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Canta el coro del Monasterio Sretensky, salmo 33/34: Bendeciré al Señor en todo momento,
Su alabanza estará siempre
en mis labios...
Hola. Soy la hermana Vassa,
y voy a tomar mi café, antes de ir a trabajar
aqui en Viena, Austria. Me place
informarles que no seremos molestados hoy por ruidos de construcción,
como pasó la semana pasada, tal como mis tropecientos y millones de espectadores
pueden recordar.
Nuestros abogados fueron capaces de detener la construcción -
en realidad, a causa de una violación de los reglamentos de zonificación.
Son muy buenos en lo suyo, sí. Aunque no fue fácil,
y la policía tuvo que intervenir, así como mi propio cuerpo de seguridad,
y nuestro maquillador fue secuestrado, - tuvimos que pagar un rescate ...
y todo fué un lío enorme, pero lo más importante es,
que ya pasó, y podemos seguir adelante con nuestro programa.
Por cierto, si usted no ha estado viendo la serie,
entonces debe usted saber que
prácticamente todo el mundo lo ha estado haciendo, por lo que espero
que se unirá usted a nosotros a partir de ahora,
aquí en Viena.
(Billy Joel canta: "Cuando te das cuenta -
que Viena te espera ... ")
Esta es lla cuarta semana de octubre,
y vamos a reflexionar sobre la vida
de los mártires Marciano y Martirio,
que se celebra el 25 de octubre.
Los santos Marciano y Martirio
fueron condenados a muerte por su fe
por herejes llamados arrianos en Constantinopla
a mediados del siglo cuarto. Enseguida explicaré quienes fueron los "arrianos"...
San Marciano era un lector, y San Martirio
era un subdiácono. Ambos trabajaban en la oficina
del obispo de Constantinopla, llamado Pablo,
el Confesor. Trabajaron como
"Notarios" o secretarios. Este obispo
se exilió primero, y fué luego asesinado por los arrianos,
porque él no era arriano. Luego,
los herejes trataron de atraer a los santos Marciano y Martirio
en su propio campo, ofreciéndoles dinero, y luego ofreciéndoles ser obispos,
y como esto no funcionó, los torturaron y
condenaron a muerte
en el año 355 en Constantinopla.
Todo esto ocurrió durante el reinado del emperador cristiano Constancio II,
quien fuera hijo del primer emperador cristiano
Constantino el Grande. Constancio
estaba muy interesado en los asuntos religiosos,
y particularmente en la principal cuestión
teológica de su tiempo, que aún no se resuelve
en los corazones y las mentes de los obispos del Oriente cristiano.
Y esa pregunta fué: ¿Cuál fue
la relación exacta del Hijo de Dios,
Jesucristo con Dios Padre?
¿Es Cristo?, se preguntaron,
- Dios, - ¿tanto como Dios Padre es Dios?
O es Cristo una especie de sub-dios,
creado por Dios Padre
para un propósito especial? O nació Jesús tal vez,
se preguntaron, como un hombre ordinario,
y luego se convirtió en un dios, debido a sus muy especiales
virtudes? En realidad, la Iglesia ya había respondido a estas preguntas
en un Concilio en Nicea, no lejos de Constantinopla,
en el año 325, durante el reinado de
el padre de Constanticio, el famoso Constantino el Grande.
Este Concilio debatió
y rechazó la doctrina del sacerdote Alejandrino, Arrio,
quien enseñaba que el Hijo de Dios, Jesucristo,
era inferior al Padre, y fue creado
en el tiempo. El concilio
proclamó con toda claridad
que Jesucristo es Dios, "de la misma naturaleza"
que el Padre, o, en griego, "homoousios"
con el Padre. Ahora bien, aunque el concilio
hizo proclamar esta fe, la clara formulación
o la proclamación de la divinidad de Cristo
no sentó bien a mayoría de los obispos de Oriente,
- Incluso aquellos que habían firmado el decreto del concilio.
Ellos habían firmado el decreto, sobre todo porque
el emperador Constantino lo apoyó, - y lo apoyó con fuerza militar, -
desterrando a los que no estaban de acuerdo y ordenando la quema de sus libros
además de la prohibición de leerlos, y así sucesivamente. Sin embargo, como ya dije,
la mayoría de los obispos no estuvieron muy de acuerdo con esta formulación.
¿Por qué no? Porque la palabra "homoousios"
o "De la misma naturaleza", era una novedad,
no era tradicional. Y
los obispos eran muy tradicionalistas.
Esta palabra no estaba en la Biblia, y
tenía un historial dudoso en la teología cristiana.
Los obispos también temieron que
esta palabra introdujese alguna especie de politeísmo
o paganismo en el cristianismo, ya que parecía sugerir
que había dos dioses, y no uno. Así que fué el miedo a lo nuevo
lo que motivó a los obispos cristianos de Oriente, -
la mayoría de ellos, - y también a los emperadores cristianos,
a distanciarse de la fuerte y clara palabra
"Homoousios", "de la misma naturaleza", y a
tratar de sustituirla por alguna otra,
más ambigua formulación herética, de la época de los Santos Marciano y Martirio.
Pero las personas que tal como estos dos santos y también como
su jefe, el obispo Paul el Confesor,
no estaban de acuerdo con estas formulaciones diluidas,
fueron condenadas a muerte.
Por lo tanto, vamos a hablar un poco más sobre este fenómeno de "el miedo a lo nuevo"
y también acerca de la herejía en el siglo cuarto.
(Billy Joel canta: "Algunas personas se quedan
lejos de la puerta, si existe la posibilidad de
abrirla,
escuchan una voz en el pasillo exterior, y esperan simplemente que pase ... ")
No había nada nuevo
acerca de este miedo a lo nuevo en el siglo cuarto,
que es de hecho muy humano. Lo nuevo es menos conocido
que lo viejo y conocido, y es por lo tanto impredecible,
y amenaza nuestra sensación de orden y seguridad,
que sentirnos con lo viejo y conocido.
Como ya señaló C.S. Lewis, "atomísmo
newtoniano era mucho más el tipo de cosas que esperábamos
(y deseábamos) antes que la física cuántica. "Incluso antes de la era
de los emperadores cristianos de los que hemos estado hablando hoy,
la sociedad romana pagana de épocas anteriores
era ya firmemente tradicionalista, adjunta a
formas externas, incluso después de haber sobrevivido a su significado.
Pero gente como Marciano y Martirio
No temían a lo nuevo. Se abrazaron a su nuevo idioma
del Concilio de Nicea, porque el viejo se había vuelto insuficiente
para llegar a los corazones y las mentes de la gente de su tiempo,
- a pesar de la mayoría de los obispos de Oriente.
Sin embargo, o que si era nuevo en el mal sentido,
en el Imperio Cristiano, fue la persecución gubernamental
de la disidencia religiosa y la herejía. Las autoridades romanas paganas
de los primeros tiempos, como se recordará, hicieron perseguir a los cristianos
que se negaron a realizar los rituales paganos.
Pero a los romanos no les importó lo que la gente pensara
o creyese acerca de Dios. En contraste con la
autoridades paganas, sin embargo, a los cristianos si les importó
y usaron la fuerza contra los que no estaban de acuerdo con ellos
en cuestiones teológicas. Algunos grandes padres
de entonces, - no muchos, por desgracia - como San Atanasio,
el héroe o incluso superhéroe del siglo cuarto,
y campeón de la fe de Nicea - Lo sé, lo sé ...
Cálmense - es siempre emocionante hablar de Atanasio -
Él amonestó al emperador cristiano y le recordó
que la fe en Cristo, es una cuestión de libre elección.
En este contexto, San Atanasio cita las palabras del Señor (Mateo 16:24):
"Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, tome su cruz,
y sígame ", lo que hoy nos recuerda
el hecho simple y liberador
de que si optamos por seguir a Cristo, lo hacemos
porque queremos.
Bueno, eso es todo por hoy. Santos Marciano y Martirio,
señoras y señores!
Gracias.
(Visite "Coffee with Sister Vassa" en Facebook)