Tip:
Highlight text to annotate it
X
Byron Katie: Alguien había levantado la mano por aquí. Sí.
Mujer: Llevo tiempo arrastrando la historia de mi hija. Lleva mucho tiempo sin hablarme,
Casi ha llegado a convertirse en un mantra: "Mi hija no me habla".
Y no puedo perdonarme por ser alcohólica y las cosas que hice y digo: "Bueno, me merezco que no me hable".
Byron Katie: Oh, cariño. Oh, Dios mío. ¿Te gustaría hacer el Trabajo?
Mujer: ¡Sí!
Byron Katie: Pues vamos a hacerlo.
Mujer: Me encantaría.
Byron Katie: Pues ven conmigo.
Bien, cariño. Lee lo que has escrito.
Mujer: "Estoy dolida con mi hija porque no quiere perdonarme por todo el daño que le he hecho".
Byron Katie: "Tu hija no quiere perdonarte".
¿Es verdad? ¿Puedes saber que es verdad con absoluta certeza?
¿Sobre qué situación? ¿Sobre qué momento has escrito?
Mujer: He escrito sobre el momento, hace unos cinco años, cuando me dijo que le había hecho mucho daño
y dijo que no me quería más en su vida porque no podía soportar más el daño que le hacía.
Y no he visto a mi nieto más pequeño, ha mantenido su palabra. No me quiere en su vida.
Byron Katie: ¿En qué lugar se dio esa situación, cuando te dijo todo eso?
Mujer: Estaba al teléfono.
Byron Katie: Bien. De acuerdo. Pues en ese momento...
"Nunca va a perdonarte". Te lo estás creyendo.
Pues vamos a afrontarlo. "Nunca va a perdonarte."
Mujer: Sí.
Byron Katie: ¿Puedes saber con absoluta certeza que es verdad?: "Nunca va a perdonarte".
Mujer: No.
Byron Katie: ¿Cómo reaccionas, qué pasa al tener ese pensamiento en ese momento?
Mujer: Me encerré en mí misma. Me sentí... asustada.
Byron Katie: Te pones la mano aquí. ¿Dónde empiezan los sentimientos? ¿Cómo reaccionas cuando tienes ese pensamiento?
Es una pregunta tan simple, e incluye tantas cosas: las emociones, los sentimientos. Dónde están.
Mujer: Sí.
Byron Katie: Muchas de las cosas que pensamos, que nos abruman, sirven para liberarlos. Justificarnos y seguir adelante.
Mujer: Sí. Exacto.
Byron Katie: "Ella me hace daño a mí".
Porque esos sentimientos son tan enormes.
Mujer: Sí. Eso es.
Empieza por el pecho y va bajando hasta el estómago.
Siento un como un ardor muy fuerte cuando lo pienso, que "Nunca va a perdonarme".
Es como un muro de contención, como una armadura.
Byron Katie: Y te encierras en ti misma.
Mujer: Y me encierro en mí misma, sí.
Byron Katie: Está al teléfono y tú te encierras en ti misma.
Mujer: Sí.
Byron Katie: No quieres verla.
Mujer: Y me sentía muy culpable porque llevaba razón en todo lo que decía. 0:03:33.000,0:03:39.000, Byron Katie: Y no quieres verla. Ni saber lo que siente, piensa, o experimenta.
No es que no quiera verte más. Es que tú no quieres verla a ella.
Mujer: No quiero verla en ese momento.
Byron Katie: Te encerraste en ti misma.
Mujer: Cierto.
Byron Katie: Está bien que tú lo hagas, pero no que lo haga ella.
Mujer: Sí.
Byron Katie: No quieres verla. Y te está diciendo, "Me dolió".
Mujer: Sí. Ya lo veo.
Byron Katie: "Tu hija no quiere perdonarte. Tu hija nunca va a perdonarte".
En el teléfono, en ese momento, ¿quién serías sin el pensamiento, "Mi hija nunca va a perdonarme"?
Esta es la oportunidad de escuchar lo que decía.
Mujer: Sí.
Byron Katie: De aprender eso. De estar con ella. Sin el pensamiento, "Mi hija nunca va a perdonarme".
¿Cuántos creéis que estáis siguiendo esto realmente? Bien.
Entonces, ¿de dónde viene el dolor?
Mujer: De creerme ese pensamiento.
Byron Katie: Sí. Sí.
Por lo tanto, su hija no le hace daño. Está siendo sincera.
Y está diciendo su verdad, que es por lo que quieres estar con ella. Quieres estar con esta hija.
Pero lo que te crees acerca de ella es lo que te hace sufrir en ese momento.
Bien cariño, Pues "Mi hija nunca va a perdonarme". Inviértelo. "Yo..."
Mujer: "Yo nunca voy a perdonarme".
Byron Katie: "Por encerrarme en mí misma".
Mujer: "Por encerrarme en ese momento y no estar con ella".
Byron Katie: Te estaba dando el cien por cien de sí misma.
Mujer: No podía escucharlo entonces.
Byron Katie: No, creerte ese pensamiento te lo impedía. Y no es culpa tuya.
No podemos evitar lo que creemos. Somos inocentes. Totalmente.
Pero hay una forma de cuestionar lo que creemos y romper el hechizo. Es como si estuviéramos hipnotizados. Dormidos.
Mujer: Lo que quiero hacer hoy en realidad es perdonarme a mí misma, de verdad. Dices que soy inocente...
Byron Katie: De encerrarte en ti misma.
Mujer: Perdonarme por encerrarme en mí misma.
Byron Katie: Y no escucharla.
Mujer: Claro.
Byron Katie: Le dices que quieres una relación. Pero no era verdad.
Mujer: Sí, es verdad. Ahora lo veo. Vaya.
Byron Katie: Decías que la querías en tu vida pero no era verdad.
Mujer: Es verdad.
Byron Katie: Y ella no se lo creía.
Mujer: Sí.
Byron Katie: Porque te encerraste.
Mujer: Sí. Ya lo veo.
Byron Katie: No está bien ni mal. Simplemente te creías este pensamiento.
¿Puedes volver a invertirlo? "Nunca voy a..." "Mi hija nunca va a perdonarme"
Mujer: ¿"Nunca voy a perdonar a mi hija por no perdonarme"?
Byron Katie: Sí. "Nunca voy a perdonar a mi hija por decir lo que no quiero oír".
Mujer: Oh. Sí.
Byron Katie: "Creo que voy a castigarla. Me voy a encerrar en mí misma".
Mujer: Sí.
Byron Katie: Quiero decir, tenemos maneras de enseñar a nuestros hijos, ¿no?
Hay otra inversión: "Mi hija nunca me va a perdonar". ¿Se te ocurre otra inversión?
¿Qué es lo contrario de: "Ella nunca va a"?
Mujer: "Mi hija va a perdonarme".
Byron Katie: Sí. Por lo que sabes, ya te ha perdonado.
¿Sabéis lo que me encanta de este Trabajo?
En tu caso, "no puedo compaginar mi alcoholismo con mi hija. No puedo hacerle cambiar de opinión".
"Pero lo que puedo hacer es que puedo..." Lo diré simple y llanamente.
Por ejemplo, llámala y dile: "Hace cinco años fuiste sincera conmigo y yo me encerré en mí misma".
Mujer: Sí.
Byron Katie:.. "Hoy puedo oírte. Tenías razón. Fui incomprensiva. Fui fría. Fue todo culpa mía y lo siento de verdad.
"Y me encantaría empezar de nuevo, hablar de todo lo que me he perdido".
Y la razón por la que digo esto con tanta seguridad es porque lo viví.
Lo viví. Tenía tres hijos. Tenía un montón de preocupaciones de este tipo.
Les invité a que lo hicieran, me creyeron y fue como una procesión que duró dos, tres o más años...
haciéndome ver lo que era verdad.
Y eso te... y era tan precioso, porque vi como reaccionaba al creerme el pensamiento,
eso que empezaba a surgir como... una defensa. Y es entonces cuando tenía que estar atenta.
Cuando piensas, "¿Cómo reacciono cuando tengo ese pensamiento"? Entras en contacto con estos sentimientos justo donde suceden.
Cuando vuelves a notar esas tendencias, te dice en qué lugar se encuentra tu mente.
No lo que piensa. Solo sabes que estás deprimida, es como una campanilla que llega a ser tan... Es lo que usted decía.
Es como una sombra que queda un... Una pieza de una estructura y "Mua!"
Es decir: "Vamos a aprovecharlo. Vamos a liberar ese ego... para que viva fuera de su naturaleza".
Mujer: Sí.
Byron Katie: Sí.
Y si tu hija no quiere volver a empezar ni está dispuesta a vomitarlo, es porque nos están devolviendo el pasado.
¿Todo lo que nos perdimos? Lo tienen ellos. Son bien claros.
Sí. Y necesitaba esas piezas de esa construcción; este constructo.
Me hicieron ver cosas que... Tenía prisa y las piezas las tenían ellos, y mi ex marido también.
Se le daba tan bien hacerme ver lo que me había perdido.
Negación, no lo llaman negación porque sí.
No ves, no lo ves. Pero quien está con nosotros busca a los enemigos.
Pueden verte. Son amigos. Te iluminarán. Para eso están las hijas.
Así que, vamos a ver la siguiente.
Mujer: Gracias. Eso puedo hacerlo. Puedo invertirlo y decírselo.
Byron Katie: Por lo que sabes.
Mujer: Sí, es verdad.
Byron Katie: Debes estar realmente dispuesta, ponte un cubo al lado y dile, "Cariño, espera un momento, ahora mismo estoy contigo..."
"Venga, seguimos". Y...
Es una limpieza, una limpieza mental. Y tu sistema puede sacarlo así. Lo cambia todo. Lo cambia todo.
El cuerpo físico es una cosa.
Pues vamos a ver la segunda.
Vuelve a leer toda la primera.
Mujer: Vale. "Estoy dolida con mi hija porque no quiere perdonarme por todo el daño que le he hecho".
Byron Katie: "Hiciste daño a tu hija". ¿Es verdad?
Mujer: Vaya. Es lo que ella dice, en muchos sentidos, cuando era pequeña.
Byron Katie: Algo que he aprendido y me encantaría compartir con vosotros es que la respuesta a la primera y la segunda pregunta
es un "sí" o un "no".
Así te mantendrás en la situación y en la respuesta. No en las defensas, justificaciones y discusiones.
Hay que insistir hasta tener un "sí" o un "no". Y cualquiera vale, hay que buscarlo.
Mujer: De acuerdo.
Byron Katie: "Hiciste daño a tu hija". ¿Es verdad?
No es fácil, ¿verdad?
Mujer: No tengo ni idea. No puedo saberlo.
Byron Katie: Pues si es un "sí", siguiente pregunta. Si es un "no", sé respetuosa.
Deja que te mate, que te enseñe. Déjalo despertarte. Dale espacio para vivir.
Pero eso solo puede pasar si es un auténtico "no".
Si no lo es, es el "no" que te quieres creer. Todavía no es tuyo.
Mujer: Sí. Así es como estoy.
Byron Katie: Y no puedes engañarte. Decir: "Hago el Trabajo y me vuelvo a engañar".
Eso no es preguntarse. Preguntarse es "preguntar y esperar". 0:14:49.000,0:14:56.000 "Hiciste daño a tu hija". ¿Cómo reaccionas?
En ese momento al teléfono, ¿cómo reaccionas cuando piensas "Hice daño a mi hija"?
Mujer: Me siento culpable. Me siento mal.
Me siento responsable. Me siento como una mierda. Siento que soy la responsable de su dolor.
Y sí, creo que hice daño a mi hija. Eso sería un "sí". El "no" venía del intelecto.
Byron Katie: Sí. Justo. Por eso vale la pena insistir con la pregunta "¿es verdad?"
Puede que al principio te cueste, pero acabarás entendiéndolo. Este Trabajo no falla.
Confía en él. Confía en ti al plantearte estas preguntas.
¿Quién serías en esa llamada sin el pensamiento "Hice daño a mi hija"?
Cuando te dice, "Experimenté esto, y esto, y esto otro. Me dolió. Me hiciste daño, Madre".
¿Quién serías sin el pensamiento, "Hice daño a mi hija"?
Al escuchar a esa hija con la que dices que quieres conectar, mantener una relación.
Mujer: Sería... Abriría mi corazón. Seguramente tendría ese cubo a mano.
Y estaría con ella y la escucharía.
Byron Katie: Y lloraríais juntas, por su vida, por todo lo que ha sufrido. A eso te estaba invitando.
Mujer: Llevas razón. Sí.
Estaba ausente.
Byron Katie: Es como decir "Lo siento. Y ni se te ocurra volver hablar de ello. Para que veas lo mucho que lo siento."
Mujer: Me había montado esta defensa. Traté de escucharla, la idea general.
Byron Katie: Se llama alcoholismo. El alcohólico se va. Lo que queda se llama alcoholismo.
Mujer: Sí. Sí.
Byron Katie: Pues cariño, hagamos la inversión: "Hice daño a mi hija."
Mujer: "Hice daño..." 0:17:35.000,0:17:40.000 Byron Katie: En ese momento, al teléfono.
Mujer: "Hice daño a mi hija".
Byron Katie: Inviértelo.
Mujer: "Me hice daño".
Byron Katie: Sí.
Mujer: Me hice daño al no hacerme este regalo, y era verdad. Todo lo que dijo era verdad. Sentí que todo era verdad.
Byron Katie: Te está ofreciendo un suculento banquete, y te lo perdiste. Pero en mi vida nunca es demasiado tarde.
Si mi hija no viene a mí, alguien más lo hará. Puedo hacerlo allí mismo.
Y eso hace un mundo mejor para mi hija y mis nietos.
Si trabajas con éste, si lo escuchas, harás un mundo mejor para todos; un mundo más adelantado.
Un mundo más amable, más comprensivo.
Mujer: Sí.
Byron Katie: Empezamos donde estamos.
Mujer: Me encanta cuando dices que no es demasiado tarde. Quiero decir...
Byron Katie: Nunca es demasiado tarde. Porque está ocurriendo aquí. ¿Cómo puede ser demasiado tarde para algo así?
Muy bien cariño, "Hice daño a mi hija". ¿Se te ocurre otra inversión?
Mujer: "Mi hija... Me hice daño..."
Byron Katie: ¿Qué es lo contrario de "Le hice daño"?
Mujer: ¿"No le hice daño"?
Byron Katie: Pues ponme un ejemplo de cómo eso podría ser verdad.
¿Lo estáis siguiendo? ¿Algún ejemplo? "No le hice daño a mi hija". ¿Tenéis algún ejemplo de vuestro caso?
Asistente: Le di muchas experiencias y compasión para compartir con sus hijos.
Byron Katie: ¿Otra vez?.
Asistente: Le di muchas experiencias y compasión para compartir con sus hijos.
Byron Katie: ¿Tu hija es alcohólica?
Mujer: No.
Byron Katie: Bien, te lo agradezco. Le enseñaste lo que no debía ser.
Quiero decir, si insistes con esto, entonces... Meditación. Insistid con estas inversiones.
¿Quién puede poner un ejemplo de la inversión: "No le hice daño a mi hija"?
"Ayudé a mi hija". Usted lo entendió rápidamente.
Mujer: Estaba dispuesta a escucharla cuando llamó, aunque sentia por dentro como un...
Byron Katie: ¿Aunque te encerraste en ti misma?
Mujer: Me encerré pero le dejé seguir hablando.
Byron Katie: Aunque te encerraste y no escuchabas...
Mujer: Sí. De acuerdo. Quizá no sea lo correcto.
No colgué.
Byron Katie: Tampoco es la forma de escuchar... Sí, "No colgué". Bien. Entonces, "No le hice daño a mi hija".
Mujer: No puedo. Estoy tan convencida de que le hice daño que ni siquiera llega a abrirse.
Byron Katie: Bien, dale la vuelta: "Ayudé a mi hija".
Mujer: "Ayudé a mi hija".
Byron Katie: Si yo hubiese estado en esa situación, no habría estado dispuesta a escuchar todo eso.
Ayudé a mi hija durante cinco años evitándole estar con una madre ignorante.
En otras palabras, una madre fuera de control.
Por su pasado.
Mujer: Llevas razón. De acuerdo.
La ayudé. Le hice menos daño que si hubiera... Sí, ya veo cómo la ayudé.
Sí.
Byron Katie: Sí. Me alegro de que te des cuenta.
Quiero decir, al ver el dolor con el que has subido aquí... Esa no es la madre que quiero para mis hijos.
Mujer: Sí. Es algo que también he sabido estos últimos cinco años.
Que no sabía cómo estar cerca de ella sin hacerle más daño.
Byron Katie: Sí. Sí.
Mujer: Porque intentaría que volviera a quererme de nuevo, ya conoces la situación.
Byron Katie: Sí. Sí. Seguía siendo tu problema.
Bien. Continúa leyendo.
Mujer: ¿Vamos por la tercera?
Byron Katie: La tercera. Mejor dicho, la segunda.
Mujer: Había escrito: "Quiero que Robin me perdone. Quiero..."
Byron Katie: "Quieres que Robin te perdone". ¿Es verdad?
Qué pregunta tan maravillosa: "¿Es verdad?"
Mujer: No, no es verdad.
Byron Katie: Pues pensadlo. En serio, pensad esta pregunta. ¿Seguro que queréis que esa persona os perdone?
Es decir, algunas identidades las construimos en torno a este tipo de cosas.
"Quiero que mi hija me perdone".
Mujer: Sin hacer el Trabajo. Como si no pasara nada, como si me hubiera perdonado.
Y en realidad al no haberme perdonado me está dando un regalo.
Byron Katie: Entonces, "Quieres que tu hija te perdone". ¿Es verdad? 0:23:44.000. 0:23:50.000 ¿Puedes perdonar a alguien cuando no puedes?
Ni siquiera es posible, ¿verdad?
Así que observa cómo reaccionas al tener ese pensamiento cuando no quiere estar contigo.
"Quiero que me perdone". ¿Cómo reaccionas cuando tienes ese pensamiento?
Mujer: Siento una opresión en el pecho, una tirantez. Que ella tendría que cambiar. Y duele.
Byron Katie: ¿Y quién serías sin el pensamiento: "Quiero que mi hija me perdone"?
¿En esa llamada?
Mujer: Estaría allí escuchándola. Estaría disponible.
Byron Katie: Sería tu problema. No sería tu problema.
Mujer: Así es.
Byron Katie: Te abre su corazón y respondes: "No, disculpa. Quiero que me perdones. El problema es mío, no tuyo".
Mujer: Sí. Eso es lo que dijo. Tenía razón.
Byron Katie: "Quiero que mi hija me perdone". Inviértelo. Inviértelo a ti misma.
Mujer: "Quiero perdonarme". 0:24:57.000 0:25:01.000 Byron Katie: Sí. Eso te ha hecho pasarlo mal".
Mujer: Sí. Muy mal.
Byron Katie: Es muy difícil. Pero esperas que tu hija lo haga.
Nos decepcionan cuando no lo hacen.
Así que perdónate a ti misma, y después vas y le enseñas a tu hija.
Mi hija sigue esperando. Bueno, eso no es verdad. Tendré que preguntárselo.
Mujer: Vale. Tengo que perdonarme, sigo atascada ahí.
Byron Katie: Yo me perdoné haciendo el Trabajo. Y me fue mostrando cada vez más.
Hasta que al final no quedó nada que perdonar.
Mi definición de perdonar sería "ver que no pasaba lo que yo pensaba".
Mujer: Mmm. Sí.
Byron Katie: Si no, es como decir: "Te perdono. Los dos sabemos lo que hiciste, pero yo te perdono".
Mujer: Sí. Sí.
Byron Katie: Lo que vemos... Lo que pensaba que ocurrió, lo vemos.
Y entonces nos damos cuenta. El problema eras tú y tus pensamientos.
No lo que tu hija dijo o hizo, sino lo que pensabas o creías que decía o hacía;
esa era la causa.
Esa es la causa de tu sufrimiento y siempre lo será, es algo que no va a cambiar, puedes contar con ello.
Al cien por cien. Nadie puede hacerme daño. A eso me dedico. Así funciona.
Mujer: Sí.
Byron Katie: "Quiero que mi hija me perdone". ¿Lo puedes volver a invertir?
Prueba con "No quiero".
Mujer: "No quiero que mi hija me perdone."
Byron Katie: Ponme un ejemplo. Si de verdad quieres a tu hija, ¿por qué no quieres que te perdone?
Tengo uno. ¿Quieres oírlo?
Mujer: Sí.
Byron Katie: Si tú no fuiste capaz, ¿cómo esperas que ella sepa cómo hacerlo siquiera?
Mujer: Sí.
Byron Katie: Cómo voy a querer que mi hija me perdone si no sabe ni por dónde empezar.
Mujer: Si no sé ni cómo perdonarme a mí misma. Sí.
Quiero que lo haga ella porque yo no sé cómo.
Byron Katie: "Quiero que mi hija me perdone", Inviértelo: "No quiero que mi hija me perdone".
Mujer: "No quiero que mi hija me perdone".
Byron Katie: ¿Otro ejemplo?
Mujer: "No quiero que mi hija me perdone para aprender a perdonarme a mí misma".
Byron Katie: Te lo ha dejado muy fácil.
Mujer: Sí. Sí.
Byron Katie: ¿Algún otro ejemplo de "No quiero que mi hija me perdone"? ¿Sí?
Asistente: "Es mi responsabilidad, no la suya."
Byron Katie: Sí. Para no poner esas condiciones. Eso es amor condicional. Muy buena.
¿Sí, cariño?
Asistente: "No quiero que mi hija que me perdone porque así tengo más tiempo para hacer el Trabajo en esa situación."
Mujer: Sí. Sí.
Byron Katie: ¿Alguien más? "No quiero que mi hija me perdone." ¿Sí?
Asistente: "Porque podría resultarle útil".
Mujer: Ah.
Byron Katie: ¿Lo has sentido?
Mujer. Vaya, sí.
Byron Katie: Vivir resentido es muy doloroso. Es un camino maravilloso, Karen.
Ese es el camino. No nos tiene que gustar, es el camino y ya está.
¿Alguien más? Sí.
Asistente: "No quiero que mi hija me perdone porque sufrir es más fácil que trabajar."
Mujer: ¿Porque acabo teniendo razón, o creeyendo que la tengo?
Byron Katie: Y mis amigos se compadecerán de mí.
Mujer: Vaya que sí.
Byron Katie: Y todos aceptamos que el victimismo vale.
Mujer: Sí.
Byron Katie: "Algo va mal en este universo y no soy yo, es mi hija".
¿Sí?
Asistente: Gracias. "No quiero que mi hija me perdone porque me da la oportunidad de sentir lo que siento, y estar con ello."
Byron Katie: "No quiero que mi hija que me perdone."
"Es irrespetuoso responsabilizarla de algo así con todo lo que ya le hecho.
Mujer: Sí.
Estoy tan agradecida por estar aquí. Estaba atrapada en un círculo vicioso y no...
No podía entenderlo, no lo he visto claro en cinco años.
Byron Katie: Bien cariño, pasemos a la siguiente. La tercera.
Mujer: Es lo mismo. "Robin debería entenderme y perdonarme por el daño que le hice."
Byron Katie: ¿Es verdad?
Mujer: No, no es verdad.
Byron Katie: ¿Y cómo reaccionas al teléfono cuando crees en ese pensamiento?
Mujer: No hay nadie en casa. No estoy con ella. Soy... Es mi problema.
Byron Katie: ¿Y quién serías sin este pensamiento, al teléfono?
Mujer: Estaría allí para ella. Podría escucharla. Podría oírla. Podría...
Byron Katie: ¿Experimentar la diferencia?
Mujer: Sí. Pasas de sentirte tan contraído a sentirte tan abierto.
Podría entender... e incluso en ese momento, perdonarme por el daño que le hice cuando intentaba explicármelo.
Es una sensación tan distinta.
Byron Katie: Sí. Es tan distinto. Cuando conectamos con nuestros hijos, tanto si nos hablan como si no, ya está. Se acabó.
Y cuando nos llaman, somos una madre distinta. Un padre distinto.
Pues vamos a invertirlo: "Debería..."
Mujer: "Yo debería entenderme y perdonarme por el daño que me hice."
Sí.
Byron Katie: Pues en ese momento con ella al teléfono, cuando te encierras en ti misma,
vuelve a leerlo así.
Mujer: "Robin..."
Byron Katie: "Debería..."
Mujer: "debería entenderme y perdonarme por el daño que me hice."
Byron Katie: Sí. Te encerraste. No aceptaste lo que tu hija... te regalaba.
Mujer: Sí, es así.
Byron Katie: Estabas escuchando pero no lo estabas, como si escucharas a lo lejos.
Pues...
Vuelve a leerlo. "Mi hija debería entender..." Invertido: "Mi hija no debería..."
Mujer: "Mi hija no debería entenderme y perdonarme por el daño que le hice". Sí, no debería.
Byron Katie: Lo haría si pudiera. En este mundo se dan muy pocos casos así.
Mujer: Sí.
Byron Katie: La gente no sabe cómo. Algunos aprendemos, estamos abiertos a que nos enseñen.
La siguiente.
Mujer: De acuerdo.
Byron Katie: Vuelve a leer la de antes.
Mujer: "Debería entenderla por el daño que le hice".
Byron Katie: "Por el daño que ella me hizo a mí."
Mujer: Sí. "Debo entenderla por el daño que me hizo".
Byron Katie: Deberías entenderlo, porque cuando lo entiendas, entenderás que sólo te decía sus verdades.
Mujer: Sí. Sí, ya lo veo.
Byron Katie: Bien. Es muy efectivo. ¿La siguiente?
Mujer: La siguiente: "Necesito que Robin me quiera en su vida."
Byron Katie: Me encanta cuando al leer lo que has apuntado, aquello que te rompió el corazón al escribirlo
te hace reír cuando empiezas a despertarte. Es una distancia considerable.
Se puede trabajar con una hoja millones de años si te lo tomas con calma, abres tu corazón y abres tu mente,
y cuando se abre tu mente también lo hace tu corazón. Así funciona.
La siguiente.
Mujer: ¿Quieres que lo lea todo, o...?
Byron Katie: "Necesito..."
Mujer: "Necesito que Robin me quiera en su vida, me deje ver a mis nietos, y me dé otra oportunidad".
"Necesito..."
Byron Katie: Lee la primera parte.
Mujer: ¿Tal y como lo escribí?
Byron Katie: Ajá.
Mujer: OK. "Necesito que Robin me quiera en su vida."
Byron Katie: ¿Es verdad?
En ese momento, en esa llamada telefónica "Necesitas que te quiera en su vida." ¿Es verdad?
Byron Katie: No. Te encerraste
Mujer: Me encerré. Exacto.
Me estaba invitando a su vida y me encerré en mí misma.
Byron Katie: No es lo que necesitabas.
Mujer: No.
Byron Katie: Y la otra parte: Necesito...
Mujer: "Necesito que Robin me deje ver a mis nietos."
Byron Katie: ¿Es verdad eso, en ese momento?
Mujer: No, en absoluto.
Byron Katie: No, en absoluto.
Mujer: No. No.
Byron Katie: ¿Y la última parte?
Mujer: "Necesito que Robin me dé otra oportunidad." Eso tampoco es verdad.
Byron Katie: ¿Es eso verdad?
Mujer: No.
Byron Katie: No. Tenías el más mínimo interés en que te diera otra oportunidad.
Ella te daba la oportunidad una y otra vez y tú venga encerrarte en ti misma...
Mujer: Sí.
Byron Katie: Pues vamos a invertirlo y vemos si tiene sentido.
Mujer: De acuerdo.
Byron Katie: En ese momento, "Necesito..."
Mujer: "Necesito querer ser parte de su vida"? Sí.
"Necesito dejarme ver a mis nietos, necesito darme otra oportunidad".
Byron Katie: Sí.
Mujer: Y puedo hacerlo.
Byron Katie: Claro que puedes. Puedes llamarla, admitir que te equivocaste aquel día y disculparte.
Y pedirle que te lo diga todo y que tenga cuidado, que eres como un recién nacido.
Que no quieres seguir aguantándotelo todo, que eres como un recién nacido; un bebé.
Eres muy frágil, y si no tienes cuidado... Date tiempo para asimilarlo.
Mujer: Sí. Tendré que escribírselo, ya no responde mis llamadas.
Byron Katie: Bueno, eso es mucho. He dicho muchas cosas. Es...
Podrías dejarle un breve mensaje en el contestador, algo como:
"Robin, hace cinco años decías verdades que no podía escuchar y quiero escucharlas absolutamente todas."
"Estás en tu derecho y creo que ya estoy preparada. Te quiero".
Mujer: Siento que lo estoy.
Byron Katie: Sí, bueno, ¿quién sabe?
Mujer: Lo sabré cuando lo haga, supongo.
Byron Katie: Y prepárate para decir: "Cariño, déjame llorar un momento. Es mucho. Déjame que lo asimile".
Y sabes perfectamente que tus lágrimas no son por ella.
Mujer: Así es.
Byron Katie: Es lo que piensas y te crees cuando dices que te hace llorar.
Mujer: Sí.
Byron Katie: Es decir, lo que se está curando aquí es el alcoholismo. En beneficio de todos.
Cada vez que cambias, cambiamos todos. Como si cada bebé que nace en el mundo tuviera menos apego. Menos Velcro.
Habéis oído cosas que no os creéis.
Y algunos tenéis la mente muy abierta.
Y es maravilloso vivir así. Podemos mantener un equilibrio increíble.
Esa mentalidad de "no lo sé". Estar abiertos a que nos muestren qué es el equilibrio. Qué es sensato. Y qué hace daño.
Si es sensato, no duele; si no lo es, duele. Es sufrimiento.
Pues la siguiente. "Ella es..."
Mujer: Ahora cuesta aún más leerlo. "Robin ha querido controlarme y que fuera como ella quería".
Eso no es verdad.
En absoluto.
Byron Katie: Bueno, lo es si lo inviertes.
Mujer: Sí. "Intento controlar a Robin y que ella sea como yo quiero".
Sí. Sí.
Byron Katie: Y me encanta insistir mucho en esto con mucha calma y ver cómo le he hecho saber eso.
"No digas eso". Me encierro, pero hay algo más obvio.
El más pequeño temblor en la voz o una sola palabra le hará echarse atrás.
Y cuando te paras a meditar sobre esos momentos, te encuentras a ti mismo.
Y cuando despiertas, la negación desaparece y cuando esa tendencia vuelve a aparecer, se va.
Porque eres sensata contigo, estás despierto, consciente de sí mismo y de lo que duele.
Si te hago daño, así es como me hago daño yo.
Estoy lo suficientemente despierta para entender que no puedo hacerte daño.
Si veo que algo te duele a ti, me duele a mí también. ¿Entendéis? No podemos evitarlo. Esa es la cuestión.
Como lo que pensabas y creías y cómo reaccionaste, todo fue por tu dolor.
Robin es totalmente inocente. Eso es lo que estamos demostrando aquí.
Mujer: Sí. Sí.
Byron Katie: Te llamó para contarte cosas de su vida.
Y, con suerte, en sueños, nuestros hijos intentarán hacernos daño y vengarse. Volvemos a observarnos, eso se nos daba bien.
Y ellos... les hemos enseñado, es ese reflejo en el espejo que sigue dándote lo que necesitas.
Es como decir: "Ya he progresado. ¡Siguiente!"
Mujer: Sí.
Byron Katie: Por eso hago las paces lo antes posible y toda esa bondad te vuelve de frente.
Bien. Así funciona. Te va dando esas piezas hasta que entiendes quién y qué eres.
Bien, cariño. La siguiente.
Mujer: ¿La sexta? Sí. "Nunca más quiero que Robin me vuelva a gritar por todo lo malo que hago
ni que me diga que no me quiere en su vida".
Byron Katie: Entonces: "Estoy dispuesta a..."
Mujer: Sí.
Byron Katie: Pues vamos a oírlo.
Mujer: "Estoy dispuesta a que Robin me grite..."
Byron Katie: Porque si la llamaste para hacer las paces admites dónde estabas, que te cerraste, etc.
"Estoy dispuesta a ..."
Mujer: "Estoy dispuesta a que Robin me vuelva a gritar por todo lo malo que hago
y a que me diga que no me quiere en su vida".
Byron Katie: Si mis hijos me gritaban, es fácil entender por qué.
Solo podía escuchar así. Me alzan la voz cuando lo necesito. Cuando estoy tan espesa que necesito escucharlo.
Y lo escuché en seguida.
No fueron mis hijos, fue... Paul, con quien estaba casada entonces, me gritaba de tal forma que pensé:
"Dios mío, la pareja perfecta".
Sin error. Las casualidades no existen.
Mientras que otros se iban de casa, yo pensaba: "Ese hombre realmente sabe qué necesito."
Y siempre decía la verdad.
Pero es algo que no aprendí hasta que la pregunta empezó a tomar vida en mí.
Pues, "Espero con ilusión".
Mujer: "Espero con ilusión que Robin me vuelva a gritar por todo lo malo que hago
y que me diga que no me quiere en su vida".
Byron Katie: Es tan emocionante. ¿Y por qué lo haría? Ya tienes otra hoja de trabajo. Es tan simple.
Mujer: Sí.
Byron Katie: Sí. Perdonar.
¿Sabes? Eres muy valiente. Gracias por ser tan abierta.
Mujer: Muchas gracias.