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( Música )
El Hospital Español de La Plata, es un orgullo para la ciudad.
Es una de sus entidades mutualistas más importantes.
Es una referencia para la salud local y provincial por la calidad
de sus profesionales y su equipamiento médico de última generación.
En los últimos años, venía desarrollando un ambicioso programa
de infraestructura para aumentar su capacidad de internación,
ampliar el potencial de su equipamiento
e incorporar mayor cantidad de personal.
Este programa avanzaba a paso firme,
cuando un hecho de dimensiones catastróficas
lo colocó en estado crítico.
El pasado 2 de abril, la gigantesca inundación
que se abatió sobre la ciudad de La Plata,
provocó un verdadero desastre con más de 160 mil inundados.
El torrente de agua imparable,
también produjo daños enormes en las instalaciones del hospital.
La correntada desbordante, invadió el subsuelo,
donde se ubicaban todos los aparatos de última generación
de las áreas de diagnóstico por imágenes:
Tomografía, Resonancia Magnética, Densitometría, Ecografía y Rayos,
Hematología y Laboratorio, Cámara Gama, Cardiología y Hemodinamia,
junto a la sala de máquinas y el equipo de energía,
todo quedó en ruinas.
Podría haber ganado la desmoralización,
pero no, las energías de todos los empleados
y las autoridades de la institución,
que hicieron grande al hospital,
se hicieron nuevamente presentes para iniciar su reconstrucción.
A ellos, se plegaron los recursos humanos,
rodados y asistencia de Gobierno Nacional
y el protagonismo intenso y solidario de miles de jóvenes
que se plegaron a las tareas de reconstrucción.
Nuevamente, la patria fue el otro,
nuevamente la patria fue el que necesitaba ayuda.
El despliegue solidario de 24 cooperativas,
3 mutuales y más de 120 personas especializadas,
junto al personal del hospital y de toda la comunidad
logró garantizar, en sólo 3 días,
la electricidad de los pisos superiores
y avanzar en la recuperación de todas las instalaciones eléctricas.
Esa energía solidaria también se concentró
en la limpieza de los 3200 metros cuadrados del subsuelo devastado.
Previa desinfección, se retiraron 40 toneladas
de desperdicios en camiones especiales.
Finalmente, tras la limpieza se confeccionó
un cronograma de obras civiles: lijado de paredes,
desmonte de tabiques, de cielorrasos de yeso,
de puertas afectadas, y reposición de vidrios,
entre muchas otras tareas.
La reconstrucción estaba en marcha, y ya no se detendría,
pero esa inmensa energía solidaria no estuvo sola,
también estuvo la fe. En el epicentro de la devastación,
donde la fuerte correntada destrozó los grandes aparatos,
de gran volumen en inmenso peso, en una pequeña capilla,
la imagen de la virgen sobre el altar logró, inexplicablemente,
mantenerse erguida y limpia.
Otra Virgen sobre un pedestal más pequeño y otras de menor tamaño,
también lograron eludir la devastación,
como si las aguas furiosas se hubieran desviado
o no hubieran podido tocarlas.
La solidaridad es esa energía con la que se construye
la patria todos los días, miles de veces,
gracias a ella hoy el hospital ya funciona en un 60%.
Allí está el resultado del apoyo de toda la comunidad
y del fuerte respaldo del gobierno nacional.
Esta ayuda, la que recibe el Hospital Español,
no es una ayuda aislada, integra la larga serie de acciones
desplegadas por el Gobierno Nacional, los jóvenes,
las organizaciones solidarias y toda la comunidad en los barrios.
Acciones sostenidas en la convicción profunda
de que la patria es el otro.
Acciones nacidas de la convicción profunda de que a la patria
la fundamos todos los días, los 40 millones de argentinos.
( Música )
CC por Antarctica Films Argentina