
ponen de manifiesto diferencias notables
atendiendo a cuestiones de género, al tipo de discapacidad,
edad y situaciones de dependencia.
El 27,7% de las personas con certificado de discapacidad
estaban ocupadas en el momento en que se realizó la encuesta,
y de éstas, el 38,2% eran mujeres.
La participación laboral estaba muy determinada
por el tipo e intensidad de la discapacidad.
Así por ejemplo, las personas con deficiencias auditivas
presentaban las mayores tasas de actividad,
con un 58.2% de actividad;
mientras que las personas que sufren algún trastorno mental
registraban las menores tasas de actividad, con un 24,9%.
Por su parte, la tasa de actividad asociada a grado de discapacidad
disminuye hasta el 14,3%
en las personas con una discapacidad superior al 75%.
La situación se agrava, en el caso de aquellas personas
con discapacidad, que además están en una situación de dependencia,
es decir, que precisan de la ayuda de otras personas
para llevar a cabo tareas B.
En 2010, el 3,4% de las personas laboralmente activas
y con discapacidad, eran personas en situación de dependencia.
En tanto en cuanto haya diferencias abismales,
entre las personas que trabajan, que tienen discapacidad,
con las que no la tienen,
pues será necesario que el Estado siga interviniendo,
con políticas activas para equilibrar esas situaciones
y eso no se resuelve con iniciativas puntuales,
sino de una forma permanente y constante,
y sobre todo corrigiendo también desde la formación,
porque claro el que no tenga acceso a la formación universitaria,
a la formación especialista también,
pues implica que luego las personas con discapacidad,
normalmente suelen tener acceso a puestos menos remunerados,
o menos profesionalizados y eso incide negativamente
en la normalización de las personas con discapacidad.
Los problemas son no recibir el material a tiempo,
no seguir los estudios,
que los profesores no estaban sensibilizados con la discapacidad,
no realizaban bien las clases,
no lo hacían bien porque todos mis estudios han sido dirigidos
hacia la empresa y la economía,
entonces pues se utilizaba mucha fórmula matemática
y no sabían lo que es describirlas adecuadamente,
para que yo siguiera los estudios adecuadamente,
también ha habido problemas de acceso a los compañeros
para lo que es que no les siguieran lo que es de choque,
porque lo que es 1998, aunque me ayudaban mucho,
también había que explicar a los compañeros que no era nada raro
que tuvieran un compañero con discapacidad visual,
al principio chocaba un poco, pero al día siguiente estaba todo hecho.
Cuando hablamos de talento,
solemos identificarlo con buenas calificaciones,
y por lo tanto matrícula de honor o sobresaliente.
Y sin embargo, esto desde el año 1983,
cuando Gardner habló de la teoría de las inteligencias múltiples
está en entredicho porque aunque en los centros educativos
se potencia mucho lo que es lo lógico,
y la inteligencia verbal, sin embargo hay otro tipo de talento,
que también manifiestan los estudiantes,
tanto en el centro educativo como en la universidad,
que habría que tener en cuenta cara al éxito en la vida.
A día de hoy, en los Centros Educativos y en las Universidades,
se le ha dado siempre prioridad a áreas como lengua,
matemáticas, descuidando en muchas ocasiones, otras áreas,
como la artística, la capacidad de relación, la inteligencia emocional,
es decir, una gran variedad de capacidades,
que se podrían trabajar y desarrollar en cada personas,
aumentando su autoestima,
su capacitación y su desarrollo personal y profesional.
Hay otras inteligencias, como puede ser
la inteligencia relacionada con el tema de la orientación,
que ha de poner en relieve una persona,
que se dedique por ejemplo a ser un conductor,
una persona que sepa orientarse en una ciudad donde nunca ha ido.
Seguramente esta persona que puede ejercer de chófer,
de conductor de autobús, o montar su empresa…,
son personas, que han comenzado como decía,
conduciendo su autobús, o por ejemplo un coche oficial,
y sin embargo, han terminado teniendo una empresa
y quizás sus calificaciones no eran brillantes,
pero han logrado fundar o crear una empresa,
gracias a ese talento espacial.
Y a otras inteligencias, que son las que se están demostrando,
que son las que más predicen el éxito laboral, personal,
de relaciones personales, que es la inteligencia emocional.
En este sentido, son muchas las investigaciones
que están poniendo un gran énfasis en una educación
más personalizada y dirigida a crear una red de apoyos
para la promoción y desarrollo de los distintos tipos
de inteligencias y talentos,
así como a la necesidad de invertir en las adaptaciones necesarias,
para aquellas personas que lo necesiten.
Yo soy Claudia, soy estudiante de Psicología de segundo grado
y me matriculé en la UNED porque tengo una discapacidad física,
parálisis cerebral, y por cuestión de flexibilidad horaria.
Yo soy documentalista y community management en discapnet,
una página que trata sobre discapacidad,
un portal informativo de referencia de Technosite de Fundación Once.
Luego además presido una asociación, Convives con Espasticidad,
y hago diferentes colaboraciones con distintos medios de comunicación.
Es muy importante, lo hablaba con los responsables de la universidad,
que las estadísticas de los últimos años,
de personas con discapacidad que se están formando en la Universidad,
cerca de 17.000 personas con discapacidad están matriculadas
en las diferentes universidades, de ellas casi el 50% en la UNED,
porque las barreras de la comunicación y el transporte
son realmente un impedimento más para acceder a la formación
de las personas con discapacidad
y por eso el papel que hace la UNED es vital.
Yo cuando entré en la UNED,
tuve una dificultad antes de entrar en la UNED, que fue la selectividad,
la tuve que hacer sin adaptaciones
porque no me habían informado correctamente del procedimiento,
y cuando llegué a la UNED, claro,
tú imagínate, después de eso que fue un gran palo para mí
porque tuve que retrasar la selectividad un año,
llegué y me ofrecieron una hoja entera de posibles adaptaciones,
hicieron pruebas conmigo y se ajustaron a mis necesidades.
Yo empecé mis estudios en el año 2008 – 2009,
opté por la UNED porque en esos momentos trabajaba,
era profesor de braille en la Once,
entonces, además de lo que es trabajar en Once,
también tenía un interés y una motivación muy grande por estudiar.
Vi diversas opciones, la que más me cubría mis necesidades
y lo que yo buscaba era la UNED,
porque me permitía compaginar tanto estudio como trabajo.
Y otra de las razones fue porque conocía que por esos tiempos
empezaba lo que es UNIDIS, que es la unidad de discapacidad
y voluntariado de la UNED a tener fuerza, a estar valorada,
y que me motivaba y me podía ayudar a llevar mis estudios
con normalidad a pesar de tener una discapacidad.
UNIDIS, es el Centro de Atención
a Universitarios con Discapacidad de la UNED.
Un servicio de esta Universidad, creado en el año 2007,
con el objetivo de garantizar la igualdad de oportunidades
para los estudiantes con discapacidad
y de contribuir a suprimir las barreras para el acceso,
la participación y el aprendizaje de todas las personas
con discapacidad que integran la comunidad universitaria.
Te voy a contar algunas de mis necesidades
y que me facilitaron en la UNED.
Yo tengo un problema a la hora de escribir, y es que escribo muy lento.
Entonces todos mis exámenes son tipo test,
y además, como no tengo la suficiente psicomotricidad
o precisión en la mano para rellenar la hoja de lectura óptica,
los profesores del tribunal me ayudan y me la rellenan ellos
una vez les doy las respuestas;
y por si esto fuera poco, para evitar problemas de espalda,
siempre me buscan una silla más cómoda.
Adaptaciones a exámenes y luego también explicaciones a nivel
de ordenador, pasar al ordenador a mp3 las clases,
porque como he dicho anteriormente,
si en mi carrera se utiliza mucha fórmula matemática y muchos gráficos,
necesitas que te los adapten en relieve
a través de un correo electrónico o a través de ficheros mp3
explicándote todas las fórmulas que se utilizan.
Todas estas medidas de adaptación y otras herramientas,
están disponibles para todos los alumnos y alumnas
con algún tipo de discapacidad que quieran estudiar en la UNED.
Desde UNIDIS se sigue trabajando en facilitar al máximo
y hacer desaparecer estas barreras en la formación universitaria,
así como en la implantación de lo que se viene llamando
empleabilidad de los títulos,
para facilitar y garantizar la inserción laboral a este colectivo.
Nosotros queremos implantar una bolsa de empleo
donde sea plenamente accesible y donde se haga mucho énfasis
en las cerca de 8.000 personas,
que tienen algún tipo de discapacidad y están estudiando con nosotros.
Estas personas al igual que el resto de estudiantes,
ni más ni menos, lo que queremos es esforzarnos
porque consigan ese empleo,
por tanto en el momento actual de la universidad,
esfuerzo general en cuanto a empleabilidad de los títulos
y esfuerzo particular en el amplio colectivo de discapacitados,
que requieren que al igual que les hemos acompañado con los estudios,
una vez que los terminan,
puedan acceder a un empleo cualificado como otro más,
con relación a esos criterios de mérito y capacidad
que tienen ellos para poder desarrollar una labor profesional.
Para ello, la UNED ha contado con diversos profesionales
del mundo de la empresa y las organizaciones,
que han impartido talleres sobre áreas relacionadas,
con el desarrollo de competencias y habilidades prácticas,
así como competencias relacionales y emocionales
en el mundo del trabajo,
para aquellos colectivos con dificultades de inserción laboral.
Ahora mismo soy profesor de braille en la ONCE.
No tiene nada que ver con los estudios que realizo,
pero realizo una gran labor social
porque me gusta lo que es la accesibilidad
y lo que es darle vida a los afiliados.
Yo hace 15 años me quedé ciego, viví una serie de experiencias,
tuve unas herramientas y ahora estoy repartiendo y dando a conocer
a los demás lo que a mí me enseñaron
para que tengan ese conocimiento y se den cuenta de las dificultades
que tuve y de todo lo que pueden hacer aunque sean personas ciegas,
tanto en educación, en la vida laboral y en la vida diaria.
Yo empecé la universidad, me ayudó una persona de la universidad
y entré como becaria en discanet, donde estoy ahora.
Estamos viendo el caso de dos personas:
Víctor Alberto y Claudia, que han conseguido sus objetivos
de estudiar una carrera y tener un puesto de trabajo
reconocido y valorado.
Pero no hay que olvidar que pertenecen a ese pequeño porcentaje
de personas con discapacidad que sí lo ha conseguido,
pero todavía queda mucho camino por recorrer.
La verdad es que yo personalmente no,
ahora bien, sé que muchas personas en situación de discapacidad,
sí que encuentran grandes dificultades.