Tip:
Highlight text to annotate it
X
Existe un lugar en San Pedro del Pinatar de incomparable belleza.
Desde hace más de 2000 años, la naturaleza y la mano del hombre
se juntan para ofrecernos un paisaje realmente espectacular...
... las Salinas de San Pedro.
Es un espacio de la región de Murcia, un humedal con arenales
situado en la parte norte del Mar Menor.
En su interior podemos encontrar un puerto y unas salinas en explotación.
Estas salinas han sido aprovechadas históricamente por las distintas civilizaciones que se han asentado
en la cuenca mediterránea desde época romana.
La sal que sale de este agua se aprovecha para sazonar las mejores mesas de todo el mundo.
De vigilar la belleza de este impresionante lugar se encargan los flamencos.
Son la imagen más características de estos lagos y la más bella a la vez.
Al alzar el vuelo sobre las mágicas aguas, estas bellas aves de gran envergadura
tienen el privilegio de contemplar un paisaje espectacular repleto de fauna y flora.
Viven aquí durante todo el año y alcanzan una población de unos 300 individuos.
Una especie protegida, cada vez más escasa debido a la degradación de sus lugares
de cría, descanso e invernada.
También se puede apreciar su famoso color rosado, debido, en parte, a unas bacterias
que viven en la superficie de estas aguas.
El proceso para obtener la sal parece sencillo, pero realmente el agua debe pasar todo un año
entre canal y canal, para recoger al final la cosecha de doce meses de trabajo.
Es un acto en el que el hombre explota los recursos de una manera tradicional,
conservada a lo largo de siglos.
Cerca de aquí se encuentran las encañizadas, un lugar en el que se pesca
hoy día de la misma forma que lo hacían los romanos.
Sólo se puede acceder a ellas en barco y gracias a esto en las encañizadas
se puede respirar la calma de tiempos pasados.
Son las últimas encañizadas, las últimas que quedan en uso en todo el mundo.
El Parque dispone de más de ocho kilómetros de playa. En la cara que da al mar Mediterráneo
se sitúan las populares playas de la Llana, la playa de la Torre derribada y la playa de El Mojón
y en la parte del Mar Menor la playa de la Mota.
Aquí es donde miles de bañistas disfrutan cada verano de las charcas de lodo
famosas por sus propiedades curativas.