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Un mes después de graduarme de la universidad me casé. Al día siguiente me fui de mi ciudad natal Juárez, México
porque mi esposo estaba empezando su nuevo trabajo en Mountain View, California.
La creatividad siempre ha sido una parte importante de mi vida, pero nunca tuve la oportunidad de convertirla
en una carrera. Aquí, en un nuevo país, no podía trabajar, al menos por el momento
hasta que conseguí mi visa de trabajo.
Me emocionaba recordar todo lo nuevo que estaba pasando en mi vida y empecé a tomar fotografías.
Aún de los acontecimientos pequeños y en ocasiones mundanas que marcaron mi vida.
Un día, me di cuenta que algo se movía por la ventana. Al principio no estaba segura de lo que era, pero
me siguió intrigando. En eso, lo vi - un pequeño, majestuoso y algo testarudo
amigo en mi ventana. Se fue en un abrir y cerrar de ojos. Me hubiera gustado que se quedara más tiempo.
A medida que pasaban los días me di cuenta de que sus visitas eran diarias y decidí capturar
una foto de él. Me hice una taza de café, preparé mi tripié y esperé ....
Pasé días mirando por la ventana ... decepcionada. La luz de la mañana había pasado. Él no se presentó
la visita fue muy corta o yo era demasiado lenta. Un día dejé el dedo en el disparador
con la esperanza de ser tan rápida como él.
Una mañana ... (click)
Miré las fotos rápidamente emocionada pero escéptica
y en eso lo vi.
Guardo esta como mi primera foto "profesional" y la he utilizado desde entonces como parte de mi portafolios.
Incluso llegó a ser un factor decisivo para conseguir un trabajo en WeVideo y se ha convertido en un trabajo,
que me encanta hacer. Y pensar, que todo esto comenzó el día que perseguí a un colibrí.