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Oyes que va a haber un curso de mariscadoras
Y bueno, pues dices tú... "¡Pues un curso!"
"Pues voy a ir al curso a ver lo que surge y lo que se va a mejorar".
Porque de aquella no sabías lo que iba a mejorar, lo que iba a salir de ahí.
La gente no nos miraba con buena cara.
Porque nos decían: "¿Pero cómo no vamos a poder nosotros coger el berberecho si también estáis vosotras...?"
"-¿Tenéis carné?" "-No"
"-Ay, amiga, pues hay que tener carné para venir a mariscar"
Venían los maridos. Los maridos.
Y ellas... yo rascando y ellas poniendo los pies para que no trabajáramos.
Me movía... Y ellas seguían. Porque no querían que rascáramos. ¿Entiendes?
Porque había muchas que todavía aún no les viniera el carné y no querían que trabajáramos
hasta que les vinieran a aquellas cuantas el carné para estar todas en el entorno.
Dices tú... ¡Es que esto es real! ¡Esto es lo que estuvieron viviendo!
¡Llegaron a este extremo! ¡A palos!
Nos cerraban los caminos y los maridos con sierras cortaban maderas y cortaban los caminos
con la leña para que no pasáramos.
Aquello fue horrible.
El biólogo un día dijo: "Aquí hay un mucho marisco. Esto lo tenéis que controlar, lo hay que vigilar"
"Porque aquí hay un banco de mucho marisco".
Y a raíz de ir a vigilar, fue la manera en que tenemos el marisco que tenemos... Porque lo robaban.
Tienes tu horario de grupo cuando te toca y... ¡Hay que ir! Sea la hora que sea y sea el día que sea y...
Ya estás tan habituada... Porque ya son muchos años.
Son muchos años que llevamos con esta vigilancia... ¡Muchos años!
¡Y poniendo! ¡Incluso si no había fondos poníamos a lo mejor 20€ cada una!
Y más no estabas ganando... ¡Ahí está! No estabas ganando porque no ganabas
Pero las poníamos de nuestro bolsillo para que viniera un vigilante con nosotros... Pagado por nosotros.
Se empezó a levantar esto... Con mucho esfuerzo... ¡Con muchísimo esfuerzo!
Porque esto ahora las que entran lo tienen muy fácil.
Pero a base de mucha vigilancia, fue la manera de que esto fue para adelante.
Ventidós a ventitrés años, debe de haber.
En 2000... En el año... 90.
Si... Porque tengo ahí todos los carnés... Así que... Ya casi irá para ventitrés.
Cuando no ganábamos, yo llegaba a casa y mi marido lo que me preguntaba era:
"- ¿Qué? ¿Se dieron las coquinas?" "- ¡Qué va, Manolo! Nada... Medio kilo... Unos gramos..."
Ya las dejamos allí con el número de carné de cada una para no perder el bus y no estar allí toda la mañana.
Mi marido llegaba y entonces, claro, me decía: "Si dejaras eso"... "Si dejaras eso"...
Y a raíz de ir ganando y de ir a vigilar, después él... le daba una rabieta...
Porque yo le decía: "Manolo, gané en una semana lo que cobras tú de pensión".
Como así era porque él cobraba 760€ y eso yo ya lo tenía superado en cinco días, de lunes a viernes.
Y le daba una rabieta...
Mira ahora cómo ya empieza a haber más gente que quiere meterse... ¡Ah, claro!
Porque entre hombres no van a ser ellos los que quieran gobernar.
Ellos se tienen que adaptar a las normas nuestras.
Para ello se lleva más los años que llevamos.
Y si no... Si no cumplen esas normas, se tienen que echar fuera.
Yo lo veo bien que tengan que luchar como luchamos nosotros.
Es que tienen que estar con las normas nuestras, no nosotros con las normas de ellos. ¿Me explico? ¡Claro!
Venir de trabajar, al estar agachada, y luego estar un poquito reposando en cama
para las caderas me viene muy bien. ¿Me entiendes? Me viene muy bien.
Porque va a hacer tres años que me operé de la izquierda...
Pues mira, 17 años tengo con la primera, con la derecha. Yo trabajo como si no tuviera lo que tengo ahí puesto.
Yo... No pongo pegas ninguna.
Porque hay quien va de mala gana... Y yo, vengo satisfecha. Para mí es un orgullo.
Yo si no pudiera, la verdad lo iba a sentir un mogollón.
A ver... Porque la prótesis no te va a durar ventipico años...
Nos fue muy bien seguir adelante, no dar marcha atrás. Porque si no, mucho nos iba a pesar. Sí.
No es lo mismo estarlo contando que estarlo viviendo...
¿Me entiendes?
¡Exactamente!