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Él me dijo, Tamara, no sé cómo decirte esto, pero tienes cáncer.
Y no solo tienes cáncer, sino que es avanzado, y probablemente
solamente vivas cinco o siete años.
Lo más probable es que nunca podrás tener hijos, y por cierto, es incurable.
¿Cómo le digo esto a mi familia?
Verdaderamente, estaba en la cima del mundo.
Todo iba en la dirección que había esperado
toda mi vida.
Quería ser reportera de televisión.
Recibí mi primer premio importante como periodista y enseguida después de eso
me dieron mi primer programa de televisión, mi programa de deportes
llegaba a 25 millones de personas.
Todo en el mundo iba de maravillas.
No puedo imaginar nada que pudiera ir mejor, a nivel profesional, para mí.
Mi vida estaba por cambiar drásticamente unos pocos meses después.
El cansancio y la fatiga provocaron pérdida de peso, pero yo
nunca me sentí realmente enferma.
Y luego aparecieron nodos linfáticos por todo mi cuerpo.
Los nodos linfáticos se inflaman cuando te enfermas, pero el problema era que tenía 147
nódulos inflamados en todo mi cuerpo.
Trabajaba mucho, pero había días en que no podía
levantarme de la cama.
No podía levantarme de la cama en lo absoluto.
Se inflamaron tanto que verdaderamente sobresalían de mis piernas.
Ahí es cuando fui al médico, y ella dijo, esto no es normal.
Pero aun no registraba eso, oye, estás enferma.
El 24 de septiembre del 2009,
recuerdo que era un día soleado, era un día hermoso,
supe que tenía cáncer en la sangre por todas partes, en todo mi cuerpo.
Estaba en el 90 por ciento de mi cuerpo.
Como reportera, quiero acercarme a las cosas, quiero enfrentar las cosas directamente,
y quería ver cómo se veía el interior de mi cuerpo.
147, nunca olvidaré ese número.
Así que, inmediatamente lo que pasó por mi mente fue, ni siquiera oré o dije,
Señor, ¿por qué me está pasando esto a mí?
Le dije, Señor, ¿qué sigue?
Sentí tanta paz en mí.
Al principio, estaba conmocionada, pero en cuestión de segundos,
sentí paz en mí.
Recuerdo que en ese momento supe que sin importar lo que ocurriera,
iba a estar bien.
Una relación personal con Jesús significa entregarse completamente.
Si no tuviera esa relación, no sé cómo la gente puede lidiar con,
tú sabes, ¿cómo pueden lidiar con la enfermedad, cómo pueden lidiar
con el divorcio, cómo pueden lidiar con las batallas que sea
que estén atravesando en sus vidas?
No sé cómo sería.
Tener una relación con Jesucristo es vivir el momento y
saber que tener dicha y tener paz puede realmente impactar
y cambiar tu vida.
No importa tener las mejores cifras de espectadores, no importa tener
el mejor programa de televisión.
Es ir a casa y saber que me siento dichosa, y saber que tengo al Señor
dentro de mí sin importar lo que ocurra.
Si no tuviera una relación con el Señor, mi experiencia con el cáncer
hubiera sido completamente diferente.
Enfrentaremos dificultades y pelearemos batallas pero al final del día,
o al final de ese momento, estamos bien, porque somos perdonados.
Ora una oración.
Pídele al Señor, entra en mi corazón.
Ven a mi vida.
Y debes saber que en ese momento todo cambiará para ti.
Espero ser un testamento viviente, y espero que Él hable a través de mí
a otras personas para contar mi historia.
Amo la vida, pero si el Señor dice, oye, Tamara, es hora
de que vengas a casa mañana, dentro de cinco años, diez años, entonces
lo aceptaré.
Soy Tamara Jolie y Yo Soy Segundo.