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¡Goool!
El New York Cosmos fue lo mejor y lo peor
de lo que supuso el fútbol en América.
Fuimos los pioneros en traer grandes estrellas a los Estados Unidos.
Pelé, Giorgio Chinaglia, Franz Beckenbauer, Johann Cruyff...
Por aquel entonces mi sueño era jugar en el New York Cosmos.
Creo que fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.
¡Goool!
De repente en aquel verano de 1977, irrumpió el Cosmos.
Cuando veías el estadio con 80.000 personas
casi tenías un orgasmo... ¡de veras!
Era un acontecimiento. Era todo un evento. No tenía precedentes.
El Cosmos fue el embajador del fútbol de Norteamérica en el mundo.
Nos sentíamos parte de algo muy especial.
El primer deporte en el mundo por fin había aterrizado, justo entre nosotros.
El fútbol sería la gran competición.
¡Tercer gol!
Transcendíamos todo.
Éramos internacionales. Éramos lo máximo.
Lo éramos todo para todos.
El deporte más popular del mundo llegó a la nación más poderosa
del mismo modo que los Estados Unidos acogía a muchos de sus ciudadanos
a través de las puertas de Ellis Island,
personas de todos los rincones del mundo.
Esta fue la base del fútbol de Nueva York al principio.
Diferentes comunidades étnicas jugando en campos como este,
dentro y alrededor de Nueva York durante décadas, es cierto.
"Americanos Unidos" solíamos llamarlos,
Germano-Americanos, Greco-Americanos, pero nunca Americanos-Americanos.
De esa mezcolanza llegó el primer gran equipo de fútbol de América.
En 1950, un grupo de yanquis sin nada que perder
llevaron a cabo una de las más inesperadas sorpresas en la historia de los mundiales.
El Mundial, El Torneo de las Naciones
celebrado cada cuatro años desde 1930 es el acontecimiento deportivo mundial.
El segundo partido de los americanos en 1950 era contra la poderosa Inglaterra,
el país donde el deporte moderno había visto la luz
En aquel entonces yo era un adolescente, pero fue un auténtico shock despertar y
descubrir que Inglaterra había sido eliminada por los Estados Unidos
No lo podíamos creer.
El gol del triunfo lo marcó Joe Gaetjens,
un haitiano que vivía en Nueva York y que trabajaba fregando platos.
El día que se convirtió en un héroe, ni siquiera era ciudadano americano
Tendrían que pasar 40 años más para que los Estados Unidos tuviesen representación en otro Mundial.
Los americanos no prestan la misma atención que otras personas
a un deporte tan fluído y continuo.
¡Gran golpe! Burleson tendrá que lanzarla lejos. Lo consigue.
Así termina la entrada. Al final de la 7ª, 5-3, Cincinnati.'
En nuestros deportes existen todas esas interrupciones y arranques artificiales,
las cuales usamos para satisfacer nuestras ganas de cerveza y "Cracker Jacks" o lo que sea.
Fútbol (americano), béisbol, baloncesto, hockey,
todos tienen pausas.
Creo que el que ve fútbol
por primera vez se pregunta qué demonios pasa.
Todo el tiempo arriba y abajo, arriba y abajo.
Nuestro fútbol es un deporte sin pausas,
donde decides qué hacer por ti mismo.
Un juego que se practica con los pies y no con las manos.
Todas estas cosas son muy extrañas para el público norteaméricano.
Si de verdad quieres comprender el fútbol,
debes estar concentrado durante los 45 minutos.
Alguna vez lo he comparado con una función de teatro.
Si vas a una función de teatro,
vas a prestar atención hasta el intermedio.
Luego te tomas un descanso y la comentas,
entonces vuelves a tu asiento y ves todo el segundo acto.
El fútbol es así. No es como el resto de los deportes americanos.
Trata sobre la tradición.
La gente en todo el mundo
se apasiona con el fútbol.
No hay pasión en América con el fútbol.
En los 60, no había pasión con el fútbol porque no había fútbol.
Era un país donde el 99.9% de la población nunca había oído hablar de el.
No había ligas juveniles. No había equipos amateur, nada.
Era un país absolutamente estéril en términos de fútbol.
Sin embargo el nuevo gran club de fútbol de América
cambiaría el juego en el mundo para siempre.
El fenómeno conocido como el New York Cosmos
no habría aparecido sin el entusiasmo de un hombre.
Mi padre era un gran aficionado a los deportes. Le encantaba ver fútbol (americano).
Íbamos a partidos de baloncesto y hockey continuamente.
La idea de expansión de un deporte
prácticamente de la nada en los Estados Unidos le atraía muchísimo.
Era un viajante que se convirtió en el primer ***án de los medios.
Mucho antes que Ted Turner y Rupert Murdoch,
estaba Steve Ross, creador de Warner Communications.
Poseía Warner Brothers Studio el cual tenía en nómina
algunas de las más grandes estrellas cinematográficas del momento:
Redford, Streisand, Dustin Hoffman.
Poseía sellos discográficos con músicos
como Dylan y los Rolling Stones, Ray Charles.
Puso en marcha el primer imperio del entretenimiento con comics,
y terminó por lanzar la revolución de la televisión por cable.
También compró un compañía de videojuegos
y ayudó a crear la principal firma de ordenadores personales.
Era un genio. En el mundo financiero era realmente increíble.
Y también tuvo amistad con Frank Sinatra, por cierto.
Era alguien.
Era fantástico. No sólo era un gran hombre de negocios.
Era muy simpático. Era como un padre para nosotros.
Había transformado la funeraria de su suegro
y unos cuantos aparcamientos en un imperio de las comunicaciones.
Para Steve Ross, cualquier cosa parecía posible, incluso el fútbol.
Lo cautivó. Poseía estudios de grabación.
Seis compañías de discos, televisión por cable, ya sabes.
Una compañía que generaba 6 billones de dólares al año,
y lo que le encantaba era entrar en un vestuario.
¿Pero por qué? ¿Cuál era el propósito de su obsesión?
¿De qué iba todo eso?
El gran éxito del Cosmos comenzó de repente.
Y dos hermanos de Estambul
Ahmet y Nesuhi Ertegun eran los responsables de más clásicos del vinilo
que Elvis y Los Beatles juntos.
Ahmet fundó Atlantic Records en 1947.
Warner Communications compró Atlantic 20 años después,
y los Ertegun pasaron a trabajar para Steve Ross.
Aquí estábamos, dos hombres de negocios de NY,
que amaban el fútbol.
Mi hermano decidió dejar Atlantic Records.
Y Steve Ross dijo, "Si te quedaras, haría lo que me pidieras."
Así que mi hermano le dijo a Steve Ross,
"Lo que de verdad me gustaría es un equipo profesional de soccer/fútbol."
Nesuhi Ertegun vino a mí y a Steve y dijo,
"El fútbol va a convertirse en el deporte más grande. Es el deporte más grande del mundo."
"Sin duda conquistará América."
Los telespectadores de los EE.UU. habían tenido su primera experiencia
del potencial del fútbol en América en 1966.
Vieron a casi 100.000 espectadores abarrotar el estadio de Wembley
en la final entre Inglaterra y Alemania Occidental,
gracias a que la BBC llevó la señal en directo a América.
En uno de los más emocionantes partidos que se recuerda,
un joven Beckenbauer y sus compañeros no consiguieron parar a la Inglaterra de Geoff Hurst.
Inglaterra... ¡Es gol!
Algunas personas están en el campo, creen que ya ha terminado...
¡Y se acaba!
Sólo en el Reino Unido, 32 millones de espectadores vieron la excitante prórroga.
Todavía es la mayor audiencia en la historia de la BBC.
No puedes tener una liga profesional sin unos inversores convencidos.
Creo que el espectáculo del mundial de 1966 fue el punto de inflexión.
Eso los convenció de que podía pasar lo mismo en este país.
El deporte americano del mismo nombre prosperaba
con el nacimiento de la Super Bowl y el primer contrato de televisión.
Las franquicias de la Liga de Football Americano llegaron a,
algunas muy rápido, valer millones de dólares.
Las franquicias del fútbol eran muy baratas, por lo que tenías la oportunidad
de imbolucrarte en algo desde abajo.
Alentados por el éxito de la BBC en 1966,
los inversores americanos respaldaron no una sino dos ligas profesionales de fútbol en EE.UU.
Se trató de encontrar americanos que supieran jugar al fútbol,
Personas nacidas en América que supieran jugar al fútbol, pero es simplemente no las había.
En 1968 las dos ligas ya se había fusionado,
la Liga de Fútbol de Norte América (NASL), participada por cinco franquicias en declive.
Sabíamos que si la liga tenía que ser un éxito,
y contar con el respaldo de los medios y la atención de la televisión,
entonces necesitábamos una franquicia de éxito en NY.
Las estrellas se iban a presentar a la NASL justo al sur de la frontera
en Ciudad de México en el Mundial de 1970.
¡Goool!
Nesuhi y yo dimos una gran fiesta en el Mundial.
Invitamos a Pelé, y todos vinieron a nuestra fiesta.
A mí me colaron en una fiesta.
Y allí un caballero de presentó. Dijo: "Pasa."
"Me llamo Nesuhi Ertegun."
Y poco después, esa noche, conocí también a su hermano, Ahmet.
Y lo arreglamos para vernos en NY más tarde.
Nesuhi y Ahmet volvieron a Manhattan
e hicieron que Steve Ross cumpliera su promesa.
Steve y yo citamos a otros ocho ejecutivos.
Les hicimos poner 35.000 dólares a cada uno. Yo los puse. Steve los puso.
¿Qué es un millón de dólares entre amigos?
Contrataron a Clive Toye como manager
antes de que muchos de ellos si quiera hubiesen visto un partido.
Nesuhi dijo: "Te voy a llevar a San Louis."
"La cuna del fútbol en América. Aquí es donde el fútbol es realmente grande."
Llegamos allí, y 340 personas estaban en las gradas.
Las conté. 340 personas.
Vimos el partido y no sabía lo que era un "cabezazo".
¡Creía que dar con la cabeza era algo más!
Miré a Steve y dije, "Queremos a Nesuhi. Queremos a Ahmet.
¡Pero esto va a ser un desastre!"
La liga no tenía nada digno de mención. Realmente era semi-profesional.
Éramos un equipo de lo más variopinto.
Empezaron a reclutar jugadores. Todo lo que necesitaban era un nombre.
El anterior club profesional de NY había sido el New York Mets,
metropolitanos sonaba a pequeño, así que pensé, "¿Qué es más grande que metropolitano?"
Llegué a cosmopolita, y de repente surgió, "Cosmos".
Así es como el Cosmos se convirtió en el Cosmos.
El primer fichaje de Toye fue un jugador/entrenador inglés, Gordon Bradley.
Clive estaba en la oficina haciendo sus cosas.
Yo estaba fuera en el campo, entrenando.
Me llamo Gordon Bradley y soy jugador profesional de fútbol.
Muchos de vosotros no habréis visto antes este deporte,
pero creo que es el deporte más grande del mundo.
Al principio, Bradley y Toye construyeron el equipo con jugadores
principalmente de las ligas amateur de NY.
La NASL era profesional.
Pero en esencia era una liga semi-profesional.
No hicimos mucho dinero. Entrenábamos dos veces por semana.
Todos trabajabamos para vivir. Yo trabajaba en un estudio de arquitectura.
Yo daba clase en el instituto y aparte jugaba en el Cosmos.
Nunca olvidaré el primer contrato que firmé. Estaba tan orgulloso.
Pensé que necesitaría un agente. "¿Cómo iba a negociar?"
Entonces el entrenador Gordon Bradley dijo, "Te ofrezco 2.100 dólares por temporada."
Dije, "Bien, ¿qué diría si digo que no?"
Él dijo, "No me preocupa." Entonces dije, "Vale, sí. Firmaré."
Trabajaba en Warner Brothers Jungle Habitat
que era un safari abierto en West Milford, Nueva Jersey.
Randy Horton era el principal goleador del Cosmos.
Un chimpancé de su trabajo llamado Harold fue la primera mascota del equipo.
El jefe de Horton en el parque de vida salvaje, un arquitecto de La Havana, Cuba,
llamado Rafael de la Sierra,
se convirtió en el primer vicepresidente del Cosmos.
Un amigo me preguntó si sabía
cuánta gente jugaba en cada equipo.
Y yo no sabía si eran diez o nueve.
No lo sé, un puñado de tíos. ¿Comprendes?
Quiero decir, en muchos sentidos era un equipo desastroso.
Cuando empezamos con el Cosmos, era un pequeño grupo étnico.
Nadie nos conocía.
Y solamente jugábamos porque amábamos el fútbol.
Jugaron su primer partido en el Yankee Stadium,
pero pronto se mudaron a 25 millas al este de la ciudad
a la Universidad de Hofstra en Long Island.
Las cincuenta personas de las gradas eran la mayoría familiares de los jugadores.
Pensábamos en cómo atraeríamos a la gente a los partidos
Regalaríamos camisetas, balones, llaveros.
Me habrían hecho llamar a emisoras que escucharan dos personas.
Me sentía como Jimmy Swaggart o Billy Graham en el momento
de predicar.
Casi era una situación imposible, ¿sabes?
Lo intentábamos todo. Nada acababa de funcionar.
En 1972, el Cosmos ganó el campeonato de liga.
Nadie se enteró.
Pero por aquel entonce el equipo había enganchado al único fan que importaba.
Estábamos en las gradas lloviendo a cántaros
con 100 personas viendo el partido.
Mi padre corría por la banda
dando toallas a los jugadores para secarse.
Así era él. Todo lo que hacía, lo hacía con enorme placer.
Su único sueño era el de poseer un equipo de una de las ligas mayores,
y trataba de creer que éste era un equipo de las grandes ligas
cuando lo cierto es que no lo era.
Acudí a Steve y le dije,
"Steve, evidentement esto es algo que Warner no debe asumir, no nosotros,
porque esto conllevará grandes pérdidas de dinero."
Los diez primeros inversores vendieron sus acciones del Cosmos
a Warner Communications por un dólar.
Ross puso su imperio tras la idea del fútbol en América.
Cuando se anunció que Warner iba a comprar este equipo,
creo que nadie se lo tomó en serio.
Los redactores de deportes trataban el fútbol como si fuese una colonia de leprosos.
No nos habrían dado tiempo suficiente, así que les compré revistas de fútbol
para que supieran cómo deletrear la palabra "fútbol".
La única revista que quiso hacer un reportaje sobre el Cosmos
apenas mencionó la faceta deportiva.
Un amigo mío me preguntó si quería posar desnudo para una revista.
Le dije, "Tío, estás loco." Y él me dijo, "No, te pagarán $5.000."
"Están buscando un atleta profesional en NY."
Creí que sería un semi-desnudo. Una toalla, o sombras, o una foto artística.
Huelga decir, que cuando la revista llegó a las estanterías,
no había nada de sutil en ella.
Ahí estaba yo desnudo, de frente. Era de locos.
Creí que nadie la vería.
Pero el Cosmos la vio. Clive se volvió loco.
No había cláusulas morales en el contrato,
pero dijo que era muy desagradable.
"¡Un atleta profesional! Tratamos de asumir un rol, de vender el deporte."
Yo le dije, "Clive, espera. Me dijiste que nuestro mayor reto es que nos descubran."
"¡Te he conseguido más atención en un desplegable que tú en todo el año!"
En 1974, Ross trasladó al equipo más cerca de la ciudad
en un esfuerzo por atraer más espectadores.
El único sitio disponible era el Downey Stadium en la Isla de Randall
justo debajo del Triborough Bridge
que une el Bronx y Queens con Manhattan.
Es la Isla de Randall, una prisión y algunos tíos vendiendo hot dogs. ¡Nada más!
En el campo había botellas rotas and suciedad, pero pensamos que era un paso hacia adelante.
Recuerdo lo difícil que me resultaba levantarme los días de partido.
ya sabes, realmente no querías ir a la Isla de Randall.
No es el típico lugar al que vas a propósito para jugar.
Es donde has jugado todos tus partidos de casa.
Puede que no te gustara el campo, pero al otro equipo le gustaba la mitad que a ti.
¡Puedes hacerlo! Pero depende de ti.
La Isla de Randall era bastante buena para algunos de nuestros jugadores.
La cuarta temporada sería la peor: 14 derrotas en 20 partidos.
No íbamos a ninguna parte. A ninguna parte. Era desmoralizante.
Steve Ross iba a necesitar algo más aparte del juego
para transformar al Cosmos en una atracción de una gran liga.
Nueva York, hablamos de Joe DiMaggio,
y hablamos de Babe Ruth, y hablamos de Mickey Mantle,
y hablamos de Joe Namath.
Y dijimos, "Ya sabes, lo que de verdad necesitamos en este equipo es un jugador con nombre."
Clive me dijo, "¿Por qué no hablamos con este tío, Pelé?"
Yo contesté, "¿Quién es Pelé? No lo sé."
Pelé era Pelé, no había un jugador tan espectacular
y más famoso en la historia del juego que Pelé.
Como chico de las fabelas de Brasil que era, vio a su padre llorar
tras la derrota de su país en la final del Mundial de 1950.
Pelé juró que ganaría una para su padre.
Ocho años más tarde a la edad de 17, se convirtió en el hombre más joven
en ganar una medalla de ganador de un Mundial, liderando a Brasil a la victoria
El primero de un récord de tres mundiales ganados.
Sólo un jugador en el mundo podría abrirse paso entre esa cubierta de antipatía,
más que simple indiferencia,
y ese era Pelé.
En Octubre de 1974,
anunció su retirada del equipo de toda su vida, el Santos.
Clive vino un día y nos dijo, "Creo que hay una opción de traer a Pelé."
No era del todo cierto.
Mi hermano le dijo a Steve Ross que fichara a Pelé.
Es la mayor cantidad de sandeces que he oído en todo el día de hoy,
quizás en toda la semana, quizás en todo el año.
La idea de fichar a Pelé fue de Phil Woosnam o mía.
La primera aproximación a Pelé fue en 1970.
Mucho antes que Warner, incluyendo a Ahmet y Nesuhi
y Steve Ross o cualquiera que supiera algo de fútbol.
Steve Ross le preguntó a Nesuhi, "¿Quién es el mejor jugador?"
Y Nesuhi dijo, "El más grande es Pelé."
Debo decir que...
Voy a parar un minuto para decir que esto va a ser como "Rashomon".
Todos van a tener una visión diferente de todo.
Toye y Woosnam de hecho habían comentado a Pelé
el venir a América justo un mes después de que se formara el Cosmos.
Toye incluso insistió en que el color del equipo sería amarillo, igual que Brasil.
El Cosmos, Nueva York, mi cara, mi nombre ha sido registrado.
En 1971, Toye sólo soñaba con fichar a una leyenda de un Mundial.
En el 74, trabajó para un hacedor de sueños y corredor de riesgos.
La gente dijo, "No puedes traerlo."
Dirá, "No quiero oir hablar de que no puedo. Lo intentaré."
Ross no veía el jugador más grande del mundo.
Él veía una marca global, veía botas de fútbol "Pelé",
jerseys "Pelé", incluso colonia "Pelé",
que Warner podría exportar a cualquier país de fútbol.
Y también vio algo más. Vio televisión.
Vio un camino para cumplir una promesa.
Fútbol, como el nuevo gran deporte de América.
¿Cuánto costará? Siempre era la primera pregunta.
Esa es la mentalidad americana.
Si no lo podemos crear lo podemos adoptar,
porque al final del día todo gira en torno al dinero.
Nesuhi, yo y Pelé, Rafael y, supongo que Clive,
nos reunimos en un balneario a orillas del mar con un tipo llamado Shisto, que estaba metido en todo...
Pelé tenía 32 consejeros.
Jugábamos al fútbol con Pelé en la playa. ¿Te lo imaginas?
Eso es lo que pondría en mi lápida: "Jugó al fútbol con Pelé."
Y por aquel entonces el Real Madrid y la Juventus habían empezado a entrometerse.
Así que tuve que decirle:
Si te vas con ellos, todo lo que puedes ganar es otro campeonato.
Mientras que con nosotros, puedes ganar un país.
Le encantó cómo sonó eso. Iba a abrir otra frontera.
Y eso era América, el gran reto de América.
Esa noche llamé a Steve Ross.
Le dije, "Creo que este tío jugara para nosotros."
¡No se lo podía creer!
Estaba negociando con Dustin Hoffman
para la película "Todos los hombres del Presidente".
Después me llamaron para ver a Steve y Jay en sus oficinas, y me dijeron,
"Norman, queremos que vayas a Brasil
y fiches al jugador llamado Pelé."
Yo dije, "Ok."
Fui recibido por un número de paparazzi y otros fotógrafos.
La gente adoraba a Pelé, como en el resto del mundo, sospecho.
Pero en Brasil era un auténtico tesoro nacional.
Y no querían que se fuera.
Ross estaba listo para arriesgar 2 millones de dólares por tres años.
Pelé quería 5 millones por dos años.
Una diferencia considerable.
De ninguna manera íbamos a gastar ese dinero. Así que llamamos a Jay.
Me llamaron sobre las 2 a.m. diciendo, "El trato ha cambiado."
Yo dije, "Norman, haz lo que tengas que hacer. Tenemos que conseguirlo."
"Lo queremos. No importa demasiado el coste."
Y dijo, "tengo algo más que decirte."
Yo dije, "¿Qué es, Jay?" Y nos colgó el teléfono.
Descolgué el teléfono, porque sabía que habría más llamadas.
De acuerdo, básicamente todo dependía de nosotros.
Y le ofrecimos un trato de cinco partes. Cinco contratos.
Jugar durante tres años.
Diez años de derechos del marketing mundial.
Un contrato PR de 14 años.
Un contrato musical. El paquete era que
nos pertenecía, por completo.
¿Alguna vez alguien ha mencionado lo que se le pagó a Pelé en total?
- Tenía un montón de dinero. - A Pelé se le pagaron 4,5 millones.
- 3 millones por dos años. - 5 millones.
Todo junto, 2,7 millones.
El jugador de beisbol mejor pagado era el rey de los "home-run" de ese año.
Henry "Hank" Aaron cobraba 200.000 dólares por temporada.
Lo que Warner le trajo fue como la manzana en el Jardín del Edén.
Habría sido muy fuerte y extraño el individuo que lo hubiese rechazado.
Pelé aceptó el trato. Su país no.
Con el status de tesoro nacional,
el presidente de Brasil insistió en que jugara un año más para su país
en vez de ir a América.
Pelé pidió ayuda a sus pretendientes.
Sede de Warner Communications, 75 Rockefeller Center, Nueva York.
Nelson Rockefeller era el vicepresidente de EE.UU.
Mi padre trabajó para Nelson Rockefeller.
Y le pidieron a mi padre que mediara con el gobierno brasileño
y no habría sido bueno para ambos países que pelé viniera aquí.
Tres o cuatro días más tarde, Nelson llamó
y dijo que no tenía ni idea de quién era Pelé.
No le importaba lo más mínimo si jugaba aquí o no.
Pero había un tipo en el gabinete,
que pensaba que era una magnífica idea, su nombre es Henry Kissinger.
En mis conversaciones con el gobierno brasileño
trataba de convencerlos de que tener a Pelé en los EE.UU.
tenía mucho valor para Brasil.
Pelé recibió una llamada
del secretario de estado de Brasil,
pidiéndole que firmara el contrato con el Cosmos
por el bien de las relaciones de Brasil y los EE.UU.
Bien, cuando Pelé recibió esa llamada,
dijo, "Dios mío, sois capaces de hacer cualquier cosa, ¿lo sabíais?"
"Me voy con vosotros, nada importa."
Steve Ross anunció el fichaje en el legendario "21 Club" en Manhattan.
El Cosmos dio allí la rueda de prensa
en una habitación llamada, muy acertadamete, la "Habitación de caza",
como si Pelé fuera la pieza cazada.
Los periodistas llegaron antes de la rueda de prensa
y dejaron sus cámaras en el suelo.
Esta gente nunca habrían cubierto el Cosmos o filmado para nada.
Y el letrero decía, "Capacidad para 143 personas".
Debía de haber 300 reporteros de todo el mundo.
¡Prohibidas las cámaras delante del todo!
Y Pelé se regía por la hora de Pelé, lo que significa que llegó dos horas tarde.
Steve y Jay esperaban. "¿Dónde demonios está?"
"Ya viene. Ya viene."
Y justo a mi izquierda Steven J. Ross,
presidente de Warner Communications.
Y entonces en la puerta, la leyenda, el más grande, el rey, Pelé.
Cuando Pelé salió por fin, la gente se apresuraba en conocerlo.
Era increíble. Nunca había visto nada igual.
¡Compórtense!
Entonces todos los reporteros se convirtieron en fans.
Finalmente calmamos a los periodistas. Una persona nos interrumpía.
Era *** Young hablando de la denigración del béisbol profesional,
de cómo el fútbol arruinaría al béisbol.
Nos interrumpía todo el tiempo. "El fútbol es para extranjeros."
"No debería jugares en América." Todo era negativo.
*** Young era un hombre conservador e irritable,
Creía que si no amabas todo de América, deberías largarte.
Young era probablemente el mejor escritor de deportes de los EE.UU.
y tenía un poder considerable.
Para él lo único a destacar era que Warner había desembolsado
una cantidad obscena de dinero por alguien del que no habían oído hablar.
¡Puedes extende la noticia por todo el mundo
de que el fútbol ha llegado por fin a los EE.UU!
En diez segundos, el tiempo que le llevó a Pelé firmar los contratos, todo cambió.
Finalmente, algo sobre un hombre extraordinario de Brasil...
- ... la superestrella del fútbol Pelé. - Hoy en NYC, Pelé...
...el jugador más grande del fútbol...
En todas partes la gente sabía
que había un equipo de fútbol en Nueva York y que Pelé jugaba en él.
Estábamos entrenando en la Isla de Randall con cristales rotos en el campo
y cortes en las piernas
cuando un tipo entró en el campo con un spray pintando.
Teníamos que pintar el barro con sprays, porque había muy poca hierba.
Decíamos, "Este tío está loco. No tengo ni idea de lo qué hace."
Entonces vimos un helicóptero sobrevolándonos.
La imagen era irresistible, era como una escena de teatro griego.
Pelé intervenía para salvar la liga de caer en lo anodino y ordinario.
La iba a poner en la esfera de las ligas de todos los tiempos.
El Cosmos ya había jugado nueve partidos en la temporada del 75
y era último en su división con sólo tres victorias.
Sin embargo la CBS accedió a emitir el debut de Pelé en América.
Pelé es el jugador más famoso en el fútbol.
Hoy a la edad de 34 años comienza una nueva carrera
jugando en el New York Cosmos en la NASL.
El primer partido que jugó Pelé aquí un domingo por la tarde contra Dallas,
el estadio estaba lleno.
- ¿Qué le ha traído aquí? - Curiosidad.
Vale 4 millones, tengo que verlo. Nunca he visto fútbol en mi vida.
We could have got in three times as many. It was a huge game.
La magia de Pelé atrajo la mayor asistencia en la historia del Cosmos.
El Sr. Ross llamó, "¿Cuántas hemos vendido?"
- Vine a ver a Pelé porque... - Es el Muhammad Ali del fútbol.
Un minuto el lugar estaba muerto, al siguiente minuto todo en él estaba vivo.
No sabe cómo es el campo. Podría ser arriba, abajo, dentro, fuera.
Pero jugó en él. Podría haber dicho, "No voy a jugar en ese campo."
Jugó 90 minutos... suficiente dijo.
Cuando la cámara enfocaba el campo, era verde y precioso.
El mejor jugador del mundo no decepcionó,
rescatando a su nuevo equipo de la dramática situación.
Con el Cosmos perdiendo de dos, un pase suyo supuso el gol...
Luego se elevó sobre los defensores de Dallas para cabecear
poderoso, imparable, el gol del empate.
Cuando acabó el partido, Pelé estaba en la ducha.
El vestuario estaba lleno de periodistas.
Me hacía señas desde la ducha. Me hacía, "¡Psst, psst, psst!"
Fui hasta él y me dijo,
"Rafael, esta es la primera y la última vez que juego aquí."
"¿Cómo puedes decirme eso?"
"Quiero decir, ¿no ves que ha sido un gran éxito?"
"¿Cómo demonios puedes decirme eso?"
Dijo, "Lo más importante de mi vida son mis pies."
"Míralos. Me he contagiado de hongos aquí."
"No volveré a jugar con vosotros." Yo le dije, "Pelé, es pintura verde."
"Pintamos el campo de verde." No se lo podía creer.
Su primera temporada sería la última del Cosmos en la Isla de Randall.
Tengo que meter a Pelé en un estadio en el que pueda jugar,
en el que debe jugar: el estadio, Giants Stadium.
A menos de siete millas de Times Square,
construído en East Rutherford, Nueva Jersey,
llevaba desde 1972 en proceso.
Giants Stadium, con más de 75.000 asientos,
estaba previsto abrirlo para el fútbol americano en el otoño de 1975.
Ross lo reservaba para cuando América estubiese preparada para el fútbol profesional.
Pero en el verano del 75, Pelé apenas podía salvar a su equipo,
y mucho menos su deporte.
Creía que le pasabamos el balón demasiado.
Nosotros creíamos que mientras le pasasemos el balón a Pelé, él se ocuparía de todo.
Fue duro no sentirse intimidado cada día.
Piensas que te acabarás acostumbrando.
Pero cada día estaba Pelé en un campo.
Quiero decir, vamos, es Pelé.
Estoy aprendiendo mucho estando cerca de este tío, y viendo cómo juega.
El mayor reto para nosotros en el campo fue el no pararnos y verlo jugar,
porque todavía se movía de manera increíble.
Allá dónde íbamos, si reinaba el desorden, ¡Estaba Pelé!
Era como, "¡Estamos con él!"
No creo que ninguno de nosotros se sintiese un privilegiado. Era un honor para nosotros.
Nos dábamos cuenta de que estábamos experimentando algo...
Siempre he dicho que habría un centenar de porteros mejores que yo...
Tuve momentos duros también, sentía que pertenecía allí.
Era una superestrella en tierra extraña. Pero conocía su papel.
Vengo a jugar a América porque creo en el fútbol en América.
A los niños les chifla el deporte. A los americanos les encanta el deporte por naturaleza.
Vengo a jugar aquí porque sé, que en unos años,
tendremos un buen equipo en América.
Creo que su verdadero reto era comprender
cómo encajar en un equipo de obreros que lo hacían lo mejor que podían.
Habló conmigo un par de veces,
"Juega como si jugaras una partida de ajedrez."
"Está dos movimientos por delante del balón."
Acabaría la temporada con cinco goles y cuatro asistencias,
liderando a su nuevo equipo a siete victorias en nueve partidos.
A pesar de que el Cosmos se perdió los playoffs, Pelé había hecho su trabajo.
Miramos la realidad del Cosmos antes y después de Pelé.
Su mera presencia pulverizó los récords de asistencia
en Boston, Los Ángeles y Washington D.C.
Cuando visite a mi abuela en Washington,
esperemos que cuando estemos allí
los Dips estén jugando con el Cosmos
para que puedas ver a Pelé.
Tras lesionarse en un tendón al final de la temporada,
más de 20.000 fans en Philadelphia vinieron a verlo en ropa de calle.
Ahora que el atleta más famoso del mundo estaba en NYC,
los medios no podían seguir ignorando al deporte.
En la Casa Blanca, el presidente Ford encontró un balón de fútbol
mucho más ilusionante que uno de football.
¡Quizás lo haría mejor con mi mano que con mi pie!
Mientras que la mayoría de la prensa era optimista, todavía quedaba un gran escéptico.
*** Young quería conocer a Pelé, cara a cara, en un partido de béisbol.
Asistieron a un partido de los Mets de final de temporada en el Shea Stadium.
Nadie sabía que estábamos en el partido.
Al final de la primera entrada, había un puñado de gente alrededor nuestro.
En la tercera entrada, la gente nos asediaba.
No pudimos controlar a los fans. El árbitro tuvo que parar el partido.
Y la seguridad ya no pudo controlar el estadio.
Era un absoluto alboroto.
*** Young casi lloraba. Lloraba sin tapujos.
His heart is breaking that his baseball fans recognize Pelé
'who he had come to take down.'
Como reportero, sólo tenía un recurso y era escribir la verdad.
Éste era de verdad un deporte para espectadores y absolutamente global.
En el año bicentenario de 1976,
el fútbol extranjero invadía los ratos de ocio de América.
El Cosmos de trasladó al Yankee Stadium.
Pelé, jugando sólo la mitad de la temporada del 75, había triplicado su asistencia media.
Pelé trajo credibilidad instantánea a la NASL.
Gracias a él, vinieron otras estrellas.
Desde Gordon Banks a Rodney Marsh o Geoff Hurst.
Incluso George Best recaló en Los Angeles.
Porque todas las demás franquicias pensaron, "Bueno, si el Cosmos puede, nosotros también."
Cuando llegué, una pregunta que me hicieron los periodistas americanos fue:
"Has sido descrito como el Pelé blanco."
Yo dije, "Eso no es cierto. Pelé es el Rodney Marsh ***."
Eso no pareció sentar muy bien.
Para Steve Ross, el mejor jugador del mundo no era suficiente.
Nueva York quiere ganadores.
Podrías tener al mismísimo Dios de delantero en el Cosmos,
que si perdías, a nadie le importaba.
Creo que marqué, en 220 partidos de liga 253 goles.
Así que era el encargado de mandar el balón al fondo de las mallas.
Giorgio Chinaglia fue el máximo goleador del club italiano Lazio en 1975.
Era el jugador mejor pagado en Italia y eso no era muy saludable.
Cuando lo conocí en Roma,
estaba en su coche y guardaba una pistola en la guantera.
Dije, "¿Qué demonios hago aquí?"
He thrust himself upon us. Su tiempo en Italia se había agotado.
Fue el fichaje más fácil de un jugador de renombre que uno se puede imaginar.
Mi primera esposa era americana, me gustaría que mi segunda esposa también.
Así que dije, "¡Vayámonos a América!"
Habla un montón, pero la mitad no vale la pena escucharlo.
La otra mitad no se lo escuchas a cualquiera.
Giorgio Chinaglia es italiano, habla inglés con acento galés,
marcó muchos goles...
Y creo que eso es lo único positivo que podría decir de él.
- A veces era muy desagradable. - Era una persona traicionera.
Probablemente no me soportaban. Me importa una mierda.
¿Por qué no me juzgan por lo que hice en el campo?
Eso estaría bien, ¿no te parece?
Ese año Steve Ross trajo cinco nuevos jugadores, tres del otro lado del océano.
Ninguno fue más prolífico que Giorgio Chinaglia.
Era exigente en el campo, pero al final del día
nadie marcó más goles que yo en la historia de la NASL.
Giorgio era un apasionado del fútbol,
Y creo que encontró un alma gemela en mi padre.
Pelé era su trofeo, pero Giorgio se convirtió en su confidente.
Giorgio y Steve Ross tenían una relación muy extraña.
No sé qué era exactamente, pero tenía a Steve Ross. Lo tenía encandilado.
Esa era la pura verdad.
Giorgio se había ganado el corazón de Steve Ross.
Recuerdo a Ross llevando un pantalón de deporte del cosmos
con el número 9, el de Chinaglia.
Llevaba el pantalón de Chinaglia.
Esa fue una metáfora de su relación.
Giorgio era lo opuesto a Pelé.
Plasmaba sus emociones en su manga.
Dinámico, grande, guapo, pelo largo.
Un ídolo como una estrella de cine italiano.
Caminando por la calle con Giorgio
era como caminar con Joe DiMaggio o Mickey Mantle.
Pelé llegó a todo el mundo y consiguió la atención de Nueva York.
Giorgio llegó a la cima porque la gente venía
a abuchearle, o aplaudirle, o gritarle, o lanzarle cosas.
Es el tipo de pasión que esperas en Nueva York.
Marcó 19 goles en 19 partidos, mientras que Pelé lideró la liga en asistencias.
Juntos llevaron al Cosmos chutando y gritando a los playoffs.
Giorgio estaba un poco celoso de Pelé. Quería ser Pelé.
Únicamente quería marcar goles. No me importaba quién jugaba a mi lado.
Nunca me importó.
A veces no era muy querido, pero eso tampoco me importa.
Es el único jugador profesional del que haya oído hablar que hubiera criticado a Pelé.
Fuera del campo, era encantador.
En el campo, tenía algunos problemas, sí.
Hubo un episodio memorable en el vestuario del Cosmos
cuando Chinaglia dijo que le molestaba
que Pelé no jugara de la manera que él necesitaba para marcar goles.
Pelé, como te puedes imaginar, no está acostumbrado a que sus compañeros le critiquen.
Se giró rápidamente y dijo, "Tiras desde cualquier *** sitio."
Y Chinaglia se levantó de su sitio y gritó, "¡Soy Chinaglia!"
"Si tiro desde cualquier sitio, es porque Chinaglia puede marcar desde ese sitio."
Y Pelé estaba a punto de llorar.
Le estrechó la mano y salió del vestuario.
Yo no le deseaba nada malo. Quería lo mejor para él.
Pero siguió buscándome las cosquillas, y dije, "One guy'll mark the two of us."
"Así que trata de estar tranquilo porque serás más efectivo y marcarás más goles."
Todos los grandes goleadores tienen su ego.
"Pásame el balón. ¿Porqué se lo das a Pelé?"
Quiere el balón. Quiere marcar.
Si en la vida no hay egos, especialmete en el deporte, no llegarás muy lejos.
Las dos enormes personalidades tenían una cosa en común.
Giorgio tenía en su taquilla su bata de terciopelo azul y su botella de Chivas Regal,
un paquete de cigarrillos, gafas de sol, lo tenía todo.
Las mujeres se volvían locas. Simplemente se volvían locas.
Recuerdo una noche, estaba Pelé con una rubia en cada brazo.
Me miró, sonrió y dijo, "No para la libreta, amigo mío."
se sentó en el lobby haciendo el viejo winky-winky,
como si estuviera en un crucero.
Su mutua pasión por la vida les pudo haber costado el Campeonato.
En el segundo eliminatoria de los playoffs de 1976,
los grandes favoritos Cosmos se enfrentaron a los Tampa Bay Rowdies
y a Rodney Marsh.
Conocíamos al Cosmos y a sus jugadores,
así que preparamos una limusina para recogerlos al bajar del avión
con dos chicas en la limusina y dos botellas de Chivas Regal.
Y 24 horas después en el partido,
ambos entraron al campo con muy mala pinta.
Tampa Bay ganó el partido 3-1.
Steve Ross no estaba contento.
No le gustaba perder partidos. No, no legustaba perder en nada.
No le gustaba perder en juegos de mesa.
¿Un partido de fútbol?? Odiaba perder partidos de fútbol.
¿Y partidos de Campeonato? Deseabas no perder uno de esos.
Inmediatamente después de la derrota del 76,
Ross se llevó a su equipo donde lo apreciaran de verdad.
Fuímos de gira a jugar por toda Europa.
Francia y luego Bélgica, y Suiza e Italia.
Hicieron dos tours de exhibición en el espacio de siete meses.
Éramos como embajadores de buena voluntad.
Steve Ross quería que se les tratara como grandes estrellas.
Viajábamos en primera clase, hoteles de 5 estrellas, presupuesto ilimitado.
Nada parecido a "per diem".
¡Gastaban el dinero de los accionistas!
La publicidad que generábamos para Warner era enorme.
Publicidad que no podían comprar.
Una pequeña accionista nos dijo en la junta anual,
"¿Cuánto cuesta esto? ¿Pierden dinero?"
Él dijo, "Bueno, perdemos alguno." "¿Cuánto pierden?"
La miró fíjamente a los ojos y le dijo, "Dos céntimos por acción."
Y todo el público apludió. ¡Qué empresa más maravillosa!
¡No se daban cuenta de que dos céntimos por acción era 5 millones!
En 10 años, el fútbol en América se había convertido
en un deporte diferente al del resto del mundo.
La liga había adoptado las reglas de los aficionados americanos.
Debía de haber un ganador. Si acababa 2-2, se jugaba un mini-partido.
Si persistía el 2-2 o incluso 3-3,
se iba a lo que se llamaba "Penaltis de la NASL",
un uno-contra-uno con el portero desde 35 yardas,
y con 5 segundos para tirar.
- Me encantaba. - Me parecía fantástico.
Hacía el partido más emocionante.
Todavía creo que deberían probarlo en Europa.
En la primavera del 77, Steve Ross pudo por fin trasladar el Cosmos,
cruzando el río Hudson, hasta el Giants Stadium
para la última temporada de Pelé.
Mientras que la Liga había americanizado el juego,
Steve Ross quiso llevarlo un paso más lejos.
Me pidió que preparara un plan
que incluía las animadoras del Cosmos.
El show del descanso.
Bugs Bunny, al que pudo traer desde "Jungle Habitat".
Americanizando el juego.
A los americanos les gustaba poner su propio sello a las cosas.
Es lo que intentaban hacer,
hacer venir a más fans americanos y que tomaran el juego como algo propio.
Al mismo tiempo, continuó internacionalizando su equipo,
rodeando a Pelé y Chinaglia
de 14 nuevos jugadores de siete países diferentes.
Fuímos el primer equipo en tener una plantilla totalmente internacional.
Era como el Arca de Noé.
Había algo para contentar a todo el mundo.
Aún así, perdieron tres de sus cinco primeros partidos,
promediando poco más de 20.000 espectadores en su nueva casa.
Estábamos invirtiendo mucho dinero en el campo y no había resultados.
Así que decidió hacer un cambio. Subió el listón.
Me mandaron a Alemania.
Me mandaron a fichar a Franz Beckenbauer.
Vencido por Geoff Hurst en Inglaterra en la final clásica del Mundial de 1966,
el "Kaiser" llevaría a su país a la gloria 8 años más tarde.
Él era el último líder, el que organizaba desde atrás,
que jugaba tranquilo y recuperaba balones.
Nunca tenías la sensación de que le entraba el pánico,
a pesar de que ganase o perdiese por 4 goles.
Fue votado dos veces como "Jugador Europeo del Año".
Franz Beckenbauer era el aliciente para América en la cima de su carrera.
Sabía que Pelé y Giorgio Chinaglia estaban allí,
pero no conocía al resto por lo que era una aventura.
Giorgio se volvió loco, "¿Por qué necesitamos fichar a Beckenbauer?"
"¿Para qué necesitamos aquí a Beckenbauer? ¡No nos hace falta!"
Ahora era el tercero en discordia.
El primer partido de Beckenbauer fue una derrota por 4-2 frente al archienemigo, Tampa Bay.
La semana siguiente, vencieron a Toronto en casa ante 31.000 espectadores.
Steve Ross quería más.
Steve era lo que llamarías una "groupie".
Siempre, cuando alguien estaba en Nueva York rodando una película o grabando un disco,
se le llevaba a un partido del Cosmos.
Warner poseía un estudio de cine y seis casas discográficas.
- Puedes conseguir celebridades. Es fácil. - Actores, actrices, políticos.
Dime uno, los tenemos a todos en el estadio.
No sé quiénes era. El vestuario estaba lleno de gente.
- Era como una broma. - Henry Kissinger nunca se perdía un partido.
Tengo verdadera pasión por lo que nosotros llamamos "soccer".
Recuerdo una vez a Gordon Bradley mirar hacia arriba en el córner y ver a este tipo
con el pelo largo, flaco como un palo,
parecía un drogadicto.
Le dijo al responsable de seguridad, "Saca a ese tipo de aquí."
"¿Quién es ese tipo?" Todo el mundo le preguntó y él dijo, "Mick Jagger."
Pero el no le reconoció porque tenía una pinta horrible.
Jagger and Kissinger fueron invitados todas las semanas,
mientras que los dos primeros hombres del Cosmos eran echados a la calle disimuladamente.
Llegué en Mayo del 77. tres semanas después, Clive Toye, el presidente, dimitió.
Gordon Bradley, el entrenador, fue despedido.
Me dije, "Oh, Dios mío, ¿dónde estoy?"
Unas semanas antes de ser despedido,
Bradley había apartado a Chinaglia del primer equipo.
No les gustaba, así que la única manera de librarse de este tipo era degradarlo.
Pero no fueron muy listos.
Creyeron que les pediría el traspaso.
Algunos pulsaron el botón.
Según la recomendación de Giorgio,
Ross fichó al entrenador Eddie Firmani del Tampa Bay.
trajó a Eddie Firmani para entrenar sabiendo que seguiría sus órdenes.
Puso los balones justo en frente de Giorgio. Giorgio quería los balones de frente y no por detrás.
Brilló con Eddie y marcó muchos goles.
Golpeaba todos los buenos balones justo en frente de él.
- Iban derechos al gol. - I try.
Es incuestionable que Giorgio Chinaglia tuvo una influencia maligna
sobre Steve Ross, y luego sobre el Cosmos.
No hay duda de eso. Y digo "maligna" siendo comedido.
Se me ocurren peores palabras pero puede que haya mujeres y niños mirando.
Lo que no entendieron, es que si haces bien tu trabajo
te daré mucho crédito.
Yo tenía mi crédito en el campo. ¿Por qué necesitaba más?
Mi objetivo era tener el mejor equipo del mundo,
y era bueno para la compañía, ese era mi objetivo, nada más.
Los lunáticos se apoderaron del asilo.
Siempre me estuvo agradecido. Ya sabes, era un adulador.
Cuando Pelé marcaba, nunca nos miraba,
Cuando Bobby Smith marcaba, nunca nos miraba,'
pero cada vez que Giorgio marcaba un gol,
hubiese corrido hasta Steve e inclinado ante él y le habría hecho la pelota.
La última semana de Junio de 1977,
Chinaglia llevaba ocho goles y el equipo diez victorias.
Vengaron dos derrotas consecutivas ante los Rowdies ante 62.000 espectadores.
Pelé marcó un "hat trick".
Cuando miro partidos que jugué en América,
definitivamente serían la guinda del pastel.
Entonces perdieron cinco de los siguientes siete partidos.
Steve Ross dijo, "Ahora tenemos a Pelé, tenemos a Beckenbauer y a Chinaglia."
"Pero el resto, necesitáis más."
Volví a Sao Paolo.
En mi opinión, el fichaje más importante
desde un punto de vista técnico fue Carlos Alberto.
Como capitán de la selección brasileña de fútbol,
había ayudado a Pelé a ganar su tercer Mundial en 1970.
Restando sólo cuatro partidos en la temporada del 77,
Carlos Alberto vino a América
para ayudar a su viejo compañero a ganar el último Campeonato.
Fue inolvidable.
El día que llegué a Nueva york fue el día del apagón.
A las 9:34 de la noche anterior, todo se volvió ***.
...una oleada criminal.
...una noche sin luces, ascensores, trenes de metro, aeropuertos,
aire acondicionado, señales de tráfico, televisión.
...saqueo, atracos y unas mil falsas alarmas por fuego.
En la oscuridad, el 13 de Julio,
parecía como si el mundo se volviera del revés.
Teníamos al criminal "El hijo de Sam", un asesino en serie.
Disturbios durante el apagón.
El mayor problema era la bancarrota de la ciudad de nueva York.
Realmente fue un año tremendo.
Cuando volvió la energía, las luces volvieron al fútbol en América.
El fútbol etaba siendo tan popular como lo era en el resto del mundo.
Fue como una explosión.
Era un torbellino. Era como un meteorito que toca tierra.
Un día no éramos nadie, y al día siguiente jugábamos en el Giants stadium
con limusinas recogiéndonos para llevarnos a "Studio 54" tras el partido.
Al Cosmos se le reservaba una gran mesa.
No sólo para los jugadores, si no también para los jefes.
El portero me miró de arriba a abajo y me lo hizo pasar mal,
hasta que le dije las 4 palabras mágicas: "Estoy con el Cosmos."
Recuerdo a gente presentándose delante de ti.
Celebridades entrando y saliendo.
Todos los lunes por la noche, hacían una fiesta en "Studio 54".
Esto también era parte del desarrollo del fútbol en los EE.UU.
El fútbol en los EE.UU.
Todos estaban invitados a la fiesta
Yo siempre era el primero en el campo cada partido y lo notabas.
Salías allí y de repente, uno a uno,
esos ases del fútbol, estrellas internacionales, los jugadores más grandes
salían por el túnel como gladiadores saliendo a pelear.
El 14 de Agosto, cuatro días después de que la policía arrestara a David Berkowitz,
el autoproclamado "Hijo de Sam",
el Cosmos agotó las entradas en uno de los mayores estadios del mundo.
Fue en un playoff contra Fort Lauderdale. El primer lleno de la historia.
El Giants Stadium se llenó con 77.000 y algo más.
El fútbol es un deporte en el que todo el mundo se involucra.
Requiere resistencia, velocidad, fuerza.
...siempre sucede algo.
Estará ahí arriba junto al béisbol, como el pasatiempo nacional.
El fútbol no sólo está aquí para quedarse,
si no que será la principal y la mayor de las grandes ligas.
Fue una gloria inesperada e increíble.
Revolcándose en la gloria sobre las masas
se sentaba el rey del fútbol en América, Steve Ross.
Se sentaría en el segundo nivel del Giants Stadium,
que está realmente alto porque pensaba que vería mejor la acción,
vería el campo entero y lo que pasaba.
Tuvimos que poner cadenas porque desde el entresuelo del Giants Stadium
siempre discutía con el árbitro y todos tenían miedo de que se cayera.
Una gran entrada de 76.000 personas la pasada noche en el Giants Stadium.
El Cosmos, el nuevo ojito derecho de la ciudad, venció a Rochester por 4-1.
para llegar a la final, el Soccer Bowl en Portland,
que podrán ver aquí en el Canal 4 el domingo a partir de las 4:00.
Ross veía campeón al que una vez fuera un equipo de gentuza.
Lo que más recuerdo del partido por el Campeonato de 1977
era lo excitados que estaban los jugadores.
Querían ganar un Campeonato por Pelé.
Todos nos sentíamos responsables. Era el último partido de Pelé en la competición.
Queríamos hacerlo por él.
Queríamos que Pelé se retirara como merecía: como un campeón.
No era marketing. No era para la galería.
Era de verdad y era muy emotivo.
It just fell into place on the day for me.
Marqué uno de los goles más memorables en la historia del Soccer Bowl.
Pero el ganador del partido en el minuto 81
pertenecía al rival de Pelé en el vestuario, Chinaglia.
Tuvimos un buen año. Se fue como un ganador, ganó el Campeonato.
Todavía creo que fue uno de mis mejores partidos.
Ganamos el Mundial, pero había once alemanes en el campo.
Ganásteis la Eurocopa, había nueve alemanes y dos extranjeros.
Con el New York Cosmos, teníamos 14 diferentes nacionalidades.
era como una familia. ¡Era fantástico!
Fue una experiencia que nunca olvidaré.
Fueron unos cuantos años de diversión increíble en la vida de mi padre.
Para él era un auténtico placer.
Y en la vida de Jay, en la de Pelé y en la de Giorgio. Eran dinamita.
Y Warner Communications estaba en su apogeo. Mi padre estaba en su apogeo.
Todo era tremendamente divertido. No había nada que no fuese divertido.
Pelé dejó la liga con un regalo de despedida, esperanza para el futuro.
En cuanto se apartó de todo, ABC Sports empezó a negociar
para retransmitir por television los partidos de la temporada de la NASL.
Steve creía que la televisión era la clave
para el éxito del Cosmos y del fútbol.
Ningún deporte profesional en los EE.UU. lo conseguía sin un contrato de televisión.
Estábamos en el Giants Stadium en East Rutherford, Nueva Jersey.
En 1978, el Cosmos daba a los ejecutivos de la cadena
razones para creer que el fútbol en América tenía un futuro lucrativo.
Ya se había llenado en su totalidad con 77.000
varias veces para otros deportes, por fútbol.
Cada partido era como una fiesta.
Ni siquiera en Brasil jugamos cada partido con el estadio lleno.
La gente llegaría tres o cuatro horas antes de empezar
con sus maleteros abiertos, barbacoas, banderas al viento.
Una gran atmósfera fuera del campo mucho antes de empezar el partido.
Steve Ross fichó a un nuevo elenco de estrellas internacionales para la temporada del 78.
Ganaron sus siete primeros partidos y 15 de 17 posibles.
El equipo era cada vez más estable. Cada vez era mejor.
Pero la competición se había diluído debido a la expansión.
En 1978, la NASL añadió 6 equipos para una liga de 24.
Todos ellos para retar a Steve Ross y el Cosmos.
Tuvo un impacto negativo. La gente poseía equipos que no se podían permitir.
Jugadores que no deberían jugar a un deporte profesional
jugaban al fútbol profesional.
Y la calidad ya no era la de antes.
No había negocio estando en San Antonio, Texas,
Jacksonville, Florida, Memphis, Tennessee, Las Vegas,
Hawaii, Calgary, Edmonton.
Todas se convirtieron en paradas del circo ambulante del Cosmos.
Era como viajar con los Rolling Stones. Quiero decir, era algo grande.
Todo era como un relámpago en una botella. Era enormemente afrodisíaco.
Ni siquiera se trataba de ocultar tras una puerta.
En el partido del Campeonato llamado "Vuelo hacia el Cosmos" de 1977,
hubo dos actos sexuales en el avión,
seguidos por el partido del Campeonato.
Yo tenía 27 años y mi editor me dijo, "¿Te gustaría cubrir a los Yankees?"
El tesoro más codiciado de este país.
Yo le dije, "No, gracias. Me quedaré aquí con el Cosmos".
"Lo estoy pasando genial. Simplemente genial."
El séquito del Cosmos incluía un enorme grupo de prensa,
traductores para más de una docena de lenguas, incluso asistentes personales.
Todos en la carretera a cuenta de Warner Communications.
La filosofía de vida de Giorgio es que necesita gente que haga cosas por él.
Él no tiene que hacer nada por ellos. Les permite acompañarle.
Así que Giorgio se hizo amigo de Peppe.
Buscaba el éxito. Quería llegar allí, a la cima.
Quería triunfar, y sobre todo yo quería que triunfase.
Sentía su éxito como el mío propio.
Se convirtió en el felpudo de Chinaglia. Chinaglia lo pisoteaba todo el día.
"¡Peppe, tráeme un paquete de tabaco! ¡Peppe, tráeme un mechero!"
Ese era Peppe Pinton.
Estábamos en el hotel y oímos ruídos a las 4:00 a.m.
Era Peppe llevando una televisión vestido con un camisón de mujer.
Cuando paramos de reir, le dijimos, "Peppe, ¿qué haces, hombre?"
And Peppe starts cursing. He goes, "Estoy ocupado. Estoy dando una fiesta en mi habitación."
"Giorgio me llamó, la recepción no es buena en esta televisión."
- "Quiso que le subiera su TV." - Quería ver la televisión.
La mía era mala. ¡Tuvo que darme su TV! ¿Qué pasa?
En el 78 el Cosmos se metió en los playoofs con un récord de 24 victorias y 6 derrotas.
Hicieron polvo los récords de la liga en puntos, goles y asistencia media.
Y en el primer partido a ida y vuelta del playoff contra Minnesota,
fueron sorprendidos, 9-2.
Cuando volvimos a Nueva York, Firmani, nuestro entrenador dijo,
"Después de comer no os vayáis. Steve Ross vendrá para decir algo."
Dijo, "Estaba en la costa oeste cuando jugamos contra Minnesota
con 750 de nuestros delegados,
y no quisieron hablar de nuestro último proyecto."
"Sólo querían hablar de que el Cosmos había perdido por 9-2."
Dijo, "Estoy un poco avergonzado. Y no me gusta estar avergonzado."
Y a renglón seguido dijo, "Somos los mejores."
"Damos lo mejor a cambio de lo mejor. Queremos las mejores actuaciones."
"Si no queréis ser parte de eso, hablad con el entrenador y os podéis ir."
Fue un discurso fantástico para motivarnos.
La victoria por 4-0 empató la eliminatoriay forzó un mini-partido a muerte súbita.
El Cosmos tenía la penúltima oportunidad.
Cinco segundos y 35 yardasseparaban al Cosmos de la eliminación.
El lanzador, número 5, Carlos Alberto,
nunca había participado en un "shoot-out".
Estaba tan tenso. Hablo de nerviosismo, e iba en aumento.
That matched todo con lo que me he visto envuelto en toda mi carrera.
Si fallaba, se terminaba la temporada.
¡Lettieri sale! ¡Tira! ¡Gol!
¡Ha ganado el Cosmos! ¡Un regreso increíble!
¡El Cosmos irá a Portland!
La victoria debía llevar al Cosmos a su segundo campeonato de la NASL.
Y la liga a la "Tierra Prometida".
ABC Sports presenta...
La liga de fútbol de norteamérica.
Hicimos un gran esfuerzo para respaldar a la NASL en 1979.
Teníamos una producción de primera. Teníamos una gran promoción.
Y contratamos a Jim McKay.
Soy Jim McKay y este es un momento que recordaré
porque estamos a punto de hacer algo que hemos hecho muchas veces en ABC Sports.
Vamos a empezar algo realmente nuevo para nosotros.
Queremos hacerlo lo mejor posible y creo que ponemos los medios necesarios para ello.
Yo era el experto en televisión.
Tenía una visión muy distinta de nuestro potencial televisivo.
Yo pretendía espectáculos antológicos como el "Mundo de los Deportes",
con marcadores, jugadores, paradas, goles, jugador de la semana,
para mostrar lo extrínseco del deporte
y sólo dar el partido por el Campeonato por television.
- "Ha sido un estupendo primer tiempo." - "Presioso primer tiempo. Muy bien jugado."
Y predije que con la televisión fracasaríamos.
Entonces culparían al fútbol. Tenía la mayoría de los votos en contra.
El Cosmos sería la piedra angular de la cobertura de la ABC.
Con el éxito del equipo bajo Firmani, el entrenador nombrado a dedo por Chinaglia
y sin la orientación de Clive Toye,
el máximo goleador del Cosmos comenzó a dar las órdenes.
Cuando Giorgio dijo, "Puedo juntar a este equipo mejor que vosotros",
todo el mundo dijo OK, porque no sabían qué hacer.
Giorgio gobernaba al Cosmos en la sombra.
era el hombre tras la cortina.
En 1979, el equipo batió su propio récord en la liga
de 24 victorias y 6 derrotas.
De nuevo se verían al borde de la eliminación
en las finales de conferencia, esta vez por el sorprendente Vancouver.
Igual que un año antes, todo se decidiría en un "shoot-out".
El Cosmos tenía una última oportunidad para empatar el "shoot-out".
"Morais" tira... ¡Está dentro! ¡Está dentro!
Pero demasiado tarde. El gol no vale. Pasaron los cinco segundos.
¡El reinado del Cosmos se acaba!
El tiempo pasó para el Cosmos.
Muy pocos sabía que el reloj también pasaba en la liga.
Tras sólo un año, la ABC había visto demasiado.
Hicimos todo lo posible para que funcionara.
Y desafortunadamente teníamos un índice de audiencia del 2,7 en 1979,
y aproximadamente eso era de media en 2 millones de hogares americanos.
La televisión no fue bien manejada por la ABC
y tampoco por la propia liga.
Nadie quería verlo por TV. Absolutamente nadie.
Recuerdo un partido muy importante,
televisado en todo el país a las 12:00 a mediados de Julio,
y se preguntaban por qué no había audiencia.
Huelga decir que fracasó.
El fútbol fracasó.
La audiencia de la Liga tocaría cima en 1980.
Nueva York ganaría su tercer título en cuatro años.
Pero sin un contrato de televisión,
el sueño del fútbol como deporte nacional se esfumó.
Llegó 1980 y Chinaglia empezó a mezclarse con varios asuntos.
Yo no quise lidiar con eso.
Dimití.
Al final Giorgio se convirtió en el presidente del New York Cosmos.
No nos fue fiel. No fue fiel al juego.
Fue fiel a si mismo.
El que seas carpintero no significa que seas arquitecto también.
Giorgio fue casi responsable él solo de la muerte del Cosmos.
He didn't run it to the ground. It was running to the ground before that.
Oí que Giorgio comenzó a pagar altos salarios a sus amigos.
Y escuché que corrió con las derrotas del equipo con millones de dólares.
Muchos millones.
¿A qué te refieres con millones? No, no lo creo.
¿No te crees que Giorgio Chinaglia arruinara al Cosmos?
Puedo decir, cuando estuve allí desde 1970 a 1981,
Giorgio Chinaglia no arruinó nada.
Esa también fue la razón por la que se libraron de nosotros.
Quizás me despidieron y ni lo sabía. Espera un momento, quizás...
¿Quedó probado por todos cada una de sus absurdas citas?
No le gustaba el Cosmos. Lo sé porque... es una razón muy simple.
Porque Steve amaba el Cosmos y se involucró.
Creía que estaba distrayendo a Steve en los asuntos importantes de la compañía.
Esto va a impactarte y quizás también al público.
Probablemente yo estaba más próximo a Steve de lo que estaba Giorgio.
No estoy seguro de Peppe. ¿Ese era su nombre? ¿Pinton?
Incluso más que Peppe Pinton.
Peppe Pinton se convertiría en vicepresidente.
El Cosmos ganó su quinta "Soccer Bowl" en 1982
cuando la liga comenzó a desmoronarse.
Siempre que andabas por las oficinas de la NASL,
te encontrbas a este tipo con la cabeza en su mano y diciendo,
"¿Alguien quiere comprar Seattle? ¿Alguien quiere comprar LA?"
El Cosmos fue lo mejor que le pasó a la liga.
Pero del mismo modo también fue lo peor,
porque asustaron a otros propietarios con los costes al alza en las operaciones.
Ellos sólo querían ganar.
No hay nada malo en eso, pero las secuelas fueron devastadoras.
Cosmos. Buenas tardes.
Pero los presupuestos inflados del Cosmos sólo eran parte de la ecuación.
Ahora es el turno de Pacman para que se lo coman.
Atari, que una vez fue el negocio de mayor crecimiento en la historia de América,
se vino abajo con Warner Communications,
casi mutilando el imperio de Ross.
Para los inversores de Warner, ¡zonk!
Un one-day paper perdió alrededor de 1 billón de dólares.
Steve Ross había dejado millones para hacer el equipo de sus sueños.
Pero al final lo dejó con un tsunami de tinta roja que no pudo ignorar,
especialmente cuando otras partes de Warner se desangraban.
Cuando llegan los malos tiempos, hay que apretarse el cinturón.
Steve Ross aprovecharía una última oportunidad inesperada
para darle al fútbol un punto de apoyo permanente en América.
El Mundial de 1986 se le había encargado a Colombia.
Y en 1982, había el rumor de que Colombia se iba a retirar
y que otros países tendráin la ocasión de organizarlo.
Steve Ross, no se lo creía... Era como un niño.
Le excitaba mucho el poder traer el Mundial a los EE.UU.
Diseñó un plan.
Llamaría a todos sus contactos en el fútbol para ganar la puja.
Steve Ross trabajaba por todos lados en nuestro nombre.
Era un fanático.
Y cuando llegamos allí, Steve vino para hacer la presentación.
En mayo de 1983, FIFA, el organismo que manda en el fútbol,
entregó el Mundial del 86 a México.
¿Por qué otra vez a México, y no a los EE.UU.?
No paraba de decir, la FIFA ha destuído el mayor mercado del mundo por entonces.
Y entonces Steve Ross, lo recuerdo como si fuera hoy, dijo, "Se acabó".
En 1984, el equipo se disolvió.
La liga se disolvió en meses.
Empezó como un circo, se convirtió en un circo "Tres Estrellas".
Se convirtió en un circo "Diez Estrellas", luego la carpa se derrumbó.
En efecto, el fútbol profesional dominante está muerto.
Al final, todos se bajaron del barco por una u otra razón.
La liga quebró.
Vendimos algunos jugadores, otros se retiraron, otros no volvieron a jugar.
Así que me dejaron solo para manejar el barco.
Y me hundí con el.
Porque me hundí con el, todavía estoy allí, bajo el agua.
En serio. ¿Qué barco? ¿Hay algún barco ahora que navegue en nombre del Cosmos?
- ¿El barco del Cosmos? ¿Qué es eso? - Peppe Pinton nunca fue un gran jugador.
Quizás habría sido un gran jugador en la pizzería,
pero nunca con el Cosmos, créeme.
Se hizo con un nombre, porque trabajó para el Cosmos.
Trbajó para Warner, lo que fue bueno.
Se lo merecía. Lo deseaba. Que Dios lo bendiga y lo tenga.
¿Has visto al Cosmos jugar ultimamente? No, yo tampoco.
Peppe lo maneja... Lo que decimos es, seamos claros:
Peppe maneja el Cosmos. El Cosmos no es nada hoy en día.
Así que Peppe no maneja nada.
Él, como muchos otros, pensaron que ellos eran el Cosmos.
El Cosmos pertenece a todo el mundo, los jugadores, los ejecutivos,
los managers, ya sabes, los aficionados.
Eso es lo que lo hace tan maravilloso.
El legado del Cosmos es que plantaron las semillas
para cada jugador que juega en este país hoy en día.
Hay una fotografía maravillosa que me encontré.
Cuando Franz llegó al JFK, llamamos a un equipo local juvenil y dijimos,
"¿Podemos tener unos chicos con una pancarta para dar la bienvenida a Franz a NY?"
Años después miré la fotografía otra vez
y me di cuenta de que el chico en el medio mirando a Franz Beckenbauer
de hecho era Mike Windischmann, que fue capitán en el equipo de EE.UU.
en el Mundial del 90 en Italia.
Ese equipo nacional fue el primero en clasificarse para la fase final de un Mundial
desde que Joe Gaetjens tumbó a Inglaterra en el Mundial de 1950.
Quiero decir, hubo esa clara transferencia de excitación
desde los tiempos de Pelé hasta los jóvenes jugadores que llegaron después.
Miras al fútbol global de hoy,
y el Cosmos estaba adelantado 20 años a su tiempo.
Un equipo como el Cosmos hoy en día,con su talento, valdría un billón de dólares.
Hablo del Real Madrid y Man United. Por aquel entonces, el Cosmos era igual.
Si sigues hablando de eso, puede que me eche a llorar.
Hay preciosos recuerdos de aquellos tiempos.
El Cosmos fue algo
que nadie había visto antes.
La gente lloraba cuando cruzaban los accesos para ver al Cosmos.
Incluso los americanos.
Si no fuera por el Cosmos, si no fuera por la devoción
de Steve Ross y Ahmet y Nesuhi Ertegun,
de verdad creo que el fútbol no estaría hoy donde está.
La fase final de un Mundial llegó por fin a los EE.UU. en 1994, al Giants Stadium.
Pero Steve Ross no vivió lo suficiente para verlo.
Era ambicioso traer a los mejores jugadores del mundo
y hacer el juego más atractivo y reconocer el juego.
Cuando llegué en el 77 y cogías el coche y conducías a las afueras,
a Long Island o a Nueva Jersey, nadie jugaba.
Ahora si vas allí, ves las porterías de los campos de fútbol.
Creo que eso tiene un nombre, y ese nombre es Cosmos.
Tras el éxito del Mundial de 1994, una nueva liga, la MLS se formó en 1996.
Esa liga continúa con fuerza hoy en día.
Hoy hay unos 18 millones de niños registrados en la Organización de Fútbol Juvenil Americano.
y actualmente ocupa el 8º puesto en el ranking de la FIFA. 1:30:55.209,1193:02:47.295 El equipo nacional de los EE.UU. se ha clasificado para todos los Mundiales desde 1990