Tip:
Highlight text to annotate it
X
Uno de los temas más poderosos al recibir formación sobre meditación, especialmente en la formación budista,
es lo que llamamos, en tibetano, lo dup nam *** o los cuatro aspectos o las cuatro cosas que impulsan la mente hacia el dharma o la verdad.
Y la idea de impulsar la mente hacia algo es lo que importa
y lo que ayuda quizás... una forma más moderna de verlo consiste en
las cuatro cosas que enraizan la mente o que la colocan a nivel de la realidad.
Casi se trataría, como si dijéramos, de una "comprobación de la realidad".
De modo que uno de los temas es el agradecimiento, o tal djor,
la idea de reflexionar realmente sobre la vida tan afortunada que tenemos, lo afortunados que somos.
Y así pensamos cuán extraño es sólo el hecho de haber nacido.
Ya sabéis, cuán increiblemente precioso es ser un ser humano,
comparado, por ejemplo, con los animales y otros seres que pueden ser hermosos a su manera pero no controlan mucho su destino.
Lo repetimos muchas veces, que podemos decir a un animal que va a morir mañana.
Pero no tiene forma de comprenderlo por la experiencia.
Si nos dijeran que vamos a morir mañana, produciría un efecto tremendo en todo lo que ocurra.
Y de ese modo realmente reflexionamos diciendo que podemos morir mañana, es decir, que puede ocurrir algo y no sabemos el tiempo que vamos a vivir,
así que reflexionamos sobre cuán precioso es lo que tenemos.
Creo que es una heraamienta muy poderosa porque, esencialmente, lo que hace es
convertir un día en una vida entera.
Siempre pensé que eso era muy poderoso.
Muchas veces vivimos al día, decimos que tengo el día de hoy y también tenemos otros 365 días más como hoy.
La realidad es que, en teoría, parece que entendemos lo que significa
pero, como experiencia, no se pueden vivir todos los días al mismo tiempo.
Hay que vivir día a día, un instante a cada instante.
De modo que realmente no es sólo muy poético ni una simplificación: es la realidad.
Muchas veces ocurre que, cuando pensamos que tenemos más tiempo del que tenemos,
prestamos menos atención a lo que ocurre.
Cada acto carece de sentido porque decimos,
ya sabéis, "hay más días".
Es como si tuviéramos un montón de fruta
o un puñado de huevos en el refrigerador pero si tuviéramos sólo uno, resultaría mucho más valioso.
Cuando tenemos un montón de amigos y, después, sólo tenemos un amigo, o lo que sea, todo se reduce a percatarnos de lo que tenemos.
Nos percatamos que sólo tenemos una vida, que tenemos este instante, que tenemos este día y cómo podemos relacionarnos con él.
Estamos mimados y, cuando estamos mimados, no damos importancia a nada.
Así que si no respetamos la vida que tenemos,
si no respetamos la gente o los amigos que tenemos, se convierten en algo sustituible.
Y lo que hacemos se convierte también en algo sustituible.
Vivir de esa manera crea un nivel más superficial y poco profundo.
Así que la contemplación en la que enraizamos la mente es sólo recordarnos a nosotros mismos
ya sabéis: "puede ocurrir algo. Debemos agradecer quiénes somos, lo que somos".
Todo el día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, consiste en lo que tenemos y qué vamos a hacer con ese día.
Mi impresión es que la mente trabaja con costumbres.
De modo que si uno entrena habitualmente la mente para ser poco profunda, descuidada, así será mañana.
Si uno se forma para ser más profundo e intuitivo, mañana habrá más profundidad e intuición.
Lo que ocurre es que, al levantarnos por la mañana y pensar: "otro día más, ¿qué importa?
"tengo que apresurarme a hacer esto", estamos arraigando esa costumbre.
De modo que mañana es más probable que nos apresuremos y seamos menos cuidadosos y tengamos menos interés.
Pensamos: "bueno, cuando realmente sea importante, tendré más cuidado".
Pero resultaraá difícil porque, en cierto modo, nos hemos formado en el otro sentido.
Y así, muchas veces, cuando ocurre algo realmente importante, no tenemos idea cómo lidiar con ello,
porque realmente nos hemos formado de otro modo.
De manera que ahí está la idea de formarse a uno mismo, o enraizarse.
Creo que la mente es muy poderosa porque muchos de nosotros, cuando tenemos tiempo de relajarnos y centrarnos, meditamos
y nos centramos, y de pronto la realidad nos llega y nos afecta.
Así que tenemos un día, es una vida entera. ¿Qué quiere uno hacer en esta vida entera?
¿Qué quiere uno hacer en este día? ¿Qué es lo importante?
Bueno, claramente, si tenemos amigos, diremos "quiero decirles cuánto les amo,
quiero escuchar lo que dicen. Quiero verles. No voy sólo a contarles mi historia.
Cuando vaya a comer, no voy sólo a tragarla apresuradamente
y desperdiciarla sino que voy a disfrutar cada bocado".
Y, de nuevo, no tiene que ser todo a cámara lenta.
No tenemos que convertirnos... no tenemos que pasar el tiempo quietos
sino sólo mantener la actitud y el agradecimiento.
Ësa es la idea de "libre y favorecido".
Somos libres, estamos favorecidos, somos afortunados.
¿Por qué no nos percatamos y por qué no nos despertamos ante esto?
Si pudiéramos despertarnos ante esto, tengo la impresión que es cómo un poco de salsa picante buena en
la vida, ya sabéis, que la echáis encima y todo sabe mejor.
Y lo que hacemos es que hemos eliminado todo el sabor de la vida
y tenemos que volver a incorporarlo.
Con la sabiduría que poseemos, si la volvemos a colocar utilizando esta técnica,
o esta práctica de reflexionar sobre lo afortunados que somos,
no sabemos cuánto tiempo vamos a vivir, cuánto tiempo tenemos...
y no somos estúpidos, nos percatamos que no se trata de un juego ni truco mental
sino que es la realidad. De acuerdo, si no tenemos un mañana ¿cómo vamos a vivir hoy?
Bueno, con más agradecimiento, con más cuidado.
Y así, en la retranca de la mente, pensamos "esto es bueno. Me ayuda a profundizar".
De modo que si tenemos un día más, será un día más profundo, será un día más importante.
A eso lo llamamos una vida plena, una vida plenamente iluminada.