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Hace unos años, en uno de mis viajes, ya que suelo viajar para hablar sobre la paz
a las personas interesadas, llegué concretamente a Ranchi, en India.
Miré alrededor y vi que las personas eran muy pobres, y pregunté:
«¿Qué podemos hacer por estas personas? ¿Cómo podemos ayudarles?»
Había muchas ideas. En aquél entonces estaba en contacto con esta persona
que me explicó lo desesperada que era la situación
de los nativos a los que se les había asignado esa área.
«Y dije: sabes, debe de haber algo que podamos hacer para ayudarles».
La Fundación Prem Rawat se creó en 2001.
Me llamo Prem Rawat y soy el fundador de la TPRF (la Fundación, por sus siglas en inglés).
Una vez que decidimos que la mejor manera de ayudar a estas personas
sería proporcionarles una comida sana y adecuada porque había una multitud
de problemas que estaban padeciendo la gente de la zona.
Falta de salud. Sin comida suficiente no podían asistir a la escuela.
Era un auténtico caos. Y todo debido a una sola razón.
Y la razón era que no disponían de suficiente comida.
La tasa de delitos era muy alta y se robaban entre ellos.
Los ancianos tampoco disponían de alimentos ni de agua potable.
Su salud era delicada. Los niños no asistían a la escuela.
Eran muy pocos los que tenían la posibilidad de recibir educación.
Así que, en lugar de crear diversos programas para los diferentes asuntos, creamos uno.
Y quería hablaros sobre esto por que ha tenido una gran repercusión,
no solo en Ranchi, sino también en Dading. Y en Ghana igualmente.
Con la ayuda de los voluntarios y de las personas como tú, ha sido posible
que estas personas reciban finalmente la ayuda que necesitan.
La Fundación fue creada en 2001, así que ha estado en funcionamiento durante más de una década.
Tan solo por mencionarlo un poco. No estoy aquí para pediros más dinero.
Quiero compartir las buenas noticias con vosotros. Y esa es la razón por la que os hablo hoy.
Y la novedad es que ha habido un profundo cambio en muchos aspectos, en esas comunidades.
No solamente los niños han mejorado en la escuela. Han continuado acudiendo a los cursos.
Han recibido la educación apropiada que les ha permitido graduarse y acceder a una carrera.
Al final, pueden elegir su carrera porque tienen la educación necesaria.
Ha tenido un increíble efecto multiplicador en la comunidad.
Simplemente porque pudieron disponer de comida de calidad y de agua potable.
Y no solo eso, nos aseguramos de que recibieran buenas prácticas de higiene.
Lavarse las manos antes y después de cada comida.
Y esas cosas han permitido que el índice de personas que enferman,
Por causas sin importancia, haya caído notablemente.
Además, están las buenas noticias que no esperaba, pero algo que deberíais saber es que
el índice de delincuencia ha disminuido ya que se relacionan mejor entre ellos.
Debido a que no se encuentran abrumados.
No se encuentran en la situación de, «¿cómo voy a conseguir mi próxima comida?»
Un proyecto que puedo nombrar como: «un pequeño proyecto»,
ha tenido un gran alcance en la comunidad.
Y esto es lo que concebí que podíamos hacer. Podíamos acercarnos a esas personas con dignidad
...sin intenciones ocultas. Sin planes ocultos.
Porque hay mucha gente que tienen intenciones ocultas.
Y no quería que ninguna persona se convirtiera a algo.
Quería que las personas recibieran la comida no como una limosna, sino con dignidad.
Y una de las cosas de las que hablo mucho es sobre cómo esta Fundación está ahí
para asegurarse de que las cosas suceden con dignidad. Que las personas experimentan paz, que experimentan
prosperidad en sus vidas. Estas cosas están relacionadas con los fundamentos del ser humano.
Necesitamos dignidad. Como suele decirse, alguien que nos respete o simplemente nos de un poco
de espacio personal, para que podamos creer en aquello que queramos creer.
Podemos enfocarnos en nuestras vidas, conseguir los objetivos que nos proponemos. Y te sorprenderás.
No para todos, no para objetivos inalcanzables. Son objetivos muy simples.
Las personas quieren felicidad. Quieren prosperar.
Y esa es la clase de ayuda que hemos traído a las comunidades.
No la suficiente, todavía. Estuve recientemente en Ghana.
Y estuvimos visitando las instalaciones de 'Food for People' en Ghana.
Resulta sorprendente ver a todos esos niños,
que se benefician de ello. Y de alguna manera,
habían sido reducidos a casi nada, y ahora pueden prosperar.
Y eso es lo que importa. Que esa pequeña ayuda pueda hacer eso a las personas de esas sencillas
pequeñas comunidades. No tienen grandes ambiciones ni grandes sueños.
Sus sueños son sencillos y pueden ser hechos realidad. Quieren paz en sus vidas.
Quieren ser, quieren sentir que hay dignidad en sus vidas.
Y desde luego, quieren prosperar en sus vidas.
Y esa es una gran noticia: que estos son los proyectos que han tenido éxito,
que continúen teniendo éxito, y trayendo un hermoso entorno.
Cuando lo miras... Se gasta tanto dinero en otros países en la aplicación de la ley,
lo cual es necesario, para el sistema penitenciario, para esto o aquello. Y allí, todo lo que hicimos fue
proveerles con un poco de comida de la zona, comida que puedan tomar.
Porque eso es importante. Podríamos haberles dado comida a la que no están acostumbrados.
¡No pueden comer eso! Y de la misma manera, cuando recibieron
esta ayuda, por poca que fuera, incluso la tasa de delincuencia disminuyó.
Y nunca hubiera podido imaginar que algo semejante pudiera suceder. Pero sucedió.
Y ahí está. Resultó increíble verlo en persona. Ver el cambio.
Sé que muchos desconocéis donde se encuentra Dading, un pequeño lugar en Nepal.
Y lleva un tiempo acceder hasta allí, en especial si te acercas desde Katmandú.
Pero, ahí está este pequeño poblado. Y en medio de este pequeño poblado,
hay un trocito de cielo. Y la gente viene, los niños vienen desde largas distancias,
para poder comer ese alimento que les nutrirá, que les llevará hasta el punto
desde el que puedan continuar con aquello que ellos quieren hacer.
Quiero, desde luego, agradecer a todos aquellos voluntarios que han estado ayudando con estos proyectos.
Quiero agradecer a todos los que han ayudado para que estos proyectos sean una realidad.
Sé que soy el fundador de la TPRF. Pero de alguna manera, todos sois fundadores
de esta pequeña y maravillosa organización que ha estado y está intentando ayudar a las personas.
Sin crear burocracias ni un sistema administrativo enorme. Sino centrada en lo que
va a ayudar a la sociedad. Me siento entusiasmado y miro hacia el 2013,
2014, y, por supuesto, muchos años por venir en los que la TPRF continuará
llevando esta hermosa ayuda: dignidad, paz y prosperidad,
a muchas más comunidades alrededor del mundo.
Así que muchas gracias por tu apoyo y tu ayuda.