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Bety Cariño vino a la plataforma de Dublín en febrero de 2010.
Ella era su propio sol que brillaba fuertemente.
Su pasión, compromiso y energía iluminaba todo.
Habló acerca de la lucha en la que estaba comprometida a defender
los derechos de los más pobres en Oaxaca.
Ella estaba trabajando en un ambiente bien peligroso,
pero estaba tan llena de vida,
tan llena de pasión por el trabajo,
tan comprometida en nombre de los que era menos afortunados que ella,
que fue un golpe muy, muy duro cuando supimos de su muerte,
sólo en tan pocas semanas después.
Hablé con Bety Cariño por skype en la mañana del 27 de abril.
Ella me dijo que había informado a la prensa local e internacional
acerca del acto en el que participaría y que también había informado a los oficiales locales
antes de irse para San Juan Copala.
Le di a Bety mi numero de celular móvil para que me contactara en caso de que algo ocurriera,
y dado la diferencia horaria entre México e Irlanda me fui de la oficina
y me lleve a casa toda la información que Bety me había dado
acerca del acto que estaba apunto de realizarse.
En México han aparecido más sobrevivientes tras un masivo ataque realizado
por las tropas paramilitares a una delegación humanitaria internacional
en el Estado sureño de Oaxaca.
Dos personas fueron asesinadas tras el atraque,
Bety Cariño quien era la Directora del grupo por los derechos mexicanos CACTUS
y Jyri Jaakkola un observador de Finlandia de los Derechos Humanos.
Ambos fueron disparados en la cabeza.
Lo que paso con el ataque al vehículo de asistencia humantaria
fue éste llevaba las necesidades, como ella dijo, a San Juan Copala
porque la comunidad ha estado bajo sitio desde enero.
Los paramilitares han bloqueado el acceso hacia la comunidad, está bloqueda.
La mujer que fue asesinada Bety Cariño,
era muy querida y muy importante para la región,
era la directora de CACTUS, que es una organización que defiende los derechos indígenas,
especialmente los de las mujeres indígenas,
y quizás ella era una de las íderes sociales más importantes
que estaban en el vehículo de asistencia humanitaria,
lo que hace sospechar que era a ella a quien le querían disparar en la cabeza.
El esposo de Bety Cariño sigue luchando por justicia al igual
que sus dos hijos los cuales no podrán ver a su madre mientras crecen,
pero sabrán que su madre murió tratando de proteger los derechos de otros.
Su trabajo es una inspiración constante por defender los derechos no sólo en México
sino que tambiénalrededor del mundo, algo que sigue vivo.
Y su hermoso trabajo que nos mostró en Dublín
se quedará con nosotros por mucho tiempo.�