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Entre las miles de armas que ha asegurado el Ejército mexicano durante la guerra contra
el narcotráfico, como la llamó en su momento el entonces presidente Felipe Calderón, se
encuentran más de 80 que se consideran especiales por el gran lujo en que fueron diseñadas.
Entre las armas decomisadas se encuentran algunas que en su momento pertenecieron a
los narcotraficantes Osiel Cárdenas, Alfredo Beltrán Leyva, el Mochomo, así como de otros
tantos líderes del crímen organizado como el Z3, el Kariz, el coronel, el 20, el karlz,
el stanley, el m70, el comandante, el 85 y el embajador, entre muchos otros.
Los finos acabados y el lujo se muestran en estas armas que están bañadas en oro, que
tienen incrustaciones de diamantes, piedras brillantes o pedrería, así como concha nácar
y maderas finas.
Tanto en las cachas, los cargadores, en las culatas o en los cañones, los narcotraficantes,
a fin de mostrar su poderío utilizando una arma diseñada con exceso de lujos, mandaron
a realizarles grabados diversos. Destacan las imágenes de San Judas, Tadeo, leyendas
y frases alusivas a la independencia y a la revolución mexicana, a los héroes nacionales
Emiliano Zapata y Pancho Villa, a los emblemas de algunos estados de la república, las iniciales
de los narcotraficantes, el nombre de mujeres, de famosas marcas de joyas, de la hoja de
marihuana o la amapola o simplemente leyendas alusivas al poder y a la muerte.
Los calibres de estas armas, exclusivas para uso del Ejército mexicano, son regularmente
calibre 38, 45, 9 mm, revólveres 44 o la famosa colt 38. Incluso fue decomisada una
Luger, arma utilizada por el ejército alemán en la segunda guerra mundial.
Dentro de los decomisos también se encuentran fusiles de asalto AK 47, conocido como cuerno
de chivo, con lujosos grabados e incrustaciones.
Uno de los últimos decomisos es esta impresionante estatuilla de un caballero templario que fue
asegurada en diciembre de 2011 en Apatzingán, Michoacán, durante los festejos del primer
aniversario de la muerte del narcotraficante Nazario Moreno Gonzá***, alias El chayo,
así como una lápida y una espada.
Estas armas, con un valor incalculable, forman parte de la sección "la narcocultura en México"
del Museo del enervante, ubicado al interior de la Secretaría de la Defensa Nacional en
la ciudad de México.
A este lugar solo acceden diplomáticos, militares, marinos, funcionarios públicos, cadetes,
alumnos de planteles militares y ocasionalmente la prensa, previa solicitud y autorización
del Estado Mayor de la Defensa Nacional.