Tip:
Highlight text to annotate it
X
Sólo era un joven alienado en los años sesenta, resultado de aquella época de rebelión juvenil
y terminé haciendo un sabático de 14 años, financiado por el estado [risas]
pero en esos años me encontré en un mundo de sufrimiento tremendo.
Estaba en el hospital de la cárcel federal donde la gente se moría,
esto ocurría en plena crisis del SIDA, todo tipo de sufrimiento;
también era una institución de salud mental, sólo de sufrimiento terrible.
La influencia de mis antecedentes me provocó a hacer algo que fuera útil.
Así que me involucré trabajando en la sección de enfermos terminales y, además, en que la meditación
estuviera disponible para los demás porque ya había recibido formación en ese campo.
Empecé a mantener correspondencia con los presos de otras cárceles
y me dí cuenta que poco podía lograr desde mi celda.
Me arreglé para empezar una organización y hoy se ha convertido en un movimiento
en el que se encuentran decenas de miles de personas.
Creo que todos sabemos que nos arrastra la costumbre, somos criaturas de costumbres,
y si no nos damos cuenta de eso y nos apropiamos del propio cerebro
de la propia psicología, del propio sistema nervioso
y aprendemos a convertirnos en más inteligentes emocionalmente, más conscientes,
entonces nos arrastrará, en gran medida, el condicionamiento que tengamos,
dadas nuestras circunstancias y educación.
Prestar atención nos ofrece las herramientas para dar un paso atrás y ver ese condicionamiento,
incorporarlo, abrazarlo y hacer que cambie o, al menos, que no nos arrastre.
Si queremos ser, literalmente, seres humanos más pacíficos,
necesitamos mentes más pacíficas y cerebros más pacíficos.
Hoy la neurociencia muestra muy claramente que distintos tipos de formación mental
pueden construir esa parte y aspectos neurológicos del cerebro para apoyar la fortaleza
a la que se ha referido Sákyong Mipham Rimpoché, esa resistencia y fortaleza que sustenta la paz
y que disminuye la fortaleza de los aspectos neurológicos basados en el miedo
y que nos permite realmente convertirnos en seres humanos más pacíficos.