Tip:
Highlight text to annotate it
X
¡Chico, vuelve aquí! ¡No puedes hacer eso!
¿El qué?
Llevar zapatos rojos.
¿Por qué no?
Está prohibido. Por eso.
¿Quién lo dice?
El Presidente. No le gustan los zapatos rojos.
¿Cuál Presidente?
El Presidente del Gobierno Mundial.
¿El Gobierno Mundial? No sabía que hubiera un Gobierno Mundial.
¡Pues lo hay! Y han hecho una ley contra los zapatos rojos,
y a tí te han pillado.
Vale. ¿Qué tengo que hacer?
¡Morir! ¡Silla Eléctrica!
¿Qué?
Pena de muerte.
¿Por llevar puestos zapatos rojos?
Al Presidente no le gustan.
No es justo.
El Presidente es un presidente justo.
No quiero morir.
No tienes por qué.
Oh, pero usted dijo... usted dijo...
El Presidente mató a su propio hijo.
Al Presidente le agradas de verdad
así que mató a su propio hijo para que no tuviera que castigarte.
Zapatos rojos, pena de muerte.
Así que mereces morir.
Pero otro fue asesinado en tu lugar.
¿Cómo te hace sentir eso?
Alguien murió por ti y tus obscenos gustos de calzado.
¿De verdad?
Sí.
Te quiere mucho. Es tan misericordioso.
¿Quieres decir que no tengo que ir a juicio porque mató a otro por mis obscenos crímenes?
Así es.
¿Lo aceptas?
Sí. Es increible lo que el Presidente ha hecho por mí.
Merecía morir,
pero por su gracia salvó mi vida.
Lo entendiste.
¡Qué Presidente más increiblemente poderoso!
Le voy a estar agradecido el resto de mi vida.
Cómo ser increiblemente misericordioso.
Inventa crímenes imaginarios.
pide la pena de muerte.
rechaza perdonar a menos que alguien sea asesinado
mata a alguien inocente
perdona a aquellos que den las gracias por tu bondad
Piénsalo. No tiene ningún sentido.