Tip:
Highlight text to annotate it
X
- Hola Fabrizio. - Hola.
Estoy a tiempo también este año. No sé por qué, para qué es eso.
¿De verdad?
- Estoy fuera de la escuela desde ayer. - Vacaciones.
- Bien, vámonos. - Bien.
Tenía miedo de que te olvidaras de nuestra cita.
Ya es un año desde que nos vimos.
Estaba esperando para esto,
no quiero desperdiciar ni un solo día de vacaciones.
¿Por qué no me hablas?
¡Mira! Todavía funciona.
¡Deja esa cosa, no tiene sentido!
¡Vamos!
Era muy excitante encontrarme con Fabrizio de nuevo.
Mi corazón comenzaba a latir.
Tenía un sentimiento extraño cuando él me miraba.
Estaba confundida, porque él era muy diferente ahora.
No podía ver nada en sus ojos oscuros.
A veces él era como un ave de rapiña,
otras veces como un cordero.
Nunca entendí qué era lo que realmente estaba pensando.
Pero me hizo feliz encontrármelo de nuevo en nuestro bosque.
Todos los años, cuando terminan las vacaciones...
...escondemos nuestras cosas cerca de una pared,
bajo un andamio de madera.
En el pasado este lugar se inundó, pero no por mucho tiempo.
Fabrizio me dijo que el rio que había simplemente desapareció.
Las piedras se pusieron blancas,
el musgo había crecido sobre la madera.
Yo estaba contenta de encontrar
las cosas que habíamos dejado ahí.
Incluso Fabrizio sonreía, como lo hacía antes.
Él me miró, yo estaba un poco asustada.
Sus ojos estaban llenos de ternura y seriedad.
A veces pienso que él sabía todo sobre mí.
Que podía leer mi mente.
Él sabía todo acerca de mí.
Era un sentimiento extraño.
Un sentimiento un poco loco.
De repente pensé acerca de ser adulta. Un buen sentimiento.
Pero no supe por qué.
¿Dónde está Iro?
No lo sé. Pero él regresará.
¡No te muevas! ¡Detente!
Cuando Fabrizio me deja yo me asusto.
Mejor me siento a esperar.
¿Por qué me deja sola?
Yo no era como los de su familia
cuando estaba con él en el bosque.
Él conoce el bosque, los sonidos, los animales, los caminos...
Él me decía que había una magia en el silencio del bosque.
El bosque es su casa, pero yo me sentía sola.
Todo el tiempo tenía miedo
de que me lastimara algún animal salvaje.
¡Cállate tonta! Asustas y alejas a los animales.
Ya te dije: ¡no te muevas!
¡Vamos! Intenta atraparme.
¿Fabrizio, dónde estás?
¡Regresa!
¡Te contaré sobre mi sueño si regresas!
¡Por favor regresa!
¡Sé que estás aquí, Fabrizio! ¡Esto no es gracioso!
¿Sabes lo que soñé?
Que estaba en un pequeño bote en el río.
Primero estaba sola, de pronto tú estabas sentado en el bote.
Estabas sentado a un lado de mí.
Yo me extendí y me quedé dormida.
Yo me dormí, tú te acercaste a mí y comenzó a nevar.
Pero la nieve no era blanca, era negra. El cielo entero era ***.
El sol, las nubes... todo se había hecho ***.
Mucho hielo me caía encima.
El hielo estaba por todas partes...
El bote intentaba salir del hielo,
pero no teníamos ninguna oportunidad.
Era terrible. Cada vez más hielo. Yo estaba muy asustada.
Yo grité y en ese momento me desperté.
Qué montaña tan alta. Mañana la subiremos.
El sueño de Fabrizio era subir esa montaña azul.
Parecía que él se había puesto como meta subir la montaña.
Subir a la cima para poder mirar los rios, los campos y los árboles.
Al siguiente día comenzamos a subir la montaña azul.
A nuestro alrededor los árboles
y las plantas se volvieron más extrañas.
Pero Fabrizio no quiso darse por vencido.
Él me ordenaba que debíamos seguir.
Un tiempo después llegamos a un lugar desconocido.
- ¿Qué es esto? - Tenemos que verlo.
¡Esto es fantástico!
Un pueblo mágico que envolvió la oscuridad del bosque.
Torres altas rodeadas por árboles oscuros.
El pueblo se alineó con cizañas y árboles.
Un pueblo real, con lugares, escalones y calles.
Las calles y paredes se alinearon con muchas plantas.
Parecía como si hubiéramos encontrado un lugar prohibido...
...y alguien se presentaría y nos castigaría por entrar en su lugar.
Debemos seguir. Quédate detrás de mí.
¡Fabrizio, no entres ahí!
- ¡Podría ser peligroso! - ¡Nada!
¡No, Fabrizio!
Por favor, no lo hagas. Está muy oscuro dentro. Salgamos de aquí.
Regresaremos.
Esta torre es nuestro secreto.
Míralo, ya no puede volar.
Pienso que él se cayó del nido.
¿No te gusta?
Quizá podrías ayudarlo.
Quédate quieta, guarda silencio.
No seas tonta, quédate quieta.
¿Podrías reparar la jaula?
¿Por qué debo hacerlo? Es tu turno.
Por esos días, Fabrizio estaba muy agresivo. Eso no me gustaba.
Él me hirió cuando me dijo que era infantil y aburrida.
No lo entendía.
Parecía que él se divertía hiriéndome.
A menudo se escondía detras de los árboles
solamente para asustarme.
¡Fabrizio, detén este juego!
¡Espérame!
- ¡Laura! - ¡Fabrizio!
¡Ven, abrázame!
¡Te tengo, yo gano!
¡Eres malo!
- ¡Eres mi presa, eres mi prisionera! - ¡No!
¡Nadie puede ayudarte!
¡Estás loco!
¡No te resistas!
- ¡Eres mi prisionera! - ¡No!
¡No tiene sentido que te resistas!
¡Grita si quieres!
¡Nadie va a escucharte!
¡Déjame ir, Fabrizio!
¡Estás loco! ¿Qué quieres hacer conmigo?
¿Ya no me amas?
¡Detente! Soy más fuerte que tú.
¡No! ¿Por qué me ataste? ¡No!
¡Ayúdame! ¡Es una serpiente!
¿Por qué siempre tienes que herirme?
¡Está anocheciendo, mis padres me castigarán!
¡Siempre tus padres! No podemos jugar de esta manera.
Cuando anochece, dejas de jugar y empiezas a llorar por tu mamá.
¡Por favor, entiéndeme! ¡Ellos me están esperando, llévame a casa!
¡No quiero llevarte a tu casa! ¡Toma al perro!
¿El perro? ¡Le tengo miedo al perro!
¡Fabrizio, no me dejes sola!
¡Me da miedo cuando oscurece en el bosque!
¿Cómo puedes ser tan malo?
- Por favor ven conmigo. - ¡No!
¡Maldita sea! ¡Aléjate de mí!
Eres malo. ¿Por qué me estás haciendo esto?
¡Atrápala!
¡Es peligroso el bosque!
¡Me quedaré aquí para siempre! ¡Nunca iré a casa!
¿Por qué ya no hablas conmigo?
Todo es tu culpa.
¡No me sigas!
¿Por qué no me entiendes?
Me dicen que tengo que regresar a casa de noche.
¡Eres un idiota! ¡Te odio!
- ¡Laura, Laura, ayúdame! - ¿Qué pasa?
¡Laura... Laura, ayúdame! ¡Laura!
¡Laura! ¡Estoy herido!
Fabrizio, ¿dónde estás?
¡Laura, ayúdame!
¡Ya voy!
¡Apúrate! ¡Estoy aquí!
¡No puedo encontrarte!
¡Ven rápido!
¡Suicidio! ¡Terrible!
¡Pendejo! ¡Tú lo hiciste!
¡Tú lo mataste! ¡Te odio!
Es imposible jugar contigo. Ya lo sabía.
¿Escuchaste el trueno?
¿Que estás esperando?
- ¡Vamos! ¿Quieres que te lleve? - ¡Déjame ir!
¡Vamos, o nos vamos a mojar!
- ¿Adónde quieres ir? - ¡Cállate!
- Esto es muy extraño. - Sí, como un palacio de hielo.
Nunca había visto algo como esto.
Vamos Laura. Quizás encontremos una salida.
- ¡Tengo miedo, Fabrizio! - Cálmate.
- ¿Qué le pasó a la luz? - No lo sé, quizá la batería.
¿Qué vamos a hacer?
- Espera. Voy a buscar una salida. - ¡No!
¡Cálmate!
¡No! ¡Por favor, espera! ¡Quiero irme a casa!
Si hay una salida la voy a encontrar.
Tengo miedo sólo cuando no estás conmigo.
¿Hay alguna salida?
Nosotros debemos, tenemos que encontrar alguna salida.
Créeme, todo va a salir bien.
Tú siempre me has creído.
Hace frío.
¿Qué estás haciendo? ¡Deténte!
Abrázame y generaremos calor.
No tengas miedo. No te voy a lastimar.
Sólo quiero ver tu cuerpo.
Déjame tomarte en mis brazos.
Por favor, ten cuidado.
Créeme, voy a ser muy delicado.
Se siente calor. Pero no es de vergüenza.
Por favor, tócame. Hazlo.
No, me está doliendo.
Oh, por favor, estoy siendo delicado.
Esto será algo maravilloso para los dos.
Fabrizio, ¿estás allí?
- ¡Oh, qué cinturón tan encantador! - ¡Agárralo!
¡No seas así! ¡Dámelo!
¡Por favor, baja, quiero jugar contigo!
¡Vamos, toma el cinturón si lo quieres!
Escucha esta historia, Laura: había una vez un rey...
...al que le gustaba subir a los árboles. Él lo disfrutaba.
Un rey muy extraño.
No. El rey solamente se aburría de su pueblo.
Él decidió construir uno nuevo en el bosque.
Él quiso vivir allí como el único, como yo.
Bien, pero yo quiero ser tu reina.
Pero tienes que estar a mi lado día y noche.
Eso es imposible. Tengo que ir a casa cuando anochece.
Me gustaría quedarme aquí todo el tiempo, pero no puedo.
No vayas a casa. Nos quedaremos juntos para siempre.
Estás loco.
Okay, olvídalo.
Fabrizio se quedó solo en el bosque y yo regresé a casa.
Estaba en la cama, pero no podía dormir.
Yo tenía un mal presentimiento sobre todas estas cosas.
Parecía que Fabrizio estaba esperando algo que no sabía él mismo.
Algo obscuro y misterioso.
Despues de que descubrió el pueblo ya no quiso hablar de eso.
Él quiso ser el rey de ese pueblo, el único.
Él no quería compartir su bosque y su pueblo.
Era un tonto. Me hubiera gustado saber más sobre sus secretos.
Esa chica quiere ser la reina en este pueblo.
¿Puedes escucharme? ¡Reina!
¿Es un chiste?
Tú nunca vas a ser una reina,
porque tienes que regresar a casa. ¡Nunca!
¡No, este no es tu pueblo y nunca será tuyo!
Nunca serás la reina de este pueblo, ¿entendido?
- Fabrizio, escúchame. - No.
Pero es importante para mí.
Tú sabes que disfruto quedándome contigo.
A veces quiero huir de ti, pero siempre regreso.
Quisiera quedarme contigo todo el tiempo,
pero de noche es imposible.
Por favor, trata de entenderme.
- ¡Lárgate! ¡Ve a casa! - Pero piensa sobre eso...
Mis padres estarían buscándome. Eso sería el final.
Ellos no me permitirían entrar al bosque de nuevo.
- Pero yo no quiero que acabe. - ¡Oh, qué estúpida eres!
Fabrizio, ¿quieres acabar con nuestra amistad?
¡Espérame!
¡Vamos a hablar!
¡Escúchame!
Hagámoslo una vez más, como cuando estuvimos en la cueva.
No lo hemos hecho desde entonces. ¿No lo disfrutaste?
Pense que nos amaríamos. Quiero volver a hacerlo.
Una y otra vez.
Por favor, no te enojes. Haré algo para ti.
Pero por la noche tengo que ir a casa.
Haré algo para ti.
Fabrizio, yo daría mi vida por ti.
¡Muestrame tus tetas! ¡Venga!
¡Quiero mamártelas, como un bebé!
Quiero hacértelo, encima de ti.
No, no. No me gusta.
¿Por qué no hablaste conmigo antes?
Tú no sabes qué es lo que quiero.
¡Me estoy cansando de ti! ¿Me escuchas?
- ¡Ya te dije que me dejaras solo! - Deja de hablar así.
¿Por qué no eres gentil?
¿Sabes quién vive en esa casa?
No, nunca había visto esta casa antes.
Vive una chica en la casa.
Hola, ¿quieres jugar con nosotros?
¡No!
¿Qué te pasa? ¿Por qué no quieres hablar conmigo?
¡Cállate! No entiendes nada.
- Si estás triste, yo también lo estoy. - Cállate tonta.
En la noche, cuando todas las personas están dormidas,
yo te estoy cuidando.
¡Piérdete!
Quizás es tu estupidez lo que me vuelve loco.
¡No me sigas! ¡Lárgate!
¿Te asustaste?
Nunca te lastimaría, tú sabes eso.
¡Largo, bestia!
¡Asustando niñas chiquitas! ¡Deberías avergonzarte!
¿Te sientes mejor ahora? No tengas miedo.
No hay ninguna razón para llorar, pequeña.
¡Asusté a Iro para alejarlo de ti! ¡Iro es mi mejor amigo!
¡Sólo a tu miedo permanente!
¡Por eso te odio! ¡Te odio!
Quizá te perdone. Pero con una condición.
Debes traerme a la chica rubia.
- ¡Aquí estoy! - ¡Bienvenida a mi Imperio!
Eres un tonto.
Mi nombre es Sylvia.
Tu nombre es Fabrizio, 'Rey Fabrizio'.
¡Buen tiro!
¡Hey, el pájaro se escapa! ¡Tírale!
Está atado.
¡Dispara!
Están totalmente locos, locos y brutos.
¡Muere, pequeño pájaro!
¡Fabrizio y Sylvia!
¡Fabrizio, por favor detente!
¿Pueden oírla llorar?
¡Fabrizio, déjame ir!
Okay, si me lo ruegas lo haré.
Vamos, ponte la máscara.
Fabrizio, ella no quiere jugar con nosotros.
¡Mueve el culo, nosotros queremos jugar!
- ¡No volveré a jugar contigo! - ¡No digas eso!
Nos divertíamos todo el tiempo, ¿no lo crees?
Era sólo una broma.
¡Deja de llorar! ¡Odio cuando haces eso!
¡Mírame! ¡Estoy herida!
¿Estás loca? ¿Por qué lo hiciste?
¡No seas infantil! Sólo es un rasguño.
¿Qué pasa con tu valor?
Está bien. Ya no me duele.
Ella no está herida, solamente lo hizo para hacerme sentir mal.
¡Eres mala!
Fabrizio, tuve un sueño. Estaba sentada en un barco en el rio...
...no sé qué pasó...
...estaba dormida, Fabrizio. Pero sentí todas esas cosas...
De pronto comenzó a nevar... no sé por qué.
El bote no conseguía salir del hielo...
el hielo estaba por todas partes...
...me duermo y está nevando...
pero veo todo lo que está pasando...
Me duermo... me duermo... como una princesa.
¿Puedo preguntarte, Fabrizio,
qué es lo que realmente pasa en mi sueño?
Lo que tienes es un dolor en el cuello.
Atémosla y alimentemos con ella a las hormigas rojas.
No, mejor estrangulémosla con un pañuelo.
Por favor, déjenme ir...
No puedo resistirlo.
Si quieres ser libre, tendrás que hacer algo.
Nosotros deseamos perdonarte.
Yo la mataría. Ella me pone nerviosa.
No, no es el momento.
Pensé algo mejor que matarla.
No, si la matamos ya no tendríamos a quién molestar.
Pensemos algo que la haga sentirse avergonzada.
Ella debe quitarse los calzones y mostrarnos cómo orina.
Una vez la vi en la cascada.
Ella creía que nadie la estaba viendo.
Vamos Laura. Muéstranos cómo orinas.
Hazlo, como en la cascada.
Nosotros nos escondemos y te miramos.
¡Vamos! ¡Tu última oportunidad de ser libre!
¡Nadie te ayudará! ¡Hazlo o te mataremos!
¡Levántate, de prisa! ¡Quiero verte!
¡Esta es tu última oportunidad, muévete!
Pero me da vergüenza.
- No puedo hacerlo. - Vamos.
Te estamos amenazando de muerte,
deberías ya tener mojados los calzones.
¿No nos crees? Te vamos a matar.
¡Está lloviendo! Fabrizio puede ser mejor.
Nuestra sirvienta fue desterrada pero no se quería ir.
Ella nos pidió quedarse.
La perdonaremos.
Pero nuestra sirvienta tiene que obedecer nuestras órdenes.
¡Vamos! ¡Dale el símbolo del poder a la reina!
¿Puedo peinarte?
Luces maravillosa.
Estás fuera.
Es tu turno. Estoy seguro que nunca nos encontrarás.
- ¡Okay, pero no se vayan lejos! - ¡Comienzo a contar!
1, 2, 3, 4, 5... ¡10! ¡Voy a encontrarlos!
¿Dónde están? ¡Fabrizio! ¡Sylvia!
¡Ustedes ganan, estoy cansada de buscar!
¡No es gracioso!
Bien hecho. Nos encontraste.
Dime: no sabía que te gustaba que él te besara.
Tienes que admitirlo. Tu castigo será mirarnos.
Tienes que seguir nuestras órdenes.
Ella nos pidió quedarse. Nosotros la perdonamos.
¡Ahora míranos!
¡Debes estar avergonzada de sentir miedo!
¡Mira este abismo! Simplemente imagina, ¿te gustaría caerte?
Ya tengo miedo por mirarlo.
Ven conmigo.
Laura, cantanos una canción.
Había una vez en un pueblo mágico una maravillosa chica,
- pero el rey no la amaba... - ¡Cállate!
- ¡Vamos a matarla! - ¿Por qué?
- Ya no me gusta. - Okey.
¡Dejémosla caer!
¡No trates de escapar, no tienes oportunidad!
¡Eres tonta! ¡Sácame las manos!
Nos juraste obedecer mis órdenes.
¡Deténte! ¡Me estás lastimando!
No, no lo hago. Estás mintiendo.
- ¡Levántate! - No... No...
- Vamos. - ¿Qué he hecho?
- No obedeces nuestras órdenes. - ¡Déjenme ir!
¿Cuánto tiempo le tomará morirse?
¡Será una larga caída, muy larga!
Escucha Laura. Esta es una ejecución legal. Serás juzgada.
Por las leyes de mi reino... y ahora... ejecución.
Prepárate para el abismo profundo.
Yo diría 50 metros.
Te pegarás contra las rocas y morirás. Así es esto.
Yo contaré.
- ¡Vamos, empecemos! - ¡No me gusta este juego!
No es divertido, espero que no te guste.
¡No!
- 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9... - ¿Qué estás esperando?
¡Atención! Está delante del abismo.
Y ahora... caes.
¿Cómo se siente estar en el cielo?
- Adiós Sylvia. - Adiós.
- ¡Nos vemos! - ¡Nos vemos!
¿Qué te pasa? ¡Es tarde! ¡Vete a casa!
Sylvia ya se va a su casa.
¿Quieres que me quede?
¿Por qué? Me gusta estar solo.
Okay, como quieras.
Dime, ¿por qué duermes en el bosque?
Porque me gusta. Me siento bien aquí.
A mí no me gusta tanto.
Prefiero mi cama calentita y mi ducha.
¿Ducha? Yo me baño en el mar.
Eres extraño. Nunca he conocido a nadie como tú.
Un día notamos el principio del otoño.
El bosque y las plantas cambiaron de color. El cielo se oscureció.
Pronto terminaría.
El día de la salida estaba cercano.
Y ahora que el verano había terminado,
Fabrizio se puso más ladino.
Se parecía a mí, estaba sufriendo. Ya no era gracioso.
Incluso cuando estábamos a su lado, él parecía estar solo.
Pronto las vacaciones terminarán.
Hemos pasado buenos tiempos.
¿Qué te pasa?
¡Siente el viento! Es una señal del otoño.
No me dejes solo. Quédate conmigo aquí en el bosque.
No seas tonto Fabrizio.
En serio. Quédate aquí a mi lado.
Okay, ya lo había pensado.
Tomaré una decisión. Quizá esta noche, quizá mañana.
¿Qué sobre tu decisión?
¿Cuál es tu respuesta?
Todavía no lo sé. ¡Adiós!
- Tengo que ir por este camino. ¡Adiós! - ¡Adiós!
Saldremos mañana. Tenemos que estar en casa el domingo.
Mierda. Tengo que ir a la escuela. Pasamos un buen rato.
Hoy es el último día de las vacaciones.
Hasta hoy no hemos llegado a la cima de la montaña azul.
¡Podríamos hacerlo ahora!
¡Vamos! ¡De prisa!
Mira las nubes en la montaña. Es difícil llegar ahí.
Demonios. Eso significa tormenta.
La montaña está demasiado alta.
Vamos al pueblo mágico.
¡De prisa! ¡Lloverán gatos y perros!
¡Espera! ¡Estoy cansada! ¡Detente!
¡Para de hablar! Viene la tormenta.
¡Apúrate! ¡Adentro!
- Parece un laberinto. - Sí, es el imperio subterráneo.
No quiero seguir. Es demasiado oscuro.
Estoy cansada, es tarde y quiero irme a casa.
No lo hagan. Quiero ir a casa.
¡Imposible! Está oscuro afuera.
No encontraremos el camino a casa.
Tenemos que quedarnos aquí.
¡Maldita sea! ¡Quiero ir a casa!
¡Estamos perdidos! ¡No podremos regresar a casa!
Si buscamos por el camino podremos encontrar una salida.
¡No, pasaremos la noche en la cueva!
¡No, no me hagas esto Fabrizio!
¡Mis padres me buscarán! Nos meteremos en un problema grande.
No podemos salir de ninguna manera.
Deja de llorar y cálmate, Sylvia.
Fabrizio, salgamos de aquí. Sólo es una broma, ¿verdad?
Yo puedo hacer algo por ti. Dime, ¿dónde está la salida?
Sylvia estaba buscando desesperadamente la manera de salir.
Estaba tropezando y llorando.
No dejaba de llorar.
Su arrogancia se había ido.
Era solamente una pequeña niña asustada en una cueva.
Una niña pequeña llorando por su madre.
Ella se desplomó en mis brazos y lloró.
No me podía mover. Estaba demasiado desconcertada.
La tomé en mis brazos y le acaricié el pelo,
pero no le dije que Fabrizio conocía la salida.
De hecho yo podía encontrar la salida fácilmente.
Después de un rato nos sentamos en silencio.
Silencio. Mucho más terrible que cualquier ruido.
Me gustaría llorar, pero no puedo.
Fabrizo y Sylvia solamente tenían sus sombras en la pared.
No noté nada a mi alrededor.
Me sentí cansada, muy cansada.
Sólo quería dormir.
En mi imaginación sólo veía los árboles verdes
después de despertar.
Nunca me había sentido tan cansada como ahora.
Este laberinto que me asustaba debió ser algo muy hermoso.
Ahora Sylvia se mostró tal cual.
Debe ser muy temprano por la mañana. Vámonos.
Fabrizio, sácame de aquí.
Tengo mucho miedo. Si me amas, muéstrame la salida.
No, Sylvia. No quiero perderte.
- Nos quedaremos juntos por siempre. - No... No...
¡Quítame tus manos! ¡Aléjate de mí! ¡Quiero estar en casa!
Estoy muerta del susto. Me estoy volviendo loca.
Fabrizio, quiero salir de aquí...
¡Sylvia! ¡Espera! ¿Adónde vas?
¡No podrás encontrar la salida!
Sólo yo conozco el camino de regreso.
- ¡Sylvia! - ¡Quiero salir de aquí!
- ¡Por favor, espera! - ¡Déjame salir! ¡Ayúdenme!
- ¡Quiero estar con mi mamá! - ¡Cálmate Sylvia!
- Quédate conmigo. - ¡No!
¿Por qué quieres dejarme solo?
¡No quiero perderte!
¡Quítame las manos de encima! ¡Quiero salir!
Estoy muerta del susto. Me estoy volviendo loca.
Fabrizio, ¿qué has hecho?
La manera de salir es muy fácil.
La encontramos antes, ¿recuerdas?
Toma la linterna. ¡Por favor, vete!
¿Qué va a pasar contigo? ¿Qué vas a hacer?
Aquí me voy a quedar.
¡No, no puedo dejarte solo!
Por favor, ven conmigo. Haré lo que quieras.
Me quedaré a tu lado en el bosque.
No regresaré a casa.
¡Déjame solo!
- Vete y no mires atrás. - ¿Por qué?
¡Por favor, ven conmigo!
¡Fabrizio, vamos a estar juntos!
Se terminó.
Estas dos niñas fueron mi primera aventura ***.
Pasaron los años. Nunca más las he vuelto a ver.
Pero cuando recuerdo, yo diría
que fueron tiempos salvajes, pero felices.