Tip:
Highlight text to annotate it
X
Hola, mi nombre es Padre Michael Costik,
soy uno los tres sacerdotes recién ordenados que sirven con gratitud a la Diócesis de Rochester.
Me siento honrado de poder presentar el tema de la Petición para los Ministerios Católicos de este año,
“Somos las manos amigas de Dios”.
Nuevamente este año, la Diócesis de Rochester necesita de sus manos amigas para proporcionar fondos para ministerios esenciales
y programas sacramentales que nutren y cultivan las vidas espirituales de más de 300.000 Católicos,
de todas las edades, y hacer posible que las agencias sustentadas por la Diócesis proporcionen asistencia compasiva
a un número creciente de personas necesitadas en los 12 condados de nuestra Diócesis.
Sin duda han oído la expresión, “de la boca de los bebés”.
Bueno, para el vídeo de este año buscamos puntos de vista de jóvenes en nuestra Diócesis
para ayudarnos a comprender la importancia de ser las manos amigas de Dios.
Esperamos que disfruten de este vídeo inspirador y ocasionalmente entretenido,
y consideren piadosamente un compromiso generoso con la Petición para los Ministerios Católicos.
¡Qué Dios los bendiga!
¿Por qué es mejor ayudar a las personas?
Si alguien careciera de… una casa o de alguna otra cosa, podrían ayudarle a construir una casa.
Si necesitan alimentos y ustedes tuvieran, podrían dárselos para que no pasen hambre.
Muchas veces se tiende a no pensar acerca de lo que otras personas están pasando.
Uno sólo piensa en sus propios asuntos.
Si fueran ustedes, ¿quisieran que alguien les ayudara en lugar de ignorarlos
Y decir ‘Oh, no lo necesitan’?
Somos tan afortunados por todas las cosas que tenemos. Algunos niños nacieron en la pobreza
y no tienen ninguna de las oportunidades que nosotros tenemos.
Entonces, debemos utilizar todo lo que tenemos para ayudarlos.
¿Podrían decirme de qué manera han ayudado a otros, sea en su casa o a sus abuelos
¿o aquí en la escuela?
Estábamos en Detroit después de un partido de béisbol.
Vi a un hombre desamparado y le pregunté a mi papá si podía darme 25 centavos o un dólar.
Me dio un dólar y se lo entregué al desamparado.
Hay un niño en mi escuela que no es el más afortunado y viste ropa de aspecto andrajoso
Y no tiene mucho dinero,
así que me gusta darle golosinas y cosas.
Vi a una niña pequeña que vino en chanclas.
Debe haber tenido unos dos años y llevaba chanclas que eran demasiado grandes para ella.
Y eso entristece. Me dan ganas de ir a casa y llorar.
Decidí comprarle un par de chanclas nuevas con mi cheque de salario. Uno solo quiere ayudar.
Cuando nos damos cuenta de lo afortunados que somos queremos dar más.
Él nos quería tanto que envió a su único Hijo y Su Hijo murió por nuestros pecados,
lo cual es una gran ayuda, en mi opinión.
Cuando ayudamos a alguien, sentimos que estamos haciendo algo realmente bueno
Y ese es un sentimiento increíble.
Dios está en cada uno de nosotros así que es como si ayudando a otros, estamos ayudando a Dios
y después Dios llenará nuestros corazones con amor.
¿Cuántos de ustedes reciben una mesada?
¿Cuánto de esa mesada quisieran dar para ayudar a la gente necesitada?
Un poco menos que la mitad.
¿Por qué un poco menos que la mitad?
Porque si estuvieran tratando de comprar una bicicleta, eso sería mucho, como si se hubiera dañado o algo así.
Todo.
¿Todo?
Por lo menos un 110 por ciento de todo.
¿Realmente darían más de lo que tienen? ¡Fantástico!
¿Y si no ayudásemos a las personas? ¿Cómo sería el mundo o nuestra comunidad?
El mundo o la comunidad sería un lugar muy deprimente porque nadie se sentiría
animado viendo que nadie hace nada.
No sería lo que Dios quiere que sea.
¿Qué les dirían a sus padres y sus abuelos acerca de la importancia de dar para ayudar a otras personas?
Oigan, hay gente pobre a nuestro alrededor. Por favor, den su dinero.
Dar lo que uno ha recibido es una gran experiencia. Si no lo han hecho antes, háganlo, les animo hacerlo.
Es lo mejor que pueden hacer. Ya sea su tiempo, su dinero o su talento, cualquier cosa que puedan hacer
puede ayudar a su iglesia y a su comunidad.
La Diócesis es … es inmensa. Se extiende hasta el límite de New York. Y sus miembros hacen un trabajo excelente.
Es mucho lo que tienen que cubrir y no pueden hacerlo solos, necesitan nuestro apoyo.
Dios ha hecho y sigue haciendo mucho por nosotros en nuestra vida diaria.
Lo menos que podemos hacer es involucrarnos con nuestra iglesia y devolver lo que hemos recibido, por Él y para ayudar a los demás.
Fuimos hechos a Su imagen y todos somos hijos de Dios así que todos debemos ayudar.