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Cómo funciona la máquina de la economía, en 30 minutos.
La economía funciona como una simple máquina.
Sin embargo, muchos no la entienden
— o no concuerdan en cómo funciona
— y eso ha llevado a mucho sufrimiento económico en vano.
Siento una profunda obligación
de compartir mi plantilla económica, sencilla pero práctica.
Aunque no es convencional,
me ayudó a predecir y eludir la crisis financiera mundial,
y me sirve bien ya hace más de 30 años.
Comencemos, pues.
Aunque la economía puede parecer compleja, funciona en forma simple y mecánica.
Consta de unas pocas piezas simples y muchas transacciones simples
que se repiten una y otra vez, innumerables veces.
Estas transacciones son impulsadas, más que nada, por la naturaleza humana,
y crean 3 fuerzas principales que mueven la economía.
Una: incremento de la productividad
Dos: el ciclo de deudas a corto plazo
Tres: el ciclo de deudas a largo plazo
Veremos estas tres fuerzas y cómo, al superponerlas una a la otra
creamos una buena plantilla para seguir los movimientos económicos
y comprender qué está ocurriendo.
Comencemos por la parte más simple de la economía:
transacciones.
Una economía es simplemente la suma de las transacciones que la componen
y una transacción es algo muy sencillo.
Todo el tiempo hacemos transacciones.
Cada vez que compramos algo, creamos una transacción.
Cada transacción consiste en un comprador
que canjea dinero o crédito
a un vendedor, por mercancías, servicios o activos financieros.
El crédito se gasta como el dinero,
de modo que sumando el dinero gastado al crédito gastado
sabemos el gasto total.
El gasto total impulsa la economía
Si dividimos la suma gastada
por la cantidad vendida,
obtenemos el precio.
Y eso es todo. Esto es una transacción.
Es el pilar de la máquina de la economía.
Los ciclos y fuerzas de una economía son impulsados por transacciones.
Así que si entendemos las transacciones,
entendemos toda la economía.
Un mercado consta de todos los compradores
y todos los vendedores
que realizan transacciones con lo mismo.
Por ejemplo, hay un mercado del trigo,
un mercado de coches,
un mercado de valores
y mercados para millones de cosas.
Una economía consta de todas las transacciones
en todos sus mercados.
Si sumamos el total de gastos
y la cantidad total vendida
en todos los mercados,
tenemos todo lo que necesitamos saber
para entender la economía.
Es así de simple.
Las personas, empresas, bancos y gobiernos,
todos participan en transacciones como recién describí:
canjean dinero y crédito por mercancías, servicios y activos financieros.
El mayor comprador y vendedor es el gobierno,
compuesto por dos partes importantes:
un gobierno central que recauda impuestos y gasta dinero...
...y un banco central,
que es diferente de otros compradores y vendedores porque
controla la cantidad de dinero y de crédito en la economía.
Lo hace influyendo en las tasas de interés
e imprimiendo dinero nuevo.
Por estas razones, como veremos,
el Banco Central es un actor importante en el flujo
del crédito.
Ahora, pongamos atención en el crédito.
El crédito es la parte más importante de la economía,
y probablemente la menos comprendida.
Es la parte más importante porque es la mayor
y la más volátil.
Así como compradores y vendedores van al mercado a hacer transacciones,
también los prestadores y los prestatarios.
Los prestadores suelen querer convertir su dinero en más dinero
y los prestatarios suelen querer comprar algo que no pueden pagar,
como una casa o un auto
o quieren invertir en algo, como iniciar una empresa.
El crédito puede ayudar tanto a prestadores
como a prestatarios a obtener lo que desean.
Los prestatarios prometen devolver la suma prestada,
llamada "el capital",
más una suma adicional llamada "interés".
Cuando las tasas de interés son altas,
se toman menos préstamos porque son caros.
Cuando las tasas de interés son bajas,
se toman más préstamos porque son más baratos.
Cuando los prestatarios prometen devolver el préstamo
y los prestadores les creen,
se crea el crédito.
Dos personas cualesquiera pueden acordar el crear crédito de la nada.
Esto parece bastante sencillo, pero el crédito es escurridizo
porque tiene nombres diferentes.
Una vez generado el crédito,
se convierte de inmediato en deuda.
La deuda es un activo para el prestador,
y un pasivo para el prestatario.
En el futuro,
cuando el prestatario devuelva el préstamo con intereses,
activo y pasivo desaparecerán
y la transacción queda saldada.
Entonces, ¿por qué es el crédito tan importante?
Porque cuando un prestatario obtiene crédito,
puede aumentar sus gastos.
Y hay que recordar: el gasto impulsa la economía.
Eso, porque el gasto de una persona
es el ingreso de otra persona.
Pensemos que cada dólar que gastamos, alguien lo gana.
y cada dólar que ganamos, fue gastado por alguien.
Así que cuando gastamos más, alguien gana más.
Cuando los ingresos de alguien aumentan
los prestadores están más dispuestos a prestarle dinero
porque ahora es más digno de crédito.
Un prestatario digno de crédito tiene dos cosas:
la capacidad de devolver el préstamo y un aval.
Tener ingresos altos, comparados con la deuda, le permite devolver dinero.
En caso de no poder hacerlo, tiene activos valiosos como aval que puede venderse.
Esto hace que los prestadores se sientan cómodos al prestarle dinero.
Así, mayores ingresos permiten tomar más préstamos
que a su vez permiten mayores gastos.
Y como los gastos de una persona son los ingresos de otra,
esto lleva a más préstamos y así sucesivamente.
Esta conducta se realimenta y conduce al crecimiento económico
y por eso tenemos ciclos.
En una transacción hay que dar algo para obtener algo
y cuánto obtenemos depende de cuánto producimos.
Con el tiempo aprendemos,
y esos conocimientos acumulados elevan los niveles de vida.
A esto lo llamamos crecimiento de la productividad.
Quienes son creativos y trabajan duro aumentan
su productividad y sus niveles de vida con mayor rapidez
que aquellos complacientes y perezosos,
aunque no necesariamente a corto plazo.
La productividad cuenta más a largo plazo; el crédito, a corto plazo.
Esto es porque el crecimiento de la productividad no fluctúa mucho,
así que no es un propulsor importante de los vaivenes económicos.
La deuda sí lo es, porque al adquirirla nos permite consumir más de lo que producimos
y nos obliga a consumir menos de lo que producimos cuando la reintegramos.
Los vaivenes de la deuda siguen dos grandes ciclos.
Uno de entre 5 a 8 años y el otro de entre 75 a 100 años, aproximadamente.
Aunque la mayoría de la gente siente los vaivenes, habitualmente no los ve como ciclos
porque los ve demasiado de cerca: día a día, semana a semana.
En este capítulo daremos un paso atrás para ver estas tres grandes fuerzas
y cómo interactúan para crear nuestras experiencias.
Vimos que los vaivenes alrededor de la línea no surgen de cuánta innovación o trabajo arduo hay,
sino sobre todo de cuánto crédito hay.
Imaginemos por un momento una economía sin crédito.
En esta economía solo puedo aumentar mis gastos
si aumento mis ingresos,
lo cual me exige ser más productivo y trabajar más.
Una productividad mayor es el único camino hacia el crecimiento.
Como mis gastos son los ingresos de otra persona,
la economía crece cada vez que yo, u otro cualquiera, es más productivo.
Si seguimos las transacciones y las mostramos,
vemos una progresión como la línea de crecimiento de la productividad.
Pero como tomamos préstamos, tenemos ciclos.
Esto no surge de ninguna ley o reglamento,
sino de la naturaleza humana y de cómo funciona el crédito.
Pensemos en tomar préstamos como estirar los gastos hacia adelante.
Para comprar algo que no podemos permitirnos, hay que gastar más de lo que se gana.
Para ello debemos tomar prestado de nuestro propio futuro.
Así creamos un tiempo en el futuro
en el que deberemos gastar menos de lo que ganamos para poder devolverlo.
Muy rápidamente se asemeja a un ciclo.
En esencia, cada préstamo que tomamos crea un ciclo.
Esto es tan cierto para un individuo como para la economía.
Por eso es tan importante entender el crédito,
porque pone en marcha una serie
de acontecimientos futuros, mecánicos y predecibles.
Esto diferencia al crédito del dinero.
El dinero es aquello con que saldamos transacciones.
Cuando compramos una cerveza con efectivo,
la transacción queda saldada de inmediato.
En cambio, si la compramos con crédito,
es como abrir una cuenta en el bar.
Prometemos pagar en el futuro.
Y junto al barman creamos un activo y un pasivo.
Acabamos de crear crédito. De la nada.
Solo más tarde, al pagar la cuenta del bar,
desaparecen el activo y el pasivo,
la deuda se esfuma
y la transacción está saldada.
En realidad, lo que la mayoría llama "dinero" es de hecho "crédito".
El total del crédito en Estados Unidos es de unos 50 millones de millones de dólares
y el total del dinero circulante es de apenas unos 3 millones de millones.
Recordemos: en una economía sin crédito,
la única forma de gastar más es producir más.
Pero en una economía con crédito,
también podemos gastar más pidiendo préstamos.
Como resultado, en una economía con crédito el gasto es mayor,
permitiendo a los ingresos subir más rápido que la productividad a corto plazo,
pero no a largo plazo.
Ahora bien: no me malinterpreten;
el crédito no es necesariamente algo malo que solo causa ciclos.
Es malo cuando financia un exceso de consumo que no puede reembolsarse.
Sin embargo, es bueno cuando asigna recursos con eficacia
y produce ingresos que nos permiten devolver la deuda.
Por ejemplo, si tomamos un préstamo para comprar una TV grande,
el aparato no genera ingresos para que devolvamos lo prestado.
Pero si tomamos un préstamo para comprar un tractor,
y así poder cosechar mayores cultivos y ganar más dinero,
podremos devolver lo prestado
y mejorar nuestro nivel de vida.
En una economía con crédito,
podemos seguir las transacciones
y ver cómo el crédito genera crecimiento.
Veamos un ejemplo:
Supongamos que ganamos cien mil dólares anuales y no tenemos deuda alguna.
Entonces, nos prestarán diez mil dólares,
supongamos que en una tarjeta de crédito,
así que podemos gastar 110.000 dólares
aunque en realidad solo ganamos 100.000.
Como mis gastos son los ingresos de otro,
alguien está ganando 110.000 dólares.
La persona que está ganando 110.000 dólares
sin tener deuda alguna, puede tomar prestados 11.000 dólares,
y así gastar 121.000 dólares
aunque en realidad solo ganó 110.000.
Sus gastos son los ingresos de otro,
y siguiendo las transacciones
podemos comenzar a ver cómo este proceso
sigue una pauta que se refuerza a sí misma.
Pero recordemos tomar préstamos crea ciclos
y si el ciclo sube, en algún momento deberá bajar.
Esto nos lleva al ciclo de deuda a corto plazo.
Cuando aumenta la actividad económica, vemos una expansión
- la primera fase del ciclo de deudas a corto plazo.
El gasto sigue creciendo y los precios comienzan a subir.
Esto ocurre porque el mayor gasto es alimentado por el crédito
- que puede crearse en instantáneamente, de la nada.
Cuando el gasto y el ingreso aumenta más rápido que la producción de bienes,
los precios suben.
La suba de precios se llama "inflación".
El banco central no desea demasiada inflación
porque causa problemas.
Al ver que los precios suben, el Banco sube las tasas de interés.
Con tasas de interés más altas, menos personas pueden permitirse tomar préstamos.
Y el coste de las deudas existentes sube.
Por ejemplo, suben los pagos mensuales de nuestras tarjetas de crédito.
Como la gente toma menos prestado y tiene que pagar más por sus deudas,
tiene menos dinero disponible para gastar y el gasto se ralentiza
...y como los gastos de una persona son los ingresos de otra,
los ingresos bajan... y así sucesivamente.
Cuando la gente gasta menos, los precios bajan.
Eso se llama "deflación".
La actividad económica disminuye y tenemos una recesión.
Si la recesión se torna demasiado grave
y la inflación ya no es un problema,
el banco central bajará las tasas de interés para que todo vuelva a remontar.
Con tasas de interés bajas,
los reintegros de las deudas se reducen,
se toma más prestado y se gasta más,
y vemos otra expansión.
Como vemos, la economía funciona como una máquina.
En el ciclo de deuda a corto plazo, el gasto se restringe solo por la voluntad de
prestadores y prestatarios de dar y recibir crédito.
Cuando el crédito se obtiene con facilidad, hay expansión económica.
Cuando no se obtiene fácilmente, hay una recesión.
Y atención: este ciclo es controlado en primer lugar por el banco central.
El ciclo de deuda de corto plazo suele durar de 5 a 8 años
y se repite una y otra vez durante décadas.
Pero notarán que la parte inferior y
la superior de cada ciclo terminan
con mayor crecimiento que el ciclo anterior y con más deuda.
¿Por qué?
Porque la gente lo empuja
— se inclina más a tomar préstamos y gastar que a pagar deudas.
Es la naturaleza humana.
Por eso mismo,
a la larga,
las deudas crecen más rápido que los ingresos
creando el ciclo de deudas a largo plazo.
Aunque la gente está más endeudada,
los prestadores dan crédito con mayor facilidad.
¿Por qué?
Porque todos consideran que las cosas van muy bien.
La gente piensa solo en los acontecimientos recientes.
¿Y qué fue lo que ocurrió recientemente?
¡Los ingresos subieron!
¡Los valores de los activos suben!
¡El mercado bursátil ruge!
¡Es un bum!
¡Conviene comprar mercancías, servicios y activos financieros
con dinero prestado!
Cuando la gente hace mucho de eso, le llamamos "una burbuja".
De modo que aunque las deudas hayan ido creciendo,
los ingresos han crecido casi tan rápido como para compensarlas.
A la relación entre deuda e ingresos la llamaré "carga de la deuda",
Mientras los ingresos sigan subiendo,
la carga de la deuda se mantiene manejable.
Simultáneamente, los valores de los activos suben vertiginosos.
La gente toma préstamos gigantescos
para comprar activos para inversión
y hace que su precio suba aún más.
La gente se siente rica.
De modo que hasta con muchísima deuda acumulada,
los ingresos y los activos en alza ayudan a los prestatarios a mantenerse dignos de crédito por mucho tiempo.
Obviamente, es algo que no puede continuar para siempre.
Y no ocurre.
Con las décadas, la carga de la deuda aumenta lentamente y crea reembolsos crecientes.
Cuando estos reembolsos comienzan a crecer más rápido que los ingresos,
obligan a la gente a recortar sus gastos.
Y como los gastos de una persona son los ingresos de otra,
los ingresos comienzan a bajar...
...lo que convierte a la gente en menos digna de crédito y reduce los préstamos tomados.
Los pagos para saldar deudas continúan subiendo
haciendo que los gastos caigan más aún...
y el ciclo se invierta.
Este es el cenit de la deuda a largo plazo.
Las cargas de la deuda se han vuelto demasiado grandes.
En Estados Unidos, Europa y buena parte del mundo, esto
esto ocurrió en 2008.
Ocurrió por la misma razón que en ***ón, en 1989,
y en Estados Unidos en 1929.
La economía comienza ahora a desapalancarse.
En esta fase la gente reduce el gasto,
el ingreso baja, el crédito desaparece,
los activos caen, los bancos sufren,
las bolsas se desmoronan, las tensiones sociales aumentan
y todo comienza a realimentarse en el sentido opuesto.
A medida que caen los ingresos y suben los pagos por deudas,
los prestatarios quedan restringidos. Ya sin derecho a crédito,
sus créditos se agotan y ya no pueden tomar suficiente dinero prestado para
saldar sus deudas.
Desesperados, los prestatarios se ven obligados a vender activos.
La fiebre de ventas inunda el mercado
Aquí es donde colapsa la bolsa,
el mercado inmobiliario se hunde y a los bancos se les complican las cosas.
Cuando los activos bajan de precio, bajan los valores de los avales de los prestatarios.
Esto hace que los prestatarios merezcan aún menos crédito.
La gente se siente pobre.
El crédito desaparece rápidamente. Menos gasto >
menos ingreso >
menos riqueza >
menos crédito >
menos préstamos tomados y así sucesivamente.
Es un círculo vicioso.
Se asemeja a una recesión, pero la diferencia aquí
es que no se pueden bajar las tasas de interés para salvar la situación.
En una recesión, la baja de tasas estimula la toma de préstamos.
Pero en un desapalancamiento bajar las tasas no sirve pues
las tasas de interés ya están
bajas y llegan pronto al 0%, así que se acaba el estímulo.
Las tasas de interés en Estados Unidos llegaron al 0% durante el desapalancamiento
de la década de 1930
y nuevamente en 2008.
La diferencia entre una recesión
y un desapalancamiento es que en este la carga de la deuda sobre los prestatarios
creció demasiado
y no puede aliviarse bajando las tasas de interés.
Los prestadores comprenden que deudas tan excesivas no pueden ser devueltas totalmente.
Los prestatarios perdieron su capacidad de pagar y sus avales perdieron valor.
Se sienten paralizados por la deuda y ya no quieren más.
Los prestadores dejan de prestar. Los prestatarios dejan de tomar prestado.
Pensemos en la economía como indigna de crédito,
como una persona.
¿Qué hacer entonces con el desapalancamiento?
El problema es que las cargas de las deudas son muy altas y deben bajar.
Hay cuatro formas en que esto puede ocurrir.
Uno: personas, empresas y gobiernos recortan sus gastos.
Dos: se reducen las deudas mediante moratorias y reestructuras.
Tres: la riqueza se redistribuye de "los que tienen" a "los que no tienen".
Cuatro: el banco central imprime dinero nuevo.
Estas cuatro formas ocurrieron en cada desapalancamiento de la historia moderna.
Es habitual recortar primero los gastos.
Como vimos, personas, empresas, bancos y hasta gobiernos se ajustan el cinturón
y recortan gastos para poder pagar sus deudas.
Esto se llama con frecuencia "austeridad".
Cuando los prestatarios dejan de contraer nuevas deudas,
y comienzan a pagar las deudas viejas, puede esperarse que la carga de la deuda baje.
¡Pero ocurre lo contrario! Como se recorta el gasto
y el gasto de una persona es el ingreso de otra, esto hace
que lo ingresos caigan. Más rápido de lo que se saldan las deudas
y así la carga de la deuda de hecho empeora. Como vimos,
este recorte del gasto es deflacionario y doloroso.
Las empresas están forzadas a reducir costes...
lo que significa menos empleos y mayor paro.
Esto lleva a la etapa siguiente: ¡deben reducirse las deudas!
Muchos no pueden pagar los préstamos que tomaron
– y las deudas del prestatario son el activo del prestador.
Cuando los prestatarios no pagan al banco, la gente teme que el banco no
pueda pagarle lo suyo
y corre a retirar su dinero del banco. Los bancos quedan restringidos y
la gente,
las empresas y los bancos dejan de pagar sus deudas. Esta grave
contracción económica es una depresión.
Buena parte de una depresión consiste en descubrir que lo que suponíamos
era nuestra riqueza, no está.
Volvamos al bar.
Cuando compramos una caña a cuenta,
prometimos pagarle al dueño del bar. Nuestra promesa se convirtió en un activo del barman.
Si no cumplimos la promesa - no le pagamos y entramos en moratoria
de nuestra cuenta de bar,
entonces este "activo" que tenía, de hecho no vale nada.
En esencia, ha desaparecido.
Muchos prestadores no quieren ver su patrimonio desaparecer y acuerdan
reestructurar la deuda.
Esto significa que los prestadores recibirán un reembolso
menor o que cobrarán en un lapso mayor
o con un interés menor al acordado inicialmente. Como sea,
se incumple un contrato de modo de reducir la deuda. Los prestadores prefieren así
un poco de algo, antes que el total de la nada.
Pese a que desaparece deuda, su reestructuración hace
que los valores de ingresos y activos desaparezcan más rápido,
con lo cual la carga de la deuda continúa empeorando.
Como recortar gastos, reducir la deuda
también es doloroso y deflacionario.
Todo esto afecta al gobierno central porque menores ingresos y menos empleo
significan que el gobierno recauda menos impuestos.
Al mismo tiempo, necesita aumentar su gasto por el aumento del paro.
Muchos de los parados tienen ahorros inadecuados.
y necesitan apoyo financiero del gobierno.
Además, los gobiernos crean planes de incentivos
y aumentan sus gastos para compensar la baja de la economía.
Los déficits presupuestarios gubernamentales crecen explosivamente durante un
desapalancamiento, porque gastan más de lo recaudado por impuestos.
Eso es lo que está ocurriendo cuando oímos sobre el déficit en los noticiarios.
Para financiar los déficits, los gobiernos deben subir los impuestos
o tomar dinero prestado. Pero con ingresos en caída y tantos en paro,
¿de quién vendrá el dinero? De los ricos.
Ya que los gobiernos necesitan más dinero y la riqueza está muy concentrada
en manos de un pequeño porcentaje de la gente,
es natural que los gobiernos cobren más impuestos a los acaudalados
lo cual facilita una redistribución de la riqueza en la economía -
de "los que tienen" hacia "los que no tienen". Los que no tienen y sufren comienzan a
sentir resentimiento hacia los ricos "que tienen".
Los "que tienen", sufriendo la economía débil, los precios de los activos en baja
y los impuestos en alza, comienzan a sentir resentimiento hacia "los que no tienen".
Si la depresión continúa, puede alterarse el orden social.
No solo subirán las tensiones internas en los países,
sino que también entre países, sobre todo entre deudores y acreedores.
Esta situación puede llevar a un cambio político
que a veces puede ser extremo.
En la década de 1930, esto condujo a Hitler al poder,
a la guerra en Europa y a la depresión en Estados Unidos. La presión para que se haga algo
que ponga fin a la depresión aumenta.
Recordemos: lo que la mayoría consideraba dinero, era en realidad crédito.
Así, cuando el crédito desaparece, la gente no tiene suficiente dinero.
La gente está desesperada por dinero. ¿Recuerdan quién puede imprimirlo?
El banco central.
Tras haber bajado ya sus tasas de interés a casi cero
está obligado a imprimir dinero. A diferencia del recorte de gastos
la reducción de la deuda y la redistribución de riquezas,
la impresión de dinero es inflacionaria y estimulante. Inevitablemente, el banco central
imprime dinero nuevo
— de la nada— que usa para comprar activos financieros
y bonos del gobierno. Ocurrió en Estados Unidos durante la Gran Depresión
y nuevamente en 2008, cuando su banco central,
la Reserva Federal, imprimió más de dos millones de millones de dólares.
Otros bancos centrales del mundo que podían, también imprimieron mucho dinero.
Comprar activos financieros con este dinero
ayuda a elevar los precios de los activos, volviendo a la gente más digna de crédito.
Pero esto ayuda solo a los que tienen activos financieros.
Es que el banco central puede imprimir dinero, pero solo puede comprar activos financieros.
El gobierno central, por su parte,
puede comprar bienes y servicios y pasar dinero a la gente
pero no puede imprimir dinero. Así que para estimular la economía, los dos
deben cooperar.
Comprando bonos del gobierno, el banco central en esencia presta dinero al
gobierno,
permitiéndole mantener un déficit y aumentar el gasto
en bienes y servicios mediante sus programas de incentivos
y de seguros de paro. Esto aumenta los ingresos de la gente
así como la deuda del gobierno. Sin embargo,
reducirá la carga total de la deuda en la economía.
Este es un momento de gran riesgo. Quienes formulas las políticas, deben equilibrar las cuatro formas en que
se reduce la carga de la deuda.
Las formas deflacionarias deben equilibrar a las inflacionarias
para mantener la estabilidad.
Si se equilibran correctamente, puede producirse un
desapalancamiento hermoso.
Es que un desapalancamiento puede ser feo o hermoso.
¿Cómo puede ser hermoso?
Aunque un desapalancamiento es una situación difícil,
manejar óptimamente una situación difícil es algo hermoso.
Mucho más bello que los excesos desequilibrados y alimentados con deuda de
la fase de apalancamiento. En un desapalancamiento hermoso,
las deudas disminuyen respecto de los ingresos, el crecimiento económico real es positivo,
y la inflación no es un problema. Se obtiene con el equilibrio correcto.
El equilibrio correcto exige cierta mezcla
de recorte de gastos, reducción de la deuda, transferencia de riquezas
e impresión de dinero, para mantener la estabilidad económica y social.
La gente pregunta si la impresión de dinero causará inflación.
No, si compensa el crédito que cae. Recordemos: el gasto es lo que importa.
Un dólar de gastos pagado con dinero afecta a los precios igual que un dólar
de gastos pagado con crédito.
Imprimiendo dinero, el banco central puede compensar la desaparición de crédito
con un aumento de la cantidad de dinero.
Para dar vuelta las cosas, el banco central necesita no solo fomentar
el crecimiento de los ingresos
sino lograr que la tasa de crecimiento del ingreso supere a la tasa de interés
sobre la deuda acumulada.
¿Qué quiero decir con ello? En esencia,
los ingresos deben crecer más rápido que las deudas. Por ejemplo:
supongamos que un país en desapalancamiento tiene una relación
deuda-ingreso del 100%.
Esto significa que su deuda total es igual a los ingresos
del país entero en un año.
Pensemos ahora en la tasa de interés sobre esa deuda,
digamos que del 2%.
Si la deuda crece al 2% por esa tasa de interés y
el ingreso
crece solo al 1%, jamás se reducirá la carga de la deuda.
Se necesita imprimir suficiente dinero para que la tasa de crecimiento del ingreso supere
a la tasa de interés.
No obstante, es fácil abusar de la impresión de dinero por ser tan fácil, y
porque la gente la prefiere a las alternativas.
La clave es evitar imprimir demasiado dinero
y provocar una inflación inaceptablemente alta, como hizo Alemania
en desapalancamiento de la década de 1920.
Si los responsables logran el equilibrio correcto, un desapalancamiento no es tan dramático.
El crecimiento es lento, pero las cargas de la deuda bajan.
Así es un desapalancamiento hermoso.
Con los ingresos en alza, los prestatarios comienzan a parecer más dignos de crédito.
Y cuando esto ocurre,
los prestadores vuelven a prestar. Las cargas de las deudas comienzan por fin a bajar.
Al poder tomar préstamos, la gente puede gastar más. La economía comienza ahora a
crecer nuevamente,
hacia la fase de reflación del ciclo de deudas a largo plazo.
Aunque el desapalancamiento puede ser horrible si se maneja mal,
cuando se maneja adecuadamente, solucionará el problema.
Lleva unos diez años o más
el que las cargas bajen y la actividad económica retorne a la normalidad
- y de ahí la expresión "década perdida".
Por supuesto, la economía es un poco más compleja que lo que esta plantilla
sugiere.
Pero superponiendo el ciclo de deuda a corto plazo al de deuda a largo plazo,
y a ambos encima de la línea de crecimiento de la productividad,
obtenemos un modelo razonable para ver dónde hemos estado,
dónde estamos y hacia dónde es probable que vayamos.
En resumen, hay tres reglas prácticas que quisiera les queden
de esta charla:
La primera: Que la deuda no crezca más rápido que los ingresos,
porque las cargas de la deuda terminarán aplastándonos.
La segunda: Que los ingresos no crezcan más rápido que la productividad,
porque eso nos hará no competitivos.
Y la tercera: hacer todo lo posible para aumentar la productividad,
pues a largo plazo es lo que más importa.
Son consejos sencillos para todos, incluidos los responsables de políticas.
Sorprendentemente, la mayoría de la gente — y también de los responsables de políticas — no presta atención suficiente
a esto.
Esta plantilla ha funcionado en mi caso y espero que funcione en el vuestro.
¡Muchas gracias!