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Hola a todos. Es un placer estar presente en este encuentro.
Es un placer para alguien que se considera a sí mismo un defensor de los derechos humanos
y estar en la audiencia y en el podio junto a otros hermanos y hermanas luchando por los derechos humanos.
Pero creo que el tema del que les voy a hablar ahora es un poco difícil para algunos de ustedes.
Y quiero pedirles, en especial a mis hermanos y hermanas de África, Asia y el mundo árabe,
que abran sus corazones, abran sus mentes a una forma más abierta de pensar sobre los derechos humanos
y a un debate que está sucediendo con más frecuencia en las américas y en Europa,
pero que no se ha expandido tanto por el resto del mundo, pero que pronto lo hará
Pienso que la forma en la que nosotros, como sociedades nacionales y globales,
estamos lidiando con las drogas: psicoadictivas, psicotrópicas,
¡no todas! no el alcohol ni el tabaco y estas otras drogas.
Creo que la forma en la que estamos lidiando con estas drogas a través de nuestras políticas nacionales
y nuestras convenciones internacionales y mecanismos de control-
representa una masiva e invasiva violación de los derechos humanos
en formas que casi nadie comprende en su totalidad.
Estoy consciente de loque estoy diciendo, y que en cierta forma puedo sonar como el herético en una convención de derechos humanos
Pero cuando observamos lo que está sucediendo con el problema de las drogas alrededor del mundo,
lo que comenzamos a darnos cuenta es que estamos lidiando no sólo con un problema, sino con dos.
Estamos lidiando no sólo con los problemas de la adicción a las drogas,
el abuso de las drogas, y el crimen y las enfermedades relacionadas con su uso,
sino que también estamos enfrentándonos a las consecuencias de inútiles y fallidas políticas prohibicionistas.
Vemos que la política que ha evolucionado a lo largo del siglo pasado,
el régimen gobal de prohibición que ha evolucionado en el siglo pasado,
a través del cual ciertas drogas - marijuana, cocaína, heroína y anfetaminas y otras drogas similares -
son tratadas principalmente como temas de la justicia criminal,
y los que dominan las políticas de control de drogas en la mayoría de los gobiernos no viene del sector de la salud,
sino que vienen del sector de la seguridad, la policía y del orden público.
Esto en sí, es una parte muy importante, si no la más importante del problema.
¿De qué les estoy hablando? Yo vengo como estadounidense, con nuestra inusual experiencia con la prohibición del alcohol.
A finales del siglo 19 y principios del siglo 20, la gente estaba totalmente consciente de los horrores del alcohol:
de la adicción y de los accidentes; y a medida que nuestra sociedad se industrializó,
de los miedos a los accidentes en las carreteras y las fábricas;
de que los maridos se emborrachaban y golpeaban a sus mujeres y a sus hijos.
Y así llegó la creencia, primero a través de un movimiento de moderación y que finalmente se convirtió en un movimiento prohibicionista,
de que si pudiesemos criminalizar al alcohol eliminaríamos el alcohol de nuestra sociedad
y así libraríamos a las familias, a la industria de todos los horrores de la adicción al alcohol,
esta peligrosa y mortal droga.
Y de hecho adoptamos una enmienda a nuestra constitución para criminalizar el alcohol.
Y al principio parecía haber funcionado: el consumo de alcohol bajó, los problemas con el alcohol bajaron.
Pero luego en el transcurso de los años 1920 y a principios de los años 1930, ¿que pasó?
Bueno para empezar, el consumo del alcohol y sus problemas dejaron de bajar y comenzaron a aumentar.
El alcohol comenzó a volverse más popular, la cultura clandestina,
la gente joven se volvió atractiva para ella, los contrabandistas se convirtieron en modelos a seguir.
¿Que más sucedió? Cientos de miles de personas comenzaron a volverse ciegas,
envenenarse y morir a causa del mal licor de contrabando,
el cual era más peligroso porque era ilegal.
¿Que más sucedió? Al Capone, crimen organizado, violencia y corrupción.
Las las cortes y las celdas de las cárceles se llenaron de personas no-violentas que habían violado leyes en contra del alcohol.
Tiroteos en las fronteras estadounidenses con Canadá y México,
los EE.UU. tratando de imponer nuestras políticas prohibicionista en nuestros países vecinos.
Falta de respeto por la ley y el orden. Hipocresía con leyes que eran aplicadas contra los pobres pero no en contra de los ricos.
Y en algún momento, mis abuelos o bisabuelos despertaron y dijeron: ¡Suficiente!
Esta política prohibicionista claramente ha sido un fracaso.
Es mejor tener una política impositiva y regulatoria, e informar sobre los peligros del alcohol.
Es mejor tener una política regulatoria inteligente y bien pensada,
porque como lo habían demostrado los europeos al mismo tiempo, una política regulatoria que es a la vez efectiva y bien pensada
puede reducir el daño de la droga que es el alcohol, más de lo que puede hacerlo una política prohibicionista.
Y en lugar de poner todo el dinero en manos de criminales y el mercado ***,
se puede poner este dinero en los cofres del gobierno.
Yo veo lo que está sucediendo con las drogas alrededor del mundo hoy en día,
y es 50 veces peor de lo que pasaba en los Estados Unidos en los tiempos de la prohibición
Las Naciones Unidas estima que a finales de los años 1990 el mercado *** global de las drogas
tenía un valor de $400 mil millones al año, tal vez un 7 o un 8% del comercio mundial.
Algunas personas dijeron que eso era muy alto, y que tal vez sea sólo de $250 a $350 mil millones al año.
El mercado *** de las drogas, la principal fuente de ingresos ilegales
para organizaciones terroristas, criminales, y organizaciones políticas de izquierda y de derecha.
Es difícil encontrar una organización terrorista o criminal que no obtenga fondos por estos medios.
Miren lo que está pasando en México hoy en día. Desde Ciudad Juarez a otras ciudades a Sinaloa.
Miren lo que está pasando en América Central hoy en día. Miren lo que está pasando en otras partes de América Latina,
y en Afganistán y en partes de Asia. Miren lo que ahora se está extendiendo hacia África Occidental.
Condemanos el tráfico y la venta de drogas.
Pero ¿Qué es eso? ¿Por qué es que esto no está regulado adecuadamente?
Es porque tenemos una política prohibicionista cuyo resultado ha sido que ahora
el mercado es dominado por criminales y organizaciones criminales.
Piénsenlo. No soy un economista de derecha, pero les puedo decir que,
mientras que exista una demanda para estas sustancias, siempre habrá una oferta.
Que la única cosa que una nación puede esperar hacer en términos de éxito
es el de reducir la producción de drogas y su tráfico en su propio país y enviarlo a otro.
Colombia puede tener éxito enviándola a América Central. América Central hacia México.
México no la puede enviar a ningún otro lado porque está justo al lado de nosotros.
Tal vez la puedan enviar al Caribe.
Tal vez Afganistán deje de producir opio y luego, ¿que pasa?
Se expande a través de Asia central y de vuelta a Birmania y Paquistán.
Una guerra contra las drogas no le puede ganar a lo que en última instancia no es más que un mercado dínamico global de bienes.
Porque de lo que estamos hablando aquí es de productos globales,
como el alcohol, como el azúcar, como el tabaco, como los metales preciosos, y todo lo demás.
La pregunta es, ¿la regularemos en forma sensata? ¿O seguiremos con esta política de prohibición?
La gente piensa que de alguna manera la prohibición representa la forma máxima de regulación.
No la es. La prohibición representa la abdicación de la regulación.
Significa que sea lo que sea que no se pueda prohibir,
de todos modos termina brotando de algún lado para cubrir la demanda.
En gran parte no está regulada, y lo poco que está,
está regulada por organizaciones y redes criminales.
Me fascinó escuchar a Evo Morales hace unas semanas atrás, el presidente izquierdista de Bolivia,
ex presidente de los productores de coca, sermoneando a los Estados Unidos y sonando como Milton Friedman,
"¿Mientras que exista una demanda como esperan que reduzca la oferta?
Este es un tema que une a la derecha, la izquierda y el centro.
Existe un creciente movimiento para cambiar las políticas sobre las drogas alrededor del mundo,
y creemos que somos uno de ustedes.
Nos consideramos defensores de los derechos humanos. ¿Por qué?
Porque entendemos que cuando uno hace una guerra contra las drogas,
cuando el objetivo son decenas de millones de personas, sino cientos de millones de personas, alrededor del mundo
simplemente por lo que eligieron poner en sus cuerpos,
simplemente porque decidieron poner en su cuerpo esa sustancia, en lugar de esa sustancia,
El resultado es un mercado *** que destruye los derechos humanos.
Cuando se crea una cultura de miedo en partes del mundo donde los criminales, el gobierno y el ejército están luchando entre ellos,
no existe la libertad en una sociedad así.
Cuando se encarcela un numero excesivo de personas por lo que son esencialmente acciones no-violentas,
ese no es un problema de libertad de derechos humanos.
Cuando se le quita a las personas el acceso a medicinas que podría ayudarles a hacer frente a sus adicciones,
ese no es un problema de libertad de derechos humanos.
Yo sé, que aquí estamos luchando, todos los que hablaron antes de mí, todos mis hermanos y hermanas,
en contra de la tiranía, la injusticia, la discriminación de minorías religiosas y mujeres, esclavitud.
Y sí, la guerra contra las drogas es una parte inherente de eso. Es una parte inherente de eso.
Debo decir que como estadounidense, como orgulloso estadouniense, que ama profundamente a su país,
y que teme y lamentaría el día en que nosotros, Estados Unidos, ya no seamos esta torpe superpotencia,
y que sea reemplazada por otra superpotencia tal vez sea mucho más venal
y que considere los derechos humanos como algo mucho menos importante.
Pero les puedo decir que en mí país, la guerra contra las drogas representa la mayor fuente
de violaciones a los derechos humanos y la libertad en mi país.
Los Estados Unidos de América, mi país,
tenemos menos del 5% de la población mundial, pero tenemos casi el 25% de la población carcelaria del mundo.
300 millones de 7 mil millones, 2.3, 2.4 millones de cada 10 millones de personas encarceladas.
Esto no es algo tradicional en la historia estadounidense.
En 1980 teníamos 500.000 personas tras las barras, ahora tenemos 2.4 millones de personas tras las barras.
Nuestros índices de encarcelamiento de afroestadounidenses hace que los índices de encarcelamiento
en Sudáfrica durante el apartheid o los gulgas soviéticos parezcan insignificantes en comparación.
Entre los afroamericanos hombres entre las edades de 20 y 35, 1 de cada nueve está en la cárcel.
13 millones de estadounidenses tienen condenas por delitos graves.
Estados Unidos, mi país, tiene el índice más alto de encarcelaciamiento del mundo.
Los rusos y bielorrusos, 2dos y 3eros, están con la lengua afuera tratando de mantenerse a nuestro ritmo.
Pero no, Estados Unidos es número uno.
Y encerramos a la gente a un ritmo de 5, 6, 7, 10 veces más que otras sociedades alrededor del mundo.
Y eso sí, usamos un poco más de drogas que otros, pero nuestro índice de uso de drogas ilegales no es drámaticamente más alto que otros,
ni tenemos un índice de crímenes no violentos dramáticamente más alto.
Lo que sí hacemos, lo que hacemos, es que somos más rápidos arrestando a la gente.
cuado los arrestamos somos más rapidos para enviarlos a la cárcel, cuando los metemos en la cárcel los mantenemos allí más tiempo,
cuando salen hacemos que sea más fácil volver a atraparlos con una prueba de orina o algo así,
los volvemos a enviar a la cárcel, y luego los tratamos como ciudadanos de segunda o tercera clase por el resto de sus vidas,
en muchos casos quitándoles su derecho al voto, a obtener una licencia de conducir,
a acceder a viviendas públicas, a obtener becas universitarias, y lo que se puedan imaginar.
Y desafortunadamente, esta es la política estadounidense que estamos promoviendo en el resto del mundo.
¿Por qué? Porque somos los Estados Unidos, podemos promoverla y vamos a promoverla.
Y saben qué, nos hace sentir mejor cuando vemos nuestras propias políticas leoninas siendo copiadas por todos.
Muchos de ustedes tienen leyes en contra del cannabis que fueron aprobadas cuando nadie en su país sabía lo que era el cannabis.
Tienen leyes que prohíben las otras drogas que ustedes aprobaron bajo la presión de mi gobierno décadas atrás,
y nadie sabía lo que eran y nadie imaginaba que alguna vez se convertirían en algo consumido comunmente.
Pero ahora tienen las leyes de prohibición y tienen a personas que están consumiendo estas cosas,
y están atrapados en un marco prohibicionista.
Y no sólo está el tema de la criminalización y la prisión.
Cuando el VIH/SIDA comenzó a propagarse alrededor del mundo en los años 1980,
y no sólo a través de relaciones heterosexuales en el sur de África,
sino que también por consumidores de drogas al inyectárselas.
Las drogas no contagian el SIDA, las agujas no contagian el SIDA, es el compartir agujas sucias.
Los países que adoptaron políticas inteligentes de reducción de daños como intercambio de agujas,
tratando a la adicción como un problema de salud: Australia, los Países Bajos, incluso Inglaterra bajo Margaret Thatcher - ellos fueron
los que mantuvieron bajos los niveles de VIH.
Los que fueron por el camino opuesto y continuaron la política de criminalización y de simple abstinencia,
fueron los que vieron subir los niveles de VIH.
En mi país hay un cuarto de millón de personas que hoy están muertas que no lo estarían
si hubiésemos adoptado las políticas de otras naciones civilizadas en los años 1980.
Ese es el costo de nuestro prejuicio.
Para darles sólo un pequeño ejemplo: ese hombre y músico maravilloso que inauguró la ceremonia, John Forte.
Agarraron a John, metido en un negocio con cocaína cuando era más joven.
Y el fiscal le dijo "Puedes elegir: te declaras culpable y recibes 4 años. Vas a un juicio y recibe 40 años."
Al final recibió 14 años, y sólo gracias a una campaña nacional para que pidió su libertad
fue liberado después de 7 años y está con nosotros el día de hoy.
El fue sólo uno que tuvo suerte entre otros cientos de miles de personas, si no millones.
Así que les estoy pidiendo que entiendan,
Que cuando criminalizamos a nuestros hermanos humanos por lo que ponen en sus cuerpos,
cuando aceptamos que ese prejuicio, ese prejuicio y esa discriminación
es tan malo y tan venal como otras formas de prejuicio en contra de personas 0:15:23.000,0:15:24.000 que realizan actividades que no hacen daño a otras.
Pero que en este caso genera el crimen, la violencia, la corrupción, el caos
que vemos en los periódicos alrededor del mundo todos los días.
Les ruego que acepten la causa para reformar nuestras leyes y políticas sobre las drogas.
La causa para tratar la adicción como un problema de salud, y de regular estas cosas en forma sensata,
como parte de la comunidad de los derechos humanos.
Al la larga necesitamos evolucionar de las fallidas políticas prohibicionistas del siglo 20
hacia un nuevo régimen de control de drogas basado en la ciencia, la compasión, la salud y los derechos humanos.
Muchas gracias.