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Ideas que transforman
(Música)
(Aplausos)
Gracias. Muy amables.
No soy muy tecnológico.
No tengo una tablet, todavía,
pero bueno, voy a apelar a mi tecnología,
les voy a presentar mi notebook.
(Risas)
Esta notebook me viene acompañando desde hace unos cuantos viajes,
y bueno...este es el pen para tocar la pantalla de la notebook.
No tiene cable, como ven, es muy moderno.
Cuando me propusieron los muchachos dar esta charla acá,
aparte de sentirme contento, y favorecido con la idea, dije:
¿de qué hablo? Porque se trata de contar experiencias.
Y se me apareció una nota que me hicieron hace muy poquito en una revista que se llama Bacanal,
que es una revista de bons vivants, de tomar vinos caros, y de comer en restaurantes divinos,
Y el periodista que me hizo la nota, le puso de título "Vivir del aire".
Y me sorprendió, porque fue como comprender de pronto, que todo lo que yo había hecho en la vida,
o en los últimos 40 años de mi vida, era vivir del aire
¿No? Literalmente vivir del aire, porque todo lo que yo hago, es aire.
No existe, no se ve, no se toca.
Es una idea, y la idea también es como aire, ¿no?
Nosotros pensamos y las ideas no están en ningún lado, andan como por ahí en la mente,
es la imaginación.
Es la imaginación de los demás que se transporta, las palabras que la llevan a través del aire.
Lo que hago en la radio, no se toca, no se ve, pero se termina viendo en la mente,
en la imaginación de quienes están escuchando la radio.
Siempre me gusta comparar la radio con la literatura, por esto.
Porque un libro es lo mismo, aunque no es aire. Es papel, y es tinta.
Pero todos leemos el mismo libro, por ejemplo tal novela, que está escrita tal vez en otro idioma
pero son las mismas palabras, del mismo autor, con tinta negra sobre papel blanco.
Idénticos, iguales, similares.
Y sin embargo, la imagen que se va formando con el transcurso de la lectura de la novela,
en cada una de las cabezas que la está leyendo, es absolutamente diferente.
Está cargada de subjetividad.
Tiene que ver con nuestras experiencias, tiene que ver con nuestro disco duro,
tiene que ver con lo que nos pasó en la vida.
Y así nos imaginamos lo mismo de una manera personal, de una manera diferente.
Y esto es la radio, ¿no es cierto?
Son palabras, es aire, son palabras que viajan por el aire, sonidos que viajan por el aire,
y que depende quiénes somos, y cómo estamos formados, y cómo vivimos, y qué cultura tenemos,
y lo que hemos aprendido y los padres que tuvimos; vamos a manejar de manera diferente
y le vamos a ir poniendo imágenes diferentes.
Levemente diferentes, muy diferentes, pero diferentes.
Y digo, "¡pucha!, este tipo pudo sintetizar en esas palabras 'Vivir del aire',
lo que yo vengo haciendo durante toda la vida, ¿no? Que es vivir del aire".
De esto que no se toca. La radio es aire, es imaginación,
son ideas.
Si yo le saco la gente a la radio, quedan antenas, queda el transmisor, los tocadores de disco,
quedan los micrófonos.
Pero no pasa absolutamente nada.
Hay que ponerle humanidad, hay que ponerle gente, hay que ponerle idea e imaginación,
y ahí en el aire, se forman todas las imágenes y aparecen los discursos,
y aparece lo que escuchamos todos los días.
Y...ahí también se me aparece que la idea, es aire.
Digo, porque en realidad la radio es un concepto, son ideas.
Es alguien que está pensando y diciendo cosas.
O tocando cosas, con una guitarra. O cantando cosas.
Y ahí se acabó.
La radio es eso, es puro sonido.
No podemos ponerle color, no podemos ponerle olor.
Es sencillamente gente hablando, gente pensando, gente con ideas.
Y a mí se me ocurrió que la idea también es un poco el aire.
Y lo que mueve la radio que es la idea y que es la imaginación,
es lo que mueve nuestra vida.
Yo puedo hacer un ejercicio ahora.
Llevo cuarenta años en la radio, me he convertido en un profesional conocido,
medianamente respetado...a veces.
¿Y por qué yo estoy en la radio?
¿Qué detonó en mi cabeza para que yo haya pasado después de cuarenta...?
¿Yo quería trabajar en la radio o no?
Yo estoy en la radio y he estado 40 años en la radio, porque un día, Fernando Bravo,
volvió a San Pedro con un Peugeot 0km color salmón.
Esa es la idea original.
(Risas) (Aplausos)
Esa es la primera idea, que después yo le puse color zanahoria.
¿No? Porque es como la zanahoria del burro.
El auto era eso.
Yo ***é mucho tiempo en comprarme un 0km.
Y no fue color salmón, pero sí fue color zanahoria,
porque me llevó a la radio y me enamoré de la radio.
De esa radio que no se ve, de esa radio donde todo es posible
Donde cualquier historia es posible.
Donde te puedo hacer una película de Spielberg con cero pesos.
Porque los efectos especiales son sonidos y hasta los podemos hacer con la boca.
Y me enamoré de esta radio.
De esta radio que no se ve, por esa idea del Peugeot, 0km, porque
¿qué dijimos nosotros, que trabajábamos en la radio de San Pedro?
Si él puede, nosotros podemos.
Y la idea te transporta, la primera pulsión, cuando se te ocurre ir detrás de la idea.
Eso debemos hacer. No debemos perderla.
Asirnos de la idea y seguir detrás de ella.
La radio es una manifestación de una idea detrás de la otra que no tienen ningún sentido.
Marconi no inventó la radio, para hacer radio, la radio que conocemos hoy.
Marconi quería transmitir telégrafos sin cables, para llegar a los barcos,
porque lo imponía la marina, la guerra, los ejércitos.
Eran dos puntos que se unían: "Bip, bip, bip, bip",
y mandaban morse.
Le querían quitar el cable y se reventaron la cabeza e inventaron un sistema para transmitir el sonido,
"bip, bip, bip, bip", y los tipos decodificaban el morse,
y escuchaban aún sin cable, no estando conectado, por ejemplo, lejos de los puertos, en altamar,
en los barcos.
El primer tipo que transmitió voz por esta radio que hacía "bip, bip",
fue un operador de radio que estaba en el puerto de Nueva York, boludeando.
Ya existían los micrófonos, existía este aparato, y el tipo dijo,
¿qué pasa si conecto el micrófono digamos al pulsador, a los cables del pulsador,
del "bip, bip, bip" del morse, y hablo?
Y dijo "hola".
¡¿Se imaginan el cagazo que se pegaron los operadores de las radios de los barcos?!
¡Si nunca nadie les había hablado por la radio, no existía la radio!
Y de pronto, no solamente habló y leyó la biblia, (risas)
sino que, tocó un cacho de violín, y bueno, los dejo a todos a patitiesos.
Faltaría mucho, para que la radio se convirtiese en esta radio que es la que me alimenta a mí
desde el aire y esto de que yo vivo del aire.
Muchas veces los chicos se me acercan y me preguntan,
"la tecnología, la Internet y las computadoras, ¿cambiaron mucho la radio?"
La verdad es que no, la radio sigue siendo lo mismo, un micrófono y un tarado diciendo boludeces.
O diciendo cosas serias, en muchos casos, está bien.
Pero digo, la evolución más grande de la radio, el cambio más radio de toda la radio,
fue la radio a transistores, ¿por qué?
Otra idea, que no tuvo nada que ver.
El tipo que inventó el transistor, no sabía que el transistor iba, digamos,
a gatillar la aparición de una radio pequeñísima que nos poníamos en el bolsillo con dos auriculares,
y la podíamos escuchar, pudiendo escuchar el partido en la escuela o en el trabajo.
En 1930 está la concepción de los transmisores pequeños y todo esto.
Y recién en el 50' aparece la radio a transistores.
O sea que es como el auto de Fernando Bravo, es como la zanahoria, es una idea.
Una idea que se te mete y vos buscás y buscás y buscás hasta que la idea se completa,
y alguien lo puede hacer posible.
Y hoy que usamos, los teléfonos con música o los MP3,
para mí, es el mismo concepto de la radio a transistor, no cambiaron nada.
Lo novedoso era que no estaba enchufado a la electricidad, que tenía una pequeña batería
y lo podías llevar en el bolsillo.
Después salió el walkman. Una copia de la radio a transistor.
Y después salió el MP3, una copia del walkman.
Y ahora salió el sarandanga, que es todo junto, pero ¿en realidad qué es?
Un aparato que te suena en la orejas.
El gran desafío, tal vez, tecnológico, para mí en esto de las ideas,
sea la reinterpretación del teléfono celular.
El teléfono celular, es lo más democrático que existe en el mundo.
Yo acababa de escuchar a una señora quejándose, por radio, diciendo:
"Eh, los negros, agarran plata y lo primero que se compran es un celular".
Comprendí la verdadera horizontalidad y democracia del celular, yendo a comer con mis amigos
y pasando al lado de unos cartoneros, y uno con el Nextel:
"(bip, bip) Ya estoy cargado, mandame el camión".
Y dije, ¡Qué groso! Antes no tenía como llamarlo.
El celular, es absolutamente sorprendente y sin embargo todavía no le hemos descubierto su uso.
Tal vez, esa idea, la que reconvierte, la que retransforma, la del transistor,
la del tipo que estaba boludeando y le puso el micrófono al teletipo;
tal vez esa idea nos esté faltando para que el celular, deje de ser un aparato con el cual
las empresas cada vez se llenan más los bolsillos de plata y sirva horizontalmente,
para cubrir grandes falencias que tiene la sociedad, lejos, o a veces muy cerca
en la República Argentina.
Educación, por ejemplo, y tantísimas cosas más.
Vivir del aire, es comprobar también, que para la radio, ni siquiera hace falta la antena,
ni siquiera hace falta el transmisor, ni siquiera hace falta nada.
Yo en el año 1980, por ahí, viajé a Marruecos.
Y en Marrakesh, en la Plaza Jamaa el Fna, vi unos tipos que estaban parados arriba de unos banquitos,
y le hablaban a una cantidad X de gente.
Uno a diez personas, otro a cinco personas, y uno más lejos como a 80 o 90 personas.
(Imitando idioma) Hablaban, y la gente escuchaba,
y cada tanto le ponían una moneda y se iban.
Y yo tenía un guía italiano, que hablaba un poco español, un poco italiano, le pregunto:
"¿De qué habla el tipo?" Y me dice:
"El tipo cuenta las noticias, porque acá casi todo el mundo es analfabeto.
Entonces el tipo, escuchó la radio, y viene y les cuenta las noticias por una moneda".
Y ahí yo entendí el término del rating.
Uno tenía cinco y otro tenía cien.
Y me pregunté por qué si seguramente los dos escucharon la misma radio
y están contando las mismas cosas. Y el tano ¿sabés que me dijo?
Me dijo: "sí, pero aquel que tiene 80 personas, cuenta chistes y los chismes del pueblo". (Risas)
O sea tan vivir del aire es la radio, que podés hacer una radio sin radio, solamente con la gente.
Me pareció totalmente maravilloso.
Y no es que estoy negando la tecnología, que estoy negando los fierros,
que estoy negando todo lo que la tecnología nos da todos los días.
No, absolutamente para nada, yo fui uno de los primeros fanáticos de las computadoras.
Cuando aparecieron las primeras Commodore 64, en la empresa nos mandaron a aprender
no splamente computación, sino también programación.
Empecé con Basic y después me querían mandar a programación Cobol, que era inentendible.
Y después, cuando aparecieron las primeras editoras de sonido, las primeras editoras digitales,
fui uno de los primeros en colgar las cintas y empezar con las computadoras, y me hice bastante adicto,
a las computadoras.
Y en algún momento dije, "Bueno basta, las voy a usar para trabajar, y el resto de mi vida puede
estar escrito en esta notebook, que no será una tablet, pero es un lindo cuaderno de composición.
Que puede contener todas mis ideas, y si se apaga la luz, con una vela lo puedo leer.
Pero bueno, volviendo a vivir del aire, y volviendo a mi charla de esta tarde.
Tenemos que tener en cuenta que lo que manda es la idea.
Que podemos tener todas las computadoras, pero lo que va a dirigir nuestra vida es nuestra idea
y nuestra propia imaginación.
La idea es lo que manda.
Siempre mandó, ahora manda y mandará a todas las máquinas del mundo que querrán ponerse
de acuerdo para rompernos el culo.
La idea de un hombre pensando en soledad, la idea de un hombre pensando cuando se corte la luz,
la idea de un hombre pensando, cuando ya no quede nada.
La idea es la original, la idea nos hace diferentes.
La idea es nuestra, y la idea es nada. Está en el aire, es pura imaginación.
Es como un *** cósmico que está dentro de nuestra cabeza,
y si la utilizamos bien, va a hacer la que nos va a conseguir ese trabajo,
a donde ya fueron 10 personas a pedirlo.
¿A quién van a tomar? Al que piense mejor.
O pongámosnos en cualquier orden de la vida.
¿Quién va a llegar? El que tenga la mejor idea.
Ahora, si tenés buenas ideas, si trabajás la imaginación, si sos un buen laburante
de todo esto que está dando vueltas en el aire,
con curiosidad, con juego.
Y encima, tenés computadoras...
Y, ahí es como que estás agarrando otra velocidad.
Podría decir que no te para nadie.
Pero, si la computadora te pasa, y tu culo la sigue, estás en problemas.
Porque el día que la computadora te mande, se te apaga el cerebro.
Lo aprendí, viviendo del aire. Muchas gracias.
(Aplausos)
(Música)