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La isla de Bali está en el centro del archipiélago indonesio,
entre las islas de Java y Lombok.
Pero los balineses
consideran a su isla como el centro del universo espiritual.
Bali tiene aproximadamente 4 millones de habitantes,
y es hogar de los hindús de Indonesia.
Los balineses practican el Tri Hita Karana,
que busca el equilibrio de los mundos humano, natural y espiritual.
Y es este sentido de armonía
lo que hace que Bali, más que un destino físico,
sea todo un estado mental.
La mayoría de los visitantes nuevos van al sur de Bali,
una región con increíbles playas y olas de primera.
Kuta fue descubierta por hippies y surfistas en los años 60.
A corta distancia del Aeropuerto Internacional de Bali
y reconocida por su vida nocturna y tiendas,
es difícil imaginar que alguna vez fue un tranquilo pueblo pesquero.
Aún así, la playa de Kuta, con su forma de media luna, conserva su magia
y atrapa a visitantes de todo el mundo.
Desde Kuta, ponte tu sarong y sigue la playa hacia el norte,
a las playas de Legian, Double Six y Seminyak,
donde todo es más apacible.
Sal de la arena de Seminyak y entra al templo de Petitenget.
El templo fue construido hace siglos
alrededor de un simple altar erigido para apaciguar las almas en pena
del lugar.
Hoy Seminyak es un lugar tranquilo,
famoso por sus excelentes restaurantes y tiendas de moda.
Bali ha progresado mucho desde sus días como destino para mochileros.
De Kuta ve al sur, a la península de Bukit
donde encontrarás el centro turístico de lujo de Nusa Dua,
un lugar tranquilo y con mucho estilo.
En el oeste de la península está una de las mejores playas, Jimbaran.
Al final del día,
visita uno de los restaurantes de mariscos
y disfruta la vista
mientras los dioses balineses pintan el cielo de colores.
Un poco más al sur en medio del Mar de Java
está la roca en el fin del mundo: Uluwatu.
Sigue las sendas en la cima del risco hasta uno de los templos más importantes de Bali y
después sube a tu tabla de surf y remonta las olas.
Descubrir más de Bali es muy fácil.
Renta una camioneta con chofer por el día,
o si eres más aventurero, renta una motoneta.
No lejos de la capital de la isla, Denpasar,
está el Aviario de Bali, un santuario para más de 1000 aves
de Indonesia y otros lugares.
En el Zoológico de Bali, podrás montar
un elefante de Sumatra.
Pero es en las colinas
en donde te espera el verdadero espíritu de Bali.
A una hora en coche de Denpassar está la capital cultural, Ubud.
Aquí, las calles están llenas de puestos y galerías
con obras de artistas locales.
Para profundizar tu aprecio por el arte balinés,
visita los museos de arte de Neka y Puri Lukisan.
O toma una visita guiada por la fabulosa colección privada del Museo Arma.
No te pierdas la ostentosa residencia del pintor Antonio Blanco,
el Dalí de Bali, cuya obra fue un tributo a la forma femenina.
Ubud es uno de los destinos turísticos más visitados de Bali,
pero la tranquilidad nunca está lejos.
Algunos de sus residentes más populares viven
bajo el fresco follaje del Bosque del Mono Sagrado.
A unos kilómetros,
entra por la boca de un demonio a las cuevas de elefantes de Goa Gajah.
Ubud está rodeada por la campiña de Bali,
donde, aparte de las motonetas, la vida ha cambiado poco durante siglos.
En lo alto, las montañas ofrecen un refugio fresco.
Aquí, entre los vapores volcánicos de Kintamani y más allá,
residen los dioses más venerados de la isla.
Abajo, el resto de Bali te espera,
al igual que tesoros cercanos como las Islas Gili de Lombok.
Indonesia tiene miles de islas para explorar.
Pero pocas de este archipiélago,
o del mundo,
pueden igualar la cultura, la belleza natural y el espíritu de Bali.