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Buenas tardes a todos.
Verán, desde los 5 años
tuve muy claras mis prioridades;
Estas incluían: videojuegos,
animación japonesa, thrillers, películas de acción.
Básicamente era una marimacho.
¿Que por qué lo era?
Verán, tuve a mi lado 3 hermanos.
Veía cómo hablaban, cómo caminaban,
cómo vivían su vida, y simplemente hice lo mismo.
Recuerdo odiar el hecho de usar abultados vestidos rosas,
el color rosa me daba náuseas, y los vestidos no eran lo mío.
Y recuerdo a mi bendita madre,
venía casi cada semana
con una docena de abultados trajes rosas
y se ponía de rodillas, me rogaba,
"Lina, por favor, póntelos, por mí.
Solo quiero verte con un vestido".
Y podía verse una lágrima en su mejilla. (Risas)
La situación era tal, que no tuve fuerzas para decir que no,
así que me iba a la cocina a hincharme a comer.
En una semana había subido tanto peso que el vestido no me cabía. (Risas)
¡Brillante! Recuerdo una tradición en mi familia,
en cada uno de nuestros cumpleaños íbamos a la tienda de juguetes
y cada uno de nosotros podía elegir un juguete, y sólo uno.
Era mi cumpleaños, así que fui a la tienda "Bsm Allah",
Entro y mis hermanos van directos a la sección de niños de la izquierda.
Tenían tantas ganas de comprar este juguete,
es como un trompo que en árabe se llama "Bulbul".
y era el juguete de moda, que llenaba casi una docena de estanterías,
de todos los colores, tamaños y formas.
Estaba deseando comprarme uno pero, a mi derecha
es el único recuerdo femenino que tengo de mi infancia,
nuestra versión de una muñeca, la muñeca perfecta
para cualquier niña de mi edad.
Ahí de pie, con la sonrisa más falsa posible (Risas)
ofreciéndome amistad eterna, llamándome para que me acercara y la comprara.
Fue la decisión más dura de mis 8 años de vida.
Llorando a lágrima viva, como una magdalena,
me dirijo a mi incomparable padre,
y le digo: "Papá, no sé qué hacer".
Mi padre, siendo el hombre sabio que es,
puso sus manos en mis hombros y me dijo: "Lina, sigue tu corazón".
(Risas) ¿Se imaginan lo que al final me llevé a casa?
La muñeca. (Risas) Sí, la muñeca.
Años antes había tenido detrás a gente presionándome.
A mi abuela, a mis profesores,
gente, mucha gente presionándome
y empujándome a ser una niña.
Siéntate recta, no te llenes la boca de comida,
no ronques cuando estás durmiendo. (Risas)
Era un "no" de mi parte. Mis padres se empezaron a preocupar con todo este problema,
porque habían hecho de esto un "problema",
y decidieron llevarme a una escuela solo de niñas.
Y aquí está la trampa: No supe que era
una escuela solo de niñas hasta el primer día que entré allí.
Llegué, miré a mi alrededor...
Vale, lo primero, ¿por qué el uniforme es rosa? (Risas)
Segundo, ¿por qué la escuela está pintada con colores que literalmente me queman los ojos?
Miré a mi madre: "Mamá, ¿qué es esto?
Ella me miró lo más distante que pudo y me contestó:
"Lina, es una escuela solo de niñas. Tu padre y yo lo hemos decidido
y esto es por tu bien", y con eso salió echa una furia.
Entré, y fue como llegar a Marte.
No conocía a nadie, odiaba estar allí.
Las niñas eran escandalosas, y sus intereses incluían estrellas del pop y el color rosa.
¡Guau! Más rosa en mi vida. (Risas)
Entré ahí, y poniendo a Dios por testigo, juré que dejaría ese lugar
y me iré de ese lugar, que para mi no era ni un lugar, era el infierno.
Pero resulta que había una chica, llamémosla "A"
La cosa es que "A" era femenina, chillona,
y sí, vestía de rosa y le encantaba.
Pero era completa, terrible y absolutamente agradable.
Verán, su madre era de Singapur, así que cada día venía
con tartas de queso, de chocolate, cookies, galletas Oreo,
comida que ni siquiera podría imaginar como desayuno.
Qué es lo que he hecho... huevos con queso.
Si mi madre viniera una mañana
y me dijera, "Lina, hoy toca chocolate", iría gritando
por toda la calle "Aleluya" (Risa)
Miraba su comida, babeando,
se tenía que haber dado cuenta de que quería comerme su desayuno. (Risas)
Así que me da su fiambrera y me dice: "Lina, devuélvemela cuando hayas terminado":
Me era imposible comerme esta comida de niñas,
así que simplemente piqué un poco y se la devolví.
En 2 meses,
la niña, después de pasar tiempo con ella
y haberle tomado cariño debido
a su amabilidad,
me hice más femenina.
Había hecho algo que nunca pensé que haría.
Me habían intentado cambiar durante 5 años,
con gente presionándome. Esta chica lo había hecho en 2 meses,
simplemente porque no me había presionado, no me había empujado a ello,
solamente me había invitado, "Lina, esto es una chica, ¿te gustaría serlo?".
Sí, me gustaría. Con dos terrones de azúcar, por favor.
(Aplausos)
Moraleja: el cambio es una parte de la vida; puede ser fácil o difícil
pero es parte de la vida. Y como dice el naturalista inglés Charles Darwin,
"No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente,
sino la más adaptable a los cambios":
(Aplausos)
Y un consejo para todos Uds.,
no cambien por nadie, ni cambien si no quieren
porque todos son geniales tal como están. (Aplausos)
Yo era una marimacho genial. Y hoy soy genial también.
Muchas gracias.
(Aplausos) (Vítores)