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Como dice el apóstol, “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte,”
(Romanos 5:17). La muerte nunca fue la norma. Nunca fue la idea original en la creación del hombre.
La muerte nos grita: “¡algo está terriblemente mal!”. Guerras, rumores de guerras, terremotos
que arrastran vidas, tsunamis y Alzheimer. Todos ellos se clavan fijamente
cada día y ellos sólo claman: “¡Pecado y muerte! ¡Pecado y muerte! ¡Pecado y muerte!”
Quisiera que nos fijáramos en algo, presten atención. Si estás en Lucas 21,
miren conmigo, “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos,
y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales
del cielo.” (Lucas 21:10-11). No se pierdan la ultima parte, “grandes
señales del cielo”. Jesús llamó a todas estas cosas señales, estos terrores, el terror
de la muerte, el terror de la destrucción, el terror de la guerra, el terror de la enfermedad y pestilencia.
Él llama a estas cosas señales del cielo.
Una señal, ¿qué es una señal? Es un apuntador, es un indicador que debe ayudar
a nuestra percepción de algo o del conocimiento de algo. En otras palabras, un tsunami es una señal
que debe indicar o comunicar alguna clase de realidad. No pierdan esto, ¿señales de dónde?
Del cielo, ¿lo cual significa qué? ¿La señal de quién viene? La señal viene
de Dios. Del cielo significa que Dios la manda. ¿Estoy diciendo que Dios es responsable
del Alzheimer, terremotos, tsunamis, y la guerra civil en Libia? Amigos, no importa
si yo lo digo o no, ¡es lo que la Biblia dice! La Biblia claramente indica,
Isaías 45:5-7. “Yo soy Jehová, y ninguno más hay. No hay Dios fuera de mí.
Yo te ceñí, aunque tú no me has conocido; para que se sepa desde el nacimiento del sol,
y desde donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo,
que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová
que hago todo esto.” Deuteronomio 32:39, “Ved ahora que yo, yo soy, y no
hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo curo; y no hay
quien pueda librar de mi mano.” Hermanos, recientemente acabo de buscar en Google:
“¿Es el tsunami de Dios?”. Aquí hay algunas respuestas del internet. Escuchen a
esto que encontré: “¿Es Dios responsable del terremoto y tsunami en ***ón? Si sí, ¿cómo? Si no,
¿cómo? Alguien tiene que tomar responsabilidad de esta destrucción masiva.”
“Si sí, Él es un terrorista. Si no, entonces es un desastre natural”.
Esa fue la respuesta de alguien. Respuesta #2: “No. La Tierra sigue sus
propias leyes físicas, de acuerdo a la libertad que Dios ha dado a todas sus creaturas.
Es el movimiento de las placas tectónicas que causa que la Tierra tiemble, no la voluntad de Dios.”
Respuesta #3: “Claro que no. ¿Por qué ‘alguien’ tiene que tomar responsabilidad de
un fenómeno natural?” Respuesta #4: “Si Dios es responsable o no, nadie puede
decirlo claramente.” Respuesta #5: “La gente le da gracias a Dios por la senadora Gabrielle
Gifford el 9 de enero del 2011, porque sobrevivió a la balacera. Si le das a alguien el prestigio por
las cosas buenas también debes responsabilizarlo por las malas.”
Ahora, escuchen esto, Apocalipsis 16:8, “Y el cuarto ángel derramó su copa sobre el sol;
y le fue dado quemar a los hombres con fuego.” Hermanos, pienso que este es cuadro de ésta época,
Dios manda su sol quemante para causar sequía, Él controla la naturaleza para mandar rayos y crear
grandes incendios, olas para tomar grandes ciudades. Hermanos, Él está en control y sus juicios
vienen a nosotros a través de la naturaleza. Ellos dicen, “¡Oh, es la Madre Naturaleza, son las placas tectónicas,
son las masas de aire térmicas que se levantan del golfo!”. Hermanos, Dios controla, Dios diseñó. ¿Alguna
vez oyeron lo que Dios Todopoderoso le dijo a Job? Él tomó el mérito de todo eso, hermanos.
La nieve, el frío, el calor, los animales y el rayo. Él sabe de donde provienen
Él es el autor de todos ellos. Versículo 9: “Y los hombres se quemaron con el gran calor,
, y blasfemaron”, nuestra traducción dice blasfemaron, “blasfemaron
el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle
gloria.” Versículo 10; “Y el quinto ángel derramó su copa sobre la silla de la bestia (Hermanos,
el trono o silla de la bestia. La bestia en la visión profética de Daniel es los reinos, gobiernos y naciones). Hay ira
en este cáliz derramado en el trono de la bestia y su reino fue sumergido
en tinieblas. La gente mordía su lengua de dolor. Y de nuevo, “y blasfemaron contra
el Dios del cielo por causa de sus dolores, y por sus plagas, y no se arrepintieron de sus obras.”
¿Qué están blasfemando? ¿Qué están maldiciendo? Ellos blasfemaron, ellos maldijeron el nombre de Dios,
pero no cualquier Dios. ¿Notaron qué Dios era? “El que tiene potestad sobre estas plagas.”
Al que tiene poder sobre ellas, a ése blasfemaron. Miren, el hombre va a blasfemar
a Dios de dos maneras en el medio de este tsunami. Va a haber algunos que básicamente van a decir,
“¡Dios nunca haría eso! Él es muy impotente, es muy patético, es muy dócil.” Ellos
lo transforman en un Dios que no aborrece el pecado cómo la Biblia dice que Él aborrece el pecado. Ellos
quieren socavar su carácter, quieren hacer declaraciones despectivas sobre Él, presentarlo
como impotente, suave, “Santa Claus”; o ellos vienen y dicen, “Él es un terrorista,
es un monstruo.” Quieren llamarlo cualquier otra abominación que se les ocurra, pero
hermanos, tengo una mejor respuesta, una respuesta bíblica a todo esto.
¿Impotente? ¡Por favor! Este es el Dios que expresamente declara su poder sobre estas plagas.
Escuchen el mismo comienzo del libro de Apocalipsis, que describe a Dios de esta manera: “Yo
soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.”
Daniel 4:35, algunos de ustedes conocen muy bien las palabras de Nabucodonosor, “Y todos los moradores
de la tierra son estimados como nada; y Él hace según su voluntad en el ejército
del cielo, y en los habitantes de la tierra; no hay quien estorbe su mano, y le diga:
¿Qué haces?”. Nosotros cantamos esta canción, “Dios se mueve en una forma
misteriosa”. Hermanos, su voluntad es inmovible. Él determina y sucede. Sus caminos
son a menudo misteriosos a nosotros, pero son certeros. Él trabaja de acuerdo al consejo
de su voluntad y nadie estorba su mano. Será mejor que lo creas, Él no está jugando.
La segunda ola del mar, ¿han visto la fotografía de la segunda ola que venía? Era
la segunda ola, esas olas vinieron por una hora, tienen tomas de esa ola viniendo
hasta la playa. La segunda ola del mar. Hermanos les digo...
cuando esos discípulos miraron a Jesús tiempo atrás, cuando dijo “Calla, enmudece.” (Marcos 4:39).
Ellos dijeron “¿Qué clase de hombre es Éste, que aun el viento y el mar le obedecen?” hermanos,
les digo, quizás no lo vieron, pero estaba Cristo invisible cabalgando a
la cumbre de esa ola. Él reinaba esa cosa, cumplía exactamente sus órdenes.
Oh hermanos, pero esto es lo que Lucas dice, “estas cosas son señales.” Cuando manejo
por la autopista veo un límite de velocidad, me dice algo sobre que tan rápido la ley
me permite ir. Veo una señal que me dice que Houston está a 300 millas de aquí. Me está
dando información, las señales nos dan información, nos hablan, nos dicen algo.
El cartelón me dice que hay un McDonalds a 18 millas hasta la salida 387. Ya veo,
me está diciendo, me está dando información. Lucas dice que esto son señales, ¿pero señales de qué,
qué está tratando de decirnos? Escuchen esto de nuevo, Apocalipsis 16 – “Y el cuarto ángel
derramó su copa sobre el sol; y le fue dado quemar a los hombres con fuego.” Señales,
ellos fueron quemados, “y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas.” Escuchen
atentamente, “y no se arrepintieron para darle gloria.” Esa es siempre la cuestión,
el arrepentimiento es siempre el asunto; cada catástrofe, cada calamidad, cada muerte y terror
que vienen, Dios lo concibe como una señal. Una señal significa que Dios está mandando un mensaje, Dios está en
control de las plagas, Dios envía señales del cielo, Dios está hablando. Hermanos,
esto se vislumbra en los periódicos, la TV, la computadora, la ola gigante es
una señal a todo el mundo. ¿Una señal de qué? Hermanos, ellos “no se arrepintieron para
darle gloria a Dios”. Esa es siempre la cuestión. Mira, te voy a decir algo, Dios no es un monstruo.
Él siempre en sus juicios está proclamando misericordia. Es una señal. Es una advertencia sobre
qué es lo que te va a pasar a ti, pero te llama al arrepentimiento, que vengas a Él. Hermanos,
Dios está hablando. Cuando observas eso, Dios no espera que venga a tu mente
la palabra terrorista, sino que Él espera que mires, que pienses y que razones: “Venid luego,
dice Jehová, y estemos a cuenta” (Isaías 1:18). Él espera que razones con Él. Su
vida es corta pecadores, lo que ven es lo que su pecado merece. Pero
el Dios que gobierna las olas del mar es también el Dios que mandó a su Hijo unigénito.
Dios está diciéndote que vas a morir un día y que será cuando no lo esperas.
Dios quiere que veas todas estas cosas y te preguntes a ti mismo y te pongas cara a cara con
la realidad. ¿Estoy listo? ¡Él está diciendo que estés listo! ¡Está preparado! Prepárate, abandona
tu pecado. Él dice en esas cosas “Témeme”. Él no espera que
lo veas y deduzcas que fueron las placas tectónicas, mira las imágenes satelitales
de la ciudad, que estaba allí una semana atrás y ha sido barrida de la faz de la tierra.
¿Se acuerdan de lo que dijo sobre Sodoma? “Las puso por ejemplo.” Eso es lo que Pedro
nos dice (Pedro 2:6). Sodoma es el ejemplo “a los que habían de vivir impíamente.”
¿Alguna vez han leído esto? Hermanos, estas son señales. “Abandona tu pecado, ten temor de mí.” Los tsunamis
deben poner temor de Dios en nosotros. Dios nos está diciendo “Mía es la venganza,
yo pagaré, dice el Señor.” (Romanos 12:9) Él te llama a oír, a temer, a confiar
en su Hijo. Él te llama a abandonar tu propia incredulidad, tus ídolos. ¡Deja de ser un necio! Date cuenta, despierta,
esta pequeña señal de ira es un indicador del gran día del juicio que viene.
El pequeño juicio solo recuerda el gran juicio. “Deja de creer que el pecado
es mejor”, es lo que dice. Cuando esa ola viene y arrasa Él
está diciendo “¡Jóvenes, el sexo no es mejor!”, porque solo es por un tiempo y éste
es un indicador de que hay un infierno que pagar, hay juicio al final. Mira
a Sodoma, mira esas villas a lo largo de la costa, míralas y despierta. Dios dice “¿Por qué
moriréis, casa de Israel? ¿Por qué moriréis?” ¿Puedes imaginarlo?
“Yo maté a mi propio Hijo, lo azoté, lo herí, lo afligí.” Escúchenme, estas son señales
de que su vida no es larga, que tienen el pecado en sus hombros y en su cuenta.
No quieren tener que pagar y ¿por qué? “¿Vas a amar tu pecado de tal forma
que vas a rechazar a mi Hijo que pagó por él en lugar del pecador? ¿Vas a rechazar eso? ¿Vas
a seguir así? ¿Piensas que beber, los amigos, las fiestas, los autos y el dinero
son mejores?” Lo mismo hicieron muchos de los japoneses. Hermanos, amigos. En Amós 4:10
Dios dice: “Envié entre vosotros mortandad
tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, con cautiverio
de vuestros caballos; e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; pero
no os volvisteis a mí, dice Jehová.” Te digo que Dios no está avergonzado,
no es para burlarse de Él, no es para blasfemarlo, Él no duda para admitir que Él mató
sus jóvenes a espada, no como lo hacen algunos que profesan ser cristianos y prefieren acobardarse
que admitir que los huracanes, calamidades y gobernantes despiadados no son
de acuerdo al designio del Señor. Lo son, hermanos, Dios no se avergüenza de admitirlo,
no deberías tú tampoco. Cuando este mundo expectante mira debemos ser audaces,
ser de ánimo y decirles: “Eso es un juicio de Dios, para mostrarles
que regresen y corran a sus brazos.” Él manda estas cosas, pero ese mismo Dios también
está con los brazos abiertos para recibir a cualquiera que se arrepienta, si aceptan
esa señal y prestan atención a ella. Él está diciendo “Sí, de hecho lo hice, ten temor de mí, ven a mí”,
pero de nuevo, ¿oyeron la última parte? “Maté a espada a vuestros jóvenes, con cautiverio
de vuestros caballos; e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; pero
no os volvisteis a mí, dice Jehová.” ¿No es siempre esa la cuestión? Dios hiere, para que los hombres
vean la señal y regresen a Él. Isaías 9:13 dice “Mas el pueblo no se convirtió
al que lo hería, ni buscaron a Jehová de los ejércitos.” Daniel lo pone de esta manera, “Según está escrito
en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos rogado
a la faz de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades.” ¿No es impresionante cómo
en la Palabra de Dios la calamidad claramente es expresada como una señal de Dios para regresar a Él? Vuélvanse a Él.
Miren, Jesús viene y dice (Lucas 13:3) “Ustedes quieren hablar sobre esa torre en Siloé
que cayó.” ¿Saben qué pasó? En el tiempo de Jesús había una torre, no sé si había
envejecido o estaba mal construida o qué, pero la torre cayó y aplastó a 18 personas
que murieron en ese punto. Si Jesús estuviera aquí hoy, Él le diría a la ciudad de San Antonio,
“¿pensáis que esos japoneses eran más pecadores que ustedes? Os digo: No, antes si no os arrepentís, todos pereceréis
igualmente.” Esa es siempre la cuestión, el arrepentimiento es siempre la cuestión. “¿Te refieres a que hombres tienen
que perder sus vidas para traer esa señal?” Hermanos, esta es la ira de Dios
justamente merecida contra el pecado; ¿qué tal los otros días del año en que Dios no
destruye esas ciudades? Era igual de merecido que los demás días, ¿no es lo que dice
en Romanos 1, “Porque la ira de Dios se revela”? ¿Por qué? “Porque no le glorificaron
como a Dios, ni le dieron gracias.” ¡Son muy rápidos en llamarle terrorista! ¿Qué tal los otros
días en que debieron alabarle? Hermanos, es arrepentimiento, arrepentimiento. Tú dices,
“Bueno, eso era ciertamente mala suerte de su parte.” Hermanos, déjenme decirles, todos
nosotros merecemos esto por naturaleza. Qué creen, la gran mayoría de las personas que perecieron
estaban vivas cuando el tsunami golpeó a Indonesia. Dios estaba diciendo “¡Despierten, despierten! ¡Vengan
a mí!” ¿Cómo sabes lo que va a pasar mañana, o pasado? Muchos que han visto esto,
van a ser los siguientes objetivos de la ira de Dios. Si tú resistes las misericordias de Dios suficiente, eventualmente
vas a convertirte en el objeto de la ira de Dios, y no podrás escapar de ello.
Y a los hombres no les gusta creer esto, no quieren creer que hay un Dios todopoderoso
que aborrece el pecado y que mandó la calamidad a ***ón, porque si creen que hay
un Dios que haría tal cosa, son inmediatamente confrontados con el hecho de que están
en un gran, gran problema. Y la Escritura dice que lo tienen, eso es lo que Dios
está diciendo, “¡Esta es una señal que están en problemas!” Pero hermanos, mi mensaje a
estos muchachos que escriben discusiones por allí es, “No, Dios no es impotente”, como algunos de ustedes dicen,
y, “No, Dios no es un monstruo”. Estas son advertencias misericordiosas. ¿No es impresionante que este mundo
en este momento, aún en los juicios más severos de Dios, que Él muestra misericordia? ¿No es fenomenal que
Dios no arrase el mundo entero en un instante, sino que nos da estos destellos?
Y tú dices "¿pero si me arrepiento?" hermanos, hay un texto en Isaías 43:4
que dice que Él da hombres por Israel. Es verdad, Dios va a traer juicio sobre algunos y traerá
a otros a arrepentimiento por ello, Él dará unos hombres por causa de otros.
Hermanos, quiero decirles que estos son mensajes de misericordia si tienen ojos
para verlos. Miren hermanos, lo sabemos, lo sabemos. Nosotros oramos por la esposa de Papa, mi suegra, oramos. Papa ayunó
por años. Pero ustedes miembros de la familia, ustedes nietos, su muerte en viernes pretende ser una llamada de atención
el terror de la muerte pretende ser una llamada de atención. Ustedes no tienen para siempre,
y así cuan divertido pueda parecer su pecado, va a llegar a un fin, y puede llegar mucho más pronto
de lo que piensas; una semana atrás esas personas se sentían seguras en sus hogares en ***ón. Ellos nunca
pensaron que estarían en la eternidad una hora después, nunca. El llamado de Dios es
que te arrepientas, si estás perdido sin Cristo, eres igual de malo. Si justo ahora el terremoto hubiera
pasado aquí, si un edificio hubiera caído sobre ti, y estuvieran viendo las noticias de ello,
habría sido igual de justo de Dios el hacer eso, no habría sido diferente. Cualquiera
de los casos hubiera sido justo, pero son advertencias misericordiosas para aquellos que miran,
y sabes la verdad, Dios no llevó a todos nosotros el viernes, ¡qué misericordia, qué misericordia!
La respuesta que el mundo tan desesperadamente necesita escuchar es que Dios es todopoderoso
y envía mensajes misericordiosos aún en sus juicios. Para ustedes que están perdidos,
la eternidad se apresura, el día de la misericordia es corto. Escuchen, la misericordia no siempre se les va a extender,
el tiempo corre, van a llegar a un final - ¡¿por qué están esperando?!
La fiesta de bodas está preparada. Allí está, están invitados. El tsunami es como una invitación,
es una señal, es una invitación a la fiesta de las bodas del Cordero. La mesa
está puesta. Apártense de sus pecados y vengan. “Les ofrezco tales riquezas y gloria
en mi Hijo que van a desbordarlos, tambalearlos, están fuera de este mundo en
sus riquezas y gozo. Mi Hijo, lo tendrán, tendrán plenitud de gozo
y delicias para siempre a su mano derecha.” (Salmo 16:11) Despierten, no se tarden, la tardanza
es mortal, la ira de Dios viene, la ola gigantesca que se mueve en la televisión
tiene la intención de demostrar que otra ola viene. Efesios 5 dice “la ira
de Dios viene”. Hay una ola de la que no se puede escapar, está viniendo. Hay una tormenta que se avecina.
Estos solo son destellos, despierten, bájate de tu orgullo de una vez, detén tu rebelión ya.
Para el cristiano. Esta es una llamada para despertar
también. Las arenas del tiempo se están moviendo, como dice la canción “La muerte se acerca,
el infierno se mueve”. Hermanos, estas masas están pereciendo. Puede que ya hayan escuchado esta historia;
si no, merece ser repetida. D.L. Moody, él básicamente construyó está aproximación en dos partes
a la multitud. Él vino a la multitud y sólo expuso la mitad para
llevar la segunda mitad la otra semana. En esa semana el juicio de Dios cayó y vino un gran incendio
sobre la ciudad de Chicago. Esa multitud nunca se reunió de nuevo. Moody aprendió una lección. Hermanos,
necesitamos predicar a Cristo ahora. Necesitamos despertar. Escuchen, cuando oigan de guerras y rumores de guerras
– primero, no temáis. Mis hermanos y hermanas, aunque las economías del mundo
se agiten y colapsen y caigan, aunque muy probablemente los Estados Unidos esté disminuyendo
su esplendor en el mundo. No temáis. Ustedes oyen de guerras. Aún cuando
la burbuja de los Estados Unidos colapse y estas cosas estén a la puerta,
“No temáis”. Las palabras de Jesús para ustedes.
Porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Después Él les dijo:
“Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; Y habrá grandes
terremotos en varios lugares, y hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes
señales del cielo. Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán,
y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y os traerán ante reyes y gobernadores
por causa de mi nombre. Y esto os será para testimonio.” (Lucas 21:10-13). Me doy cuenta que
puede que esto sea más local de lo que Él acaba de decir. “Y os entregarán a las sinagogas
y a las cárceles, y os traerán ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre. Y esto os será
para testimonio.” Pero hermanos, tomo esto como una declaración general aquí. Cuando
el tsunami viene, cuando el terremoto viene, cuando las guerras y los rumores de guerras vienen. Hermanos,
esta es su oportunidad para testificar. Esta es. Tómenla hermanos, tómenla. No
te atrevas a avergonzarte y tratar a Dios como algo que Él no es. Dios es el dios
de las plagas. Dios es el dios del terremoto. Dios es el dios del tsunami y tienen
el propósito de despertar gente. Hermanos, rueguen a los perdidos que vengan ya. Supliquen,
llámenlos. Y sólo una última palabra. Vienen a nosotros de Habacuc, que estaba en lo cierto, hubo
temores de sus días, juicio en sus días. Escuchen, cuando Dios trae sus juicios
-cristiano- Cristo dice “no temáis”. Déjeme decirles esto, cuando esa ola que venía,
los ojos de Dios estaban en cada uno de su pueblo. Y déjenme decirles esto, cada tsunami
y cada terremoto tiene que inclinarse ante Romanos 8:28, cada uno de ellos. Todo les ayuda a bien.
No teman. “Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.” (Lucas 12:7). Ustedes son preciosos
a su vista (Isaías 43:3). Las cosas estaban mal en los días de Habacuc. Pero él dice esto:
“Aunque la higuera no florezca, ni haya fruto en las vides; aunque falte
el fruto del olivo, y los labrados no den mantenimiento; y las ovejas sean quitadas
del redil, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios
de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, Él hará mis pies como de ciervas,
y me hará andar sobre mis alturas.” (Habacuc 3:17-19). Hermanos, déjenme recordarles. Cuando esas
diez plagas vinieron sobre Egipto, nunca tocaron a Israel. Lo que sea que Dios mande al mundo,
por más aterrador que parezca, Jesús dice: “no os alarméis” (Lucas 21:9). Hermanos,
¿cuál es el peor escenario? ¿Perder la vida y partir para estar con el Señor para siempre,
siempre, y siempre? Y que Él enjugue toda lágrima. Eso no suena mal. Si el tsunami
te hace eso, ¿vas a quejarte? No más dolor, no más muerte, no más pecado,
y lo verás cara a cara como Él es. ¡Si eso es lo que me trae el tsunami,
pues que lo haga, ¿no?! Para el cristiano, Hageo 2:5-7, “Según
el pacto que concerté con vosotros a vuestra salida de Egipto, así mi Espíritu estará
en medio de vosotros: no temáis. Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco
aún yo haré temblar los cielos y la tierra, y el mar y la tierra seca; y haré
temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré
de gloria esta casa, dice Jehová de los ejércitos.” En todas sus sacudidas, hermanos, Él está llenando
la casa. Él los está trayendo. Él está cosechando
a través de todo esto, hermanos, a través de todo esto. Les digo que cuando el tsunami
llegue a la puerta de enfrente, no es el tiempo de correr y actuar como
el resto del mundo. Esta es su oportunidad para dar testimonio. Esta es la oportunidad para
mostrar amor, para ayudar a otros. Cuando la catástrofe viene, cuando cae la calamidad, es para
que nos levantemos y no seamos como el resto del mundo. Para buscar amar a las personas y compartir
nuestra comida, nuestro dinero y de tener un mensaje de esperanza en medio de todo esto.
“Y ahora, así dice Jehová Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.” (Isaías 43:1).
Hermanos, sus ojos están sobre ustedes para bien. Él manda señales, sí, pero recuerden
que todas las cosas están en sumisión a Él y Él ha dado esta promesa masiva,
“todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). ¿Le perteneces? ¿Eres llamado por Él? Todo
en la creación está subordinado a eso. Amén.