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¡Doble y doble! ¡Acapara y revuelve! ¡Arriba, fuego! ¡Y tú hierve, caldero!
Vierte la sangre de una cerda cebada, con sus nueve lechones...
...y la grasa que suda el patíbulo del asesino ...¡échala al fuego!
Un dedo de niño ahogado, alumbrado por una zorra... ¡Hierve! ¡Hierve!
Filtro de inmenso poder... ¿cuándo volveremos a vernos las tres?
¡Con el trueno! ¡El rayo! ¡O la lluvia!
Cuando el caos termine, tras la batalla ganada, o perdida, tras la caída del sol...
Y allí, nos encontraremos con...
Macbeth
Por el picor de mis dedos, algo malo se aproxima.
Jamás he visto un día tan hermoso y cruel.
¡Un tambor! ¡Un tambor! ¡Llega Macbeth, el traidor!
¡Salve, Macbeth! ¡Salve, señor de Glamis!
¿Quiénes son estas, que no parecen seres de la tierra, aunque habiten en ella?
¡Hablad, si es que podéis! ¿Quiénes sois?
¡Salve! ¡Salve! ¡Salve! ¡Salve!
¡Salve a vosotros!
- Salve, señor de Cawdor. - Salve, Macbeth, a ti, que serás rey.
Si podéis ver las semillas del tiempo y podéis saber qué grano crecerá y cuál no...
...habladme a mí, que nada imploro, ni me asusta vuestro favor o vuestro odio.
¡Salve! ¡Salve! ¡Salve!
- Eres menos que Macbeth... - Aunque más grande.
- No tan dichoso... - Pero mucho más dichoso...
Eres padre de reyes, aunque no seas rey.
¡Salve a vosotros, Macbeth y Banquo!
¡Fuera!
Quedáos, imperfectos oráculos, ¡decidme más!
Soy señor de Glamis, ¿pero por qué de Cawdor?
El señor de Cawdor vive, es un próspero caballero.
Llegar a ser rey está tan lejos de los imaginable como lo está ser Cawdor.
Mi señor Macbeth.
- Caballeros. - El rey ha recibido con gozo las nuevas de tu triunfo, Macbeth.
Cual gran hijo los correos llegaban uno tras otro, portadores de elogios a vuestra defensa del reino.
En nombre de nuestro rey, te damos las gracias. Y nos ordena que te llamemos "señor de Cawdor."
¿Puede el diablo decir la verdad?
Así pues, salve, noble señor, porque lo sois.
El señor de Cawdor vive, ¿por qué me vestís con ropas prestadas?
Quien lo era aún vive, aunque una grave sentencia pesa sobre esa vida, que merece perder.
Por alta traición confesada y probada que ha causado su ruina.
Señor de Glamis, y también de Cawdor, lo más grande está por llegar.
Quizá esta sobrenatural solicitud no sea mala, ni buena.
Si es mala, ¿por qué da muestras y señales...
...de triunfo partiendo de una verdad?
Soy... señor de Cawdor.
(Y si es buena, ¿por qué cedo ante una idea cuya horrible imagen...
...eriza mis cabellos y hace latir mi firme corazón en el pecho contra lo que dicta la naturaleza?).
Noble Macbeth, estamos a tus órdenes.
Perdonad. Han cruzado por mi mente cosas que... olvidé.
Despreciando el destino se reirá de la muerte y llevará su esperanza...
...más allá de la sabiduría, la gracia y el miedo.
¡Vayamos hacia el rey!
¡Salve!
Asombrado todavía ante semejante prodigio, llegaron mensajeros del rey, proclamándole...
..."señor de Cawdor', título con el que las brujas me habían saludado...
...remitiéndome a tiempos venideros al decir:
¡Salve, a ti, que serás rey!
(Estrellas, ¡ocultad vuestro fuego! Que la luz no vea mis más negros y ocultos deseos).
¡Mi señor Banquo!
¿No esperas que tus hijos sean reyes?
Quienes me dieron el título de Cawdor no prometieron menos para ellos.
Eso, creído a ciegas, podría avivar tus deseos de obtener la corona, no sólo el título de Cawdor.
Sin embargo, es extraño. A veces, para llevarnos a la perdición...
...los instrumentos de la oscuridad dicen verdades que...
...nos cautivan con juegos inocentes para traicionarnos de manera irreparable.
Tus hijos serán reyes.
Tú serás rey.
(Si el azar quiere que sea rey, quizá el azar me corone sin yo pretenderlo).
Cómo se abstrae nuestro amigo...
Salve a ti, Macbeth, que serás rey.
He creído conveniente contártelo a ti...
...querida compañera de mi grandeza, para que no dejes de disfrutar...
...la felicidad que mereces por ignorar la gloria...
...que se te promete. Guárdalo en tu corazón... ...que se te promete. Guárdalo en tu corazón...
...y adiós. ...y adiós.
(Ya eres Glamis. Y Cawdor. Y serás lo que se te ha prometido...
...Venid a mí, espíritus que atendéis los pensamientos de muerte. Despojadme del sexo...
...Ilenadme de la cabeza a los pies de la más terrible crueldad.
Espesad mi sangre, cerrad todas las puertas al remordimiento...
...que contritos sentimientos naturales no me distraigan de mi horrendo propósito...
...ni pongan obstáculos a su realización. Venid a mis pechos de mujer y transformad mi leche en hiel...
...embajadores de la muerte. Doquiera que estáis...
...esencias invisibles, ejecutáis las travesuras de la naturaleza.
Ven, noche espesa, y trae el lóbrego humo de los infiernos...
...para que mi ávido cuchillo no vea las heridas que inflinge...
...ni el cielo pueda penetrar el manto de tinieblas para gritar: "¡Alto! ¡Alto!").
Gran Glamis, noble Cawdor, y aún más grande, por el profético saludo.
Que ambas cartas me han llevado más allá del ignorante presente...
...y percibo cercano el futuro en este instante.
Amada mía...
...Duncan vendrá esta noche.
Y... ¿cuándo... partirá?
Mañana.
Así lo ha decidido.
Nuestro invitado no verá el sol mañana.
Tenemos que hablarlo.
Muéstrate alegre y deja todo lo demás en mis manos.
Tu rostro, mi señor, es como un libro donde se puede leer lo que va a pasar esta noche.
Haz que tu semblante oculte lo que tu alma medita...
...da la bienvenida con tu mirada, tus manos y tu lengua.
Adopta el inocente aspecto de la flor.
Pero sé la serpiente que hay tras ella.
¡El rey Duncan!
Cuando Duncan esté durmiendo, pues el fatigoso viaje que hizo hoy ha de invitarle a un profundo sueño...
...drogaré el vino de sus sirvientes.
(El rey Duncan es mi deudo, y ha sido tan humilde en el poder y tan justo en el gobierno...
...que sus virtudes clamarían cual ángeles con voces de trompetas...
...contra la abominación de hacerlo desaparecer. Y la piedad...
...como un recién nacido que galopa desnudo en la tormenta...
...o como querubín del cielo que cabalga los invisibles correos del aire...
...expondría este acto horrible a los ojos de todos...
...y las lágrimas sofocarían el viento).
Que el arcángel san Miguel nos guarde y proteja de las astutas maquinaciones del diablo.
¡Oh, príncipe de la sagrada forma, por tu divino poder...
...arroja al infierno a Satanás y a los espíritus infernales...
...que vagan por el mundo buscando la perdición de las almas!
Amén.
Renunciamos a Satanás.
¿Renunciáis a Satanás? Renunciamos a Satanás.
Renunciamos a Satanás.
- ¿ Y a sus obras? - Renunciamos a sus obras.
- ¿ Y a sus pompas? - Renunciamos a sus pompas.
- Amén. - Amén.
- Hijo mío, ¿ha sido ejecutado el señor de Cawdor? - Mi señor, así es.
Confesó su culpa con franqueza e imploró vuestro perdón con muestras de hondo arrepentimiento.
Lo más honroso de su vida fue su forma de abandonarla.
Murió como quien ya ha estudiado su muerte...
...y se desprendió de lo que más estimaba como de algo fútil.
No hay ningún arte que descubra en un rostro la constitución del alma. Fue un caballero...
...en quien deposité mi absoluta confianza.
Pero, ¿dónde está Macbeth, el señor de Cawdor?
¡Oh, poderoso Cawdor! Si tus méritos fueran menores...
...la medida de otorgar gratitud habría estado de mi parte.
La ayuda y lealtad que os debo están pagadas con su cumplimiento.
Noble Baquo... tú, sin duda, no mereces menos, y tampoco habrá de ser menor mi gratitud.
Dame tu mano.
Este huésped del estío, el vencejo que habita en los templos...
Este huésped del estío, el vencejo que habita en los templos... ...aprueba con su amor a este lugar.
...aprueba con su amor a este lugar.
El seductor aroma el cielo exhala aquí.
No hay cornisa, friso, contrafuerte o atalaya...
...donde este pájaro no haya prendido su lecho y su nido fecundo...
...donde ellos más crían y residen, según he observado...
...es delicado el aire.
(Si todo terminara una vez hecho, sería conveniente acabar pronto...
...Si pudiera el asesinato frenar sus consecuencias y al desaparecer asegurar el éxito...
...de modo que este golpe fuese a un tiempo todo...
...Y fin de todo. Aquí, sólo aquí, en esta orilla y vacío del tiempo...
...se arriesgaría la vida por vivir.
Pero es en estos casos donde se nos juzga, pues damos...
...sangrientas instrucciones que, aprendidas, atormentan a quien las dio.
La imparcial mano de la justicia pone el cáliz, envenenado por nosotros...
...en nuestros propios labios).
Cuando en el sueño como en la muerte, se hundan sus ebrias naturalezas...
...¿qué no podremos hacer contra un Duncan indefenso tú y yo?
¿Qué no pondremos en la cuenta de sus beodos oficiales...
...para que carguen con nuestro crimen?
Trae al mundo solo varones...
...porque tu duro metal debe forjar únicamente machos.
¡Seyton!
¿Cómo no van a creer si manchamos con sangre a los dos que duermen junto a él...
...y usamos sus dagas?
¿ Y quién pensará de otra forma cuando hagamos rugir nuestro dolor y nuestro llanto sobre su muerte?
Déjame el resto a mí.
- ¿Cómo va la noche? - Se ha ocultado la luna, pero no he oído el reloj.
- ¿Cómo va la noche? - Se ha ocultado la luna, pero no he oído el reloj. - Ten, toma.
- Ten, toma.
El cielo economiza, ha apagado todas sus luces.
Toma esto también.
El cansancio me pesa como plomo, mas no quiero dormir.
Piadosos poderes, frenad en mí los malditos pensamientos que la naturaleza me trae al reposar.
Dame mi espada. ¿Quién va?
Un amigo.
Mi señor, ¿todavía en pie?
El rey ya duerme. Ha estado más alegre de lo habitual, y repartió regalos...
...entre tus oficiales. Con este diamante saluda a tu esposa.
Anoche soñé con las tres brujas. A ti te dijeron la verdad.
No pienso en ellas.
Buen reposo entretanto.
Lo mismo te deseo.
(Ahora, diríase que sobre medio mundo la naturaleza ha muerto.
Mis sueños perversos engañan al sueño oculto tras el dosel...
...la mujer ya celebra los ritos de la pálida Hécate y el escuálido crimen, avisado por su centinela...
...el lobo, cuyo aullido es alarma, con sigilosas y lascivas zancadas...
...avanza como un fantasma.
¿Es una daga lo que veo ante mí, tendiéndome su empuñadura?
¡Ven, déjame cogerte!
No te tengo, y sin embargo aún te veo.
Me indicas el camino por el que ya avanzaba...
¡Visión fatal! ¿No eres sensible al tacto y la mirada?
¿O eres tan solo un puñal en mi mente?
Una imagen falsa que surge de mi cerebro oprimido por la fiebre...
¡Aún te veo! Y también en tu hoja y empuñadura las gotas de sangre...
...que antes no estaban.
...que antes no estaban. ¡No puedes ser real!
¡No puedes ser real!
¿Quién está ahí?
¿Quién está ahí? ¿Qué ocurre?
¿Qué ocurre?
La puerta está abierta.
Y los guardias embriagados se burlan de su oficio con ronquidos.
No podemos seguir con esta empresa.
¿Qué ocurre? ¿Estaba ebria la esperanza que te vestía?
¿Es que dormía y despierta ahora a verte impávida frente a lo que antes miró con arrogancia?
Desde este instante así es como consideraré tu amor.
¿Sientes miedo de que tus actos y tu valor igualen a tus pensamientos y deseos?
Tengo el valor que tiene cualquier hombre.
Quien se atreve a más no lo es.
¿Qué fiera fue la que te hizo proponerme una empresa como esta?
Cuando lo hiciste, entonces fuiste de verdad un hombre.
Y por ser más de lo que eras me pareciste mucho más hombre.
Yo he dado la leche a mis hijos y sé muy bien cuán tierno es amar a la criatura que amamantas...
Pues bien, en ese instante en que sonríe, yo habría arrancado mi pezón de sus blandas encías...
...y aplastado su cabeza, de haberlo jurado como lo juraste tú.
- ¿ Y si fracasamos? - ¿Fracasar?
Amarra tanto como puedas las cuerdas de tu valor...
...y no fracasaremos.
Tierra segura y firme...
...no escuches mis pasos, vayan donde vayan...
...no sea que tus mismas piedras pregonen mi crimen.
Han dado la hora. La campana me invita.
No la escuches, Duncan. Su tañido te llama al cielo... ¡o al infierno!
Lo que a ellos ha embriagado, a mí me da aliento.
Lo que a ellos apaga, a mí me da valor.
Paz. Sólo es el búho que chilla.
Está tardando demasiado.
¿Quién está ahí? ¿Qué ocurre?
Temo que despierten antes de que acabemos.
El intento, y no el acto, es lo que nos perderá.
Dejé las dagas dispuestas, ha tenido que verlas.
- Esposo mío... - Ya está hecho.
¿No has sentido un rumor?
El grito de un búho y el canto de un grillo.
- ¿No hablaste? - ¿Cuándo?
- Ahora. - ¿AI bajar?
- ¡Sí! - ¡Calla!
- ¡Qué horrible visión! - ¡Qué necedad! ¿Por qué te parece horrible?
Uno de ellos... reía en sueños. Y el otro me gritó "¡Asesino!"
Se despertaron el uno al otro y yo me quedé inmóvil.
Pero solamente rezaron y se dispusieron a dormir otra vez.
- Ahora ambos duermen. - Uno gritó "¡Dios nos bendiga!"
...y "Amén" el otro.
Cuando contemplaron mis manos de verdugo, no pude decir "Amén"...
...no puede repetirlo. - No pienses en ello, ¡calma ese terror!
¿Por qué no fui capaz de pronunciar un "Amén"?
Más que nunca necesité una bendición...
...pero el "amén" se me pegó al paladar.
Silencio... no podemos seguir cavilando sobre esto...
...de lo contrario, enloqueceremos.
De haber muerto una hora antes de este suceso...
...mi vida habría sido feliz. Pero desde este instante...
...nada vale la pena en esta vida mortal, todo es como un juguete.
El renombre y la gracia han muerto...
...se ha derramado el vino de la vida y sólo quedan posos de los que jactarse en la bodega.
Ve a buscar agua...
...y borra de tus manos ese testigo inmundo.
¡Por qué has traído contigo esas dagas!
Deben estar allí.
¡Ve! ¡Devuélvelas! Y mancha de sangre a los centinelas.
No volveré allí.
Me da miedo pensar en lo que he hecho.
No tengo valor para verlo de nuevo.
¡Qué voluntad tan débil!
Dame esas dagas. Los dormidos y los muertos no son más que imágenes.
Nadie sino un niño siente miedo al ver al diablo gritar.
Si Duncan aún sangra, colorearé los rostros de los guardianes...
...pues deben parecer culpables.
¿Desde dónde llaman? ¿Qué me ocurre?
El menor sonido me horroriza...
¿Qué manos son estas que...
...me arrancan los ojos?
¿Podrá todo el océano lavarme esta sangre de las manos?
No, antes mis manos teñirían los mares infinitos, convirtiendo...
...su color verde...
...en rojo.
Mis manos tienen ya el color de las tuyas, pero me avergonzaría tener el corazón tan blanco.
Vamos a nuestra alcoba.
Un poco de agua purificará este acto.
¿ Ves qué fácil ha sido?
¡Escucha! ¡Llaman otra vez!
Ponte la ropa de dormir, no vayan a descubrir que estábamos en vela.
Sabed lo que he hecho, sería mejor no conocerme.
¡Despierta, Duncan, con tus golpes!
...ojalá pudieras.
¿Quién va?
Gente de paz. Qué plaga de desvaríos...
¡Llama, llama! ¡Toc-toc-toc!
- Mi señor Macduff. - ¿Hasta tan tarde estuviste en pie, amigo...
...que has tardado tanto? - La verdad, señor, estuvimos de juerga...
...hasta que cantó el segundo gallo. - ¿Se ha levantado tu amo?
Macduff.
Buenos días, noble señor.
Buenos días a los dos.
¿Está ya el rey levantado?
- Aún no. - Me ordenó que le llamara temprano...
...y casi pasa de la hora. - Allá está la puerta.
Me tomaré la libertad de entrar.
- ¿Tiene pensado el rey partir hoy? - Eso creo, así lo decidió.
La noche ha sido agitada. El viento ha derribado chimeneas...
...y, según dicen, se escucharon lamentos en el aire...
...extraños gritos de muerte y proféticas voces de acento terrible...
...que anunciaban catástrofes y sucesos confusos para este tiempo de miseria.
Las aves nocturnas clamaron durante toda la noche.
Algunos dicen que la tierra tuvo fiebre y tembló.
Tremenda noche.
¡Asesinato! ¡Traición!
- ¿Qué dices? ¿Te refieres a su majestad? - ¡Tocad alarma!
¡Despertad Banquo! ¡Malcolm, despierta! ¡Malcolm!
¡Despierta! ¡Despierta!
- ¡Señor! - ¡Asesinato! ¡Traición!
¡Banquo! ¡Malcolm! ¡Malcolm despierta!
- ¡Esposo! - Horror...
...¡horror! Ni el corazón ni la lengua podrían decirlo o concebirlo.
La destrucción ha completado su obra maestra.
El más sacrílego asesino ha violentado el sagrado templo del señor...
...y ha borrado la vida de su santuario.
¡Despertad!
¿Qué mal ha ocurrido?
El tuyo, y aún no lo sabes.
El principio, el origen, la fuente de tu sangre se ha agotado.
Su mismo manantial se ha detenido.
Su mismo manantial se ha detenido. Vuestro real padre ha sido asesinado.
Vuestro real padre ha sido asesinado.
- ¿Por quién? - Los guardias de su alcoba...
...según parece, lo hicieron.
¡Sus manos y rostros estaban manchados de sangre, también sus dagas!
En sus rostros se reflejaba el delirio, no se les debió confiar la vida de hombre alguno...
...pero aún así me arrepiento del arrebato que me impulsó a matarlos.
- ¿Por qué hiciste tal cosa? - Ahí yacía Duncan...
Su plateada piel bordada con el oro de su sangre...
...sus hondas heridas parecían una brecha en la naturaleza...
...¡una devastadora entrada de la muerte! Cerca de él los asesinos...
...teñidos del color de su oficio, las dagas cubiertas de cuajarones de sangre...
- ¿Quién que amase al rey hubiera podido contenerse? - A mí, ¡ayudadme!
¡Cuidad de ella!
Cuando hayamos cubierto nuestra desnuda fragilidad, que sufre así expuesta...
...nos reuniremos para indagar tan sangrientos hechos y conocerlos mejor.
- El miedo y los escrúpulos nos turban. - Yo confío en la gran mano de Dios.
Yo también.
- Y todos. - ¿Cómo va el mundo, señor?
- ¿No lo veis vos mismo? - ¿Se sabe quién cometió tan horrible acto?
- ¿No lo veis vos mismo? - ¿Se sabe quién cometió tan horrible acto? Aquellos que Macbeth hirió de muerte.
Aquellos que Macbeth hirió de muerte.
He vivido horas pavorosas y cosas extrañas...
...pero esta noche reduce a nada lo que conocía.
Por el reloj es de día. Pero la oscura noche estrangula ya...
...la luz errante. ¿Es porque triunfa la noche o es que...
...el día se avergüenza y la oscuridad sepulta el rostro de la Tierra cuando...
...la luz tendría que besarlo? - Todo es contra natura, como el acto que se cometió.
- ¿Qué vas a hacer? - ¿Hacer?
En este lugar las sonrisas de los hombres son dagas.
Cuanto más cercanos de sangre, más sanguinarios.
¡A caballo pues!
- ¡Esposo mío! - ¡No os preocupe que parta sin despedirme, sino que escape!
¡Seyton!
- Adiós, padre. - Que Dios vaya contigo.
Y con los que hacen bien del mal y amigos de los enemigos.
Ya lo tienes.
Eres rey, Cawdor y Glamis. Todo. Como las brujas te prometieron.
Pero me temo que has tenido que jugar sucio para conseguirlo, mas te fue dicho...
...que no pasarías a la posteridad. Y que yo mismo sería padre y raíz de muchos reyes.
Si las brujas dijeron la verdad, como sobre ti, Macbeth, brillaron sus palabras...
...porque si esas verdades se han cumplido contigo...
...¿por qué no ha de ocurrir lo mismo con mis oráculos...
...para darme esperanzas?
- Malcolm y Macduff han huído a Inglaterra. - Huyeron a Inglaterra.
Cuando encontremos el momento apropiado hablaremos más de este asunto...
...si tienes tiempo. - Cuando gustes, mi señor.
Si aceptas mis planes, llegado el momento tendrás tus honores.
Mientras no los pierda al intentar aumentarlos.
Os falta lo que necesita toda criatura.
- Dormir. Al lecho. Venid. - Hemos herido a la serpiente...
...sin matarla. Se curará, volviendo a ser la misma, y nuestra pobre malicia...
...seguirá a merced de sus colmillos.
- ¿Banquo? - ¡ÉI increpó a las brujas cuando me dieron...
...el nombre de rey y les pidió que le hablaran! Ellas le saludaron como padre de una estirpe de reyes...
...sobre mi cabeza pusieron una inútil corona... ¡Y me hicieron empuñar un cetro estéril!
¡Que algún día arrancará una mano extraña sin que ningún hijo mío me suceda!
¡He corrompido mi alma por el linaje de Banquo!
¡Por ellos he asesinado a mi noble rey Duncan!
He llenado de rencor mi copa sólo por ellos y he dado mi joya eterna al...
...común enemigo de todos los hombres, solo para hacerlos reyes.
La estirpe de Banquo... reyes.
Aquello... no tiene remedio. No debe ser... considerado.
Lo hecho, hecho está. Al lecho, al lecho, vamos.
Iré a dormir.
Mi extraño desvarío no es sino el miedo inmaduro...
...que aún requiere una dura práctica.
Somos jóvenes, todavía.
¡Mi señor!
Creí escuchar una voz que gritaba "No vuelvas a dormir'...
...pues Macbeth mata el sueño.
El inocente soy yo. El sueño que enmaraña los hilos de las preocupaciones...
...la muerte de la vida de cada día, ¡bálsamo de las mentes heridas!
¡Plato fuerte de la naturaleza y alimento del festín de la vida!
- ¿Qué quieres decir? - ¡Y seguía gritando por todas partes!
¡No duermas más! Glamis asesinó al sueño...
...y por tanto Cawdor... no dormirá más.
Macbeth.
No dormirá más.
Como el heno lo he de secar...
...ni de noche ni de día dormirá.
Tras la cortina de sus párpados, como un condenado ha de vivir.
De nada sirve esta corona, si no hay seguridad.
¿Qué hizo para tener que huir del país?
- Debéis tener paciencia, señora. - ÉI no la tuvo.
Su fuga fue locura. Cuando no son nuestros actos...
...es el miedo el que nos vuelve traidores. - ¿Ignoráis si lo hizo...
...por prudencia, o por temor? - ¿Prudencia? ¿Abandonar a su mujer...
...y a sus hijos en un lugar del que él mismo debe huir?
Hemos oído que Macduff y Malcolm han huido sin confesar su cruel asesinato.
Y cuentan a quien les escucha extrañas invenciones.
Hablaremos mañana, ha llegado nuestro huésped de honor.
Si os hubiéramos olvidado, se habría creado un vacío en nuestro banquete...
...hubiera sido un error imperdonable. - Esta noche, señor, daré una cena solemne...
...para la que requiero vuestra presencia.
Disponed de mí, noble majestad.
- ¿ Vais a cabalgar esta tarde? - Así es, mi buen señor.
De no ser así hubiéramos solicitado vuestra opinión en el consejo de hoy.
Quede para mañana.
¿ Vais muy lejos?
Tanto, señor, como nos permita el tiempo que queda para la cena.
¡No faltéis al festín!
Mi señor, no faltaré.
Id con Dios.
Que cada cual sea señor de su tiempo hasta las siete de la tarde.
Para dar a los invitados la mejor bienvenida, nos retiraremos hasta la hora de la cena.
Hasta entonces, ¡id con Dios!
Nuestro miedo a Banquo ha calado en lo más hondo.
Y hay algo en su realeza natural que debe ser temido.
Grande es su atrevimiento, y al carácter indómito de su alma...
...añade una sabiduría que guía su valor para actuar con seguridad.
A ningún otro ser temo más. Y bajo él mi genio se encoge.
Como el de Marco Antonio ante César.
¡Que la máquina del mundo... se desmembre!
Que cielo y tierra sufran...
Antes que comer nuestra comida con miedo y que dormir con la aflicción...
...de estos terribles sueños que nos sacuden en la noche!
Mejor estar con los muertos, a quiénes para estar en paz a la paz enviamos...
...que yacer con la mente atormentada en delirio incesante.
Duncan está en su tumba.
Tras la convulsa fiebre de la vida, duerme bien.
Tras la convulsa fiebre de la vida, duerme bien. La traición hizo lo peor. ¡Ni el puñal, ni el veneno, ni la perfidia...
La traición hizo lo peor. ¡Ni el puñal, ni el veneno, ni la perfidia...
...ni la fuerza exterior! Nada.
- ¿Esperan esos hombres mis órdenes? - Sí, mi señor, están a las puertas de palacio.
Tráelos ante mí.
- ¿No fue ayer cuando hablamos? - Así fue, justo ayer, majestad.
- ¿ Y bien?
¿Habéis considerado mis palabras? Debéis saber que él ha sido el causante de vuestros males...
...y no yo como pensábais.
Así nos lo hiciste saber.
¿La paciencia predomina tanto en vuestro ánimo como para dejar que esto siga así?
¿Manda el evangelio que recéis a Dios por ese hombre y su linaje...
...cuando su mano os envió a la tumba y empobreció a los vuestros?
¡Somos hombres, señor!
Sí, estáis catalogados como hombres, igual que el lebrel, el galgo, el perdiguero...
...el de aguas, el faldero o el lobo. Todos reciben el nombre de perro.
Si el puesto que ocupáis en la lista no es el grado más bajo de la humanidad...
...¡decidlo! - ¡Yo, señor, soy de aquellos que los viles golpes...
...y los azotes de la vida han enfurecido tanto que haría cualquier cosa para vengarme del mundo!
¡Y yo!
¡Y yo! Y el mío también.
Y el mío también.
Los dos sabéis que Banquo es vuestro enemigo.
Los dos sabéis que Banquo es vuestro enemigo. ¡Y tan encarnizado que cada minuto de su vida se clava en el centro de la mía!
¡Y tan encarnizado que cada minuto de su vida se clava en el centro de la mía!
- Haremos, señor, aquello que mandéis. - A través de vosotros brilla el valor.
A lo sumo, en una hora os diré el lugar donde debéis apostaros.
Y os informaré oportunamente del momento preciso.
Ha de hacerse esta noche. Y a cierta distancia del castillo.
Debo quedar libre de sospecha. Y junto a él, para que no haya defectos en la acción...
...Fleance, su hijo, que le acompaña, y cuya desaparición me importa tanto como la del padre...
...debe abrazar el destino de esa hora oscura.
- Podéis decidirlo a solas. Volveré enseguida. - Ya está decidido, mi señor.
Entonces queda acordado. Si el alma de Banquo está destinada a encontrar el cielo...
...tendrá que hacerlo esta noche.
Borrad, mi señor, las arrugas de vuestro ceño.
Sed jovial y alegre con los invitados esta noche.
Los escorpiones inundan por completo mi mente, querida esposa.
¡Regocíjate, pues! ¡Antes de que el murciélago concluya su vuelo por el claustro!
Antes que a la llamada de la negra Hécate el escarabajo de dura coraza con su somnoliento zumbido...
...haga sonar la campana que bosteza en la noche...
...se producirá un hecho de horribles ecos. - Señor...
...¿qué vais a hacer? - Es mejor que no sepáis de que se trata...
...querida mía, hasta que podáis aplaudirlo.
Ven, noche ciega, venda los tiernos ojos de este penoso día, y con tu mano...
...invisible y sangrienta, ¡detén y despedaza esta gran atadura!
Ya se espesa la luz y el cuervo aletea hacia el oscuro bosque...
Todo lo bueno del día se adormece y marchita, mientras los negros agentes de la noche...
...se despiertan para la rapiña.
Aún brillan en poniente los destellos del día...
...y rezagado el viajero espolea con brío para llegar a tiempo a la posada.
¡Ya se acerca...
...la razón de nuestra espera! - ¡Silencio!
- ¿Es él? - Espera.
- Esta noche lloverá. - Deja que caiga.
¡Huye Fleance! ¡Huye! ¡Huye!
El hijo ha huido.
Hemos perdido la mitad de la paga.
Bien, partamos y demos cuenta de los hechos.
- Tienes sangre en el rostro - Es la de Banquo, señor.
- ¿Quedó muerto? - Mi señor, le cortamos el cuello.
Bien. Eres el mejor degollador, mas también es bueno el que hizo lo mismo con Fleance.
Majestad, Fleance ha escapado.
¡Vuelve así mi angustia! ¡Me habría sentido feliz, compacto como el mármol...
...firme como la roca, libre como el aire que nos cubre!
¡Pero ahora me veo encerrado, atrapado, confinado! ¡Prisionero de mis dudas y mis miedos!
- ¿Pero Banquo murió? - Sí, mi buen señor.
- Seguro, señor... cayó en una fosa, con veinte heridas en la cabeza, la menor de ellas...
...mortal. - Os doy las gracias.
(Ya lo tienes. Eres rey, Cawdor y Glamis. Todo. Como las brujas te prometieron. Pero me temo...
...que has tenido que jugar sucio para conseguirlo. Has tenido que jugar sucio para conseguirlo.
Mas te fue dicho que no pasarías a la posteridad, y que yo mismo sería padre y raíz de muchos reyes.
- ¿lréis muy lejos? - Tanto, señor, como nos permita el tiempo que...
...falta para la cena. - No faltéis al festín.
- Mi señor, no faltaré. No faltaré. No faltaré. No faltaré.
No faltaré a vuestro festín).
Ya conocéis vuestro rango.
Sentaos.
Del primero al último, mi más cordial bienvenida.
Estaría aquí toda la nobleza del país...
...si estuviera la ilustre persona de Banquo presente. - Su ausencia, señor, hace culpable su promesa.
Perdón, majestad, todavía no habéis brindado.
Dulce consejera mía. ¡Brindo por nuestro amigo Banquo...
...a quien echamos de menos! ¡Ojalá estuviera aquí!
¿Quién de vosotros lo ha hecho?
¿Qué turba a vuestra majestad?
No podéis decir que lo hice yo.
¡No sacudas tu ensangrentada cabellera ante mí!
- ¡Caballeros en pie! Su majestad está indispuesto.
- Sentaos, nobles amigos, a mi señor le ocurre a menudo. Ha sido así desde su juventud.
Mira, mira, ¿qué dices?
Ved esto, señores, como algo habitual.
No es otra cosa, aunque nos enturbie la alegría del momento.
¡Qué vergüenza! Aún sigues tumbado...
¡Lo que ves allí es solo un asiento!
¡Atrás! ¡aléjate de mi vista! ¡que la tierra te trague!
¡Tus huesos están vacíos y tu sangre está fría!
No hay consideración en esos ojos con que me miras.
Estos accesos pasan pronto, en un momento volverá a estar bien.
A cuanto se atreva un hombre, yo me atrevo.
¡Ven a mí como el feroz oso de Rusia o como el rinoceronte armado!
¡Con cualquier aspecto, menos ese!
Mis firmes nervios ¡te juro que no temblarán!
¡O vuelve a la vida y desafíame en el campo con tu espada!
¡Y si me quedo aquí temblando, considérame la muñeca de una niña!
¡Atrás!
¡Atrás, horrenda sombra!
Es solo el cuadro que pinta vuestro miedo.
El puñal dibujado en el aire que, según dijisteis...
...a Duncan nos condujo.
Qué, qué me importa...
...si puedes asentir, háblame.
Si las tumbas nos devuelven a los que te damos...
...¡nuestros mausoleos habrán de ser el vientre de los buitres!
¡Qué vergüenza!
La sangre se ha derramado desde los tiempos antiguos, antes de que la ley de los hombres...
...lograra suavizar los estados. Sí, desde entonces se han cometido horrendos crímenes...
...demasiado terribles al oído.
En otros tiempos, si a un hombre le machacaban el cráneo, todo se acababa, ese era el fin.
En cambio, ahora vuelven a alzarse con veinte vidas mortales en la cabeza...
...y nos expulsan de nuestros sitiales.
Esto es más extraño...
...que tal crimen en sí.
Al menos me hacéis dudar, incluso de mi propia disposición...
...cuando pienso que podéis contemplar visiones tales y conservar el rubor natural de la mejillas...
...mientras el miedo blanquea las mías.
¿Qué visiones, señor?
Os lo ruego, no habléis, pues su mal podría aún empeorar.
Las preguntas le enfurecen. Así pues, buenas noches.
¡No es necesario que esperéis a salir en el orden debido! ¡Marchaos!
¡Enseguida!
Buenas noches, que mejore la salud de su majestad.
Eso esperamos. Buenas noches a todos.
Habrá sangre, según dicen.
La sangre llama a la sangre.
Se sabe de piedras que se mueven y de árboles que hablan. Augurios.
Señales que entienden muy bien el cuervo, la urraca y el grajo.
Han descubierto al asesino más oculto.
¿Cómo está la noche?
Riñendo ya con la mañana. ¿Cuál vencerá?
Me han dicho que Macduff rehusó nuestra invitación, y se niega a obedecerme.
¿Le mandásteis llamar, señor?
No, aún no lo he hecho. Pero lo ordenaré.
No hay ninguno de estos en cuya casa yo no mantenga a un criado.
Van a tener que hablar.
Estoy decidido a conocer con los peores medios... lo peor.
¡Y ahora qué!
¡Secretas y negras brujas de la noche!
¡Yo os conjuro por aquello que profesáis, sea cual sea vuestro saber! ¡Respondedme!
¡Aunque desatéis los vientos para que se estrellen contra las iglesias!
¡Aunque las encrespadas olas se traguen todo cuanto navega!
¡Aunque el grano verde y los árboles sean abatidos por el viento!
¡Aunque los castillos se derrumben sobre sus guardias!
¡Aunque los palacios y pirámides inclinen la frente hacia sus cimientos!
¡Aunque se mezclen las preciadas semillas de la naturaleza hasta besuquear a la misma destrucción!
¡Contestadme!
¡Contestadme!
¡Macbeth! ¡Macbeth! ¡Macbeth!
¡Guárdate de Macduff! ¡Macduff!
¡Guárdate de Macduff!
Ha huido a Inglaterra. Pero le encontraré.
Pasaré por el filo de mi espada a su esposa, a sus hijos y a los desventurados...
...que comparten su linaje. No más necias bravatas.
Consumaré la acción antes de que el propósito se enfríe.
¡Macbeth! Sé sanguinario, atrevido y resuelto.
Puedes mofarte del poder de los hombres, porque nadie nacido de mujer hará daño a Macbeth.
Macbeth no podrá ser vencido hasta que el gran bosque de Birnam...
...por la alta colina de Dunsinane no avance contra él.
Eso nunca ocurrirá. ¿Quién puede presionar al bosque u ordenar al árbol...
...que arranque sus raíces de la tierra? Dime por eso, Macduff, ¿por qué habría de temerte?
¡Guárdate de Macduff! ¡Guárdate de Macduff!
Me aseguraré por partida doble arrancando al destino un compromiso.
No vivirás, para que pueda llamar mentiroso al pálido miedo y dormir a pesar del trueno.
- Macbeth no podrá ser vencido... - ¡Hasta que el bosque de Birnam llegue a Dunsinane!
Dulces presagios, ¡bien! ¡Rebeldes muertos! ¡No os alcéis hasta que el bosque de Birnam se mueva...
...y el egregio Macbeth viva lo que prevé la naturaleza y rinda su último suspiro...
...A la hora prevista.
¿Qué? ¿No es así?
Sí señor, así es.
Tu padre ha muerto, hijo mío. ¿Qué será ahora de ti?
- Mi padre no está muerto, pese a lo que decís. - Sí que lo está.
- ¿Cómo encontrarás otro padre? - Madre, ¿cómo encontraréis vos otro marido?
- Puedo comprarme veinte en cualquier mercado. - Entonces los compraréis para revenderlos.
Hablas con agudeza, a pesar de tu corta edad.
¿Fue mi padre un traidor, madre?
- Sí, lo fue. - ¿Qué es un traidor?
Es... uno que jura y miente.
- ¿ Y todos los que así hacen son traidores? - Quienquiera que hace eso es un traidor...
...y debe ser ahorcado. - ¿Decís que todo el que jura y miente debe ser ahorcado?
- Todos ellos. - ¿ Y quién los ahorcará?
- Los honestos. Los hombres honestos. - Entonces los que juran y mienten son necios.
¿Por qué hay tantos perjuros y mentirosos que vencerían a los hombres honestos, y podrían cogarlos?
Dios te proteja, hijo mío, ¿cómo encontrarás otro padre?
Si estuviera muerto lloraríais por él, y si no lo hiciéseis, sería señal de que pronto...
...iba a tener un nuevo padre. - Pequeño charlatán, cómo hablas.
- Que Dios os bendiga, señora.
Temo que algún brutal peligro se os aproxima. Que no os encuentren aquí, huid con los pequeños.
Sé que es brutal asustaros de este modo, pero haceros algo peor...
...sería una atroz crueldad cuando ya la tenéis tan cerca.
- Que Dios os bendiga. - ¿Adónde puedo huir?
No puedo detenerme.
¿Qué pecado he cometido?
- ¿Dónde está vuestro marido? - Espero que en algún lugar que no podáis encontrarle.
- ¡Es un traidor! - ¡Mientes!
No queda nada. Todo es inútil si nuestro deseo se colma... sin satisfacción.
He llegado tan lejos en el camino de la sangre que si ahora no avanzase más...
...tanto daría volver como llegar al final. - Es mejor ser lo que nosotros mismos destruimos...
...que con la destrucción vivir un dudoso placer.
Cada día que nace nuevas viudas gimen, nuevos huérfanos lloran...
...penas que golpean el rostro de un cielo que resuena como si las compartiera con Escocia...
...y gritara las mismas palabras de dolor. - Yo no soy un traidor. - Pero Macbeth lo es.
Creo que nuestra tierra sucumbe bajo el yugo. Llora, sangra, y cada nuevo día otra brecha se abre.
¡Por eso estoy seguro de que se alzarían manos en mi favor!
Aquí, en la noble Inglaterra, ya se me ofrecen miles de hombres.
¡Mirad quién viene!
- Buen Dios, aleja las causas que nos hacen parecer extraños. - Señores, Amén.
- ¿Sigue igual Escocia? - Desdichado país. Teme casi reconocerse.
No podemos llamarle madre, sino sepulcro. Un lugar donde nadie es capaz de sonreír...
...excepto los que nada saben. Donde suspiros, gemidos y gritos desgarran el aire...
...sin que a nadie sorprenda. Donde el violento dolor parece un éxtasis común.
Dobla la campana por un muerto y nadie pregunta por quién es.
Y la vida de hombres buenos se extingue antes de que las plantas den sus flores, y mueren antes de enfermar.
- ¿Cómo está mi esposa? - Bien.
- ¿ Y mis hijos? - También.
- ¿El tirano no ha perturbado su paz? - No, ellos estaban en paz cuando los dejé.
- No seáis mezquino en palabras. ¿Qué ocurre?
Tenéis que ayudarnos. Vuestra presencia en Escocia levantaría soldados, nuestras mujeres lucharían...
...para librarse de tan atroz aflicción. - Sea su consuelo que nos dirigimos hacia allá.
La noble Inglaterra nos presta a diez mil hombres.
Soldado más experto no lo hay en toda la cristiandad.
Ojalá pudiera responder con un consuelo igual.
Pero mis palabras deberían gritarse al aire del desierto...
...donde nadie pudiera escucharlas. - ¿De qué se trata?
- ¿La causa común? - No hay hombre honesto que no...
...comparta ese dolor, pero la mayor parte os concierne solo a vos.
Que tus oídos no maldigan para siempre mi lengua, pues voy a herirlos con el sonido más...
...horrendo que jamás han escuchado.
- Creo adivinarlo. - ¡Tomaron vuestro castillo!
...¡Y a vuestra esposa e hijos masacraron!
¡Que hable la tristeza! El dolor que no habla susurra al rebosante corazón...
...y le dice que explote.
- ¿A mis hijos también? - Esposa, hijos, sirvientes... A todo el que encontraron.
- ¿Por qué no estaba yo allí?
- Entonces, mi esposa, ¿ha muerto? - Ten valor...
...hagamos medicina de nuestra venganza para aliviar este mortal dolor.
¡ÉI no tiene hijos!
Todos mis pequeños, has dicho... ¿todos?
¡Buitre infernal!
Todos.
Mis pequeños polluelos y su madre...
...de un solo zarpazo. - ¡Responde como un hombre!
Así lo haré. Pero debo sentirlo también como un hombre.
¿Cómo olvidar que esas criaturas tenían una vida y que eran lo más preciado para mí?
¿Fue testigo el cielo y no se apiadó de ellos?
¡Sea esta la piedra con que afiles tu espada!
Y que el dolor en ira se convierta.
- No apagues tu corazón, ¡aviva su rabia! - Podría llorar como mujer, pero mi lengua hablaría como varón.
A los cielos les pido que hagan corta esta espera, que ahora mismo pongan a ese demonio...
...de Escocia enfrente de mí. Ponedlo al alcance de mi espada...
...y si escapa, que el cielo también le perdone.
Así es como habla un hombre.
- ¡Váyamos ante el rey! - El ejército está listo, ya tan solo nos falta partir.
Macbeth está maduro para la caída. Y los poderes superiores han dispuesto sus armas.
Debéis dar una tregua a vuestro dolor. No hay noche tan larga que no encuentre el día.
¡Alto!
- ¿Qué hace el tirano? - Ha fortificado el castillo de Dunsinane.
- Algunos dicen que está loco. - Otros que le odian menos lo llaman "furia valerosa"...
...pero lo cierto es que no puede ceñir su desesperada causa con el cinturón de la ley.
Ahora siente que sus secretos crímenes se le pegan a las manos...
...continuas rebeliones le reprochan su deslealtad.
Los que manda solo se mueven por sus órdenes, no por amor.
Ahora siente que su título le pesa como el manto de un gigante sobre un ladrón enano.
¡Huid! ¡Huid!
¡No me traigáis más noticias! ¡Que huyan todos!
Mientras el bosque de Birnam no venga a Dunsinane...
...el miedo no ha de mancharme.
¿Quién es el joven Malcolm? ¿Acaso no nació de mujer?
Los espíritus que conocen el porvenir y el destino de los mortales, así me lo predijeron.
No temas, Macbeth. Ningún hombre nacido de mujer tendrá nunca poder sobre ti.
¡Huid pues, falsos señores! ¡Y uníos a esos ingleses epicúreos!
Que el diablo te ennegrezca a fuerza de maldiciones, necio de blanco rostro...
- ¿De dónde sacaste esa cara de ganso? - ¡Señor! ¡Hay diez mil!
- ¿Gansos, villano? - Soldados, mi señor.
Pellizca esa cara y cubre de rojo tu temor, cobarde criatura. ¿Qué soldados, necio?
¡Maldita sea tu alma! Esas blancas mejillas son consejeras del miedo, ¿qué soldados son esos?
¡Las fuerzas inglesas, mi señor!
Quita de mi vista tu cara.
¡Seyton! Me duele el corazón cuando veo...
¡Seyton he dicho!
¡Esto me sentará en el trono para siempre!
...o me destronará.
(Ya he vivido suficiente. El sendero de mi vida...
...declina al atardecer, hoja que amarillea...
...y todo aquello que debería acompañar a la vejez...
...como amor, honor, obediencia, legiones de amigos...
...no lo puedo pretender).
- ¡Seyton! - ¿Qué deseáis, majestad?
- ¿Hay noticias nuevas? - Se ha confirmado, señor, cuanto os dijo el mensajero.
Dame mi armadura, enviad más caballos, que recorran la región. ¡Y que cuelguen a quien...
...hable de miedo! ¡Dadme mi armadura!
- ¿Cómo esta tu paciente, doctor? - No tan enferma, señor, como...
...atormentada por incesantes fantasías que le impiden descansar.
Cura el mal. ¿Acaso no puedes curar a un espíritu enfermo...
...arrancar de su memoria una pena arraigada? ¿Borrar el dolor escrito en su cerebro?
...y, con algún dulce antídoto de olvido limpiar su agobiado pecho de la peligrosa materia...
...que le oprime el corazón. - En ese caso, el paciente...
...es el que debe encontrar su remedio.
A los perros con tu medicina, ¡no la necesito!
¡Vamos! ¡Ponme la armadura! ¡Dame el bastón de mando!
¡Seyton! Que partan. Doctor, los nobles me abandonan.
¡Vamos, date prisa!
Si pudieras, doctor, examinar la orina de mi tierra...
...descubrir su enfermedad y devolverle la salud con alguna purga...
...te aplaudiría hasta que el mismo eco te devolviera el aplauso.
¡Date prisa te digo! ¿Qué jarabe o droga purgante conoces...
...que eche a esos ingleses de aquí?
No he de temer a la muerte o a la ruina...
...hasta que el bosque de Birnam venga a Dunsinane.
¡Alto!
- ¿Qué bosque es este? - ¡El bosque de Birnam!
¡Que cada uno de los soldado porte una rama y se cubra con ella!
¡De ese modo podremos enmascarar cuántos somos en realidad!
Y los espías se confundirán cuando informen sobre nosotros.
¡Así se hará!
Por dos noches he velado con vos y no he comprobado la verdad de vuestro relato.
Doctor, he visto cómo se levantaba del lecho, se echaba encima algo de ropa...
...abría su escritorio, tomaba papel, lo doblaba, escribía algo en él, lo leía después...
...y regresaba al lecho. Y todo eso en el más profundo de los sueños.
Y... ¿en algún momento la habéis oído hablar?
- Sí, doctor. Pero lo que he oído no voy a repetirlo. - Podéis decírmelo...
...Y conviene que lo hagáis. - ¡Miradla! Ahí viene...
...Y por mi vida... que está dormida.
- ¿Cómo es que lleva esa luz? - Siempre hay una luz a su lado. Así lo ordenó.
- Mirad, tiene abiertos los ojos. - Sí. Pero cerrados al sentido.
Aquí... queda una mancha.
- Mirad cómo se frota las manos. - Últimamente es un gesto habitual en ella...
...hacer como que se lava las manos.
¡Fuera! ¡Mancha! ¡Maldita! Fuera te digo...
La una, las dos... Ha llegado el momento de hacerlo.
El infierno es sombrío...
¡Vergüenza para mi señor!
¡Vergüenza!
¿Habéis oído eso?
Pero, ¿cómo aquel viejo podía tener tanta sangre en su cuerpo?
El señor tenía esposa...
¿Dónde está ahora?
¿Es que estas manos nunca estarán limpias?
¡Basta mi señor! ¡Lo empañáis todo con estos sobresaltos?
- Marchaos, marchaos. Ahora sabéis lo que no debíais saber. - Ella ha dicho lo que no debía. Eso ya lo sé.
Siento todavía el olor de la sangre...
...¡Ni todos los aromas de Arabia bastarían para perfumar esta diminuta mano!
- Su corazón rebosa dolor. - No quisiera tener en mi pecho un corazón así...
...por mantener la debilidad de mi cuerpo.
¡Lavaos las manos¡ ¡Poneos el camisón! ¡No estéis tan pálido!
¡Os lo vuelvo a decir! ¡Banquo está enterrado!
¡Y ya no puede salir de su tumba!
Oíd. Llaman a la puerta.
Al lecho, al lecho. Vamos, vamos.
Vamos. Dadme la mano.
Lo que se hizo no se puede deshacer. Al lecho, al lecho.
¡AAAAHHHHH!
Que Dios nos perdone a todos.
¿Qué es ese ruido?
- Son gritos de mujer, noble señor. - Casi había olvidado el sabor del miedo.
En otros tiempos hubiera congelado mis sentidos oír gritos nocturnos...
...y todos mis cabellos se habrían erizado con cualquier historia de horror, como si...
...tuvieran vida propia. Estoy saciado de violencia...
...el horror, tan familiar para mis criminales pensamientos, ya no me sobresalta.
- ¿Qué son esos gritos? - ¡La reina, mi señor! ¡Ha muerto!
(Hubiera debido morir más adelante. No es oportuna la ocasión para tales nuevas.
Mañana, y mañana, y mañana, se deslizan paso a paso...
...día a día, hasta la sílaba final del tiempo escrito.
Y todos nuestros oyeres han iluminado para los necios la cenicienta senda de la muerte.
Apágate, ¡apágate, fugaz llama!
La vida es tan solo una sombra andante, un pobre actor que se pavonea y consume su turno en escena...
...Para no volver a ser escuchado.
Es una historia contada por un idiota, llena de ruido y furia...
...y que nada significa).
¡Noble señor!
¡Debo informaros de lo que vi.! ¡Aunque ignoro como hacerlo!
Bien. Habla ya.
Mientras hacía guardia en la colina, dirigí los ojos hacia Birnam, y me pareció, de pronto...
...que el bosque empezaba a moverse.
Si me mientes, ¡del árbol más próximo te colgaré vivo! ¡Hasta que el hambre te consuma!
Si es cierto lo que dices, no me importa que hagas tú lo mismo conmigo.
Ya vacila mi ánimo. Y empiezo a dudar de los equívocos del demonio...
...que miente al decir la verdad.
No temas hasta que el bosque de Birnam venga a Dunsinane.
Y ahora, el bosque se aproxima a Dunsinane.
¡Alarma! ¡Alarma! ¡Adelante!
Aunque tanto da huir como permanecer aquí, empiezo a estar cansado de la luz del sol...
...quisiera ver destruido el orden de este mundo.
¡Que suene la campana!
¡Seyton!
¡Sopla viento! ¡Ven, destrucción!
¡AI menos moriremos con la armadura puesta!
¡Yo no peleo con viles mercenarios que alquilan su brazo al mejor postor!
¡O mataré a Macbeth o mi espada con el filo intacto retornará a su vaina!
¡La fuerza de nuestro castillo se mofará de su asedio!
¡Quedaos ahí!
¡Hasta que el hambre y la fiebre os consuman!
¡Si no os hubieran asistido quienes debían estar con nosotros, os habríamos hecho frente con valor!
¡Cara a cara!
¡Y os habríamos vencido y expulsado!
- El castillo se ha rendido sin resistencia. - Los enemigos luchaban a nuestro lado.
¿Dónde está aquel que no ha nacido de mujer?
¡Sólo a él debo temer!
- ¡Y a nadie más! - ¡Tirano aborrecible!
Tú naciste de mujer. No temo nada de ti.
¡De las espadas me río! Despreció las armas que blande el que nació de mujer.
¡Tirano!
¡Muestra tu cara!
Si caes herido y no es por un golpe mío, los fantasmas...
...de mis hijos y esposa por siempre me perseguirán.
Ven, perro del infierno, ¡vuelve!
De todos los hombres, eres el que más evito. ¡Apártate de mí!
...Pues mi alma no soporta que derrame más sangre de los tuyos.
Sobran las palabras, ¡mi voz es mi espada!
Mi vida está bajo un hechizo, no cederá ante ningún nacido de mujer.
No confíes en tu hechizo. Y deja que el demonio, señor al que todavía sirves, te diga...
...que Macduff fue arrancado del vientre de su madre muerta...
...antes de tiempo. ¡Antes de tiempo!
¡Maldita sea la lengua que así habla! ¡Jamás vuelva nadie a creer...
...en demonios engañosos que con dobles sentidos...
...se burlan de nosotros susurrándonos promesas...
...se burlan de nosotros susurrándonos promesas... ...al oído que traicionan nuestra esperanza, ¡no puedo luchar contigo!
...al oído que traicionan nuestra esperanza, ¡no puedo luchar contigo!
¡Ríndete entonces, cobarde!
Y vive para que sirvas de escarnio y espanto ante los hombres.
Te ataremos vivo a la picota como a un feroz monstruo...
...con un cartel en el que diga: "Aquí podéis ver al tirano."
No me rendiré...
...para besar la tierra que pise los pies del joven Malcolm...
...y para que me envíen las maldiciones de la plebe.
Aunque el bosque de Birnam haya venido a Dunsinane, y tú estés aquí, que no has nacido de mujer...
...lucharé hasta el final.
En guardia, Macduff. Y maldito sea el que primero grite...
"¡Alto!" o "¡Basta ya!"
¡Salve, rey, pues tal eres!
¡Mirad dónde se alza la maldita cabeza del tirano!
¡El mundo es libre!
¡Salve, Malcolm, rey de Escocia!
Paz. Acabó el hechizo.