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En 1989, cayó el muro de Berlín.
El mundo, o por lo menos la estructura del mundo, cambió su cara. Eso es innegable.
Es incomparable la cara del mundo antes de 1989 y después de 1991,
con la bajada de la bandera comunista en el Kremlin.
Bueno, después de más de veinte años,
creo que podemos argumentar que la caída del muro de Berlín
no trajo una torrente de democracia,
como muchos, incluso yo, esperaban.
Trajo una torrente de capitalismo a la americana.
Y eso resultó en lo que creo que es
la destrución de las condiciones previas de la democracia.
Piersori, un gran diplomata de la década de 80, decía:
"¿Cuánta miseria puede soportar la democracia?"
Bueno, no sólo la pobreza como se conoce, infelizmente, en América Latina
– y no sólo en América Latina –,
sino también cuanta flexibilidad.
El Consenso de Washington es un tipo de francotirador
en contra de las condiciones previas de la democracia.
La inseguridad en la vida personal, de los propios planes de vida,
que es endémica en Estados Unidos.
Cuando se dice que EE.UU. son la sociedad más rica del mundo,
aunque sean muy ricos, digo: "¿Cuál Estados Unidos?"
Intenta ir al Bronx o pasear en los barrios negros
y verás que es una generalización.