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¿Ha descubierto algún nuevo protocolo gracias a los Champagne Protocoles de G.H.MUMM?
Me encanta la idea de los Protocoles.
Cuando piensas en champagne lo das por hecho.
Piensas:
es algo tan anticuado, lo sacas de la nevera, sirves.
Pero no es un vino añejo cualquiera.
Requiere protocolo, cierta experiencia.
Así que pensé que sería interesante aprender algunos de esos protocolos.
En especial sobre la temperatura, de la que no sabía nada.
Hacía cosas terribles, como meterlo en el congelador sin más, y cosas así.
Cosas que ya no volveré a hacer.
Las copas, el tamaño de las copas en función de la calidad del champagne.
Son muchos de esos pequeños detalles lo que más agradezco.
Y, por supuesto, algo que tengo que probar
con mis amigos es el famoso sabrage
que seguro intentaré hacer en casa … en el jardín.
¿Ha puesto en práctica estos rituales con sus amistades?
El primer ritual que he practicado
es la clásica cena con champagne
algo que me encanta, porque el champagne
es un vino que me encanta.
Creo que es festivo, bueno y delicioso.
Delicioso,
que también es una palabra que damos por hecha.
Así, las clásicas cenas con champagne,
y creo que cambiaré las copas de casa.
Quiero tener las apropiadas,
ya que es uno de los placeres de la vida.
No es necesariamente caro dotarse de las herramientas apropiadas
para disfrutar de algo que ha necesitado
de tantos años para elaborarse.
Creo que es parte del placer.
¿Le parece importante compartir esa cultura del champagne?
Surgió de forma natural, porque soy francés.
En cierto modo, lo llevamos en la sangre.
Representamos al champagne allá donde vayamos.
Bebemos champagne en cenas, celebraciones, cumpleaños…
El champagne es una presencia constante en la vida de los franceses
así que, en cierto modo, no necesita promoción.