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Conmemoración del 27º aniversario del parinirvana del Vidyadhara, Chögyam Trungpa Rimpoché.
Shunyata, del seminario del Instituto Naropa "Ver y trabajar con el mundo fenoménico", 1 julio 1976, Boulder (Colorado, EE.UU.)
Vidyadhara, el Venerable Chögyam Trungpa Rimpoché
[El Vidyadhara murmura] Les amo.
"Ver y trabajar con el mundo fenoménico"
Parece que continuamos ahora, por lo menos ahora mismo.
[7ª charla: Shunyata. 1 julio 1976. Instituto Naropa, Boulder, (Colorado, EE.UU.)]
Nos gustaría continuar heroicamente hablando de más cosas
que ya hemos tratado en relación con la senda mahayana.
Cuando alguien empieza a darse cuenta de la idea entre las diferencias u oposiciones
o inspiraciones, por otro lado,
está relacionado con el hinayana y el mahayana juntos o unidos.
No hay grandes problemas en eso, no hay
realmente más inspiraciones relacionadas.
Tras hacer el voto del refugio con planteamiento hinayana, soledad y autodisciplina, salvación individual,
se empieza a producir una sensación de salvación pública. Empieza a producirse la salvación.
La salvación pública es la del planteamiento mahayana, por supuesto,
cuando alguien realmente planta la bodhicitta en el corazón,
en la mente, que es el estado despierto de la mente.
Se planta realmente en la mente del individuo tan plena, completa y adecuadamente
que uno se convierte en parte del principio bodhicitta.
Es decir, a partir de ese momento uno es persona despierta,
ya no se puede dormir más. Uno ya está despierto.
Como uno ya está despierto, se puede permitir estar despierto al mismo tiempo.
Eso significa hacer el voto de bodhisattva.
El principio es que se empieza a sentir una sensación interna en la existencia
como budistas ya evolucionados del hinayana al mahayana.
A ese nivel y en este momento debo tener cuidado, una y otra vez,
por supuesto, al decir que debemos tener cuidado y comprender
la idea de teísmo y no teísmo.
Siento tener que volver a repetirlo una y otra vez. Es una molestia
para muchos y quisieran que hubiera saltado ese parte pequeña. [Risas]
Desafortunadamente, soy un budista honrado y completamente budista
educado, bien formado y bien educado en el mundo budista
y un budista completamente reciclado. [Risas]
Cada gota de sangre, cada pieza y cada molécula de mi cuerpo es budista.
Así que no me puedo permitir pamplinas con nadie.
Y además hablamos de intentar alejarnos del materialismo espiritual.
[Risas, se ríe]
Tengo que ser honrado con ustedes y creo que he sido todo lo honrado que he podido hasta ahora.
Con su permiso, continuamos.
La idea de teísmo y no teísmo es dolorosa en cierto sentido.
Y mucho más a nivel de bodhisattva,
porque empezamos a hablar de plantar la bodhicitta, o mente del Buda, en el corazón,
en la mente y despertar lo que ya tenemos
y unirlo todo se ha convertido en muy problemático,
si se produce una situación teísta mezclada de algún modo
que es como invitar gérmenes foráneos en el corazón
mientras nos operamos del corazón o un trasplante.
Uno no quiere eso, es muy complicado.
Ese germen foráneo no es una creencia hereje concreta, ni nada de ese estilo,
sino una cuestión muy sencilla
en la que realmente queremos la iluminación al instante,
en la existencia y queremos ser testigos de ello
y que sean testigos nuestros amigos también.
Y que se vea para que poder realmente celebrar
que alcanzamos la iluminación al instante.
Es como la celebración del bicentenario y puede que no ocurra nunca.
No se puede experimentar realmente alcanzar la iluminación al instante.
Y, respecto a eso, los amigos no pueden participar.
La idea de despertar está despierta, como este ejemplo bien sencillo:
estamos dormidos y luego despertamos.
Por supuesto uno se despierta por sí mismo.
Si empiezan a entrar los amigos, uno por uno, y empiezan a despertarnos
Ya estamos despiertos así que no podemos celebrar realmente el despertar.
Ya están ustedes despiertos.
E intentan mantener conversaciones educadas con los amigos o molestarse con ellos:
"¿Por qué irrumpen en mi habitación cuando estaba tranquilamente dormido?".
Así que el despertar tienen que ser una experiencia personal,
real y personalmente uno tiene que despertar por sí mismo.
Y despertar realmente en el momento, en el instante.
Precisa y básicamente uno debe despertar por sí mismo al instante,
de lo contrario no se experimenta una sensación de estar despierto en absoluto.
Cuando alguien nos despierta, resulta un poco confuso, como drogado y quejoso:
"¡Vaya! ¿Qué es esto? ¿Es tarde? ¿No me van a dejar dormir un poco más?".
Eso no es realmente una sensación de despertar. Uno no está realmente despierto.
Si uno despierta ¡está realmente despierto! No hace falta ni decirlo. [Se ríe]
Esa idea de despertar realmente incluye
la idea de que uno ya posee una capacidad de despertar en sí mismo.
Caso contrario uno caería muerto, se convertiría en gelatina, en un vegetal.
Como uno ya es una persona despertable, la consecuencia es que puede despertar,
que es tathagatgarbha o el Buda interior.
La capacidad despierta ya está en uno mismo.
Vamos a hablar de esa capacidad despierta, en qué consiste, esto que estamos hablando.
No es demasiado, [se ríe] es muy sencillo.
Hay una sensación de despertar y una sensación de suavidad, es decir, de no agresión.
Además, no hay que olvidar
que se produce cierta sensación de frescura en ese momento concreto.
Cierta sensación de frescura, de frescor real, el aire fresco además de la sensación de despertar.
Y una sensación de actitud simpática. Habitualmente nos dormimos.
Queremos seguir durmiendo porque no nos gusta el mundo.
Queremos escapar y conseguir una receta del médico para píldoras de dormir
y poder escapar del mundo todo lo que pueda.
Luego me despertaría de repente, me ducharía e iría a trabajar
y a luchar con el mundo y regresar, cenar, lo que sea.
Ir a dormir, tomar una píldora. [Risas]
En este caso se trata de un planteamiento más civilizado que ése.
Es el planteamiento budista, es muy civilizado [se ríe, risas]
Realmente es maravilloso pero no fantaseen sobre eso.
Hay que tener cuidado con eso. Hay algo muy personal sobre todo esto.
No se trata de imponer normas y condiciones,
ni qué hacer o evitar y todo lo demás, es una situación sencilla y directa:
cómo celebrar la vida.
La idea de despertar parece estar llena de despertar. Si estamos despiertos, estamos llenos de despertar.
¿Tiene sentido lo que digo? [Risas]
Si uno está despierto, está lleno de despertar. ¿Está claro? ¿Sí? ¿No? ¿No?
¿Tiene sentido? Bueno, voy a continuar, hago lo más que puedo, en el despertar.
Si uno se despierta, está despierto ¿no? ¡Sin embargo, esto lo entienden! [risas]
Si uno se despierta, está despierto ¿no? [se ríe, risas]
Así que si uno está despierto, está despierto. Y después ¿qué?
No ocurre nada. Sólo continúa con el bla bla bla, lo que sea.
[risas]
[alguna risa más fuerte]
[más risas fuertes, aplausos, risas]
[risas]
¿Entonces? No ocurre nada, realmente no ocurre nada.
Pero no estamos hablando de que no ocurre nada,
no consiste en considerar que eso es shunyata.
El principio shunyata no consiste en hablar de una cartera vacía. [Risas]
Este principio shunyata es básicamente la idea de que uno está despierto, ya lo han entendido.
¿Y que sigue después?
Muchas preguntas, posibilidades de todo tipo pero, de nuevo, eso no significa nada.
Ese momento en el que uno se descubre entre eso y lo otro,
uno se empieza a percatar que no está especialmente seguro de quién es, en el instante.
Uno se empieza a encontrar entre dos puntos que no son realmente dos puntos,
sino uno que ya está dividido en dos.
Y uno se empieza a dar cuenta de que existe la posibilidad de esto o lo otro.
Por otro lado, puede haber algo más. Pero ¿qué? Hay tiempo para encontrarlo.
Y vamos a pasarlo bien con eso, con lo que sea.
Todas esas pequeñas especulaciones se producen en la cabeza, en la mente.
Al mismo tiempo, todo esto es pura pamplina, lo que los budistas llaman "nada".
Ausencia de pamplinas.
Que puede ser muy bastante plena,
con todo tipo de corduras, con más situaciones vibrantes de todo tipo.
Pero es básicamente ausencia de pamplinas.
Si lo traducimos a una palabra más tradicional, esa ausencia de pamplinas, sería
ausencia de mente conceptual,
realmente ausencia de mente conceptual equivale a la expresión que se usa ahora:
pamplinas. Es la mente conceptual o, si prefieren usar otro vocabulario,
se puede decir, viaje, viaje, viaje [risa]
viaje, uno hace un "viaje" con una droga.
Y conceptualizar y pamplinear forman parte del mismo idioma
desde ese punto de vista, conceptualizar las situaciones,
conceptualizar intentando hacer... intentando demostrar que uno existe o que existen los demás,
y conceptualizar si uno existe, si existen los demás,
en consecuencia podríamos crear una sensación de juego o broma mutuos.
Eso es la carga pesada o lo que se denomina precisamente "materialismo espiritual".
Material espiritual [risas] que es ausencia, en la idea de la situación de shunyata,
ausencia de esos viajes concretos a los que intentamos aferrarnos
e intentamos sobrevivir de esos procesos concretos.
Al sobrevivir podríamos crear más juegos y juegos más grandes de todas clases.
Y nos sentiremos bien, temporalmente bien, bien y fantásticos. En algún momento, nos sentiremos muy graves.
Y empezamos a alcanzar nuestros propios viajes, nuestro propio materialismo,
y nuestros problemas de todo tipo. Las cosas dejan de ser magníficas.
Y las cosas nos alcanzan, se llama depresión a eso
y golpea desde el materialismo espiritual.
En ese momento empezamos a quejarnos del gobierno o de la organización,
de los padres, del sistema escolar, del sistema sanitario, de cualquier cosa.
Entonces empezamos a construir una queja gigantesca sobre todo el asunto.
Y se considera que "protestamos", estilo moderno o lo que sea,
de izquierdas o de derechas o lo que sea, bla bla bla.
Realmente, en ese momento, si uno comprende todo el asunto, podría crear la sociedad ideal,
que no es tan ideal sino la sociedad correcta.
En ese momento uno puede abandonar todos los viajes y quedarse vacío y abierto.
Vacío y abierto, como he dicho antes, no significa necesariamente
el planteamiento de cartera vacía de la vacuidad- shunyata
sino, sencillamente, el espacio claro, fantástico y se puede producir esa frescura. Es hermoso. Es real.
Ha sido real durante los últimos 2.500 años y sigue siendo real.
Lo mejor es aceptar esa realidad, real por antiguo y real por actual,
el principio shunyata es muy real en ese momento.
No se producen viajes ni planteamiento conceptual en nuestro sistema.
Ésa es la idea básica de shunyata que no niega todo necesariamente,
que no haya habitación, que no haya casa, que no haya tejado, que no haya orador,
que no haya audiencia, que no haya alfombra, que no haya cámara de televisión, lo que sea.
Esas cosas son sólo una especie de broma burguesa, zen [risas]
que mucha gente ha desarrollado en Estados Unidos.
Y la gente ha muerto por esas palabras zen peligrosas.
Mucha gente se ha suicidado, creen que no pasa nada porque no hay nadie,
así que ¿por qué no renunciar a todo el asunto?
Mucha gente produce toda clase de líos, de tareas complicadas en el universo, en el mundo.
En todo caso, eso es un asunto ligeramente distinto.
No vamos a hablar de política en este momento pero, realmente, está relacionado;
si se empieza a hablar de la idea de compasión y de cuidar la sociedad
de que cuidemos la sociedad, eso está relacionado automáticamente.
Pero no hay que ser estrictos en concreto.
La idea de shunyata, desde ese punto de vista, es la no conceptualidad,
no se produce más realidad que la del propio viaje personal.
Y ese viaje es, por consiguiente y al mismo tiempo, cuestionable.
¿Quién es uno? ¿Qué es uno? ¿Qué es esto? ¿Qué es aquello?
Si se intenta concretarlo y averiguar quién es uno, qué es uno,
qué está ocurriendo realmente,
es muy difícil concretarlo no porque uno no use la inteligencia ni sea estúpido
y por tanto no pueda encontrar la respuesta inteligente.
Al mismo tiempo uno podría ser muy listo y muy inteligente
pero seguiría sin encontrar la base de qué es todo esto.
¿Quién es uno? ¿Qué es uno? Es una pregunta muy fundamental.
No consiste en que el budismo se aproveche de los estúpidos o de los idiotas
para que los idiotas no puedan explicar en qué consiste y entonces los budistas dirían:
"Vamos a llamarlo shunyata. Y es nada y todo está bien".
Si la audiencia o la congregación fuera estúpida, haríamos esa declaración,
parece una declaración segura. ¡Oh, no! ¡Oh no!. Ése no es el caso.
la mente de los estudiantes de budismo en el pasado ha sido tan completa y precisa,
tratando concretamente cuestiones como el principio shunyata,
que es el producto de la disciplina hinayana de los estudiantes que reflexionaron tan completamente,
tan precisamente que examinaron realmente las cuestiones en las situaciones de la vida cotidiana
y así ha evolucionado el mundo de la psicología y la propia mente.
Gracias a ese análisis y precisión, con ayuda de la práctica de la meditación sentada en gran medida,
llegan finalmente a la conclusión del principio shunyata,
que no consiste en "no puedo entenderlo así que debe ser la nada",
"no entiendo nada de lo que ocurre así que no hay nada".
Repito que no me refiero al bolsillo vacío ni a la cartera vacía
sino a experimentar simplemente las cosas como son, con mucha precisión,
con plena precisión, como lo que ocurre ahora mismo en la mente.
Y uno tiene esperanzas de todo tipo sobre por qué aparecerá la próxima palabra
y cómo será la próxima frase,
cómo se le contará la verdad oriental de shunyata y todo tipo de cosas así.
Realmente uno está esperando y no ocurre nada
pero hay plenitud de todo al mismo tiempo.
Por último, se podría decir para que se entienda
que la idea básica del principio shunyata
es que uno debe darse cuenta de que se produce cierta calidez en el propio sistema
y que, junto a la idea básica de shunyata, también puede haber algún tipo de humor.
Si uno es serio y militante, como han mucho muchos pioneros zen
que terminaron suicidándose, muchos salvaron su alma. [Risas]
No pasa nada más allá de eso. No pasa nada más allá de eso.
La sensación de visión y de despertar, además de cierta sensación de calidez.
Cuando se intenta comprender algo como esto, no se puede ser duro con uno mismo.
No se puede ser demasiado duro con uno mismo, hay que ser más amable y amoroso con uno mismo.
Cuando se empieza a entender esa idea de amor y amabilidad en uno mismo,
al mismo tiempo de empieza a renunciar a la idea de intentar encontrar la verdad real.
Y está la idea real de dónde comienza a ocurrir la experiencia de shunyata.
Renuncien a la esperanza de intentar comprender algo.
y, al mismo tiempo, sientan alguna simpatía por sí mismos.
Hay un momento de amabilidad y un momento de que no importa
que es básicamente herencia de la disciplina hinayana;
sin eso no hay realización del principio shunyata.
Hay algunas lecturas para quienes se hayan apuntado
y debates sobre el principio madhyamaka y todo lo demás.
Pero creo que, en este momento, se va a convertir en demasiada parafernalia
ponerse a debatir el planteamiento metafísico porque hemos alcanzado un punto
que es muy auténtico y es el planteamiento budista vivo de shunyata.
Quien lo desee puede plantear preguntas.
Los archivos Shambhala quieren reconocer y dar las gracias a los cámaras, mezcladores y técnicos de sonido que hicieron la grabación original de este seminario:
Cámaras: Don Donaghy, Randy Sunday. Mezcladores: Ruth Astor, Peter Goldfarb.
Técnicos de sonido: Bruce Wauchope, Wendy Nelson.
Presentación: 1 julio 1976 en el Instituto Naropa (primer programa de verano) en Boulder (Colorado, EE.).
Se ha podido conservar la grabación original gracias al "Proyecto de recuperación de video" de los archivos Shambhala.
Producido por Shambhala Media. Co-directoras: Emily Sell y Terry Rudderham
Editor de video: Gordon Kidd. Consulta de video: Carolyn Gimian
El Consorcio Shambhala financió la edición digital que hizo posible este proyecto.
Para información sobre los archivos Shambhala y realizar donativos: www.archives.shambhala.org