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Enseñanzas, prácticas secretas y magia
forman parte del Bon y del Vajrayana,
una de las formas más espectaculares del budismo mahayana.
"La rica variedad de ritos y ejercicios de meditación
que contiene el Vajrayana, afirma John Blofeld,
permite a la gente de muy diversa índole
aquietar la agitación simiesca de los pensamientos,
expandir las facultades latentes en su interior y,
adentrándose en estados de conciencia cada vez más hondos,
sentirse envuelta, por fin,
en el deslumbrante resplandor de la sabiduría.
Al mismo tiempo, aprende a adoptar una envidiable actitud ante la vida,
a trocar la fealdad en belleza, a dominar la energía de las pasiones,
y hasta a descubrir que su propia naturaleza trasciende, con mucho,
la más sublime concepción de la divinidad por parte del hombre".
Para hablar de las enseñanzas y prácticas de la cultura tibetana,
hoy contamos, una vez más, con Iñaki Preciado, Doctor en Filosofía,
tibetólogo y pionero de la actual sinología española.
Traductor de clásicos taoístas;
premio nacional de traducción por su obra "El Libro del Tao".
Y ha publicado, entre otras, las siguientes obras:
"Las Canciones líricas del Sexto Dalai Lama",
"En el País de las Nieves",
"Svástica: Religión y magia en el Tíbet",
"La vida de Milarepa",
"Los Cuatro Libros del Emperador Amarillo" y,
además, ha intervenido como asesor en la producción del documental:
"El laberinto del Tíbet". -Buenos días, Iñaki.
-Buenos días.
-¿En qué consisten las prácticas y doctrinas secretas tibetanas?
-Al igual que en otros muchos sistemas de creencias
que la humanidad ha venido desarrollando durante milenios,
en el Tíbet, los grandes maestros, tanto del Bon como del Budismo,
han comunicado sus conocimientos mediante dos formas de transmisión;
una, exotérica, abierta, pública,
para cualquiera que quisiera escucharles,
y luego, otra transmisión esotérica,
es decir, dirigida exclusivamente a un reducido número de discípulos.
Se trata en este caso de enseñanzas, de doctrinas profundas, muy valiosas
y que no se pueden comunicar a cualquiera.
Entonces, solo las comunicaban, las transmitían,
a ese grupo selecto de discípulos de unas ciertas dotes y, sobre todo,
sometidos a una especie de "probación",
larga, a veces, muy dura.
En el Tíbet actual, los discípulos, las personas que quieren acceder
a las enseñanzas de estos grandes lamas,
normalmente tienen que realizar lo que se llaman "los preliminares".
Los preliminares, en las diferentes escuelas varían,
pero, por lo general suelen ser, por ejemplo, "las postraciones",
hacer postraciones, extenderse en el suelo en unas posturas determinadas,
con unas meditaciones determinadas,
"la toma de refugio", en el lama, en las deidades,
"la meditación en el sufrimiento del Samsara",
en la impermanencia de las cosas y de los seres, etc.
Hay varios preliminares,
y todos ellos tienen que repetirse cien mil veces,
con lo cual se requieren meses para completar estos preliminares,
y sólo cuando acaban esos preliminares
es cuando el maestro, el gran lama, comunica esas enseñanzas secretas.
Esta comunicación suele hacerse en forma oral,
por eso se llama "ñengyü", -la transmisión oral-,
aunque ahora ya las encuentras por escrito,
están publicadas y hay textos
donde esas enseñanzas orales aparecen recogidas por escrito.
Concretamente en el Bon, las enseñanzas orales de Shangshung,
son parte muy importante de la gran perfección del Bon.
Y luego existe incluso, una transmisión muy curiosa,
que es una transmisión del maestro a un sólo discípulo,
"la transmisión al oído",
que dicen que a veces se hace con una especie de canuto,
para que sólo la oiga el discípulo elegido y no lo oiga nadie más.
Éste discípulo, a su vez, hará lo mismo,
de un maestro a otro maestro se va transmitiendo.
Es una transmisión muy propia de los shamanes en todo el mundo.
Y centrándonos en las enseñanzas secretas como tal,
en el Tíbet, hoy en día, las que más se practican,
y siempre se han practicado más, las que tienen más predicamento,
más aceptación entre los practicantes del Budismo o del Bon,
son los Seis Yogas de Naropa.
Y de los Seis Yogas de Naropa
los más importantes y los más practicados son:
el tummo, el yoga de la clara luz y el powa,
son los tres que más se practican hoy en día.
-El tummo es una técnica muy parecida al Hatha yoga,
cuyo objetivo es engendrar calor psíquico
como medio especial para acelerar la liberación,
aunque como efecto secundario, genera calor físico.
-Exactamente, el tummo es uno de los Seis Yogas de Naropa
y trabaja con la energía.
La energía sutil, la energía psíquica,
en sánscrito se llama "prana", en tibetano se llama "lung",
es una energía interior que discurre por los canales,
los famosos "nadi", en tibetano "tsa".
Son tres canales principales; un canal central, el "uma",
el canal izquierdo, el "gyangma", y el canal derecho, el "roma".
El más importante es el canal central, por supuesto,
y en él se encuentran los famosos chakras,
que es un nombre bastante conocido aquí en occidente.
Los chakras son una especie de nudos
donde se concentra ese "lung", esa energía.
Son cinco; uno está en la cabeza, en lo alto de la cabeza,
otro en la garganta, otro en el pecho,
otro en el ombligo y otro en el perineo.
Concentrándose en la meditación de esta energía sutil, de este "lung",
y junto a esto unos ejercicios físicos
que yo no he conseguido ver, todavía no me han dejado verlos,
los he oído, pero no sé en que consisten exactamente.
De esta forma, combinando la concentración meditativa
con estos ejercicios físicos, se consigue generar un fuego,
un calor interior que consume, destruye,
los pensamientos, las pasiones perturbadoras y,
desbroza el camino para llegar al "gnosis",
al conocimiento trascendente.
Esta practica del tummo, tiene la ventaja como digo,
de que permite, no solo alcanzar el despertar, la liberación,
sino, también, sobrevivir cómodamente
en temperaturas terribles, de 20 bajo cero o más,
en condiciones de comodidad, sin lumbre, y de eso soy testigo,
he visto a los lamas, en esas condiciones, practicar el tummo,
que, además, hay que practicarlo precisamente en invierno,
no se puede practicar en lugares cálidos,
la India, por ejemplo, no es adecuado.
En sitios fríos, en invierno, se puede practicar el tummo.
-El powa es una técnica que aspira a transferir la conciencia
en el momento de la muerte,
con lo que se logra ejercer determinado influjo
sobre las circunstancias en que ha de producirse
la siguiente reencarnación.
-Exactamente el powa, igual que el tummo,
es uno de los Seis Yogas de Naropa,
y también es practicado por los bonpos y por los budistas.
Se trata, como has dicho, de transferir la conciencia,
¿cómo se consigue esto?,
mediante una practica prolongada, más o menos,
depende de las dotes de cada discípulo,
o el tiempo y el empeño que ponga en ello,
se consigue, al final de esta practica,
abrir un orificio, pequeñísimo, en lo alto de la cabeza,
en la juntura entre los huesos parietales,
y por ahí se dice que, se puede hacer salir el principio consciente
y enviarlo, encaminarlo, al lugar o a la dimensión que uno pretenda,
que puede ser un campo de Buda, un paraíso de los Budas,
como por ejemplo Dewachen,
el paraíso del Buda Amitabha en occidente,
o puede ser "dharmakaya", que es la vacuidad,
o puede ser, también, en algunos casos, un cuerpo de un fallecido,
en este caso se llama "drongdjung",
este powa especial se llama "drongdjung".
El powa es, dentro de una de las prácticas de las que espero hablar,
que es el "chö",
una práctica muy importante, que se practica mucho hoy en día,
también en esta práctica del "chö" se utiliza la técnica del powa.
En un momento dado del ritual,
el principio consciente sale disparado por ese orificio,
y va a fundirse en el corazón de una diosa, de una deidad,
que está enfrente, se visualiza enfrente,
y en este momento se produce la fusión de la mente con la deidad.
Esta es una práctica secreta,
de la que muchos detalles tampoco se pueden dar,
esta deidad varía de unas escuelas a otras,
pero se trata del mecanismo que acabo de decir ahora.
-Según se afirma, al poco de morir,
todos los seres contemplan la Clara Luz del Vacío.
¿Esto qué significa?
-El término "clara luz" es una traducción del tibetano "ösel",
traducción literal; "ö" luz y "sel" clara.
Esta práctica secreta se centra
en la meditación del aspecto luminoso de la mente humana,
que según las teorías de la gran perfección del Bon y del Budismo,
es intrínseca y primordialmente pura.
También, esta luminosidad, esta clara luz,
se puede referir a la propia vacuidad, al "sunyata",
que es, también, luminosa naturalmente.
Esta clara luz, como has dicho, las personas normales, en principio,
solo la pueden percibir en un momento del "bardo",
que es el estado intermedio entre la muerte y la siguiente reencarnación.
En un momento, y por muy breve tiempo,
se les aparece esta clara luz, pero no la reconocen,
en cambio, el que ha practicado este Yoga de la Clara Luz
durante mucho tiempo, se ha familiarizado con ella,
cuando llega ese momento del "bardo",
la reconoce, se da cuenta de que esa es
la naturaleza esencial de su propia mente,
y en ese momento queda liberado y,
naturalmente, es como si hubiera alcanzado ya el despertar.
Quiero hacer una puntualización aquí,
es interesante ver como esta importancia,
que en el Budismo, en el Bon, en el Tíbet, se le da a la luz,
porque esto lo encontramos en otros sistemas de creencias,
como puede ser, sobre todo en este caso, por la proximidad geográfica,
el Mazdeismo persa y, también, el propio Cristianismo.
Si se recuerda el Credo de Nicea, identifica a Dios con la Luz,
y en los difuntos, una de las frases de las misas de difuntos es:
"et lux perpetua luceat eis" -y que la luz perpetua los ilumine-,
a los que han fallecido, es curiosa esta coincidencia.
Entonces esto, nos lleva a pensar
que es posible que esta práctica no sea de origen indio,
sino que venga del Bon más antiguo, del Bon de la Svástica,
que era un Bon cuyo fundador Tonpa Shenrab,
venía de occidente, venía de Tazig, que es Persia,
que tenga unos orígenes iranios, indoeuropeos.
Esta es una hipótesis que no hay que descartar.
-En la actualidad,
¿qué ha sucedido con estas prácticas y enseñanzas secretas?
-En la actualidad se siguen practicando
casi todas estas prácticas secretas,
sobre todo, en los monasterios más alejados de los centros de población.
Y, además, en estos lugares, las prácticas son más genuinas,
no son tan folclóricas como en occidente o como en Pekín.
De estas prácticas, las que más se siguen practicando hoy en día,
son las tres de las que hemos hablado,
el tummo, la clara luz y el powa.
Pero, también hay otra práctica que es muy generalizada y muy practicada,
tanto por los bonpos como por los budistas,
que es el "chö", del que quiero hablar brevemente.
"Chö" es un término tibetano que significa "cortar",
se trata de cortar el asimiento, el aferramiento a la idea del "yo",
que es la raíz de todos nuestros sufrimientos.
En tibetano, también emplean la expresión "lüjin", es lo mismo,
"lüjin" que es la ofrenda del cuerpo,
porque en un momento dado del ritual,
el practicante ofrece su propio cuerpo, descuartizado,
para que se lo coman los Dioses, los Budas y los Demonios.
Entonces, la meta es siempre ésta,
es romper de raíz, arrancar de raíz ese aferramiento al "yo",
que es un "yo" ilusorio, es un "yo" que no existe,
y que es la raíz de nuestros sufrimientos.
La práctica del "chö", la práctica de "lüjin",
se suele hacer por la noche,
aunque hay escuelas que lo practican cuatro veces al día,
pero, generalmente, es por la noche,
y en lugares, cuando se puede, en lugares un poco especiales,
como cementerios, crematorios, lugares relacionados con la muerte.
Y, en la práctica del "chö" se usan algunos instrumentos muy especiales,
típicos del budismo tibetano, del Bon,
y he traído aquí tres de ellos,
que se usan en esta práctica del "chö",
para presentarlos, para que se tenga una idea, más o menos,
de estos instrumentos en la práctica del "chö".
En primer lugar, este es un kapala, es una bóveda craneana,
es un recipiente donde se hacen las ofrendas a las deidades,
que antiguamente se llenaba de sangre,
hoy en día se hacen las ofrendas, pero es vino, lo que se ofrece.
Este kapala simboliza la impermanencia de las cosas,
la impermenencia de los seres y, también, la renuncia al Samsara.
Un segundo instrumento, esto es un damaru.
El damaru es un tambor de doble parche, como se ve,
que está formado por dos bóvedas craneanas contrapuestas,
los parches de piel humana, pero este no sé si es de piel humana,
antiguamente se hacían de piel humana.
Hoy en día esto no se ve, este es rarísimo,
hoy en día los que puedes ver son de madera,
no son de hueso, son de madera, y la piel de animal o sintética.
Este tambor, se toca haciéndolo girar...
y, se trata, el sonido del tambor,
nos pone en comunicación con el mundo de los espíritus.
Este tambor, aunque la forma es un poco especial,
todos los shamanes del mundo usan el tambor
para entrar en contacto con el mundo de los espíritus,
lo que pasa es que este, tiene esta forma especial,
que yo no he visto en otras culturas shamánicas,
parecido, pero suelen ser diferentes.
Y, por último, este se llama kangling,
que es una trompeta de hueso, el hueso es un fémur humano,
y el kangling se suele tocar durante el "chö",
con la finalidad de convocar a los espíritus, a los demonios.
Se sopla tres veces para que los espíritus acudan a ese banquete,
en el que les ofrecemos nuestro cuerpo,
para que ellos se sacien, sacien su hambre,
y, luego, se toca una vez para que se vayan y nos dejen en paz,
satisfacer a los espíritus para que estos se alejen, satisfechos,
y no causen más perturbaciones ni problemas.
-Hasta aquí el programa de hoy.
Muchas gracias Iñaki por tu impagable colaboración.
-Gracias a ti, y un placer.
-De un libro de John Blofeld titulado "El budismo tibetano",
he extraído las siguientes palabras:
"Cuán placentero sería el mundo si se enseñara al hombre
a concentrar sus energías destructivas en desarraigar el ego,
y si la sabiduría y la compasión fueran los únicos guías de su vida".