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—Buenas noches, señoras y señores, y bienvenidos a "Efectivament". Tenemos con nosotros a Josep Maria Minguella.
—Muy buenas noches Josep Maria. —Muy buenas noches, niño.
Oye, ¿te he dicho que yo firmé el contrato de Messi en una servilleta? —15.500 veces, Josep Maria. Pero hoy queremos hacer un análisis preciso del juego del Barça.
Tú que sabes tanto de fútbol, ¿nos podrías decir...
¡qué cojones le pasa al Barça, eh?
—Hombre, la respuesta es muy sencilla. —¿Ah, sí? —Sí: que no tenemos a Stoichkov.
—Perfecto. Gracias, Josep Maria. —De nada.
—No sé por qué no he llamado a Salinas... Lo que está claro, señoras y señores, es que el Barça no está bien.
Por eso, desde aquí queremos hacer un llamamiento.
(SE BUSCA) El buen juego del Barça ha desaparecido.
Se le vio por última vez en Málaga.
Desde entonces, hay quien dice que lo ha visto aquí y allá.
Pero nada cierto. ¡Y solo quedan nueve días para el Milan!
—Escucha, y de camino, si encuentran la defensa, que la traigan también, porque, chaval, yo tengo compañeros en la garrafina con mejores defensas que el Barça.
—¡Era penalti! ¡Era penalti! ¡Era penalti!...!
—¿Pero dónde va este ahora? En definitiva, ya que saca el tema... Josep Maria, ¿era o no era penalti?
—Ah, no lo sé, yo estaba jugando al dominó. Es que las cuatro no son horas de hacer partidos, tú.
—En eso tienes toda la razón. Escuchemos qué decía después del partido el autor del penalti, Sergio Ramos. Vean.
—Sergio, felicidades.
—Sí, Sergio, pero ¿era penalti o no era penalti?
—¿Pero ha habido contacto o no?
—¿Para saber si estaba cayendo antes de tocarlo?
—Este tiene más morro que Reiziger, tú, y mira que tenía; tenía unos labios así, como Carmen de Mairena. —¡Efectivamente!
Pero el penalti no es excusa; hay alguna cosa que falla.
En "Efectivament" hemos hecho un repaso de la etapa Roura como entrenador del Barça y este, señoras y señores, es el resultado.
Vean.