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La exposición "Dibujos de Goya restaurados" muestra el trabajo realizado
por el taller de restauración de papel a lo largo de los últimos años y centrado,
específicamente, en la restauración de los dibujos de Goya.
Mostramos un conjunto de los denominados, entre nosotros, "Caprichos amarillos".
Desde luego, si buscamos en la bibliografía, nunca vamos a encontrar
este calificativo para ninguna serie de dibujos de Goya.
Es un nombre interno que pusimos en el taller de restauración de papel
y en el departamento de conservación para referirnos a un conjunto
de catorce dibujos que presentaban un aspecto amarillento muy acusado.
De ahí viene lo de "Caprichos amarillos", por ser dibujos preparatorios para los "Caprichos".
Estos "Caprichos amarillos" tenían una capa de almidón,
que los había cubierto probablemente a principios del siglo XX, a final del XIX, y seguramente
con el fin de protegerlos y poder exponerlos durante mucho más tiempo en las salas del Museo.
Ocurrió que este almidón se amarilleó por efecto de la oxidación y hacía que los dibujos
estuvieran en unas condiciones que no los hacía aptos para ser expuestos.
El taller de restauración, en el nuevo edifico de Los Jerónimos,
emprendió la tarea de eliminar esta capa de barniz de almidón amarillo
y tratar de dotarles otra vez de su aspecto originario,
pudiendo contemplar actualmente las sanguinas en su estado casi original, podríamos decir.
Al mismo tiempo que se eliminaba esta capa de almidón,
se trataba de dar otra vez al papel el apresto que había tenido originalmente.
Debido a los numerosísimos montajes que habían tenido los dibujos a lo largo de la historia en el Museo del Prado,
había muchísimas ondulaciones producidas por los adhesivos en los dorsos y hacían que,
además de esa capa de almidón amarillo,
tuvieran muchísimas arrugas que incrementaba todavía la extraña apariencia, esa fea apariencia de los dibujos.
Gracias al proceso de eliminación de estos adhesivos,
a la recuperación de la humedad perdida en los papeles y a la eliminación de ese almidón; hoy,
podemos contemplar esta serie de catorce dibujos que no habían sido vistos en muchísimos años,
precisamente por su estado, podemos verlos otra vez en las salas del Museo.
La exposición no se limita a estos "Caprichos amarillos"
sino que muestra también pequeños descubrimientos.
Digo "pequeños" porque, gracias a la revisión
que se hizo con motivo de la página Web de Goya en el Museo del Prado,
de todos los dibujos que conservamos en nuestra colección,
pudimos ver que uno de los dibujos que mostraba una calle de Madrid,
estaba pegado a un segundo soporte.
Cuando levantamos ese segundo soporte en el taller de restauración,
pudimos ver que en el dorso había un pequeño apunte,
un esbozo, muy muy rápido, de un edificio realizado a sanguina.
Investigando un poquito en qué es lo que representaba ese esbozo,
nos dimos cuenta que se trataba de una vista del Observatorio Astronómico de Juan de Villanueva.
Una vista desconocida hasta ahora, tanto en lo que es la iconografía del edificio
como en el catálogo de la obra de Goya.
Como digo, había pasado desapercibido a los ojos de los conservadores anteriores,
que precisamente al estar adherido a un segundo soporte
no habían podido ver qué es lo que había en el dorso.
Este dibujo, este pequeño esbozo, que como digo está en el dorso
y realizado a sanguina de forma muy, muy somera,
es quizás la primera imagen que tenemos del Observatorio Astronómico
en un momento en el que estaba construyéndose todavía el edificio,
es decir, a principios de los años 90 del siglo XVIII.
Todavía se aprecia que no están construidos los cupulines pequeños
que había en los laterales y se puede apreciar perfectamente todo el desmonte que había,
cayendo hacia la calle Atocha, en el que todavía no se había urbanizado.
Es un pequeño descubrimiento, producto como digo
de esa revisión de los dibujos y del trabajo del taller de restauración.
Y la última de las obras que presentamos en esta exposición,
es quizás uno de los dibujos icónicos de Goya,
uno de los dibujos más importantes que aparece en toda la bibliografía sobre el pintor
que es el famosísimo "Aún aprendo".
"Aún aprendo" es un dibujo que Goya realizó en su etapa final en Burdeos
y que representa a un anciano caminando dificultosamente
apoyado en unos bastones y que se titula por el propio Goya "Aun aprendo".
De alguna manera se ha entendido como un autorretrato alegórico,
un autorretrato simbólico del artista en unos años de exilio,
en el que él ha recobrado la alegría de vivir, el interés por continuar trabajando.
Unos años en los que muestra su satisfacción por poder aprender
las nuevas técnicas de la litografía y que resume muy bien en una de las cartas
que recientemente adquirió el Museo del Prado, una carta que envía Goya
al banquero Ferrer en Burdeos, en el que le dice:
"...Ni tinta, ni pulso, ni vista, ni papel, todo me falta y solo la voluntad me sobra".
Precisamente ese "solo la voluntad me sobra" unido al "Aún aprendo"
hacen que este dibujo sea ese testamento vital del artista.
Este dibujo que ahora presentamos, no se había visto en España
al menos desde mediados de la década de los 70.
Es un dibujo que tenía una serie de daños en su superficie,
en los pigmentos del lápiz litográfico, que se habían perdido.
Se había perdido el pigmento probablemente por una cuestión mecánica,
aunque algunos especulan que podría haber sido por el ataque biológico de un insecto que come papel.
Nosotros pensamos, más bien, que se trata de un problema mecánico, durante esos años 60 o 70.
Lo cierto es que no habíamos mostrado nunca ese dibujo por cuestiones de conservación.
Gracias a esta revisión, gracias a las investigaciones que hemos realizado
y a la localización de una fotografía que nos muestra el estado original del dibujo,
hemos podido en este nuevo taller, con una cautela y un cuidado extraordinario,
reintegrar todas las partes perdidas del dibujo
y por tanto recuperar para el público esta obra simbólica de Francisco de Goya.
Debemos mencionar que todo el trabajo de restauración que se ha realizado,
ha sido a cargo de los tres restauradores que tiene el Museo del Prado en plantilla:
Javier Macarrón, María Eugenia Sicilia y Minako Wada,
que son los que actualmente se encargan de todo un programa de restauración y conservación preventiva de los dibujos de Goya.