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Si al ver el título pensaste que ibas a encontrar un listado mil veces visto conteniendo la
viruela, la peste, el ántrax y semejantes, te equivocaste.
Este vídeo trata acerca del trabajo científico y del desarrollo de armas biológicas y los
caminos a tomar para edificar ladrillo a ladrillo molecular, absolutos monstruos jamás vistos
capaces de diezmar al ser humano sin contemplaciones, y soy consciente de que puede causar horror,
pero la información en este campo es muy necesaria para que todos conozcamos los peligros
de los juegos de la guerra microscópica. Las armas biológicas y los agentes patógenos
bioterroristas son básicamente lo mismo, enfermedades con alta posibilidad de causar
grandes daños, diferenciándose únicamente en las manos que lo poseen.
Para lanzar un ataque de estas características no hace falta ningún laboratorio de investigación,
sino simplemente poseer la enfermedad y un plan viable para esparcirla.
Los laboratorios de experimentación en guerra biológica solo tienen sentido actualmente
para construir amenazas microscópicas nunca antes vistas, usando técnicas ya disponibles
y la misma ingeniería genética. La vida es una carrera entre la educación
y la catástrofe, Cuando alcanzamos un conocimiento, no hay vuelta atrás, y podrá ser usado para
el bien, o podrá ser usado para el desastre. Esta es la lista de caminos de la guerra biológica
que podrían poner en serio riesgo a la humanidad.
Las armas biológicas binarias son relativamente sencillas de realizarse artificialmente hoy
día y basan su funcionamiento en la unión de dos elementos biológicos, que pueden ser
inocuos por si solos pero peligrosísimos unidos, o que pueden ser ya peligrosos de
por sí, pero multiplicar la virulencia al combinar sus fuerzas.
Esto, que en ocasiones se da de forma natural, como en bacterias patógenas, que se ven reforzadas
por plásmidos, fragmentos de ADN en los que se codifica su virulencia y funciones adicionales,
puede realizarse hoy día en laboratorio, sobre todo mediante el uso de bacterias huésped
y plásmidos que contienen la información para convertirla en una máquina de matar.
¿Imagináis una superbacteria resistente a todos los antibióticos o un virus de la
gripe, con información añadida para matar y propagarse?
Eso son las armas biológicas binarias, y según científicos que trabajaron en diversos
programas, la técnica fue dominada hace 50 años.
Los virus sigilosos tienen un comportamiento muy sencillo y fácil de explicar. Una enfermedad
entra en el cuerpo, y se mantiene oculta sin presentar síntoma alguno, hasta que recibe
la orden de activación, momento en el que se manifiesta.
Ejemplos en la naturaleza se dan por ejemplo con el virus de la varicela que se reactiva
en forma de *** zoster. Usados como arma biológica, podrían infectar
a una población sin que nadie se percatara y llegado el momento lanzar el activador que
haría enfermar simultáneamente a casi todos los habitantes de una zona.
Por ejemplo, algunos virus contienen fragmentos de ADN capaces de imitar a los oncogenes,
que cuando se activan, pueden desencadenar un crecimiento celular descontrolado.
¿Imagináis la posibilidad de mantener una población con una enfermedad dormida y disponer
de un activador para desatarla?
Este concepto de huesped, que, seguro que os suena, también se da en la naturaleza
de manera arbitraria, y consiste en que enfermedades presentes en animales o elementos huésped,
que pueden presentar síntomas o no, dan un salto evolutivo, y se desencadena la transmisión
al ser humano. El SIDA dio el salto de los chimpancés a
las personas, y el Ébola posee su reservorio principal en algunos murciélagos. Si este
salto fuera propiciado por la experimentación, se estaría hablando de bioterrorismo o de
crímenes contra la humanidad. La gran ventaja del desarrollo de este tipo
de enfermedades, residiría en la experimentación casi libre e ilimitada sobre animales, modificando
enfermedades propias de las especies experimentales para que sean capaces de saltar a humanos,
o desarrollando enfermedades nuevas que usen como reservorio a especies animales muy comunes
en una zona determinada, pero sin manifestar la enfermedad, y después introducir individuos
modificados que desencadenen un efecto cascada que propicie el contagio al ser humano.
Los seres vivos que nos acompañan en nuestro día a día también pueden ser usados como
bombas.
Esto que parece propio de la ciencia ficción quizás no lo sea tanto, ya que, por ejemplo,
el grupo JASON, agrupación de científicos independientes, ya ha advertido de que comienza
a ser posible y que hay que prestar atención. El concepto es sencillo, definir en una pizarra
los síntomas que debe causar una enfermedad, y usando como base un microorganismo inocuo,
modificar sus genes mediante ingeniería genética para que cause los síntomas deseados.
Tan simple como aterrador. Así se podría lograr que apagaran el sistema
inmune para que cualquier gripe o tontería causara una mortandad espectacular o algo
tan poco deseable como adelantar la secuencia de la muerte celular programada.
Por suerte y según lecturas científicas, no parece ser una técnica dominada, aunque
se está trabajando ello y viene en camino.
Las quimeras en las mitologías griega, romana o incluso más antiguas, son monstruos que
combinaban partes de diferentes animales, componiendo una figura grotesca.
Las quimeras en biotecnología, serían una mezcla de las anteriores técnicas, uniéndose
en un mismo microorganismo diferentes capacidades propias de enfermedades, como en los campos
de ocultación, enmascaramiento, resistencia, replicación, propagación, o en efectos letales,
para componer un engendro jamás visto. Estos cortapegas genéticos, que aglutinan
diferentes técnicas son el futuro a medio plazo de la guerra biológica, que, en caso
de formar entes viables, podrían constituir la mayor pesadilla para la humanidad.
Sé que viendo este vídeo os habréis planteado una cosa, si alguien creara y soltara algo
semejante, nadie, ni siquiera el atacante estaría a salvo. Error. Ya se ha experimentado
y existen testimonios de que hace 4 décadas se intentaban lograr enfermedades que afectaran
solo a grupos étnicos concretos o que respetaran la genética del causante. Si una enfermedad
es capaz de identificar genes propios de una raza para desencadenarse o no, o en caso de
ser vacunada una población, podríamos estar ante una de las armas más efectivas de todos
los tiempos. Hace apenas 3 años, ya saltó una enorme
polémica por dos grupos de científicos diferentes que habían mutado el virus de la gripe aviar
convirtiéndolo en especialmente letal, y el revuelo causado hizo que suspendieran por
60 días los experimentos hasta que se olvidara el tema y reanudarlos.
Las armas biológicas son las bombas atómicas globales del futuro, algo que no podemos ver,
pero que puede matarnos en unas horas. Algo que además del riesgo de ser usado, añade
el peligro de que se escape accidentalmente. Y como os recuerdo en cada vídeo, mis estimados
enigmáticos, pulsad like y compartid con vuestros amigos si os gustó, recordad suscribiros
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Hasta pronto.