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"Yo, Miche..."
"Yo..."
-"Micheline Billard..." -Sí...
"Por la presente..."
Le cuesta un poco leer y descifrar.
Yo se lo leo en voz alta y lo comentamos.
Así me dirá si sigue de acuerdo con lo que usted quería.
"Yo, Micheline Billard,
con domicilio en Paudex,
solicito, por la presente,
que Exit ADMD,
me ayude a poner fin a mis días.
Soy miembro de su asociación
desde el 4 de octubre de 2004,
y apoyo con total lucidez y determinación
la petición que les estoy dirigiendo.
La enfermedad que padezco es irreversible.
Mi sufrimiento, tanto físico como psíquico,
es insoportable,
y mi calidad de vida me acaba resultando inaceptable.
Mi decisión ha sido madurada y meditada,
y declaro que las personas presentes
en el momento de mi autoliberación
no están en absoluto implicadas en la elección de mi acto."
Bueno, ¿aquí nos está pidiendo que le ayudemos a morir?
Sí.
¿Es usted plenamente consciente
de que aquí se habla del fin de su vida?
-Sí. -Que es un gesto...
que usted hará, pero que será irreversible.
Sí, lo sé.
Yo también pienso
que realmente es lo mejor para ella.
Después de todo lo que hemos vivido estos últimos cinco meses...
A menos que quiera ir a una residencia, pero no quiere.
Existen instituciones médico-sociales
en los que usted no se encontraría sola,
en los que estaría rodeada
de gente simpática y amigable.
-Es otra posibilidad. -Pero sólo hay ancianos.
Soy demasiado joven para ingresar en una de esas casas.
También podría pensar que es demasiado joven para morir.
-No, es distinto. -¿En qué es distinto?
Es distinto.
Es difícil. Ella no soporta estar siempre sola aquí.
Dice: "¿En qué consiste mi vida? ¿Ir al café a tomarme algo
y volver para estar sola el resto del día?
Eso no es vida.
Yo lo único que quiero es morirme.
Su médico de cabecera
me dijo que estaría a su lado el día en que usted se marche.
Su amiga Magali también.
Quizá haya una persona más
que le gustaría tener al lado para su despedida.
No, Huguette no quiere venir.
No.
Como vendrá el viernes, creo que será suficiente.
-Así podrá despedirse de ella. -Sí.
¿Alguien más de quien Ud. querría
despedirse esta semana?
¿Cómo se han organizado Uds.?
Esta semana estaré en casa con mi madre, que también lo sabe.
Forma parte de su asociación desde hace unos años.
Luego, mi marido.
Haremos vida como en unas Navidades normales.
Jugaremos a cartas, que es lo que a ella le gusta más.
Haremos lo posible.
-¿No le preocupa este gran viaje? -No.
¿Tiene alguna esperanza para después?
Sí.
Me encontraré con mis padres.
Es verdad que dicen que te reúnes con tus seres queridos.
-Yo le prometí que le ayudaría. -Gracias.
La fecha que ha fijado es la que prefiere.
-Sí, el día 22. -Eso.
El 22 me parece un buen número.
Porque le gustaba mucho el casino. Quizá jugara al número 22.
-¿Usted ganaba con el 22? -No, no especialmente.
-Es un número cualquiera. -Sí.
Será mi número.
EL DERECHO A MORIR
-¿Diga? -Buenas tardes, asociación Exit.
-¿Ud. ha solicitado una entrevista? -Sí, quisiera una entrevista.
Llevo 6 años en un estado depresivo continuo.
Me cuesta un montón vivir cada día.
Y pensaba que tal vez... Bueno, no sé decirlo por teléfono...
Bueno, yo debo decirle claramente
que no podemos entrar en materia.
¿Cómo que no podemos entrar en materia?
Si el objetivo de su visita es saber si podemos...
-Darme algo, por si acaso. -No, no podemos.
-¿Por qué? -Porque no tratamos de este modo
las situaciones
que presentan una simple depresión...
-¿Aunque sea una depresión aguda? -Sí.
No podemos.
-¿Diga? -Asociación Exit.
-Buenos días. -¿Recuerda que debía llamarle?
Sí. Hace mucho tiempo que me interesa
formar parte de su asociación, y siempre retraso mi inscripción.
No tengo ninguna enfermedad, que yo sepa.
Yo practico el parapente,
y todos los años mueren compañeros míos,
son los más "afortunados", puesto que otros salen muy mal parados
y veo que sería posible que me quedara tetrapléjico.
-Claro que puede pasar con el coche... -Exacto.
¿Existe algún documento por el que, en caso de sufrir un accidente así,
impidiera que me mantuvieran con vida, contra viento y marea...?
-¿De qué padece Ud., señor? -Cáncer.
-Y Ud. piensa que no... -No me queda mucho tiempo.
Siento comunicarle que tenemos tantas solicitudes que deberemos...
Sobre todo, para los nuevos miembros.
Procuramos atender y tener en cuenta el sufrimiento de la gente,
pero también estamos limitados.
Es decir, que no tenemos suficientes acompañantes,
así que no podremos intervenir
esta semana, ni la siguiente.
Debe darnos más tiempo.
Disculpe, señora, no le he entendido bien.
Demasiado sensible.
-Estoy demasiado sensible. -Está Ud. demasiado sensible.
-¿Pero Ud. está enferma? -Sí, tengo esclerosis múltiple.
Padece de esclerosis múltiple.
Y quiere formar parte de nuestra asociación
para evitar un final que podría ser difícil.
Quisiera que todo esté listo.
Mi intención no es suicidarme rápidamente,
porque me gustaría salir adelante y vivir normalmente.
Pero en estas condiciones es tan difícil...
-Que me gustaría... -Estar lista para...
Sí, que todo esté dispuesto por si de verdad pasara...
Porque me han amenazado con ingresarme...
Los recursos paliativos son inminentes ahora, pero...
¿Y cómo funciona?
Interviene un acompañante en una primera entrevista,
a menudo hay una segunda entrevista, luego, Ud. fija una fecha,
un día y una hora,
y esa persona va a su domicilio
con todo lo necesario, la sustancia letal,
y permanece a su lado hasta que Ud. se haya marchado.
Aún no estoy del todo preparada...
Claro, pero yo solo le informo, luego...
Me parece que es bueno plantearse la cuestión.
Sí, quiero preverlo, porque es difícil cuando una está sola.
-Ud. era enfermera, por lo que veo. -Sí.
-Y he acompañado a muchas personas. -Me lo imagino.
Quizá debería ser más valiente, pero no es fácil.
-Sí, es difícil. -Cuando una tiene leucemia...
-Buenos días, Pierette. -Marianne, buenos días.
-Qué ilusión verte. -Lo mismo digo. Me alegro mucho.
Ha sido duro subir estos dos pisos a pie.
-Siempre me olvido del entresuelo. -Nos mantiene en forma.
-Estás muy guapa. -Mira. Por favor, pasa.
-¿Qué tal está mi querido Bernard? -Hola, Marianne.
Hola, querido chucho.
Sí, sí, qué guapo es.
-Primero, el perro. -Sí, el perro es lo primero.
Hola, Bernard.
-¿Cómo va? -Así asá. Podría ir mejor.
¿Podría ir mejor? ¿Y qué se dice?
-¿Qué tal la morfina? -Para, para...
-Ahí está. -¿Da resultado?
Pero por la noche de sábado a domingo,
pensé que acabaría en urgencias.
Me quedé completamente bloqueado.
Pedí ayuda, porque Pierette se había acostado y yo estaba aquí.
Se desmayó aquí,
porque se había levantado demasiado rápido.
-Ya... -Creo que de haberte tenido a mano...
-¿Cuándo fue? Estaría en casa... -El sábado a la 1 de la madrugada.
No aguantaba más.
Sabes que me puedes llamar si hace falta.
Pero era en plena noche.
Ya me han llamado alguna vez. No me cuesta volverme a dormir.
De todos modos, tengo insomnio, lo cual no es ninguna molestia.
Sobre todo, para poder hablar contigo,
encontrar contigo una alternativa.
Yo he acompañado a bastante gente.
Pocos han tomado la poción,
porque precisamente han recibido buenos remedios paliativos.
La señora de Savièse, por ejemplo, estaba rodeada.
Había escogido el día.
Fui a visitarla. Su hija me dijo que estaba en coma,
pero que le gustaría que yo fuera.
Por eso subí, y aproveché la ocasión para verte.
Le dije que se fuera, no necesitaba volver a un estado de conciencia
para tomarse la poción...
Y me dijeron que se murió un cuarto de hora después de que yo me fuera.
-Aquella misma noche... -Sin tomarse nada.
Sin tomarse nada. Y estaba en coma cuando la vi.
Estaban todos a su alrededor. La vi una vez antes.
-Pero ¿tú la llevabas? -Por supuesto.
-¿Por qué no me la dejaste aquí? -No estarías aquí para contarlo,
porque el sábado pasado, se hubiera ido de buena gana.
-Me habría esperado a que viniera. -Tú lo que quieres es una visita.
Jamás lo haría, aunque tocara el fondo...
Jamás lo haría sin tener al lado a mis dos hijas,
a ti y a mi mujer.
Y sin antes una comilona.
Esto lo tengo claro.
Aunque tenga que comer en la cama, pero una comilona.
No es que quiera una fiesta,
pero sí beber un buen vino relajadamente,
y que mis hijas, mi mujer y tú estéis presentes.
Eso es importante para mí.
Sería mi última fiesta, mi última borrachera.
-¿Se puede beber? -Sí.
-¿No pasa nada? -No, nada.
-¿Aunque beba? -Al contrario.
Es un barbitúrico.
En cambio, no debe haber comido demasiado.
Pues os miraré comer mientras yo bebo.
¿Te preparas con la calma?
Pues te diré algo muy fuerte, pero si Ud. me dijese que mañana,
pues mañana sería.
Sí, estoy lista.
Sea ahora o dentro de 10 años,
pero viéndole sufrir como el sábado, siempre se hará largo.
Yo estaba al pie de su cama y él me decía:
"No te enfades, pero esta vez sí que no puedo más."
Bueno. Claro que no me enfadaría porque ya lo hemos hablado.
Lo acepto porque, a pesar de los 40 años que hemos pasado juntos,
su vida no me pertenece.
-Soy su esposa, pero... -Y sus sufrimientos.
Son sufrimientos suyos, él es quien los soporta.
A pesar de todo lo que haga por él, no podré aliviarle,
y creo que aceptarlo es mi mayor gesto de amor.
Exactamente.
No digo que sería fácil. Para nada.
Pero sé que puedo apoyarme en mis hijas y en ti.
Y sé que es lo que querría Bernard.
Que estemos a su lado,
y no con un pañuelo en mano, sino un vaso,
pensando que esa es su voluntad y que allá donde vaya
no hay sufrimiento.
-¿Ha sufrido? -No, pero estaba muy débil.
No sufrió.
-Sufrió psicológicamente. -Claro...
Sentía frustración. No podía caminar.
Claro, se entiende.
Tampoco podía lavarse él solo. Estaba muy débil.
-Un poco como con mi marido. -Y solo duró media hora.
-Ya, luego... -Enseguida pasó...
-Se durmió tranquilamente. -Muy tranquilamente.
Es magnífico.
ASAMBLEA GENERAL EXIT ADMD
Buenos días, caballero. Muchas gracias.
-Me lo dejé en casa. ¿Debo volver? -No, con la tarjeta ya está bien.
-Está bien, puede entrar. -He venido acompañada.
-¿Ud. no es miembro? -No.
-Quizá pueda dejarnos sus datos. -¿Por qué?
-Porque hay... -Por supuesto.
Está bien.
Buenos días, damas y caballeros.
Quisiera darles la bienvenida a esta asamblea general
de Exit ADMD Suiza francófona.
El primer punto del orden del día
trata de la aprobación de la última acta de nuestra última asamblea.
Les propongo aprobarla ahora alzando la mano.
Gracias.
Como les prometimos, la nueva guía de autoliberación
ya está a su disposición
gracias a la labor del vicepresidente Dénervaux
y del Dr. Strasser.
Les doy las gracias por ello.
Quisiera agradecer especialmente
al pequeño grupo de acompañantes
que ha realizado este año un trabajo considerable,
difícil, pero importantísimo para nuestra asociación.
Han ayudado en total transparencia
y abiertamente
en la autoliberación de 35 de nuestros miembros.
Y, en nombre de todos vosotros,
se lo agradezco sinceramente.
Es un placer anunciarles que Denise Voser, aquí presente,
ha llevado a cabo conmigo su formación de acompañante voluntaria.
Ahora trabaja sola. Y la felicito de todo corazón.
Las solicitudes de autoliberación son cada vez más numerosas.
Y para que nuestro acompañamiento sea de calidad,
debemos dedicarle mucho tiempo.
Es probable
que pronto nos veamos desbordados por la cantidad de solicitudes
y la falta de acompañantes.
Un miembro de Exit, 85 años, soltero, sin familia cercana,
se niega a terminar sus días en una residencia,
por muy lujosa que sea.
¿Podría contar con la ayuda de Exit para recibir la dosis adecuada?
No pediría la ayuda de Exit, sino que tomaría solo el medicamento.
Aquí respondo que si el paciente sufre de enfermedad,
y cumple con los criterios que hemos definido,
a saber, que tiene discernimiento,
que ha hecho repetidas solicitudes en un largo plazo,
que tiene una enfermedad incurable
que le ocasiona sufrimiento físico o psicológico importante,
entonces sí, podremos ayudarle.
Pero si lo hacemos, significa que estamos a su lado
y que nosotros administramos la poción.
Que somos responsables de esta poción.
Pero no vamos a enviarle por correos una poción
que podría tomar o no tomar
que se podría usar contra otra persona...
Una poción es un veneno que puede matar,
es parecido a un arma.
Constatamos que es criminal querer morir...
Si me lo permite, tratemos la última pregunta.
¿Es verdad que Exit pide cierto porcentaje en la herencia
en caso de ayuda al suicidio por su parte?
Si así fuese, me imagino
que no habríamos necesitado votar un aumento de las cuotas hoy.
Me imagino.
De lo contrario, habría intervenido, porque estaba al límite.
Y ahora ha habido cuatro en un mes
que me han pedido acudir urgentemente,
y desde entonces me llaman diciendo que están muy bien,
que se han quedado tranquilos, saben que existe,
que podría ayudarles...
Pero no lo necesitan, no quieren morir para nada.
O bien llevamos un acompañamiento psicosocial...
-Pero no es nuestra tarea. -No, no lo es.
Vemos a la gente para evaluar su capacidad de discernimiento,
comprobar su estado, y entonces, sí, actuamos.
Se hace con dulzura, serenidad, suavidad...
No, a veces hay que ir muy rápido. Para no fallar.
-No se puede fallar. -Me pasó en diciembre pasado.
Yo no había firmado el certificado de defunción,
pero un colega me pidió que le enseñara a hacerlo.
Esclerosis amiotrófica lateral.
Un chico que empeoraba a ojos vista.
Apenas podía hablar tres semanas después del diagnóstico.
Vengo de Ginebra, donde esto se hace muy rápido.
Ahí llamas a una brigada de policía
pidiéndole que venga sin sirena.
Llegan, ven que no hay sangre en las paredes,
llaman al inspector de seguridad
que se asegura de que no hay nada extraño,
y llama al médico forense...
En Ginebra es muy divertido, porque el médico forense es etíope
y no conoce la ciudad.
Así que le esperas.
Llega, rompe mi certificado de defunción
y rellena uno él.
Luego: funeraria y basta.
Ahora es muy fácil.
Ves que no hay sufrimiento.
Tienen las facciones relajadas, serenas.
A veces hay gente que no quiere presenciarlo.
Me ha ocurrido que alguien diga: "Le dejo solo, doctor."
"Avíseme cuando haya acabado."
Y hay los que quieren presenciarlo.
Si Ud. puede llevarle a pensar en su muerte como algo...
Del todo natural. No hace falta, porque ya lo piensa.
Si ya lo piensa,
entonces, no ejerce ninguna brutalidad.
Vino a casa el fin de semana pasado, y se fue el lunes.
Mientras esperábamos al chófer que le iba a recoger,
me dijo: "Sabes, Jacqueline, tanto para mí como para ti,
más valdría que me muriera."
"¿Por qué no me han dejado morir? Tengo 79 años.
Este dinero habría servido para los jóvenes,
no para mí."
Porque es muy caro allí. Unos 1.400 francos al día.
Nosotros no pagamos, sino los seguros, pero viene a ser lo mismo.
-Soy de la misma opinión, pero... -Sí.
Lo aceptaremos, pero él es de una lucidez increíble, además...
¿Cómo le diría? Tiene un sentido muy práctico.
Siempre ha sido así.
Y no es religioso. No es una cuestión de religión.
-Eso es bueno. -Quizá. Depende.
Pero ¿sabe Ud. que, en cuanto se hizo miembro de Exit,
casi se alegró?
-Es natural. -Porque pensó:
"Soy dueño de mí mismo. Hago lo que quiero."
Pues con eso me despido, caballero.
Me alegro de haberle conocido, ha sido un consuelo.
-Ya nos veremos. Cuando quiera. -Quizá.
Adiós, caballero. Ánimos, y bravo por lo que ha hecho.
-Por aguantar. -No sé si he sido valiente.
Pensamos que no estamos lo suficiente a la altura, pero en el fondo, sí.
Sobre todo, ha hecho falta estar a la altura después.
-En los últimos 4 ó 5 meses. -Me lo imagino.
Éramos pareja, no matrimonio, pero llevábamos 26 años juntos.
-Viene a ser lo mismo. -No es una pareja pasajera.
Digamos que
en términos humanos, es necesario hacerlo.
Pero uno se siente un poco culpable.
Nunca es lo suficiente perfecto para decir:
"Yo no tengo la culpa."
Siempre hay cosas que se podrían haber hecho mejor.
-Ya está. Adiós y muchas gracias. -Adiós. De nada.
Hola, Denise. Soy Serge.
Espero que estés bien. Yo no...
No del todo,
porque llevo casi tres días sin dormir.
Cada vez me duele más. No puedo más.
Pero me alegra pensar que la veré para hablarle,
y le mando un beso, Denise. Hasta pronto.
Quiero hacer las cosas suavemente,
serenamente.
No como he estado acompañando yo a la gente estos últimos 15 años.
Ellos estaban en coma, y yo los tenía entre los brazos.
Y notas como se ponen rígidos hasta que se van.
Yo no quiero acabar así.
Ya llevo un año sufriendo tanto que pienso en ello.
Me contengo para no hacerlo
por consideración hacia ella.
¿Porque ya hace mucho que quiere acabar con todo?
No es que quiera acabar con todo, sino que es una obligación.
Ahora tengo una calidad de vida insoportable.
Quiero hacerle una pregunta. No conteste si no quiere.
¿Cómo percibe el deseo de su hijo...?
-No es un deseo, por lo que dice. -Es una necesidad.
Esta necesidad de acabar con todo.
Porque es precisamente lo que él siente. Una necesidad.
Llega un momento en que el cuerpo y el espíritu aguantan,
pero luego hay otro en que chocas contra una barrera, un muro.
-Y no hay quien traspase ese muro. -Y él se preocupa mucho por Ud.
Por eso hemos hablado mucho los dos.
Me ha ayudado mucho para el futuro.
Y ahora no se preocupa, ni yo tampoco.
El otro día le dije que, cuando ya no esté aquí,
para mí, seguirá estando.
Mi elección,
también la tomaría por ella.
Exacto. No se puede dejar a alguien llegar a un estado
en el que ya no se puede aguantar.
Veo que para Ud. es muy importante. Es una autoliberación.
El suicidio es más duro.
Mi farmacéutica me dijo ayer mismo:
"Podría hacerlo perfectamente solo en casa. Tiene todo lo que necesita."
Es verdad, tengo tanta morfina como quiero...
Sé prepararme un cóctel. Pero no.
Usted está aquí. ¿Por qué debería esconderme?
¿Qué imagen dejaría de mí actuando así?
Al contrario, precisamente,
quiero llevarlo a cabo abiertamente,
libremente
y de acuerdo con todos
para que no sea demasiado duro.
La pérdida de alguien ya es en sí un golpe suficientemente duro.
Si, además, es por suicidio...
No me lo puedo imaginar... No, es horroroso.
Imagínese a mi madre entrar aquí como cada día,
con su llave, y encontrarme tirado por el suelo, frío...
Sería inhumano. Es impensable para mí.
Buenos días, señora. Le llamo de la asociación Exit.
-Buenos días. -Buenos días.
-Quería hacerle una pregunta. -Dígame.
Es que este verano he intentado...
En fin, se me ha ido la olla, como suele decirse.
Ya.
-Desgraciadamente, he... -¿Qué ha ocurrido?
Pues he hecho algo un poco fuera de lugar.
Pero ¿no habrá hecho ningún intento de suicidio?
-Sí. -¿Sí?
Pero falló.
No, pero el verdadero problema no está ahí.
Para nosotros, sí. Cuando alguien intenta suicidarse...
No podemos intervenir, ni asistirle,
si presenta una enfermedad psíquica.
No puede ser.
Nuestro reglamento es muy estricto y desgraciadamente...
¿Aunque lleve años en Exit?
Pero yo entré en Exit porque padezco esclerosis múltiple.
Pues le iba a preguntar...
-¿Y en qué fase se encuentra? -Desde el 98, degenero poco a poco.
¿Y de ánimos?
¿Está determinada en poner fin a sus días o no?
Creo que ya he tomado mi decisión.
No quiero convertirme en un vegetal
como los he visto en los hospitales.
Le enviaré un modelo de declaración manuscrita que deberá copiar.
Y en cuanto reciba los documentos, se los presento al médico y la llamo.
-¿Quedamos así? -Sí, bien.
-Que tenga un buen día. -Gracias. Igualmente.
Eso es.
-¿Qué hago? -Intente escribir una F, como aquí.
Con un palito... Sí, muy bien.
"Y soy miembro de Exit..."
"Sufro esclerosis múltiple desde hace más de 19 años"
-¿Está bien así? -Sí, está bien.
Así...
Eso es.
Ya está. Muy bien.
Recuerde que cuando nos conocimos, hace dos años,
hablamos de esta carta,
y ni siquiera podía sujetar un bolígrafo.
-No me acuerdo. -Nos volvimos a ver el año pasado
y me dijo que quería escribir esta solicitud de autoliberación
para cuando llegara el momento.
Porque me dijo que estaba en remisión.
Yo la encuentro mucho mejor que hace dos años.
¿Sabe qué?
No puede fiarse de las apariencias.
Tengo el cuerpo de una persona de mi edad,
es decir, de 45 años,
pero me siento como una anciana.
-¿Porque su movilidad está reducida? -Exactamente.
Dependo de todo el mundo,
de todos los enfermeros,
de los auxiliares de enfermería...
¿Me propone algo mejor?
Se lo pregunto.
Esta es mi pregunta.
Esta es mi decisión, porque...
¿Es que puede proponerme algo mejor?
Me parece que se despeja el cielo, pero quizá sea mi imaginación.
Es una señora que ha sufrido mucho.
-Es mayor. -Sí.
Y estaba esperando ese día para irse de lo mucho que sufría.
Y lo que me extrañó es que se marchó como si se fuera de viaje.
Mandó que le limpiaran todo el piso.
¿Dónde está el camino? Estará por aquí, no sé.
Hizo vaciar la nevera y limpiarla toda...
Antes de que yo llegara, había desenchufado la televisión.
-También había... -¿Vivía sola?
Vivía sola, y quería que todo estuviese ordenado.
Incluso había aplazado el día de su autoliberación
para que le arreglasen la persiana y dejarlo todo impecable.
Como si se fuera para un gran viaje.
Me sujetaba la mano firmemente.
Se bebió la poción y se durmió.
Y se fue al cabo de 10 minutos.
De repente se fue, y su amiga me miró porque ella también lo había notado.
Sentimos como se había ido.
Yo me lo planteé, pero no, realmente creo que lo noté.
Sí, el alma, el espíritu, o como lo llamemos...
Pues abandona el cuerpo. Quien toma la poción letal
son personas que saben lo que hacen, y por qué lo hacen.
Saben que conducirá a la muerte.
De modo que no tiene sentido quedarse en su cuerpo.
Imagínese una persona que está agonizando
y tiene a alguien para sujetarle la mano, para acompañarle,
pues en el momento en que se levanta para prepararse un café o ir al baño
es cuando escoge morir,
porque ya no hay ligadura.
El amor entre las dos personas impide que se vaya. No es libre.
Me he dado cuenta de que muchas veces
cuando les dices: "Cuando quieras",
se quedan tranquilos, serenos,
y pueden solventar ciertas cosas
y también pueden hacerse a la idea de su propia muerte.
Más de la mitad de la gente se muere "naturalmente",
digamos, sin tomar ninguna poción letal.
Y es porque está tranquila.
La mayoría no es que quiera morir, sino dejar de sufrir.
Sí.
Cuando yo era pequeña, mi padre me llevaba con personas moribundas.
Les visitábamos.
Comentábamos que si Mathilde estaba enferma...
Pronto morirá...
Y porque la gente sabía que se iba a morir,
decía que estaba cansada, y se iba.
Ahora, lo novedoso es
que la gente descubre que es un ser mortal cuando enferma.
Sí.
¿Sabes que hasta hace poco siempre había temido la muerte?
Ahora, lo he analizado, y he cambiado.
Me he preparado para la muerte y, hoy, cuando alguien muere,
veo que sólo se va el cuerpo, que sólo se pierde el cuerpo.
Para mí, el espíritu sigue vivo. Como en la vida eterna.
Y, en cuanto a la asistencia para la autoliberación,
me he dado cuenta de que hay muy poca gente que puede hacerlo.
Nosotras sí, porque hemos solventado nuestro problema con la muerte.
-Eso está claro. -Y creo que es primordial.
-Sí, está claro. -Claro,
porque uno no puede permanecer tranquilamente en paz
junto a alguien que se está muriendo,
ya que uno se enfrenta con su propia muerte.
Lo intentamos todo para aliviar sus dolores.
¿Te refieres a Juliette?
No, hablo de la persona que he visitado esta semana.
Su marido lo entiende.
Estaba ahí, a su lado, y eso siempre me impresiona mucho.
El amor del prójimo
que acepta, por amor,
separarse de su madre, de su mujer...
Cada vez siento lo mismo.
El día que decide irse, se me rompe el corazón.
-Sí. -Sí.
Debo procurar no encariñarme demasiado.
-¿Diga? -Buenos días. Es la asociación Exit.
-Soy Elizabeth Leresche. -Buenos días.
Recibí su carta con el correo de esta mañana. Es muy conmovedora.
Por eso le llamo en vez de enviarle la información.
Sí, tengo cáncer por tercera vez.
Y me enfrento
a la muerte, claramente,
y no quiero sufrir
una agonía atroz e inútil.
-Lo entiendo. -Me gustaría, de poder ser,
no ahora, pero cuando llegara el momento...
Lo he hablado con mi marido y con mis hijos,
y he optado, si puede ser, por la asistencia al suicidio.
-Estoy muy alterada. -No se preocupe.
-Además... -No se preocupe.
Me alegro tanto de que me haya llamado tan rápido.
Enseguida rellenaré los papeles.
En cuanto los tenga, le pediré a mi familia
que pague la cuota correspondiente.
Bien, pero yo le deseo lo mejor.
Espero que todo le vaya bien
y que nunca nos necesite.
Sí, quizá, pero es verdad
que he sufrido tanto,
que ya es un alivio saber que...
Tenemos suerte de vivir en Suiza.
Los países colindantes no tienen nuestro artículo 115,
de modo que ahí es rotundamente ilícito.
-Se lo envío hoy por correo. -Muchas gracias.
-Que tenga un buen día. Adiós. -Adiós.
Señor Presidente, queridos amigos,
Ante todo, darles las gracias por este espléndido congreso
y por invitarnos.
Hablemos de Suiza.
Suiza es un país agradable para vivir,
en el que todos tenemos derecho a morir dignamente.
Durante más de 20 años,
nuestra asociación, Exit ADMD de la Suiza francófona,
ha logrado, tras su lucha,
poner fin al tabú entorno a la asistencia al suicidio.
El artículo 115 del código penal suizo estipula:
"Cualquier persona que, por motivos interesados,
incite a otra persona a suicidarse
será penalizada con un máximo de 5 años de reclusión
o encarcelamiento."
Y continúa:
"La asistencia al suicidio es perfectamente aceptable
si no conlleva motivos interesados.
La asistencia al suicidio consiste en dar a la persona que desea morir
los medios necesarios para suicidarse sin violencia."
Nuestra asociación Exit ADMD cuenta, hoy en día,
con 10.000 miembros en la Suiza francófona.
El más joven de nuestros miembros tiene 21 años
y el mayor, 103 años.
Muchas gracias por su atención.
En Francia se habla de sus oponentes
de la ausencia de ley, llamémoslo así, que hay en Suiza.
Hay quien quiere cambiar la ley para subrayar una vez más
que un suicidio es un suicidio, y que es ilegal.
¿Podría explicar qué futuro le espera en esto a Suiza?
Habrá oído hablar de Dignitas en Suiza,
que acepta a gente del extranjero.
Y con el pretexto de impedir que Dignitas siga adelante,
ciertas personas intentan modificar la ley.
Dignitas les ha servido de pretexto para enfrentarse a nosotros.
Pero de momento, están perdiendo, y estoy seguro de que así seguirá.
Y haremos lo posible para ello.
Gracias.
Emilio Coveri, de Exit Italia.
Jérôme, sabes que no podemos operar,
pero cada semana recibo
entre 10 y 15 solicitudes de ayuda.
Y, por supuesto, no podemos ayudar a nadie.
Porque la Iglesia Católica se opone a la eutanasia.
Y me gustaría que ustedes, los suizos,
nos ayudaran, a nosotros, a nuestro pueblo.
Primero, somos muy pocos voluntarios.
Asistir a alguien en su suicidio
conlleva una gran carga emocional.
Requiere un buen conocimiento de la persona,
acompañamiento, mucho trato con ella y su familia
y mucha preparación personal.
No se trata de algo mecánico.
Otra cosa, es que somos pocos.
Si aceptamos a un italiano,
también deberíamos aceptar a franceses, alemanes y demás.
Es totalmente imposible.
Me gustaría que sus políticos
fuesen tan comprensivos como los nuestros
y les permitieran ayudar a la gente de su país.
Si permitiéramos lo que yo llamaría
"Turismo eutanásico" en Europa,
lo primero que ocurriría es que el Parlamento Europeo diría:
"Si así es,
no pueden permanecer abiertas la fronteras.
Deben regularizar la eutanasia
en el marco de las leyes europeas.
Y en el Parlamento Europeo, la gran mayoría
está rotundamente en contra de la legalización
de cualquier forma de muerte digna.
En cuanto a lo que hemos oído, en general,
todo es teórico.
Somos la única asociación del mundo
que se encarga personalmente de sus pacientes, de sus miembros.
Ninguno de esos delegados asiste a las personas.
A nivel de nuestra asociación es excepcional
poder ocuparnos de nuestros miembros y llevar este seguimiento.
Nuestros acompañantes están en una situación privilegiada.
No tomaríamos este camino si pudiéramos comprar barbíturicos.
Pero sin esta elección, debemos concebir...
Bueno, no lo hacemos nosotros,
pero este tipo de técnicas deben ser replanteadas.
En Suiza, hemos oído hablar de las bolsas de plástico.
Debe suponer mucho valor
por parte de la gente que muere sin este tipo de ayuda.
Sí, y es horroroso tener que usar este tipo de técnicas,
aunque parezca una técnica fiable...
Pensándolo bien, y lógicamente,
recurrir a una bolsa de plástico para ponerse en la cabeza...
Ser capaz de quedarse sentado
con los dedos sujetando la goma alrededor del cuello
para poder...
Primero, deben tomar sedantes, luego acostarse,
después, los dedos se sueltan...
Y a veces no se asfixian...
Algunos llevan una gorra para que la bolsa no se pegue a la boca...
Es horroroso.
Queridos amigos,
hemos hablado mucho acerca de la muerte,
sin embargo, amamos la vida.
Y si conversamos sobre la muerte
es, precisamente, porque amamos la vida
hasta el final.
Levanto mi vaso por la vida, y larga vida a todos vosotros.
Me dieron esta medalla en el año 2000
en Boston.
Es la Medalla George Saba.
Por servicios al movimiento por el derecho a morir.
Así que me dieron esta medalla.
Sí, encontré en Sicilia, en Palermo,
a los Amici Dell'Eutanasia, "amigos de la eutanasia".
En África, los pacientes que sufren de SIDA avanzan su muerte
tragando pilas de relojes.
Sí, en Suiza es legal.
Es imprescindible vivir en Suiza.
No se puede hacer en un hotel. No puedo ayudarle en un hotel.
¿Y si me quedase en casa de unos amigos?
Tampoco podría ser. Debe residir en Suiza.
-Tener una casa ahí. -Sí.
Entonces, Ud. vendría a mi casa a orillas del lago de Ginebra.
Hablaríamos juntos.
Se aseguraría de que nadie me estuviera influenciando...
-Entonces, sería posible. -Maravilloso.
-Puedo porque... -Podría conseguir los medicamentos.
Podría... Ya tengo los medicamentos.
-¿Así estaría bien? -Un buen proyecto.
Sí. Así mis hijos se alegrarían.
Debemos intercambiar direcciones.
-Por supuesto. -Por supuesto.
Es una cita.
Una cita con la muerte.
Buenas noches, Sra. Marianne.
¿Qué tal está?
Oiga, le repito mis deberes
para mañana como un colegial.
Me tomo el desayuno sobre las 7:00 de la mañana.
Y luego nada hasta el supositorio
de las 14:30 de la tarde.
Y luego le esperamos.
Muchas gracias. Hasta mañana. "À demain", " A domani".
Buenas noches, Marianne.
Necesito hablar con Ud.
Ojalá pudiera llamarme.
Gracias, Marianne. Adiós.
Disculpe la molestia. Soy Marcel.
Creo que vamos a concretar una fecha.
No puedo más, ya está bien.
Marianne, cuento con Ud. La necesito.
Gracias.
Queridos amigos,
gracias por haber venido esta noche al encuentro de acompañantes,
hoy jueves 20 de noviembre.
Les doy a todos la bienvenida.
Nos encontramos con dificultades porque, desgraciadamente,
cada vez nos llegan más solicitudes de asistencia al suicidio,
y ya hemos asistido a 40 suicidios en lo que va del año.
Lo cual es enorme.
Me gustaría presentarles cinco casos.
Aquí tenemos uno, de Petit-Lancy.
Es un caso duro y pesado.
Sé que todos tenemos acompañamientos estos días,
yo mismo tengo dos de aquí a finales de año.
Estoy muy atareado, saturado.
En el equipo de Ginebra,
¿quién podría entrar en contacto con él?
Tengo otro caso que no es tan urgente.
¿Quién puede llevar este paciente, que es miembro desde el 96?
-Yo he hecho muchos. -Yo podría intentarlo.
-El caso es completo. -Haré el primer contacto.
Muchas gracias.
Aquí tenemos a alguien de 1932, de Valais.
¿Jacqueline?
Mientras el paciente puede tragar, sí.
Según las informaciones que tengo,
sí puede tragar.
Yo tengo un truco, porque hay gente que llega tan lejos
que, de repente, no tiene fuerza para sujetar el vaso.
Lo que hago es comprar cañas
de diámetro relativamente grande.
Las corto para que sea más cómodo
y con los dos vasos, el de la poción
y el del zumo de melocotón, de albaricoque, o el whisky...
Lo que quieran.
Porque ya les conté que una vez estaba con una señora que tenía...
Tenía una esclerosis múltiple,
y se movía así, y fue muy difícil.
Ahí no habría podido aguantar el vaso sin una caña.
Y no era mi papel aguantar el vaso.
Pero si succiona con la caña es totalmente voluntario,
cuando aún se puede aspirar.
Hay un momento en que se puede, y luego ya no.
Antes de la hora, aún es temprano,
y después de la hora, desgraciadamente, ya es tarde.
Por mucho que nos dejen documentos escritos, no se puede.
Ahora sólo falta este caso.
Es un paciente con cáncer de pulmón avanzado y metastático.
¿Podrías, con la calma...?
Con la calma... Sé que estás muy atareado,
que tienes una asistencia el sábado,
y otras con nuestros amigos suizos alemanes...
Sí, ya empieza a ser demasiado.
Creo que necesito distanciarme un poco.
-Marianne, ¿Ud. podría? -Yo propongo...
Tengo 3 ó 4 autoliberaciones de aquí a finales de año.
Una mañana...
Esa persona me ha llamado para preguntarme si todo estaba bien.
Yo le he dicho que estaba muy cansada
y que si no le importaba aplazarlo para el martes siguiente.
Y ella ha aceptado.
Todo sea dicho: ya se había aplazado varias veces.
Y una de esas veces fue porque se lo pedí yo.
Pero la verdad es que no puedo por varias razones.
Pues me quedo yo con este caso,
y cuando alguien quiera hacerse miembro cuando va a morir
debemos decirle claramente que necesitaremos un plazo.
Es como cuando se declara un incendio.
Si hay un incendio en casa, es demasiado tarde
para hacerse un seguro contra incendios.
Bueno, necesitan un acompañante
y yo no sirvo porque digo que querría que fuésemos dos.
¿Hasta aquí de acuerdo?
Quizá también haría falta
una especie de documento de referencia, no sé,
algo por el estilo,
que especificara el procedimiento a seguir,
porque me falta información.
Y tratar sola con un producto
que no sé cómo se mezcla bien,
si debo echarle o no agua caliente
o si debo tenerlo en una botella, ya preparado...
No siento suficiente seguridad.
Por eso, la nueva acompañante potencial que soy,
¿dónde encuentra los recursos?
Quizá pueda contestar Denise.
-Sí, porque yo acabo de empezar. -Es verdad.
Mi única referencia es Marianne.
Ella ha tenido mucha paciencia.
Me ha introducido, me ha enseñado casos diferentes...
Y un día, me dijo: "Ahora te toca a ti."
Le pedí que me acompañara la primera vez,
porque estaba inquieta a la hora de preparar la poción, etc...
Me dijo que sí, y vino, pero no se ocupó de nada.
Sólo me observó. A mí me ha dado mucha seguridad,
porque sabía que si me equivocaba en algo, ella lo corregiría.
Es una cuestión de vida o muerte. Es muy importante.
Exactamente.
Cuando ya lo ha hecho una vez sola, tiene más seguridad.
Y es así de sencillo. Una no tiene tanto miedo.
Y ya vemos cual es el camino.
Pero lo que me preocupa ahora
es que tengo un caso muy peculiar
de una pareja de ancianos.
Ancianos... Tendrán 80 ó 82 años.
Han tenido una vida, al parecer muy armoniosa,
y quieren morir juntos.
El caballero está muy enfermo,
y su mujer quiere morirse con él.
Pero ella está sana. No tiene ninguna enfermedad.
Y yo no sé...
Tengo un dilema.
Es una situación para la que no tenemos ninguna respuesta.
Yo no tengo ninguna solución.
En algunas situaciones, nosotros no podemos hacer gran cosa.
Es que ella conoce a esa gente y tenemos relación.
No se puede ceder al chantaje afectivo.
No es chantaje afectivo.
Se plantea qué decisión debe tomar para hacer las cosas bien.
Yo le digo claramente
que tiene derecho a negarse.
También podemos pedir libros "Modo de empleo para un suicidio".
Hay muchas soluciones.
Limpio, fácil, etc...
Yo creo que son personas que no están del todo determinadas,
que quieren que alguien más esté involucrado en su gesto.
¿Por qué quieren hacerlo en pareja?
¿Y por qué quieren involucrar a alguien, un "***" en su pareja,
cuando pueden tomar al mismo tiempo...?
Se dormirían con 30 segundos de diferencia.
No se quedarían solos mucho tiempo.
Yo estimo que tienen derecho a esta partida,
porque han recorrido un camino juntos,
han tenido una historia juntos,
y pienso que es parte integrante
de nuestro mandato filosófico.
Yo simplemente seré pragmático.
Conozco las opiniones de cada uno de ustedes.
Diré que tal y como están las cosas, y siendo tan pocos acompañantes,
sencillamente, no podemos plantearnos
ayudar a parejas.
Simplemente, porque no podemos.
Debemos descansar entre dos acompañamientos,
recargar las pilas.
No es algo que se pueda hacer con la regularidad de un metrónomo.
Son actos excepcionales cada vez. Y uno se vacía.
Cuando yo salgo de un acompañamiento, estoy agotado.
Por eso, cuando hoy me han preguntado cómo estaba,
les he contestado que estoy cada vez peor.
Porque sé que cada uno de nosotros
está al límite de su benevolencia.
Yo ya no lo llamo benevolencia, sino sacerdocio, al final.
-Buenos días, Jocelyne. -Buenos días, Marianne.
-¿Qué tal está? -Bien, gracias.
¿Bien? ¿Ha dormido lo suficiente?
Sí.
Y, ahora, ¿qué hacemos?
Creo que primero habría que preparar las piernas, ¿no?
¿Usted se acuerda
de que habíamos empezado a escribir esta carta
el año pasado
en el mes de abril?
¿Ud. quiere continuarla?
Sí, por favor, Marianne.
Le impido ir más lejos.
Habría que acabar de escribir la R de arriba.
Soy dura.
-Sí. -Son 38 años en la enseñanza.
-Ya lo sé. -Estoy jubilada.
-Ya lo sé. -Pero conservo todos los defectos.
Eso es.
-Y la segunda S. -Eso es.
Procure hacer una S bonita.
Se acabó.
Pues es un punto final. Se acabó.
-"Fertig". -"Fertig".
Bravo. Felicidades.
Nos ha llevado bastante tiempo.
¡Cuánto esfuerzo!
Dice: "Sufro desde hace más de 19 años..."
Aunque empezáramos la carta el año pasado,
no vamos a escribirla de nuevo para poner "más de 20 años".
"...de una esclerosis múltiple,
y soy miembro de Exit.
Solicito practicar la autoliberación
en el día y la hora que yo escoja."
Y la firma. Ya está.
-Bien. -Sí.
Ahora, a comer
la sopa de fideos y luego un poco de chantilly.
¿Se lo voy dando yo o quiere comer Ud. sola la cuchara?
Será con mucho gusto, si Ud. me lo puede dar.
Yo se lo doy.
Pues acepto excepcionalmente.
Tápese la nariz.
Y sople. Perfecto.
-No me atrevo a decir buenos días. -Es verdad.
-¿Le puedo dar mi paraguas? -Sí. Aquí lo dejo.
-Buenos días. -Buenos días.
Dígame, ¿qué tal se encuentra esta mañana?
Tengo sed.
-¿Sigue determinada? -Sí.
¿Qué tal la semana que ha pasado con su amiga?
-¿Ha hecho lo que le gusta? -No ha sido una buena semana.
-¿No lo ha sido? -No.
No me encontraba bien.
¿Y eso le ha hecho reafirmarse en su decisión?
Le voy a dar estas dos píldoras.
Eso le permitirá absorber mejor lo que le daré a continuación.
Usted sabe que camina hacia la muerte hoy.
-¿No le preocupa? -No.
¿Se siente calmada ante esta prueba?
¿Ha pensado en ello esta semana o ha procurado olvidarse de ello?
No he pensado en eso.
He llamado a unas amigas,
pero no les he dicho lo que quería hacer.
Pero le hacía ilusión hablar con ellas igualmente.
Sí.
¿Ha intentado jugar a las cartas con Magali y su familia?
No mucho.
Ella siempre me gana.
¿Le ha dado a Magali todas las instrucciones?
-¿Lo ha arreglado todo con ella? -Sí.
Así que ella sabe donde están sus papeles,
lo que Ud. ha decidido...
¿Está al corriente de todo?
-Cuando Ud. decide algo... -Voy hacia delante.
Ya lo sé. Es difícil hacerle cambiar de opinión.
¿Lo ha pensado bien? ¿No hay nada que aún pueda hacer
para que cambie de opinión?
Luego, si decide llegar hasta el final,
cuando sienta que tiene sueño,
ya que se dormirá tranquilamente,
piense en un buen recuerdo.
Quizá en sus padres, ya que Ud. les quería mucho.
Piense en un buen recuerdo con ellos.
Y cuando note que el sueño la invade,
acoja ese buen recuerdo.
El sueño llegará muy lentamente.
Sin ningún tipo de dolor.
La bebida que le daré es de naranja,
pero quizá esté un poquito amarga.
Tendrá que bebérsela toda.
Si mientras bebe, le surge alguna duda,
o un temor,
deje de tomarlo.
Si llega hasta el final de la bebida,
ya no podré ayudarle más.
No podré retenerla.
Piense en ello ahora.
Piense en las consecuencias que conlleva tomar esta bebida.
Ya está todo pensado.
Es algo tan excepcional
que aún podemos tomarnos unos minutos de reflexión.
Unos minutos más, y le daré la poción.
-Mágica. -Mágica.
Dicen que es un poco almizclado.
Es un poco diferente.
Ahora le ayudaré a sentarse.
Luego le daré la poción.
Pero piénseselo por última vez,
porque, cuando se haya bebido la poción,
ya no podré retenerla.
Y ahí empezará su largo viaje.
-¿Ha hecho su elección? -Sí.
-¿Está decidida a continuar? -Sí.
Entonces, le ayudaré a sentarse.
Si usted está decidida,
bébase esta poción hasta la última gota.
-Que tenga buen viaje, Micheline. -Gracias.
Adiós, Micheline.
-Buen viaje. -Espero que seas feliz.
Que la luz le guíe
y le conduzca hacia la paz.
Cuando se sienta cansada, dígamelo
y le ayudo a acostarse de nuevo.
Quiero acostarme.
-¿La cabeza le da vueltas? -Sí, un poco.
Ya se ha ido.
Buenos días, soy el Dr. Sobel.
Le llamo para registrar un suicidio asistido
según el acta del protocolo Exit.
Quisiera darle los datos de la difunta
y pedirle que nos manden a dos inspectores de paisano
para hacer el parte.