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La mayoría de nosotros ha jugado a las atrapadas cuando éramos niños.
Era un juego fácil de aprender:
identifica tu objetivo, corre alrededor, lo tocas
y escapas.
Bastante simple si estas en la Tierra.
Ahora, ¿cómo jugarías este juego en el espacio,
con poca gravedad y con un asteroide?
Eso es en parte la realidad acerca de la misión OSIRIS-REx;
una nave espacial de la NASA que estudiará el asteroide Bennu el 2018.
Ya que los escombros sobrantes del proceso formativo del sistema solar
comenzó hace 4 mil millones de años,
los asteroides pueden enseñarnos bastante
acerca de la historia del Sol y los planetas.
Esto es porque OSIRIS-REx planea recolectar
una muestra de Bennu para que lo analicemos.
Y para hacer eso, jugará una más sofisticada versión de las atrapadas,
con un instrumento a bordo llamado
Mecanismo de Adquisición de Muestras Touch-and-Go,
o TAGSAM.
El sistema TAGSAM consiste en un brazo robótico
con un cabezal de muestras unido a él.
Piensa esto como el brazo y la mano de la nave espacial.
Pero a diferencia del juego que jugamos de niños, donde la velocidad era el objetivo,
la nave necesita acercarse a Bennu cuidadosamente para evitar daños;
moviéndose a alrededor de 10 centímetros por segundo,
más lento de lo que camina una persona.
Cuando TAGSAM toque la superficie de Bennu,
soltará un estallido de gas nitrógeno,
ocasionando que se desprendan rocas y suelo para ser levantado
y dirigido a un recolector en el cabezal de muestras.
El proceso entero tomará alrededor de cinco segundos.
Hay suficiente nitrógeno a bordo para permitir
hasta tres intentos de toma de muestras, si es necesario,
pero con suerte, lo lograremos a la primera vez
Como un apoyo, almohadillas especiales de contacto
en el fondo del cabezal de muestras
han sido diseñadas para atrapar granos finos, material en polvo,
de hasta unos milímetros de tamaño.
Luego de que la nave mida la masa de la muestra,
el cabezal del TAGSAM será guardado
en una Cápsula de Retorno de Muestras para el viaje a casa.
Justo antes de alcanzar nuestro planeta,
OSIRIS-Rex soltará la cápsula para que sea recogida en la Tierra,
donde los científicos serán capaces de estudiar la muestra del Bennu
durante las décadas que vienen.
El actual TAGSAM fue escogido, en parte,
para evitar algunas de las dificultades
que se presentarían durante el aterrizaje en el asteroide.
Ya que la fuerza gravitacional en la superficie de Bennu
es solo una fracción de lo que experimentamos en la Tierra,
un astronauta intentando cavar con una pala podría acabar
lanzándose hacia el espacio.
OSIRIS-Rex podría tener el mismo desafío.
Anclar la nave por completo al Bennu podría no ser más fácil,
y agregaría complejidad tecnológica al diseño al OSIRIS-REx.
Además, la superficie del asteroide está caliente,
y una exposición prolongada ocasionaría que los instrumentos en la nave se sobrecalienten.
Por ello, jugar a las atrapadas con el Bennu es, en realidad, una de las maneras más simples
y seguras para tomar muestras.
Esto no es un juego de niños,
pero cuando los científicos consideraron sus opciones, dijeron,
"TAGSAM … tu la llevas."